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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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Honor de mar - por Osvaldo Vela

Allí, de pie junto al palmar que rodeaba la aldea, la intranquilidad me impulsaba a otear el horizonte. Una embarcación surcaba las aguas; navegaba de regreso al puerto: al mando de ella, Eulalio.

Toda una vida de pescador y al final, esta existencia costera, me era premiada con un nieto en La Marina. Eulalio, a tan solo unos días de graduarse de la escuela Naval de Veracruz.

Desde pequeño, mis sueños siempre estuvieron adheridos al mar y a sus bonanzas. Adoraba sentir el roce cariñoso de la brisa del Caribe sobre mi rostro. Abusaba de su suavidad inhalando aquel viento con el placer de un infante, como si este fuese, elixir de sustento materno. Así de grande fue mi comunión con los mares.

El tiempo, los aires, las corrientes marinas, que eran, entes adoptantes de mi crianza, me fueron llevando a otras playas y a una vida propia.

Aquella embarcación, bajo mi observación, fue premio a dos cualidades que se armonizaron para otorgármela. La primera, mi conocimiento de la pesca y la otra, la abundancia crediticia de la Unión de pescadores de Boca del Rio, Aldea cercana al puerto de Veracruz.

Justo antes de casarme con Guadalupe, cometí el crimen más grande que alguien puede cometer contra la ley de los pescadores; incluí a Lupita como pasajero en un viaje de pesca. Para los aldeanos, una mujer a bordo, era conjurar una tragedia y se castigaba con el destierro.

La penitencia, por mi falta, ha sido vivir tierra adentro. Arraigo que permitió el crecimiento de mi empresa; “Mariscos Lupita”. Se podían ver los camiones de reparto por toda la región de Tierra Blanca. De mi numerosa familia, todos emigraron, mi hija Guadalupe y mi nieto Eulalio fueron los únicos que permanecieron cerca de la flotilla de embarcaciones y del negocio. Para mí, ellos representaban el futuro de la empresa.

Al tiempo de observar las maniobras de la barca, que mi nieto por primera vez comandaba, mis ojos leían las señales de la naturaleza.

“La Lupita” se veía rodeada por cientos de gaviotas que, con estridentes reclamos, la sobrevolaban en círculos de espera; el escenario de aquella captura era reflejo de pesca pródiga. Mi preocupación amainó. Eulalio probaba ser un consumado pescador.

Él sabía que, después de graduarse, contaría con tres opciones. Una: aceptar, como alumno distinguido, el honor de formar parte de la tripulación del “Buque Cuauhtémoc” y viajar por toda Europa representando a México. Dos: dedicarse a la empresa familiar. O tres: volverse un pescador capitaneando un barco.

Me acerqué al muelle a constatar aquella bonanza del mar cuando una escena, llena de recuerdos, me atrapó. Dolores, la novia, se colgaba con deleite al desnudo torso del capitán tras el timón. Eulalio conocía de la tradición y del destierro. Con aquella aventura, renunciaba a surcar los mares como pescador.

La graduación fue algo hermoso. Los diplomas fueron entregados por el Presidente y los Secretarios de Marina y de las Fuerzas Armadas de México. Para mi cada cadete a la vista, representaba el otorgamiento de las estrofas del Himno Nacional que escuchábamos: “Mas si osare un extraño enemigo profanar con su planta tu suelo, piensa ¡Oh Patria querida¡ que el cielo un soldado en cada hijo te dio”. El patriotismo me ganó. No pude evitar que unas lágrimas con sabor a mar corrieran por mis mejillas.

El recién graduado, diploma en mano, me buscó entre los asistentes que colmábamos las graderías del campo deportivo. Primero, respetó mis emotivas muestras de fervor patrio, para luego ofrendarme su título universitario.

Mis palabras para él fueron: “recibo con gran honor este diploma que me dedicas. Solo te pido una cosa: que en tus misiones como Marino, mantengas el color de ese uniforme que llevas con la misma blancura que lo recibes. Lo único que te concederé en mi bendición es que, de teñirse, sea con el color del honor”.

Yo jamás sostuve una plática con él para indicarle sobre sus opciones de vida. El tampoco comentó algo sobre sus planes. Así es que me dispuse a la despedida.

El buque Cuauhtémoc, zarparía el 8 de agosto del 2016. Ahí, en el muelle, esperaba a mi nieto. La hora se cumplió y me fue imposible ubicarlo entre tantos cadetes. Algo decepcionado vi al barco alejarse mar adentro.

Al darme la vuelta, frente a mí, estaba mi nieto Eulalio. El marinero no subió al barco: me abrasé a él. A mis espaldas, el honorable retumbo del mar de mis amores, se repetía a la distancia.

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31 comentarios

  1. 1. isan dice:

    Felicidades, 70 no se cumplen todos los años. Aunque, en realidad, has cumplido uno (como cada año).Disfrútalos. En otro momento me paso a comentarte. Un saludo.

    Escrito el 17 enero 2018 a las 17:58
  2. 2. Amilcar Barça dice:

    Con la edad, la ilusión huye con pies veloces; los míos, cada día más torpes.

    Este pensamiento, nació a raíz de leer que habías cumplido taitantos años. Norabuena.

    Escrito el 17 enero 2018 a las 18:44
  3. 3. beba dice:

    Un relato muy emotivo y pleno de tradiciones. Excelente escritura (paso por alto “abrasé”, que aquí debe ser “abracé”).
    Muchas gracias por tu encomiable comentario.

    Escrito el 17 enero 2018 a las 20:35
  4. 4. Laura dice:

    Hola Osvaldo.
    Feliz cumpleaños.
    Me encantó el relato. Con el tiempo el tono de sus relatos me va invadiendo y da una cierta calma que la vorágine de lo que vivimos me impide detenerle. Sus relatos son un bálsamo, suave, fresco y tranquilo, frente al frenesí de muchos de nosotros.
    Por supuesto, el relato ha sido maravilloso. Esperaba ese final, me decepcionaría algún otro.
    Felicidades en la nueva década.
    Hasta la próxima propuesta.

    Escrito el 17 enero 2018 a las 22:18
  5. 5. Luis Ponce dice:

    Hola Osvaldo:
    Un afectuoso abrazo por tu cumpleaños.
    Tu relato muy emotivo que desnuda las vivencias que has guardado durante tantos años. Es un tesoro que agradecemos que compartas mes a mes con nosotros.
    Ahora no estoy, porque la frase obligatoria se quedó en el portapapeles al momento de pegar el trabajo y no fuí aceptado. Alguna vez tenía que pasarme, cebe ser la factura de la edad.
    Que tengas una grata y pacífica década.

    Escrito el 17 enero 2018 a las 23:24
  6. 6. Leonardo Ossa (Medellín - Antioquia) dice:

    Hola Osvaldo, cuando leí: “Allí, de pie junto al palmar que rodeaba la aldea…” me detuve un rato a contemplar las imágenes que se precipitaron a mi mente. Recordé la pequeña población a orillas del mar en donde pasé algunos años. Tu relato es muy entretenido y me muestra en cuadros muy nítidos lo tradicional, lo solemne y lo ceremonioso de aquellas tradiciones navales y de pueblos costaneros. Siempre es un placer leerte, porque tus historias vienen cargadas de mucho sentimiento y de una manera particular de mostrar, de narrar, que me hace sentir testigo de primera línea en tus historias.
    He sabido además, que estás cumpliendo años por estos días. Amigo Osvaldo, confío en que llegarán muchas bendiciones y éxitos a tu vida y que estarás rodeado de todos tus seres queridos para celebrar como mereces tu onomástico. Feliz cumpleaños, un abrazo.

    Escrito el 18 enero 2018 a las 03:03
  7. 7. Charola dice:

    Hola, Osvaldo.

    Qué alegría enterarme que estás cumpliendo años. Feliz, pero muy feliz cumpleaños. Me imagino rodeado de seres queridos. Así como destilan las letras de tus escritos siempre tiernos, familiares, sinceros, honorables. Gracias por este escrito y…

    ¡¡¡Felicitaciones!!!

    Un abrazo fuerte.

    Escrito el 18 enero 2018 a las 03:43
  8. 8. Javier López dice:

    Hola, Osvaldo. Antes de nada felicidades.

    Este mes vamos a conocer a muchos marineros, como el tuyo y el mio, que tan amablemente has valorado. Solo desde la altura que proporciona la experiencia puede uno ver la sabiduría que desprenden los veteranos de cualquier profesión. Habría que ponderar en su justa medida lo que nos pueden aportar, y no apartarlos en rincones para que no molesten. Tu joven marinero si que ha ponderado a su abuelo; bien por él.

    Bonito relato.
    Un saludo y feliz década.

    Escrito el 18 enero 2018 a las 14:26
  9. 9. Héctor Romero dice:

    Osvaldo triple felicitación: por el nuevo año, por tu cumpleaños y por ese limpio, emotivo e inspirador relato. Me gusta ese sentimiento patrio mexicano. Debes estar sin duda alguna en mi lista de leibles.

    Escrito el 18 enero 2018 a las 16:00
  10. 10. Yoli L dice:

    Hola Osvaldo

    Primero, ¡unirme a las felicitaciones por tu cumpleaños!

    Con respecto al relato, me ha gustado.

    He visto una pega: “abrasé”, se escribe con “c”, es el pretérito perfecto simple del verbo abrazar http://www.conjugacion.es/del/verbo/abrazar.php

    Estoy en el #31 El espía
    ¡Nos leemos!
    (¯`•¸•´¯)YOLI(¯`•¸•´¯)

    Escrito el 18 enero 2018 a las 19:09
  11. 11. Earendil dice:

    Hola Osvaldo.
    Ante todo, te felicito por tu aniversario. Espero que vengan muchos más.
    Tu escrito, como siempre, emotivo y entrañable. Nos sorprendes todos los meses con historias que resultan extraordinariamente creíbles, por tu modo de redactar, por la sencillez y el toque sentimental con que las adornas. En esta ocasión no sé si será historia verdadera o inventada, pero la verdad, no importa, basta con disfrutar de ella y aprender.
    Un abrazo desde España.
    PD: no busques mi escrito, este mes no he participado

    Escrito el 18 enero 2018 a las 19:30
  12. 12. Juana Medina dice:

    Felicidades Osvaldo, y ¡¡¡bienvenido al club de los setentones!!!
    Preciosa historia, la tuya, llena de emoción y de los tintes de tu patria que sueles darnos a conocer y compartir con nosotros. Olvidémonos de la “s” que se escabulló en lugar de la “c” a la hora de tipear. Eso se corrige muy fácil.
    Un abrazo

    Escrito el 18 enero 2018 a las 21:32
  13. 13. isan dice:

    Hola Osvaldo:

    Ya estoy aquí como te prometí. Esa primera frase que da comienzo al relato me ha hecho presagiar que vendría bueno, y así ha sido.

    Yo soy un poco puntilloso, así que con tu permiso, te comento algunas cosillas, pocas, de forma que creo que se pueden arreglar.

    “…como si este fuese, elixir de sustento materno…” Sobra la coma.

    “…corrientes marinas, que eran, entes adoptantes de mi crianza…” Sobran las dos comas.

    “Para mi cada cadete a la vista…”MÍ con tilde.

    “…me abrasé a él.” Esta ya te la han comentado: abracé.

    Qué decir del fondo. Magnífico. Contado con ese estilo peculiar y elegante con el que siempre sorprendes. Las vivencias de un viejo (si se me permite la expresión) marinero y la proyección en el nieto. Es curiosa esta simbiosis que se suele dar entre abuelo/nieto. ¿Qué ha sido del hijo/padre?

    Narrado en primera persona, acertadamente, nos cuenta toda una vida pegada a la mar. La elección del camino a seguir y la libertad que deja al nieto quien opta seguramente a lo mismo que su abuelo. El reto bien cumplido pues la frase es trascendente en el relato.

    Ha sido un placer, como siempre.

    Un saludo.

    Escrito el 19 enero 2018 a las 10:06
  14. 14. Jose Luis dice:

    Hola
    Gracias por pasarte por mi relato
    Tu crónica de la vida de una familia me ha resultado bastante entretenida. Has pintado con palabras toda una paleta de sentimientos (es una metáfora muy mala, ya lo sé…) Las historias se repiten: primero al abuelo, y luego al nieto le suceden las mismas cosas, que son las lecciones de la vida pintadas con nostalgia.
    Un saludo

    Escrito el 19 enero 2018 a las 19:36
  15. 15. Judith dice:

    Osvaldo,

    Antes que nada veo que eres de México, tierra que me ha acogido desde hace 6 años. Soy uruguaya y vivo en tu hospitalario país ya hace tiempo. Gracias!

    Tu relato me encantó, impregnado de la gallardía y caballerosidad, el respeto a la familia y el honor por su patria, que es característica de los mexicanos. Felicitaciones!

    Si quieres leerme, mi cuento es el 27.

    Saludos.

    PD: algunos amigos me llaman Lupita como apodo.

    Escrito el 19 enero 2018 a las 21:13
  16. 16. José Torma dice:

    Querido compadre, ¿qué se puede decir ante esta joya que nos has regalado? Que gusto leerte, cada palabra se disfruta y es tan evocativo y tan realista que no puede uno más que cerrar los ojos de la mente y transportarse a ese lugar. Sabes que soy tu fan compadre, tienes ese gusto por lo nuestro que me hace enorgullecerme de nuestro México, y como bien dices, “Y re tiembla en su centro la tierra, al sonoro rugir del cañón” las emociones al leer tus relatos.
    Gracias por este regalo y mi más cordial felicitación por tu reciente onomástico y gracias por tus amables palabras a mi relato.
    Un abrazo.

    Escrito el 19 enero 2018 a las 21:16
  17. 17. LUIS dice:

    Hola, Osvaldo, siempre es un placer leerte. Una historia sencilla muy bien explicada, conmovedora. Transmites bien los sentimientos. Felicidades. Un abrazo y feliz cumpleaños.

    Escrito el 20 enero 2018 a las 18:52
  18. 18. Menta dice:

    Buenas noches Osvaldo: Me ha encantado tu relato ¡qué bonita historia familiar y qué bien contada!

    Has dado tantos datos de sus vidas que se me ha hecho larguísimo el relato. ¿Estás seguro que sólo has escrito 750 palabras? Todas ellas están llenas de significado y portadoras de sentimientos. Genial.

    Me gusta que el abuelo y el nieto apuesten por el amor y dejen las otras posibilidades.

    Por cierto, en España también piensan los marineros que dan mala suerte: las mujeres, los sacerdotes y los paraguas.

    Para terminar, te doy la enhorabuena por este nuevo relato y las muchas felicidades por tu cumpleaños. Un saludo, Menta

    Escrito el 20 enero 2018 a las 20:28
  19. 19. marazul dice:

    ¡”….y que cumplas muchos más”!
    Gracias por invitarme a tu cumple, Osvaldo. Para mi ha sido toda una sorpresa encontrarme con la fiesta ja,ja,ja….
    No he traído regalo, ya lo siento.El regalo nos lo has dado tú con este relato tan tuyo. Una historia familiar y de tradiciones contada desde la experiencia con un estilo acertado y ceremonioso. En donde algunas palabras como :el honor, la lealtad y la patria cobran protagonismo.
    Me ha gustado mucho leerte
    Un abrazo

    Escrito el 21 enero 2018 a las 17:48
  20. 20. Yoli dice:

    Hola, Osvaldo.
    Muchas gracias por pasarte por mi realto y comentarlo. Me ha encantado el tuyo. Es un relato tierno, donde el protagonista, a pesar de las difilcultades de la vida, se siente orgulloso de los suyos.
    Saludos.

    Escrito el 22 enero 2018 a las 10:53
  21. 21. R.J. Esperanza Pardo dice:

    Hola, Osvaldo!

    Qué emocionante forma de relatar tienes. Perdón, con la emoción se me olvidaba decirte que ¡muchísimas felicidades!, gracias por invitarme a tu cumple. Tu relato me ha fascinado, el final ha sido una sorpresa muy emocionante, lo he sentido tanto como ese entrañable abuelo que es el narrador.

    Como a veces me siento un tanto osada, correré el riesgo de equivocarme y hacer unas pocas sugerencias sobre las comas. Aunque confieso que muchas veces (si no todas) me siento como ciego intentando hacer ver a los demás. Pero al fin y al cabo siempre queda el no hacer caso si no son sugerencias “fiables”.

    Por arriba Isan ya ha hecho unas sugerencias buenas. Yo solo conozco tu anterior relato, y he notado una mejoría en cuanto a las comas (veo que has tomado nota de las que van después de los circunstanciales antepuestos al verbo).

    Te comento mis sugerencias:

    * “navegaba de regreso al puerto. Al mando de ella: Eulalio.”

    * “Toda una vida de pescador y al final, esta existencia costera, me era premiada”: “Toda una vida de pescador y, al final, esta existencia costera me era premiada”.

    * “como si este fuese, elixir”: “como si este fuese elixir”

    * “marinas, que eran, entes adoptantes de mi crianza,”: “marinas, que eran entes adoptantes de mi crianza,”

    * “Aquella embarcación, bajo mi observación”: aquí hay una rima, y aunque a mí no me disgustan sí que es cierto que distraen un poco al lector cuando se tropieza con alguna.

    * “La primera, mi conocimiento de la pesca y la otra, la abundancia”: “La primera, mi conocimiento de la pesca, y la otra, la abundancia”.

    * “cometí el crimen más grande que alguien puede cometer contra la ley de los pescadores; incluí a Lupita.”: “cometí el crimen más grande que alguien puede cometer contra la ley de los pescadores: incluí a Lupita”: los dos puntos aquí obedecen a una explicación, es uno de los casos.

    * “Para los aldeanos, una mujer a bordo (quito la coma) era conjurar una tragedia, (pongo coma) y se castigaba con el destierro”: Me ha parecido ésta una deliciosa forma de “mostrar” lo que pasó, me ha sonado a uno de esos sucesos extraños y divertidos que suceden en el realismo mágico de García Márquez. Aprovecho para decir que el tono y la voz del narrador son muy agradables.

    * “La penitencia (quito la coma) por mi falta (quito coma) ha sido vivir tierra adentro”. Tampoco queda mal con comas, pero he leído que ante la duda es mejor quitarlas.

    * ” Para mí, cada cadete a la vista representaba”.

    * “¡Oh Patria querida! Que”

    * ” El buque Cuauhtémoc, zarparía el 8 de agosto del 2016″: “El buque Cuauhtémoc zarparía el 8 de agosto de (los años sin artículo) 2016.

    * “Algo decepcionado, vi al barco alejarse”
    * “el honorable retumbo del mar de mis amores, se repetía a la distancia”: sin coma entre el sujeto y el predicado, así: “el honorable retumbo del mar de mis amores se repetía a la distancia”.

    Solo añadiré una cosa más: me ha encantado tu relato. Un abrazo y disfruta de la nueva década, los ’70 solo se cumplen una vez 🙂

    Escrito el 22 enero 2018 a las 19:36
  22. 22. Don Kendall dice:

    Magnífico trabajo Osvaldo. Me gusta mucho. Acabo de ver este comentario de R.J. Esperanza Pardo (digo bien, ver y no leer) y te sugiero que lo tengas en cuenta. (Mi experiencia con sus recomendaciones es totalmente gratificante ;-)).
    Del trabajo que presentas ¿qué decir?. Templado, ajustado, se desliza con elegancia, como supongo que hará la Cuauhtémoc. El narrador en primera persona ha sido un acierto para lograr ese equilibrio de acordes.
    Gracias por esta oferta.
    Un abrazo

    Escrito el 25 enero 2018 a las 09:52
  23. 23. Menta dice:

    Buenos días Osvaldo: Ya te he contestado en mi espacio para darte las gracias por tu visita y tu amable apoyo a mi trabajo. Pero necesito que me aclares una cosa y por eso insisto, perdona por ser pesada:

    Hay una cosa que me llama la atención porque últimamente lo he oído en varias ocasiones y ahora lo leo en tu comentario. Es lo siguiente:

    “Además la despedida de su hermano en el desenlace, presenta una creencia muy arraigada en la humanidad. LOS SERES QUE SE ADELANTAN NO PUEDEN DESCANSAR cuando hay algo pendiente que los mantiene atados al mundo terrenal.”

    Osvaldo ¿Qué significa LOS SERES QUE SE ADELANTAN NO PUEDEN DESCANSAR? Me encantaría que me lo explicaras.

    Muchas gracias, Menta

    Escrito el 26 enero 2018 a las 09:28
  24. 24. Galia dice:

    Buen día Osvaldo: gracias por tus comentarios, en realidad en ese relato hay una base de verdad ya que el protagonista debería haberse subido al submarino desaparecido hace dos meses y no lo hizo por la enfermedad de su madre.
    Me gustó mucho tu relato, el grito de la vocación frente al llamado de los lazos sanguíneos, qué dilema.
    Un feliz cumpleaños para ti, los buenos deseos van más allá de un tiempo cronológico.
    Saludos.
    Galia

    Escrito el 26 enero 2018 a las 14:04
  25. 25. Pato Menudencio dice:

    Que emotivo relato, imaginé el rostro del narrador, moreno y curtido por una vida frente al mar.

    La historia está muy bien escrita y se lee todo de un tirón.

    Nos leemos.

    Escrito el 26 enero 2018 a las 15:15
  26. 26. Roger Nhicap dice:

    Hola Osvaldo,
    Al leer esta linda historia me vino a la mente una frase del gran García Márquez que dice algo parecido a esto: “ El escritor que no trabaje con sus realidades, con sus experiencias, mal anda.
    Al narrar en primera persona, y con esa tranquila emotividad que trasmites al describir las situaciones, no dudo que has conocido una historia que te inspiró el relato.
    Me ha gustado, en especial cuando cuentas los días de pesca en la Lupita por Boca de Rïo, en Veracruz. Me parece una descripción muy precisa que permite visualizar las imágenes tan marineras. Recordé un excelente huachinango a la veracruzana que comí en Boca del Rio en las navidades de 2000.
    Un excelente trabajo que he leído con mucho interés. Te felicito.
    Un abrazo.

    Escrito el 26 enero 2018 a las 20:55
  27. 27. Menta dice:

    Hola Osvaldo: Muchas gracias por la información que me has facilitado. Ya he leído en Internet algunas calaveras literarias. No tenía ni idea que existiera este tipo de coplillas.

    El año pasado leí un relato en este blog que trataba de esta misma costumbre del día dos de noviembre en México y me sorprendió también.

    Muchísimas gracias por todo, Menta

    Escrito el 27 enero 2018 a las 11:27
  28. 28. Vespasiano dice:

    Estimado Osvaldo:

    Primero felicitarte por tu setenta cumpleaños.

    Después agradecer tu paso por mi relato y el comentario que has dejado.

    El tuyo me ha parecido hermoso. Ya te han dejado los compañeros bonitas alabanzas que comparto, así como consejos acertados para mejorar la escritura que todos podemos aprovechar.

    Felicidades nuevamente y nos seguiremos leyendo.

    Escrito el 27 enero 2018 a las 23:40
  29. 29. Ratopin Johnson dice:

    Hola Osvaldo,

    Felicidades ante todo!. También por el relato, emotivo y familiar que nos has traído. Entiendo que el nieto Eulalio eligió antes la devoción por la familia que por la patria. Creo que escogió correctamente.
    Pero a la vez, antes, al llevar a Dolores consigo en la embarcación, se entiende que renuncia también a seguir pescando. Esto me confunde un poco. Se establece un pararelismo entre el abuelo y el nieto muy atractivo, pero aún así, me cuesta encajar eso, siendo gente que lleva la mar en la sangre, terminan quedándose en tierra (los dos).
    Por lo demás, nada que objetar, me has trasportado a ese muelle, y sentía el murmullo del mar, el ruido de las gaviotas (tremendo jaleo que organizan), y el sol sobre la cara.

    Escrito el 29 enero 2018 a las 18:22
  30. 30. Osvaldo Vela dice:

    Esta visita a mi propio texto se debe a que quiero agradecer a todos, los que con su contribución a mi relato, redoblan mi energía para seguir adelante con mi aprendizaje.

    Pero quisiera dedicarle mi aprecio a aquellos, quienes sin participar, estuvieron atentos al desempeño de Literautas.

    AMILCAR: Gracias por las atenciones tan poéticas que me dedicas: “Con la edad, la ilusión huye con pies veloces”. A mí me pasa lo mismo solo que la ilusión dejó conmigo, la fuerza de la insistencia y seguimos en la brega. Gracias.

    LUIS PONCE, como lo has hecho desde años, agradezco tu perseverancia al participar con un comentario positivo a mis escritos. De verdad siento mucho que tu participación se haya visto trunca en esta ocasión. Pero estaré pendiente de tus letras en este próximo texto.

    Vaya que me has puesto un reto que tendré en cuenta: una grata y pacifica década. Por ese lapso, me voy a portar bien.

    LEONARDO OSSA, Siempre agradecido del comentario que mes con mes me haces llegar. Parece que el tema de mis textos presiona las teclas justas para despertar tus remembranzas y tus emotividades. Estoy pendiente y te estaré enviando los textos que de mi pluma salgan. Gracias.

    EARENDIL. Gracias por tus palabras siempre halagadoras a mi entendimiento. La historia de este mes, es el resumen de varias escenas de mi novela corta, al participar en un concurso, “El viejo y el mar”.

    Cuando escribes una novela te adentras tanto en los personajes y en los escenarios que te puedes explayar en ellos con facilidad. Hubo mucho trabajo de investigación en dos ocupaciones: la pesca y la vida de la Marina de México.

    Te agradezco tu visita y espero leerte en este próximo taller. Gracias.

    A LOS DEMÁS, Gracias por sus comentarios.

    Escrito el 1 febrero 2018 a las 01:03
  31. Amigo Osvaldo:

    Te deseo muchos más años de próspera escritura, que la disfrutes y que no te falte nunca algo que contar.

    Tu relato es todo un homenaje a los sueños rotos, al amor por la familia, a los sentimientos que inundan a todo ser humano cuando tiene algo pendiente que no pudo terminar.

    Quizá siempre se vea en los descendientes la prolongación de los sueños propios. Y tú has dado en el clavo evitando caer en la tentación de ponernos un final feliz. Optaste por la realidad de la vida, la que nos golpea en la cara con toda su crueldad. Tal vez así podamos extraer alguna sabia lección.

    Nos seguimos leyendo.

    Un abrazo.

    Escrito el 4 febrero 2018 a las 22:28

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