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La nebulosa - por Judith

Se despertó de repente con una frase que se repetía en su cabeza: el marinero no subió al barco. No tenía ni la menor idea de qué podía significar. Por más que rebuscara en su cansado cerebro no encontraba conexión con nada. ¿Qué hora era? Seguro ya estaba retrasado, pero tampoco podía recordar para qué. Estiró la mano para ver la hora en su teléfono. No había nada, no estaba el teléfono, ni la mesa de luz, nada. De a poco sus ojos se fueron acostumbrando a la oscuridad y pudo ver que no estaba en su cuarto, ni siquiera parecía un cuarto de hotel. La cama y una puerta era casi lo único que podía distinguir. Buscó a tientas un interruptor de luz. Tampoco. Nada. Tenía frío. Todo lo veía como en una nebulosa y oía voces y ruidos lejanos que no le eran familiares. ¿Dónde estaba? ¿Qué estaba haciendo allí? No podía recordar nada. Sólo esa frase: el marinero no subió al barco.

Lentamente, se levantó de la cama y caminó hacia la puerta. Intentó abrirla, pero no tenía picaporte. Golpeó y gritó para que alguien lo oyera, pero casi no tenía fuerzas, nadie lo podría oír. Las voces y ruidos seguían siendo lejanos. Risas de niños. El frío era cada vez más intenso. La oscuridad continuaba rodeándolo. Comenzó a desesperarse. ¿Qué estaba pasando?

De pronto, la puerta se abrió. Pudo ver una figura entrando. Observó cómo se acercaba a él. Sintió que lo besaba y abrazaba, pero no tenía idea de quién era. ¡Ay, si pudiera borrar esa nebulosa que rodeaba todo y pudiera ver con claridad! La figura le hablaba y no lograba entender lo que le decía. Le había traído comida en una bandeja. Creía que le decía que comiera, que le había hecho… ¿tu plato preferido? La figura se quedó mirándolo un rato mientras que él, como un autómata, comenzó a comer. La figura se fue, pero antes le dio otro beso. Era una mujer joven y parecía amable. Cuando terminó el plato sentía la necesidad de salir de allí, escapar, pero la puerta otra vez no tenía picaporte. ¿Cómo había entrado la mujer?

Se recostó en la cama y fijó la mirada en el techo. Por más que buscara en su cabeza algo que le hiciera entender dónde estaba y qué hacía ahí, cuál era su conexión con esa mujer, no lograba encontrar nada. Ella parecía estar familiarizada con él. Sin embargo, intentaba recorrer los lugares más recónditos de su cerebro buscando respuestas, pero nada. Cansado, se durmió.

Un ruido lo despertó. Abrió los ojos y se incorporó. Ahora podía ver un poco más claro. Hasta parecía reconocer el cuarto. Increíblemente la puerta tenía un picaporte. ¿Habría soñado que no lo tenía? Pensó que podría salir a dar una vuelta y ver si recordaba algo más. Se animó. Quizás si ahora viera a la mujer la podría reconocer: la nebulosa ya no era tan densa. Se levantó y fue hacia la ventana. ¡Qué raro, ahora había ventana! Quería ver si afuera era de día o de noche, si hacía frío o calor. Corrió la cortina y notó que estaba oscureciendo. Vio algunas personas caminando con gruesos abrigos. Invierno entonces. Capaz salir a caminar no era la mejor idea.

Se volvió a sentar en la cama. Miraba fijamente la pared. Había un cuadro hermoso. Parecía pintado al óleo. Una pareja sonreía feliz. Los colores eran nítidos y alegres. Alegría. ¿Hacía cuánto que no sentía esa sensación? Todo era tan confuso…

La puerta se abre nuevamente. Una figura distinta está entrando. Esta vez es una figura más pequeña y saltarina. Un niño. ¿Qué hora es? Creyó que lo había pensado nada más, pero él le respondió:

—Son las siete y media, abuelo, hora de leer el cuento —le dijo, mostrándole un libro—. ¿Te acuerdas? Te traje una manzana… ¿O prefieres una banana?

La figura femenina asomó por la puerta y llamó al niño. En un susurro le dijo al oído:

—Léele el cuento, amor, pero no insistas para que el abuelo recuerde. —Le sonrió conteniendo una lágrima que quería escapar—. Ya no va a poder recordar muchas cosas…

El niño corrió hacia su abuelo, le tomó la mano en la que depositó la manzana, se sentó al lado suyo en la cama y comenzó a leer.

—El marinero no subió al barco. Ahí nos habíamos quedado, abuelo — dijo con entusiasmo. Esta vez evitó preguntar “¿te acuerdas?”.

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34 comentarios

  1. 1. LUDIKA dice:

    Muy buen relato! En un momento pensé que todo iba a terminar en el típico recurso de ¨un sueño¨, pero la vuelta que le diste con el nieto es muy buena.
    Gran trabajo te felicito.

    Escrito el 17 enero 2018 a las 17:45
  2. 2. Héctor Romero dice:

    Judith, aquí agradeciendo tu visita y comentario a mi relato. Con respecto al tuyo, te digo que me ha cautivado esa amalgama de intriga, misterio, ternura… un título acertado, etc. Felicidades, espero sigamos leyéndonos.

    Escrito el 17 enero 2018 a las 19:11
  3. 3. susylg dice:

    Judith, me encantó el relato, muy bien trabajado el desvarío senil del personaje. Yo también voy a seguir leyendo tus relatos. Abrazo

    Escrito el 18 enero 2018 a las 01:08
  4. 4. Charola dice:

    Hola, Judith.

    Me ha encantado tu texto. Felicitaciones.

    Solo veo un fallo:
    “La puerta se abre nuevamente”.
    Como todo el texto está en tiempo pasado. Esto también debe estar en pasado: “La puerta se abrió nuevamente”.

    Nos seguimos leyendo. Gracias por leer el mío.

    Escrito el 18 enero 2018 a las 01:16
  5. 5. Laura dice:

    Hola Judith.
    Hermoso relato. Me sumo a quienes te felicitan.
    Hasta la próxima propuesta.

    Escrito el 18 enero 2018 a las 11:50
  6. 6. Judith dice:

    Muchas gracias, Ludika, Héctor, Susylg, Charola (ahora sin cambiarte el nombre) y Laura por sus comentarios y sobretodo por leerme!

    Hasta la próxima!

    Escrito el 18 enero 2018 a las 18:28
  7. 7. Yoli dice:

    Hola, Judith
    Que relato más tierno te ha salido, me ha gustado mucho. Has descrito muy bien como se debe de sentir alguien que padezca Alzheimer, es una triste realidad.
    Si quieres leer el mío, soy el 71.
    Saludos.

    Escrito el 18 enero 2018 a las 19:25
  8. 8. Carmen Jódar dice:

    Hola Judith 🙂

    ¡Me ha encantado tu relato! Buena expresión, narración, ortografía… todo me ha parecido estupendo. La trama es muy tierna y me ha llegado al corazón.

    Mi enhorabuena, de verdad.

    PD: Mi relato es el 53, “El barco de la Muerte” Por si le quieres echar un vistazo 😀

    Escrito el 18 enero 2018 a las 20:23
  9. 9. Calensul dice:

    ¡Hola Judith!

    Envidio cómo has creado el conflicto, simple pero potente. Y la ambientación, casi sentía cómo mi propia cabeza daba vueltas.

    Lo único, creo que la palabra “nebulosa” queda extraña en el texto. Cuando pienso en nebulosas pienso en las nubes de colores que hay en el espacio, no en confusión mental. Aunque no sé de dónde eres, igual es una palabra común en otros lugares donde se hable español.

    ¡Mucho ánimo!

    Escrito el 18 enero 2018 a las 20:41
  10. 10. Judith dice:

    Yoli, Carmen, muchísimas gracias por leerme y por sus comentarios. En un ratito hago un comentario en el de ustedes. Ya los leí, pero no había tenido tiempo de comentar.

    Calensul, antes que nada perdón porque ya vi que otra vez cambié el nombre y en el comentario en tu relato puse Nubes en vez de Calensul. Tengo un problema de distracción nominativa jaja Muchas gracias por tu comentario y me alegro que te haya gustado el relato. Te cuento que, efectivamente, soy de Uruguay y vivo hace 6 años en México, y allí nebulosa tiene dos acepciones: la astronómica que tu bien describes, y una figurativa donde significa estado de confusión. Te pego aquí el link de la definición de la RAE. http://dle.rae.es/?id=QKJi5Z1 No tenía idea que esta acepción no era general para todos los países hispano hablantes; siempre es bueno aprender algo nuevo.

    Saludos.

    Escrito el 19 enero 2018 a las 18:28
  11. 11. Cucharilla dice:

    Hola Judith.

    Muy bueno tu relato. La primera parte ha conseguido angustiarme, y por tanto, me ha llevado al lugar del protagonista.
    Todo el rato tenía la curiosidad de como resolverías el tema de la frase “el marinero no subió al barco” y la manera en que todo encaja al final me ha parecido redonda.

    Discrepo con Charola. A mí me gusta ese cambio en el tiempo verbal que nos saca de la nebulosa del anciano y nos trae a la realidad, a lo que realmente sucede a su alrededor. Me parece un recurso muy bien usado.

    Te seguiré leyendo y agradeciendo tus comentarios.

    Un saludo.

    Escrito el 19 enero 2018 a las 19:45
  12. 12. marazul dice:

    Hola Judith: tú si que sabes enganchar al lector je,je…Todo aquel que empiece a leer tu relato tendrá que terminarlo. En ese aspecto mis felicitaciones. También me gusta mucho el contenido del texto. Es a la vez triste y tierno. Nos presentas un problema muy común entre los mayores, la falta de memoria y esa terrible enfermedad del Alzheimer. Además desde el punto de vista del que lo padece, que creo es más difícil. Transmites muy bien el estado de desorientación del abuelo. En cuanto a la forma, salvo lo que te ha dicho nuestra amiga charola que es un lince, lo veo correcto.
    Encantada de leerte
    Un abrazo

    Escrito el 19 enero 2018 a las 19:52
  13. 13. Yoli L dice:

    Hola Judith

    Gracias por tu paso en mi relato #31

    Me ha gustado el tuyo.

    En cuanto a los mejorables leo que repites palabras muy seguidas que podrías cambiar por sinónimos, como ejemplo: …estaba en su cuarto, ni siquiera parecía un cuarto de hotel… Por “habitación de hotel”

    ¡Nos seguimos leyendo!

    Escrito el 19 enero 2018 a las 22:10
  14. 14. Osvaldo Vela dice:

    Hola Lupita, si que sabes enganchar al lector, porque estoy de acuerdo al cien con marazul. Solo agregar que el tema que escogiste es llegadero, porque los nietos son la mejor terapia para los abuelos.

    Las alcances de uno y otro ya se han emparejado. uno va a la alza y el otro en decadencia. Así es que ambos pueden gozar el uno del otro sin el estrés del rechazo.

    Te felicito y agradezco tu visita y tus fabulosas buenas vibras a mi relato.

    Que el 2018 se ajeno a achaques y penas: que todo sea gozo.

    nos leemos.

    Escrito el 19 enero 2018 a las 22:32
  15. 15. María Kersimon dice:

    Hola, Judith,
    Me gustó mucho tu cuento. Me intrigó al principio, luego me emocionó la situación entre abuelo y nieto y se hizo la luz de pronto.Muy buena descripción del panorama interno de una persona amnésica y desorientada. La neblina,que poco a poco se levanta… la halucinación de la puerta sin pomo… Muy gráfico y sugerente.
    Me gustó mucho.
    Saludos.

    Escrito el 20 enero 2018 a las 00:26
  16. 16. Kurt dice:

    Buenas! Muy lindo relato. Me gusta mucho la forma en la que incluiste la frase, muy original.
    Las descripciones están muy bien logradas y se siente la desesperación del hombre. Sin embargo, no logro comprender el por qué de los cambios en la habitación. Por otro lado, tampoco comprendo por qué marcaste el reto opcional, no lo veo presente.
    ¡Buen escrito! De los que llegan.
    Abrazo!

    Escrito el 20 enero 2018 a las 01:02
  17. 17. Judith dice:

    Gracias Yoli L, Osvaldo, Maria y Kurt. Vamos por partes.

    Kurt, tienes toda la razón, el haber marcado el reto fue un error de principiante ya que soy nueva por literautas y no entendía qué estaba marcando. En mi texto no hay ningún personaje mentiroso.

    Con respecto a los cambios en la habitación fue un recurso (de tipo surrealista como bien lo indicó un amigo) para acentuar los vaivenes de los estados confusionales: a veces son peores, a veces mejoran. Por lo mismo hay repeticiones, yoli, en el texto: para acentuar la decadencia que también se tiene en él área lingüística.

    Espero haya podido explicarme y pido perdón por lo del reto opcional.

    Escrito el 20 enero 2018 a las 01:18
  18. 18. Kurt dice:

    Gracias Judith por la aclaración, quería confirmar que no me estaba salteando algo.
    Este mes también fue mí primer entrega en está página y el primer texto propio que la luz. Como ya te dije, el tuyo me gustó.
    Espero que nos sigamos leyendo.
    Abrazo!

    Escrito el 20 enero 2018 a las 01:29
  19. 19. Calihope dice:

    Hola Judith! Vengo a agradecerte tu comentario y me veo inmersa en una historia que hasta me enfada de no entenderla, pienso: ha bebido? Será un sueño? Estará secuestrado bajo el efecto de alguna droga?
    Y me sorprendes con algo tan sencillo como la vejez…
    Mi más sincera enhorabuena, mantienes enganchado al lector desde el principio con el ceño fruncido pensando y al final haces que lo envuelva una oleada de ternura y tristeza…
    Me sorprende la naturalidad con la que se introduce la frase como un cuento infantil…muy original
    Nos leemos!

    Escrito el 20 enero 2018 a las 04:13
  20. 20. Auxi Morata Alegre dice:

    Hola Judith.

    Precioso relato, me ha encantado, me parece que has creado muy bien una sensacion de misterio para acabar dándonos un giro emocional que me ha parecido bellísimo y diferente.

    Muy buen trabajo!

    Soy tu compañera del relato número 25, por si te quieres pasar.

    Un beso! Nos leemos!

    Escrito el 20 enero 2018 a las 10:58
  21. 21. isan dice:

    Hola Judith:

    Correspondo a tu visita a mi relato con mucho gusto.

    Me parece un relato impecable desde el punto de vista formal, sintaxis y ortografía. Muy cuidado. Únicamente te comento un par de cosillas que yo cambiaría:

    “De a poco sus ojos se fueron acostumbrando…” Esta frase se entiende, pero “de a poco” es una expresión que, para mí, está mal construida. Sirve para un diálogo, pero no para un narrador.

    “Capaz salir a caminar no era la mejor idea.” A eta frase parece que le falta algo para que tenga pleno sentido.

    Has sabido plantear la problemática del alzheimer desde el punto de vista del enfermo, algo que es tremendamente desconocido y al final nos has desvelado la fuente de la frase con la que despertó. La pega que le pondría es que me ha parecido bastante larga la narración de lo que ve o imagina el abuelo. Demasiadas explicaciones que ocupan gran parte del relato. En un principio pensaba que se trataba de la típica pesadilla de alguien que luego se despierta. Recurso muy manido y que no gusta (el de los sueños). Esto hacía que lo leyera con cierto recelo, pero el final lo has arreglado ya que, aunque sea algo parecido a un sueño, se trata de reflejar cómo se puede sentir una persona en esta situación, lo cual me parece un trabajo muy meritorio. Otra cosa que no me ha parecido bien es el comentario que hace la madre al niño delante del abuelo. Supongo que aunque tenga poca memoria tiene sentimientos, al menos momentáneos.

    En definitiva, buen relato en el fondo y en la forma.

    Un saludo

    Escrito el 21 enero 2018 a las 21:43
  22. 22. Judith dice:

    Hola isan,

    Muchas gracias por leerme y por tu detallado comentario. Te comento que no soy de España. Soy uruguaya y vivo en México hace 6 años y es quizás por esto que a ti te resultan raras construcciones que en mi oído suenan naturales. Te agradezco me lo marques porque me gusta poder llegar al neutro en cierto tipo de narraciones.

    Con respecto a lo largo de la parte de cómo va viendo el exterior el protagonista puede que tengas razón. Mi idea fue ir detallando los vaivenes de la mente de una persona enferma durante un día: más confuso, menos confuso, luego más otra vez. Puede ser que me haya excedido.

    En referencia al comentario que le hace la madre al niño, puse que desde la puerta la madre lo llamó y le dijo al oído en un susurro justamente por lo que tú planteas: el viejo sin dudas tiene sentimientos y la hija sin dudas lo hizo de manera tal que su padre no la escuchara.

    Nuevamente muchísimas gracias por tus contribuciones que voy a tener en cuenta.

    Saludos.

    Escrito el 21 enero 2018 a las 23:34
  23. 23. R.J. Esperanza Pardo dice:

    Hola, Judith

    Últimamente intento comprender el difícil tema del punto de vista de la narración y los tipos de narradores. Es en lo primero que me fijo cuando leo un relato. Me inclino por pensar que tu relato está narrado desde el punto de vista de un narrador omnisciente limitado, es decir, un narrador que puede ver objetivamente lo que está pasando, y además, puede acceder a la mente de uno de los personajes. En tu relato desde un principio el narrador ha establecido que está en la mente del abuelo, percibiendo a través de la consciencia de este personaje, pero al final el lector se encuentra con algo que choca, pues el narrador de repente pasa a la consciencia de otro personaje ya muy avanzado el relato. Me refiero a este diálogo: “En un susurro le dijo al oído: —Léele el cuento, amor, pero no insistas para que el abuelo recuerde. —Le sonrió conteniendo una lágrima que quería escapar—. Ya no va a poder recordar muchas cosas…”.

    Date cuenta de que cuando escogemos una voz narrativa nos tenemos que ceñir a las reglas que nos hemos marcado desde el principio. Y si en este caso la perspectiva del punto de vista de la narración está dentro de la mente del abuelo, parece un cambio brusco pasar a saber lo que susurra la mujer al niño al oído y saber incluso que está conteniendo una lágrima que quería escapar.

    Quizás esté aquí la explicación de por qué nuestro compañero Isan ha pensado que el abuelo estaba oyendo lo que decía la mujer.
    El relato me ha gustado, sí creo no obstante que la parte donde está desorientado el abuelo ocupa bastante y se podría reducir algo (desde luego el párrafo del cuadro y lo que le transmite, alegría, es genial).

    Bueno pues el punto de vista de la narración es una de las cosas más difíciles con que nos encontramos los aficionados a escribir ficción, así que si estoy errada en lo que digo espero que me lo corrijas.

    He subrayado alguna expresión o palabra que me resultan curiosas por no utilizarlas por aquí (he leído que vives en México). Pero bueno, el idioma tiene que ester vivo y evolucionar, aunque sí es interesante saber dónde se utilizan y dónde no. Por ejemplo: ” Seguro ya estaba retrasado” “mesa de luz” (aquí decimos mesilla de noche o la luz de la mesilla), “De a poco”, ” Capaz salir a caminar”

    Pues nada más, y aunque haya hecho el comentario del narrador me ha gustado mucho y transmite, que es lo importante. Espero seguir leyéndote.

    Un cordial saludo.

    Escrito el 23 enero 2018 a las 18:42
  24. 24. Judith dice:

    Hola Esperanza,

    Muchísimas gracias por tu visión desde otro ángulo y tu análisis tan profundo. Me pusiste a pensar las cosas desde otro ángulo y eso siempre es bueno.

    Voy a empezar por la parte más fácil: efectivamente, soy de Uruguay y vivo en México hace unos años. Como soy traductora, me apasiona todo el tema de las palabras, términos o construcciones que se utilizan de distinta forma en los diferentes países que utilizan un mismo idioma como base. Con la conquista española, el idioma español se desperdigó por toda (o casi toda América) y allí al mezclarse con idiomas, lenguas o costumbres distintas se fueron formando diferentes lenguas, valga la redundancia. Tal como tu dices, las lenguas son vivas, encantadoramente vivas. En este caso mesa de luz se utiliza en Uruguay, y en España se dice mesilla de noche. Si lo analizamos la base es la misma, la mesa (nosotros decimos también mesita que es otra forma del diminutivo) y luego se le agrega una aclaración de uso: mesilla de noche, porque se usa en la noche; mesita de luz, porque se usa para la luz (y la luz se usa en la noche). Pero ya me estoy yendo por las ramas porque, como te comenté, me encanta este tema de las palabras.

    Vamos a lo que planteaste primero. Tienes razón, mi voz narrativa es omnisciente, pero no está situado dentro de la mente del anciano, sino que tiene cierto poder para meterse en ella y salir. La parte del relato de los estados confusos del anciano el narrador está casi dentro de la mente del viejo, pero no es que esté allí exclusivamente, sino que entra y sale. Esto es hacer que el narrador se oculte tras el personaje para darle cierto aire fantástico al relato. Sin compararme, (lejos estoy de eso) Julio Cortazar utiliza esta técnica.

    Muchas gracias, Esperanza, de nuevo, por hacerme pensar las cosas desde otro punto y analizar mi cuento de otra forma. Yo también espero seguir leyéndote y seguir leyendo tus inteligentes análisis.

    Saludos.

    Escrito el 24 enero 2018 a las 17:44
  25. 25. R.J. Esperanza Pardo dice:

    Hola otra vez Judith,

    Te paso un enlace sobre el punto de vista de la narración, es muy interesante.

    http://ciudadseva.com/texto/punto-de-vista

    Un cordial saludo

    Escrito el 24 enero 2018 a las 22:35
  26. 26. Judith dice:

    Hola nuevamente,

    Muy buen artículo y entiendo tu punto. Aún así, me parece que mi narrador omnisciente mantiene la salvedad del narrador limitado que se describe en tu artículo. En esa frase que te llamó la atención como fuera de lugar, el narrador no está accediendo a la mente de la mujer, sino que relata algo que pertenece al campo de lo que se puede observar a través de los sentidos:

    “La figura femenina asomó por la puerta y llamó al niño. En un susurro le dijo al oído:

    —Léele el cuento, amor, pero no insistas para que el abuelo recuerde. —Le sonrió conteniendo una lágrima que quería escapar—. Ya no va a poder recordar muchas cosas…”

    Quizás lo único que pueda ser considerado como que no se quedó “con la visión externa de las cosas” sea que dice que contenía una lágrima. No sé, puede ser discutible que sea algo del campo de lo que se ve o se siente. Voy a seguir pensándolo.

    Muchas gracias nuevamente! Me gusta que me hagan pensar…

    Escrito el 25 enero 2018 a las 00:23
  27. 27. R.J. Esperanza Pardo dice:

    Hola, Judith

    Me remito a lo que dice el enlace casi al principio:

    “Al comienzo del cuento deberá indicar al lector qué grado de omnisciencia ha elegido; una vez hecha esta señal, se abre un “contrato” entre el autor y el lector, contrato delicado de romper. Si se ha limitado a la mente de James Lordly durante cinco páginas mientras James mira lo que hacen la señora Grumms y sus gatos, rompe usted la convención si se mete de pronto en la mente de la señora Grumms. Igualmente, nos sentiríamos tratados mal y dispuestos a romper gustosos el contrato si nos da usted los pensamientos de los gatos.”

    Tu narrador comienza el relato dentro de la mente del abuelo, no se mete y sale y viceversa, sino que permanece dentro de esa mente de una forma bastante obsesiva y potente durante las 666 primeras palabras de un relato de 743 palabras, que no es poco. Como lectora me ha resultado “curioso” el efecto que me ha producido no ya que el narrador se meta ligeramente en la mente de la mujer, sino el contenido de las palabras que susurra ésta a su hijo porque yo seguía dentro de la mente del abuelo. Es tu creación y faltaría más que yo dijera que está mal o bien, solo hablo desde mi punto de vista como lectora porque no soy una experta, por algo estoy aquí, pensando 😉

    Un abrazo

    Escrito el 25 enero 2018 a las 11:56
  28. Oh, Judith, qué cosa más bonita has creado. Has conseguido un relato cargado de cariño, a pesar de la crudeza y el desconcierto inicial.

    Creo, bajo mi opinión, que podría mejorar contado en primera persona. ¿Lo has pensado? Así se podría conectar más con los sentimientos de este abuelo.

    He notado un par de fallos que paso a reseñarte:
    1_ ¿tu plato preferido? Creo que aquí iría mejor ¿su plato preferido? Crea concordancia con el resto del texto.
    2_ “Capaz salir a caminar no era la mejor idea.” Creo que aquí la edición final te jugado una mala pasada porque la frase es incomprensible.

    Me ha gustado mucho tu propuesta. Creo que es la primera vez que te leo y me he llevado una grata sorpresa.

    Felicidades por tan buena historia.

    Nos seguimos leyendo.

    Un abrazo.

    Escrito el 25 enero 2018 a las 20:38
  29. 29. Judith dice:

    Esperanza,

    Entiendo tu punto. Sigo pensándolo. Para ayudarme a pensar: ¿cuál es el efecto que te ha producido el contenido de las palabras que susurra ésta a su hijo? ¿El efecto puede estar teñido por que, como dices en tu primer comentario, intentas comprender el difícil tema del punto de vista de la narración y los tipos de narradores y es en lo primero que te fijas cuando lees un relato? ¿o no? Yo estoy muy metida en mi cuento como para darme cuenta si esa parte del cuento produce un efecto distinto al que quisiera: que saque al narrador del cuento de golpe sin dudas es un efecto contrario al que quiero lograr; pero si lo saca de la neblina de confusión en la que venía el anciano y lo lleva a la ternura, es el efecto que quería lograr. Estuve pensando si será una buena opción eliminar esa frase y, como te dije, estoy todavía muy metida en él para poder decidir.

    Gracias!

    Escrito el 25 enero 2018 a las 21:26
  30. 30. Judith dice:

    Jean Ives,

    Muchas gracias por leerme, comentar, por tus halagos y por tus sugerencias. Sí, efectivamente, en algún momento pensé en hacerlo en primera persona, pero finalmente opté por como lo hice casi instintivamente. Si hubiera escogido la primera persona la parte que vengo “discutiendo” con Esperanza no hubiera estado y me hubiera evitado mucho análisis jajaja

    Con respecto a lo de “tu plato preferido”, ya una amiga me lo había marcado. Te explico lo mismo que le expliqué a ella: al poner tu plato y no su plato y entre signos de interrogación mi intención era marcar como que el viejo pensaba que eso era lo que había podido escuchar. En el original lo puse en cursiva, pero al pasarlo a Literautas no se copió como cursiva.

    El “Capaz salir a caminar…”, ya muchos me lo marcaron. Creo que es una construcción un tanto común en Uruguay, pero no se entiende en España, así que voy a cambiarla.

    Y sí, es la primera vez que me lees porque es la primera vez que participo.

    Gracias nuevamente.

    Saludos.

    Escrito el 25 enero 2018 a las 21:34
  31. 31. R.J. Esperanza Pardo dice:

    Judith, como está narrado, desde la mente del abuelo, de una forma tan intensa que parece un narrador equisciente hasta ese momento, lleva a pensar, al menos a mí, que él está escuchando lo que susurra la madre, y ello choca porque pienso que puede dolerle al abuelo, y no parece que fuera ésta la intención de la autora.
    Y de nada, Judith, vuelvo a decirte que ésa es mi opinión o percepción como lectora y éste es tu relato. Un abrazo

    Escrito el 25 enero 2018 a las 22:52
  32. 32. Ane dice:

    Hola Judith, que bonita historia. Dura, pero tierna a la vez. Está muy bien contada, hasta el final no he sabido realmente qué pasaba. Cómo mejora, estoy de acuerdo con lo que dice Jean Ives, es un relato que pide ser narrado en primera persona.

    Te felicito. Espero leerte el próximo mes y gracias por pasar por mi relato.

    Saludos.

    Escrito el 28 enero 2018 a las 19:26
  33. 33. beba dice:

    ¡Qué belleza!¡Cuánta ternura! Una gran creatividad y eficiencia narrativa.
    Perdona que tardara en comentarte después de tu visita, pero es tuve de vacaciones y no soy muy hábil con el celular. Un saludo.

    Escrito el 29 enero 2018 a las 17:04
  34. 34. José Torma dice:

    Hola Judith, gracias por tu visita y tus palabras a mi relato.
    Tu relato es muy bueno, la atmosfera que creas, me tenía cogiendo oxígeno a un ritmo más rápido que lo normal, mil y una historias pasaron por mi mente de lo que estaba leyendo. Muy bien logrado. Si algo te pudiera comentar es en la frase “el marinero no subió al barco” en el contexto que lo pones, creo debería ir con comillas. Fuera de ahí, logras llevarnos a donde tú quieres. Tengo un relato que se llama “Domingo”, donde me aventuro también en este tema. Como tú, creo logre un texto tierno de algo horrible.
    Muchas felicidades.
    p.d. no sabes qué alegría me da cuando alguien entiende en total sincronía lo que mi mente pensó al escribir. Le has dado a la diana con tu interpretación. Muchas gracias otra vez.

    Escrito el 30 enero 2018 a las 17:37

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