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Una cuenta pendiente - por Violeta

Era un día lluvioso y gris del mes de abril. El capitán del «Golondrina» esperaba a que el último tripulante llegara para hacerse a la mar. Pero el marinero no subió al barco.

Llevaban tres días atracados en el puerto de Vigo. La mayor parte de la dotación había bajado a tierra deseosa de abandonar la embarcación después de una larga travesía. Únicamente Juan permanecía en cubierta, mirando desde la distancia. Se había enrolado en el barco la última vez que este había llegado a la ciudad. Tenía experiencia y muchas ganas de partir, así es que no le resulto difícil que lo aceptaran.

Ahora había vuelto al punto de partida, al lugar del que se había tenido que marchar precipitadamente poniendo un océano de por medio.

Aquello fue un accidente, o eso al menos se decía Juan, casi cada día, pero tuvo miedo y huyó. Ahora nadie lo creería.

Habían pasado seis meses desde aquello, y a Juan le parecían años. Él no era el de entonces. Ni esas calles por las que por fin paseaba. Ni las tiendas con sus rótulos de colores. Ni los adoquines negros y brillantes que le devolvían su reflejo en cada charco. Todo era nuevo, el pasado ya no estaba. Llevaba mucho tiempo intentando adormecer la culpa, la responsabilidad de lo ocurrido. Se mostraba como si fuera la primera vez que ponía los pies en aquel lugar. Se aventuró un poco más y sus pasos lo llevaron al «Margaritas», una pequeña y oscura taberna en un barrio de las afueras. Él ya había estado antes en ese lugar. La misma barra, las mismas miradas escrutadoras, la escalera de madera negra que llevaba al piso superior, donde empezó todo. Los recuerdos le caen encima como losas asfixiantes una vez que cruza la puerta.

Gritos y forcejeos entre un hombre y una mujer invaden su mente. Ella intenta liberarse de ese abrazo violento que la oprime, él no está dispuesto a dejarla escapar. La lucha es desigual y feroz. Al final la arroja con tanta violencia sobre la cama que termina golpeándola contra el pico de una mesa. Cae al suelo, inerte, sobre una alfombra que se tiñe de rojo. La escena le sorprende, sabe que ha sido él el causante de todo, pero el alcohol le nubla los sentidos. Baja las escaleras corriendo y huye asustado sin mirar atrás en el primer barco que encuentra.

Ahora comprende que ha vuelto para quedarse, para asumir su responsabilidad y poder liberarse de los fantasmas que siempre le rondaron, aunque él luchara por ignorarlos. Al fin se siente redimido y pide un último trago en libertad, al tiempo que entra una pareja de guardias civiles.

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10 comentarios

  1. 1. Laura dice:

    Hola Violeta.
    Has logrado un muy buen relato.
    Me hizo un poco de ruido que arrojó a la mujer a la cama y se golpeó con el pico de una mesa. Tal vez si cayó de la cama o golpeó con un poste me quedaba mejor.Tal vez es sólo mi problema.
    De todos modos, un buen relato, muy bien escrito, a mi parecer.
    Hasta la próxima propuesta.

    Escrito el 18 enero 2018 a las 11:39
  2. 2. José M. Fernández dice:

    Hola Violeta:
    Una buena narración sobre el tema de la culpa y la redención. Solamente un punto que no me queda muy claro: si Juan aparece en cubierta al principio del relato ¿cuándo baja e inicia su periplo? Es una observación.

    Saludos

    Escrito el 19 enero 2018 a las 13:46
  3. 3. Gabriela dice:

    Hola Violeta

    Tu cuento ha logrado mantenerme cautivada hasta el final, lo ha logrado la forma en que vas desenredando el contenido del mismo, generando el suspenso necesario para ir llegando al momento actual, desde una decisión ya tomada en el pasado.
    El manejo de la culpa y el enfrentar las responsabilidades a costo de libertades es un condensado de valores que se advierte en tu cuento entre lineas.
    Hay un buen manejo de los tiempos ya que estos y el transcurrir de los mismos son esenciales en estos temas.
    Tal vez en lo único que no hubiera destacado o abundado es en el párrafo “El no era el de entonces.”….lo que sigue que abunda en la ciudad distrae del personaje….y luego al final del párrafo viene la frase que redondea “los recuerdos le caen encima como lozas.”. Hubiera destacado el personaje, como lo haces en la primer y ultima frase.

    Un gusto.
    Tu vecina de arriba.

    Escrito el 19 enero 2018 a las 18:53
  4. 4. Charola dice:

    Hola, Violeta.

    Gracias por leerme y comentar mi relato.

    El tuyo está muy bueno. Hay algunas cosas que te han comentado los compañeros que me aúno a ellos y que tienes que cambiar para que haya verosimilitud y seguimiento. Pero en general un buen relato, fluido, bien escrito. “No siempre escapar es lo mejor”.
    ¡Felicitaciones!

    Algunos mejorables:
    -En el primer párrafo, después de “a la mar” me parece que una coma estaría mejor.
    -resultó (con tilde)

    Me parece que este párrafo estaría mejor en tiempo pasado Y al final dos puntos, para luego hacer un flash back en tiempo presente como lo has puesto que me pareció genial:

    Los recuerdos le cayeron encima como losas asfixiantes una vez que cruzó la puerta:
    Gritos, forcejeos….

    Muy bien, me gustó. El final también bueno, abierto. El título inmejorable. ¡Enhorabuena!

    Nos seguimos leyendo.
    Un abrazo.

    Escrito el 19 enero 2018 a las 21:06
  5. 5. Doralú dice:

    ¡Hola Violeta!

    Muy interesante tu relato. Buen desarrollo de la trama que me atrapó desde el inicio. Está muy bien contado el relato, desde mi punto de vista, no sobra ni falta nada. Logré visualizar el ambiente y las escenas desarrolladas Tiene buen ritmo, buena ortografía.

    Coincido con las sugerencias de los compañeros.

    Un abrazo

    Escrito el 20 enero 2018 a las 05:04
  6. 6. isan dice:

    Hola Violeta:

    Dicen los expertos que hay varias maneras con las que no debe empezar un relato o una novela. Una de ellas es la descripción del tiempo. Supongo que será por estar muy manida. Yo creo que hay buenos autores que lo hacen y lo hacen bien. Supongo que el secreto está en que se introduzca algún elemento original o que sea absolutamente imprescindible. No te lo digo como crítica del tuyo. A mí me ha gustado el comienzo.

    Te has quitado el reto sin ningún problema a la primera de cambio. Está bien y es muy oportuno.

    Te comento un par de cosas de forma que complementan lo que ya re han comentado, especialmente Charola:

    “Ahora nadie lo creería.” —> Si se refiere a Juan debe ser LE. Si se refiere al problema está bien LO.

    “…aunque él luchara por ignorarlos.” Falta la tilde en luchará

    Creo que hay una aparente contradicción. En el segundo párrafo dices que Juan permanece en cubierta sin bajar, pero luego le vemos yendo al “Margaritas”.

    Seis meses parecen mucho y no son nada. Te ausentas ese tiempo de casa, y cuando vuelves, todo sigue igual. Nada ha cambiado.

    Me ha gustado el relato. La conciencia juega ese papel de hacernos culpables de nuestras acciones y de la necesidad de redimirlas. Aunque, por desgracia, no ocurre en todos los casos. Todo depende.

    El hecho de que vuelva al lugar, lo veo muy simbólico. Es querer afrontar su responsabilidad, enfrentarse a los hechos y decir “aquí estoy yo, soy culpable”. Lo que me ha chocado ha sido la eficacia de la guardia civil en acudir a detenerle. Aunque, por la manera en que iba el relato, está bien porque juega ese simbolismo.

    Un buen relato para disfrutarlo.

    Un saludo.

    Escrito el 20 enero 2018 a las 17:29
  7. ¡Hola Violeta!

    Creo que has hecho un buen trabajo relacionando el pasado con el presente y es fácil deducir al final lo que le espera a Juan.

    La parte donde se narra el accidente me parece excelente, te da los detalles justos, sin exagerar, para que nuestra mente se imagine toda la situación.

    Tu historia de redención es muy interesante, ya que nos presenta cómo las malas decisiones y la culpa muchas veces no nos dejan seguir adelante.

    El único detalle que me queda como en duda, es el orden en la última frase del texto que dice:

    “Al fin se siente redimido y pide un último trago en libertad, al tiempo que entra una pareja de guardias civiles.”

    Creo que la parte de “al tiempo que entra una pareja de guardias civiles” es muy cortante o resulta imprecisa para la oración. El conjunto de palabras funciona para el contexto de la historia, pero tal vez si hubiera sido ubicado de otra manera así como:

    “Al fin se siente redimido, y al tiempo que entra una pareja de guardias civiles, pide su último trago de libertad.”

    Tal vez de esta forma podría haber cerrado la historia sin parecer que faltaba algo más por decir.

    No soy experta y estoy aprendiendo bastante de los comentarios en mi historia pero te expreso mi opinión.

    Disfruté mucho tu relato, saludos y éxitos! 😉

    Escrito el 21 enero 2018 a las 02:36
  8. 8. MOT dice:

    Hola Violeta.
    Corto, conciso, comprimido…ccc…Me ha encantado, y precisamente por ello, las tres c.
    Secundo la pregunta/observación (me corroe la curiosidad) de nuestro compañero José M. Fernández, je je je
    Otra cosilla: Quizás el último párrafo quedaría mejor también en pasado, dejando así el penúltimo en presente, en plan “flashback”, que, para mi gusto personal, le daría más énfasis, si cabe.
    Un verdadero placer haberte leído…Saludos.

    Escrito el 21 enero 2018 a las 18:47
  9. Hola Violeta,
    ¡Una razón de peso para que el marinero no haya vuelto al barco! Las motivaciones de los escritores han sido muy variadas para encontrar una razón plausible, y la tuya es muy imaginativa. Ajustar una cuenta pendiente con la justicia parece ser móvil suficiente y el relato transcurre raudo y sin ambages, lo cual se agradece. Me pregunté por un momento si el piso superior de la taberna era un dormitorio, si había vivido allí… pero no me estorbó la lectura, que en definitiva me fue placentera.
    Saludos.

    Escrito el 22 enero 2018 a las 22:01
  10. 10. Violeta dice:

    Hola, compañeros.
    Gracias, muchas gracias por vuestros comentarios tan amables y vuestras acertadas aportaciones que me hacen mejorar y seguir aprendiendo. Siempre es un placer la escritura y compartirla con quiénes también la aman mucho más.
    Me preguntan algunos compañeros por el marinero que de pronto bajo a tierra, pensé que con un “por fin” quedaba dicho sin necesidad de explicar más, pero lo mismo me equivoqué y debí contar un poco más. Saludos

    Escrito el 23 enero 2018 a las 12:13

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