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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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Azul - por Cucharilla

Azul.

– ¿Y esto?
– Son acuarelas de una tía abuela.
¿No te he hablado nunca de ella? Me gustaba. Era culta y divertida.
Ya anciana canturreaba "Él vino en un barco de nombre extranjero", entrecerraba los ojillos y espiaba divertida las reacciones de los que la rodeaban. Con sus años y la libertad que le había dado cierta dosis de senilidad se desquitaba de las humillaciones de su vida; los golpes con el cinturón cuando su padre supo del embarazo, el silencio acusatorio de sus hermanas, los suspiros y rosarios de su madre, el enjambre de murmullos que la perseguía… Me explicaba que cantaba para recordar al marinero que le regalo a su niña, la que nació azul y muerta porque su padre no consintió en llamar al médico cuando el parto se complicó. Siempre decía mi niña sirena cuando se refería a aquel bebé que apenas tuvo unos minutos en brazos, pero que según me dijo una vez, la hizo libre: "Me llevó fuera de las normas. Me hizo ser repudiada y ya no se esperó nada de mí, solo constricción y vergüenza, y, ¿sabes qué?, fingir eso ha sido poco precio a cambio de que me dejasen en paz."
A menudo me pregunto quién fue el protagonista de su canción. No parece posible que se tratase de un marinero de paso por la ciudad. Creo que siempre mintió sobre eso; las niñas bien de entonces ni siquiera rozaban los círculos donde esos hombres se movían.

Terminado el encargo del capitán y aún con una sensación extraña, el marinero no subió al barco inmediatamente. Pensaba en la muchacha. Algo había sucedido esa mañana y no era capaz de explicarse qué. Aquella tienda oscura e intimidante, con el aire espeso de polvo e inmovilidad, llena de altísimos estantes llenos de pequeñas cajas, papeles, libros… Se preguntaba cómo podía una chica tener buen color encerrada todo el día en aquel lugar, y sin embargo, ella siempre aparecía con las mejillas sonrosadas y el pulso acelerado, como si llegase corriendo desde el campo.

"Ya han pasado seis meses. Cualquier día…". Sabía que llegaría a primera hora de la mañana, una lista en la mano y compraría papel del bueno y pastillas de acuarelas, azules sobre todo. Extranjero. Dueño de un idioma áspero y desconocido. Miraría las estanterías como si fuesen algo exótico y no los viejos estantes entre los que ella se había criado. La miraría a ella con cierta extrañeza. El mismo ritual, dos veces al año desde hacía tres. Lo espiaba desde la trastienda y se sonrojaba sólo de pensar en cruzar unas palabras con él. Palabras que ni siquiera entendería.
Su padre pintaba mediocres naturalezas muertas de colores densos y pesados con pinceladas pastosas de óleo, pero el marinero pintaba acuarelas azules… Y no olía a colonia rancia y no tenía panza y su frente no era pálida ni tenía goterones de sudor y sus manos no eran blandas y temblorosas y no lucía mofletones rasurados, sonrosados y varicosos. Era lo contrario a su padre y a los hombre que frecuentaban la papelería, las cenas en casa, la misa, el casino… Su novio también sería así algún día. Por eso le gustaba tanto a su padre. Por eso decían todos que era un buen partido.
"Aquí tiene sus acuarelas, el papel de dibujo y el secante. Se lo envuelvo. Sí… a la cuenta del Princesa báltica. Llévame contigo, sácame de aquí , por favor, o me moriré…" Lo había dijo todo en el mismo tono, sonriente, como si aún siguiese hablando de la calidad del papel y los tonos de azul, y se había quedado luego muy quieta, mirándolo a los ojos.

El marinero salió despacio de la tienda. Ella sabía que no la iba a rescatar pero no sintió rencor o pena. Lo que amaba de aquel hombre era la sensación de libertad que le transmitía y esa libertad la conseguiría ella sola, de algún modo… Su novio la deseaba, y era cobarde y estúpido.

– El caso es que mi tía abuela se quedó embarazada muy joven pero no se casó. El novio se marchó de la ciudad tras recibir una carta suya y aunque unos lo tacharon de cobarde y otros de cornudo nunca se aclaró el asunto. El padre terminó por mandarla a una ciudad del interior, lejos de cualquier puerto y allí pasó su vida, trabajando en una biblioteca hasta que se jubiló. Luego volvió al sur y empezó a pintar el mar.

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11 comentarios

  1. 1. Kaila dice:

    Hola Cucharilla,

    Un relato muy bonito la verdad, me ha encantado esto “Me llevó fuera de las normas. Me hizo ser repudiada y ya no se esperó nada de mí, solo constricción y vergüenza, y, ¿sabes qué?, fingir eso ha sido poco precio a cambio de que me dejasen en paz.” el hecho de que para ser libre tuviera que romper el canon de lo que estaba “bien”. Es una frase que te hace pensar y reflexionar bastante sobre la vida y las cosas que haces, sobre todo, por qué las haces. Trasladable a nuestro tiempo.

    En cuanto a la parte formal y demás del texto, me he fijado que usas bien los diálogos, excepto en que el guión largo no va seguido de espacio antes de la palabra “—Palabra…”

    Y otra cosa es que para entender bien el texto he tenido que leerlo dos veces, ya que cambias de la voz narradora de un personaje; a un narrador en tercera persona, hablando del marinero en un escenario, luego hablando de los dos en otro… y luego de repente vuelve a hablar el personaje. No se, fue un inciso un poco raro en el que me perdí en la primera lectura jaja

    Por último, una tontería, aquí cuando dices “Lo había dijo todo en el mismo tono” entiendo que quisiste decir “dicho”, aunque aquí no se pueda corregir así lo tienes en cuenta si lo subes a otro sitio o lo enseñas.

    Nada más que añadir, precioso y ¡ah! la importancia significativa del color Azul, también le dio un toque especial.

    Soy la 142, por si te apetece pasarte 🙂
    ¡Nos leemos!

    Escrito el 18 enero 2018 a las 23:44
  2. 2. Kaila dice:

    Hola de nuevo,

    Tras mandar el comentario y salir del texto, me he dado cuenta de que participa en el reto… por tanto, el personaje que siempre miente es… la tía abuela? la que narra su historia? Las acuarelas no son de la tía abuela si no de ella?

    Siento no haberlo entendido, de verdad. Espero que el siguiente que comente (o tú) pueda esclarecer estas dudas :'(

    Escrito el 18 enero 2018 a las 23:50
  3. 3. Cucharilla dice:

    Hola Kaila, muchas gracias por tus comentarios. Es mi primera participación en esto y todo me resulta emocionante.
    Ya he corregido el “dijo/dicho” y me he puesto en la lista de deberes repasar el uso correcto de guiones en los diálogos.
    Respecto al reto, he intentado transmitir que quién mentía era la tía abuela. El marinero no pudo ser el padre de su hija, pero es lo que ella da a entender cuando canturrea…
    El cambio continuo de narrador ha sido intencionado. Le he dado tantas vueltas al texto que yo tengo claro quién habla en cada momento, pero a lo mejor desde fuera se ve confuso. No sé. Tengo curiosidad por leer otros comentarios a ver si la sensación es generalizada.
    Te agradezco mucho tu lectura atenta y tus comentarios. Este fin de semana te leo yo a ti y te cuento.
    Un saludo.

    Escrito el 19 enero 2018 a las 11:10
  4. 4. Judith dice:

    Hola Cucharilla,

    Leí en otra publicación un comentario tuyo que termina diciendo algo así como “es mi primera vez por aquí y estoy ávida de comentarios” y como también es mi primera vez y también estoy ávida de comentarios, decidí venir a leerte.

    Antes que nada decirte que me gustó mucho tu cuento. Mucha ternura en la descripción de la tía abuela y me gustó mucho también la descripción del tipo de hombre que no era el marinero.

    Te comento que al igual que Kaila, yo también me perdí sobre quién estaba hablando. Mi primer despiste fue luego del segundo renglón “– Son acuarelas de una tía abuela.”, cuando dices “¿No te he hablado. nunca de ella?”, ¿sigue hablando la misma persona del diálogo anterior? Entiendo que es así y entonces creo que hay un error en la puntuación. Debería continuar en el mismo párrafo, pero no soy experta en esto así que sería bueno que lo investigaras un poco.

    Espero te sirvan mis comentarios. Mi cuento es el 27. Te espero por allí si puedes.

    Saludos.

    Escrito el 19 enero 2018 a las 19:15
  5. 5. Mongope dice:

    Hola, Cucharilla,
    Pues… me ha gustado mucho tu relato. Sólo que como te comentan anteriormente, me he perdido con los narradores. Pero ya veo que lo has hecho expresamente. Quizás, no sé, alguna manera de llevar de la mano al lector al iniciar la segunda parte del relato.O quizás no, cada cual tiene su estilo…y sus lectores ¿no crees?

    Dos cosillas que he visto: Una ya te la han dicho “los guiones” y otra, ojo con los posesivos, en este caso “su o sus” en la primera parte se repite muchas veces. Lo puedes cambiar por algún artículo para evitar la monotonía: “Las hermanas” o “la vida”…

    Me ha encantado. Sigue trabajando 😉

    ¡Nos leemos!

    Escrito el 19 enero 2018 a las 20:47
  6. 6. Juan Nadie dice:

    Me gustó mucho el relato porque me recordó algunas historias verídicas que me contó en mi infancia una señora, que de vivir, tendria hoy bastante mas de 100 años.
    Por lo que respecta al texto en si, en determinados puntos es cierto que puede ser un poco confuso el personaje que habla.
    Pero para mi esta bien construido.
    Saludos

    Escrito el 20 enero 2018 a las 13:30
  7. 7. Pulp dice:

    Hola Cucharilla (me encanta tu nick :-)),
    En primer lugar felicitarte por tu relato, me pareció precioso. Dices que es tu primera vez por aquí, pero no es tu primer relato, eso seguro… Este en concreto se lee del tirón, la abuela/joven
    nos llega al corazón en un par de frases explicándonos su historia, y al ver que participabas en el reto opcional, se dibuja una sonrisa en la cara del lector al darse cuenta de la mentira.
    Debo coincidir en que el texto en una primera lectura se hace algo confuso de seguir cuando cambias de personaje, pero eso tiene fácil solución.
    Espero leerte en próximas ocasiones, felicidades de nuevo.

    Escrito el 21 enero 2018 a las 20:40
  8. Hola Cucharilla,
    Me gusta mucho tu seudónimo y me ha encantado tu relato. Muestra una gran sensibilidad y amor por el detalle y el trabajo bien hecho. Una historia entrañable de una señora que en su época fue revolucionaria. Demuestras tener mucha imaginación, haces buenas descripciones de los personajes, de modo que uno los puede ver. Son animados y se visualiza toda la escena.
    Un poco de desequilibrio quizás en los saltos de una época a otra, en los cambios de narrador. A lo mejor te podrías trabajar estos aspectos para evitar que el lector pierda pie en ocasiones intentando situarse en los distintos momentos del relato. Al menos esto me ha pasado a mí. Pero es cierto grandes autores también se permite estos saltos, así que no me hagas mucho caso.
    ¡Me gustó!

    Escrito el 21 enero 2018 a las 23:17
  9. Hola Cucharilla

    He leído dos veces el relato y la segunda me ha gustado más que la primera porque he entendido mejor lo que encierra el relato.

    Tiene tema:la necesidad de ser uno mismo y la lucha para conseguirlo.
    La anécdota es buena: una joven encerrada en una tienda con un destino más que marcado que ve en el marinero la posibilidad de escapar.
    El final sorprendente también está pues llega a quedarse embarazada para poder salir de ahí sin importarle su futuro incierto.
    Muchas cosas las cuentas con imágenes y eso está muy bien.

    Las cosas que no me acaban de cuadrar:
    Empiezas con un diálogo en el cual la primera persona que habla no vuelve a aparecer y eso desconcierta al lector.

    Si no he entendido mal, el marinero entra por primera vez en la tienda queda pensativo pero luego vuelve a embarcar, la muchacha piensa en su regreso. El marino un día vuelve y la muchacha le dice eso de que la saque de ahí. Si es así deberías de aclararlo mejor:
    En el 2º párrafo, donde dices: “Terminado el encargo del capitán y aún con una sensación extraña, el marinero… deberías terminarlo diciendo que piensa volver a verla.
    En el 3º :”Ya han pasado seis meses. Cualquier día…”. Sabía que llegaría a primera hora de la mañana, una lista en la mano y compraría… Deberías decir que es la chica que piensa:
    “Ya han pasado seis meses -PENSABA PEPITA- Cualquier día…”. Sabía que llegaría a primera hora de la mañana, una lista en la mano y compraría…

    Y luego, al fin:”Aquí tiene sus acuarelas, el papel de dibujo y el secante. Se lo envuelvo. Sí… a la cuenta del Princesa báltica. Llévame contigo, sácame de aquí , por favor, o me moriré…” Lo había dijo todo en el mismo tono….

    Yo diría: “Aquí tiene sus acuarelas -DIJO PEPITA- el papel de dibujo y el secante. Se lo envuelvo. Sí… a la cuenta del Princesa báltica. Llévame contigo, sácame de aquí , por favor, o me moriré…” Lo había dijo todo en el mismo tono…

    Te cometo todo esto porque dices que vas en busca de críticas constructivas 🙂

    Lo mío solo son ideas…

    Espero haberte ayudado

    Saludos

    Escrito el 22 enero 2018 a las 20:33
  10. 10. Cucharilla dice:

    Hola a todos y todas. Gracias por los comentarios. Los valoro muchísimo.

    Tomo nota de algo en lo que todos coincidís; el juego de tiempos y narradores resulta confuso. En el relato original las partes correspondientes al pasado estaban en cursiva y el inicio del relato y la explicación final, es decir, lo que está contado desde el presente no, pero la verdad es que al enviarlo aquí no conseguí pasarlo así. No sé si fue desconocimiento mío o que la página no lo permite. Ese recurso daba una pista del cambio de registro y estoy segura de que ayudaba a entenderlo a la primera. El juego es intencionado, pero tendré en cuenta vuestras sugerencias.

    Mongope, tienes toda la razón con los posesivos. No me había dado cuenta pero ahora me resulta evidente… ¿en qué estaría pensando?. Voy a pulirlo. Te agradezco la observación.

    Paola, el marinero es un cliente habitual, cada seis meses pasa por la tienda para surtir de material de dibujo al capitan del barco, por eso ya conoce cómo es la tienda y cómo es la chica. Cuando termina el encargo sale de la tienda con la sensación de que algo ha pasado, pero nada más. A fin de cuentas él solo cumple con un encargo. Se supone que pasados seis meses volverá.
    La voz narradora del principio sí vuelve a aparecer. Lo hace al final, cerrando la historia.
    Como he comentado al principio, veré cómo pulir los saltos de tiempo y narrador para que no sean tan confusos, aunque ese juego me gusta. A ver si puedo alcanzar el equilibrio.
    Quiero agradecerte el análisis detallado que haces de mi cuento. Tienes razón, busco crítica constructiva y aquí la esoy encontrando de buena calidad. No veo otra forma de aprender.

    Nos seguimos leyendo.

    Escrito el 23 enero 2018 a las 19:33
  11. 11. Laura dice:

    Hola Cucharilla.
    También me he perdido. Veo que ha sido intencional el cambio de narradores. En tal caso te sugiero que hagas una separación mayor entre el cambio de uno a otro para que tus lectores no tengamos tantas complicaciones. Es tan sólo una sugerencia.
    Tu texto está muy cuidado en su redacción.
    Me pareció maravillosa la idea de la tía que desde un embarazo no deseado decide buscar su vida, saliendo como pudiese de una vida que sabía que no la conformaría.

    Hasta la próxima propuesta.

    Escrito el 1 febrero 2018 a las 11:44

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