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Soñadores - por Carlota Baronchelli

El cielo amaneció gris en la costa de Arguineguín y el hombre del tiempo había anunciado olas de tres metros. “Otro día sin salir a pescar”, pensó Luis mientras tomaba su primer café y observaba el mar desde la cocina de su pequeño apartamento. Hacía seis meses que lo había alquilado y no sabía cuanto tiempo más podría continuar pagando la mensualidad. Las cosas no le habían ido muy bien últimamente. Se vino a Gran Canaria desde Venezuela buscando un futuro mejor y ahora dudaba de si había sido una buena idea.
Se acercó al muelle a hablar con el patrón. Lo encontró revisando las redes.
– Hoy no salimos, está peligroso – le dijo.
Así que un día más, el marinero no subió al barco. Pensó que tendría que buscar otras opciones para salir adelante. En la avenida de la playa había unos cuantos bares, igual les hacía falta un camarero o un freganchín. Decidió dar un paseo por la zona y preguntar. La calle estaba llena de jubilados del pueblo que aprovechaban la mañana para caminar y compartir sus últimas novedades. No imaginaba que lo que estaba a punto de suceder les iba a proporcionar historias que contar durante meses.
En el horizonte se dibujaba una embarcación rudimentaria. El hombre del tiempo había acertado ese día y las olas embestían bravas contra aquella caricatura de navío. Según se acercaba a la costa, Luis y la comitiva de retirados entendieron que se trataba de un cayuco y que no tenían tiempo que perder.
– Hay que organizarse para buscar ayuda.
– A sus órdenes, capitán.
Hacía meses que no llegaban cayucos a la costa de la isla y los medios de vigilancia se habían reducido. Luis llamó al 112 desde su móvil sin saldo, del que ya solo se podían realizar llamadas de emergencia. A los diez minutos dos equipos de Salvamento Marítimo se acercaban a aquel contenedor de seres desesperados que habían puesto su vida en manos de alguien que les prometía un futuro mejor. Nadie les habló de la posibilidad de morir ahogados en el trayecto ni de la repatriación. Nadie les habló del paro y de las dificultades que Luis ya estaba experimentando.
Las zodiacs se iban acercando a la orilla cargadas inicialmente de niños y mujeres y posteriormente de varones, la mayoría jóvenes. Luis y su equipo aguardaban ansiosos con mantas y termos de café y leche que habían conseguido reunir tocando en las puertas de los vecinos de la zona. Las ambulancias no llegaban.
El improvisado equipo de emergencia se dispuso a hacer una cadena humana. Iban recibiendo uno a uno a los rescatados y les proporcionaban abrigo y una bebida caliente. Poco a poco las caras de desesperación y las miradas perdidas se colmaron de agradecimiento. Media hora después llegaron los voluntarios de la Cruz Roja y los sanitarios. El médico encargado de la asistencia se dirigió a la cuadrilla:
– Gracias por su colaboración. Había varios niños al borde de la hipotermia y sus cuidados han sido de gran ayuda.
Tras celebrar la hazaña con su nuevo grupo de amigos se dirigió a su apartamento. Rebuscó entre los cajones las fotos que tenía de su familia. La sonrisa de su mujer y sus dos hijas permanecía inalterable y pensó que, a pesar de las dificultades, ya era hora de que se reunieran y siguieran la vida juntos. No había sido un día perdido. Quizás todavía había motivos para ser optimista.

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5 comentarios

  1. 1. Otilia dice:

    Hola Carlota Baronchelli,
    Me ha gustado tu relato. Una realidad que hoy vivimos y que los lideres que manejan el mundo no arreglan.
    En cuanto a la forma, me ha parecido que las rayas de algún diálogo no están bien.
    Felicidades. Saludos.

    Escrito el 18 enero 2018 a las 11:36
  2. 2. El Gato Azul De Las Montañas Del Sur. dice:

    Tu relato me ha gustado mucho y como dice Otilia, se puede ver como una ventana a la realidad. Me parece que usas bien su estructura y la construcción del personaje.

    Cómo recomendación te diría que entre párrafo y párrafo utilizaras un espacio extra para hacer más cómoda la lectura.

    Sin más, espero nos leamos la próxima vez.
    Si deseas pasarte por mi relato, es el 134.

    Un abrazo.

    Escrito el 18 enero 2018 a las 14:16
  3. 3. Carmen Jódar dice:

    Muy buenas ^-^

    Tu relato es tremendamente realista, y está muy logrado. Me gusta tu narración, tu estilo y cómo has llevado la trama.

    Felicidades ^-^

    Mi relato es el 53, por si quieres leerlo ^-^

    Escrito el 22 enero 2018 a las 21:37
  4. 4. Galia dice:

    Muy realista tu relato, Carlota, pintas una realidad cruel pero cotidiana. Aquí en Argentina estamos recibiendo muchos exiliados venezolanos que ponen sus vidas en varias maletas y huyen buscando la libertad.
    Si quieres leerme, estoy en el 154.
    Saludos.
    Galia.

    Escrito el 26 enero 2018 a las 20:02
  5. 5. Laura dice:

    Hola Carlota.
    Gran relato.
    Ten en cuenta el uso de los guiones para los diálogos.Hay una entrada al respecto muy completa.
    Hasta la próxima propuesta.

    Escrito el 30 enero 2018 a las 11:38

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