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Estrellas Danzantes - por Eliot Sag

¡Andate a la mierda, puta! Esas fueron las últimas palabras que Miyeilha escuchó de su madre.
Miyeilha era una niña grácil e inocente que soñaba con poder bailar al ritmo de las estrellas que toda la vida había visto en el techo de su casa. La casa era una caseta de chapa de cuatro por cuatro metros situada entre el puerto y el vertedero municipal; tenía el techo tan agujereado que el reflejo de las luces de los camiones que pasaban hacía ver los agujeros como miles de estrellas danzantes, esas mismas que noche tras noche despertaban los sueños de Miyeilha, y con ese espectáculo la hacía escapar de esa realidad inmunda, dura, agobiante y triste, para una niña de apenas 12 años.
Inés Garmendia de Larracochea había discutido con Susana, su única hija; la quería a más no poder y eso mismo la hacía agobiarla permanentemente, metiéndose en su vida una y otra vez. Se había transformado en esa madre asfixiante luego de enviudar de Raúl Larracochea, un ingeniero agrónomo, estanciero, que luego de la última gran crisis se había suicidado, no tanto por las pérdidas económicas, sino por haber fracasado en el rubro que dominaba, cosa que no se pudo perdonar.
La discusión de Inés o Niní como la llamaban sus amigas del bridge, con Susana, había sido sobre con quién iban a pasar la Navidad. No podía concebir cómo su única hija había decidido pasar la Navidad en un hotel de la costa con su marido y su hija de meses, sin siquiera preguntarle qué opinaba ella y además quitándole la posibilidad de pasar la Navidad con su nieta. Lo que no sabía Niní era que esa despedida fría y rápida tras la discusión marcaría su vida futura como ninguna otra.

Las lágrimas de Miyeilha corrían en silencio, dejando atrás la única casa que conocía, dejando atrás donde noche a noche, a pesar de todo lograba tener sueños; ella siempre había estado atrás de su madre suplicándole cariño, siempre ignorada y desplazada por cada hombre que se transformaba en un padrastro efímero y en padre de alguno de sus seis hermanos menores.
Su único pecado fue confesarle a su madre que a sus doce años, cuando el promedio de las niñas se están desarrollando, ella creía estar embarazada, y que el padre era el actual padrastro, quién en una noche de borrachera había abusado de ella como en tantas otras ocasiones, sin que nadie lo supiera o quisiera saber. Lo único diferente esta vez era que había resultado embarazada y a los ojos enfermos de su madre esto la convertía en competencia. Ella esperaba la contención materna frente a tan espantosa revelación, pero solo recibió insultos vomitados con furia y algún que otro golpe de quien se supone debería darle amor.
Esta vez su corazón había dicho basta.
Atrás quedaba su casa y sus estrellas danzantes, delante la incógnita de adónde ir.
El invierno se ponía duro y Miyeilha, entre refugio, puerto y limosna, hacía lo que podía, pero lo que no haría y estaba convencida de ello sería regresar donde bailaban sus estrellas.
Una noche de agosto, tarde en el puerto, el marinero no subió al barco porque una tos que provenía de abajo de la escalerilla de madera le llamó la atención; al bajarse y mirar se encontró una niña embarazada, con muy mal aspecto que al verle se desvaneció. Fue internada en el hospital en gravisimo estado por una gripe devenida en neumonía. Atrás quedaban sus desgracias y zozobras, ahora lo único importante era salvar su vida.

El teléfono de la casa de Niní sonaba casi con furia. Carmela, la ama de llaves, atendía e inmediatamente le alertaban de lo que había ocurrido, “una persona en estado de ebriedad había embestido al auto de Susana y sus tres ocupantes habían muerto”. No hay forma de describir el grito de angustia de Niní al enterarse de la noticia, de tan fuerte fue mudo. Su mundo, que ya estaba en escombros, acabó en ese momento.
Diez años habían pasado desde que perdiera a su familia. Esa noche de agosto, trabajando como dama de beneficencia en el hospital, contempló cómo ingresaba esa niña embarazada en gravisimo estado y no se separó de ella hasta que volvió en sí para parir en Navidad, tras esos largos cuatro meses de coma. Sus miradas se cruzaron e increíblemente brillaron cual estrellas danzantes. Niní y Miyeilha supieron en ese momento que era hora de adoptarse como nueva familia.

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7 comentarios

  1. ¡Qué bonito Eliot!

    Estaban destinadas a encontrarse y qué bien que lo hicieran.

    De tu relato destacaría sobre todo las estrellas de la niña en el techo de su casa. Me parece una imagen muy potente. Sobre todo porque has sabido darle un significado mayor en ese final. Gracias a ese gesto te ha quedado un relato redondo.

    En cuanto al plano formal no he notado nada reseñable. La lectura ha sido tan amena que ni me he fijado ni me apetece fijarme, ¡qué carajo! Quizá y por ponerte algún pero sería la construcción de las frases. Predominan las largas, muy largas diría yo, lo que produce una cadencia algo monótona. Pero eso es una apreciación personal. Siempre ando buscando cierta musicalidad (aunque no lo consiga siempre, jejejeje).

    Nos seguimos leyendo.

    Un saludo.

    Escrito el 17 enero 2018 a las 22:33
  2. 2. Elrecreo dice:

    Hola Eliot!
    Como historia está bien ambientada y la imagen de las luces es muy potente enhorabuena!

    A mejorar lo indicado en la parte formal y estructural

    Desde un punto de vista formal he encontrado estas posibles mejoras:
    Comillas en …
    “Andate a la mierda, puta!”, esas fueron…

    Puntuación
    Faltan algunas comas: “que pasaban, hacía ver…” “a pesar de todo, lograba tener sueños”
    Excesiva reiteración por ejemplo luego de…“ luego de enviudar de Raúl Larracochea, un ingeniero agrónomo, estanciero, que luego de la última “
    Esta frase creo que es innecesaria no aporta y “ensucia” la historia “cuando el promedio de las niñas se están desarrollando”

    Estructura:
    Demasiados personajes para un relato corto.
    Mayores separaciones entre los párrafos donde delimita la historia de Miyeilha y nina.

    Como historia está bien ambientada y la imagen de las luces es muy potente enhorabuena!
    A mejorar lo indicado en la parte formal y estructural

    En general creo que intentas contar muchas cosas y dar mucha información.
    Saludos

    Escrito el 19 enero 2018 a las 23:23
  3. 3. Elíot Sag dice:

    Muchas gracias por las indicaciones , soy bastante novato en esto de la escritura, por lo tanto aprecio mucho sus indicaciones.

    Escrito el 20 enero 2018 a las 00:46
  4. 4. DH dice:

    ¡Hola!

    Aquí tocas un tema real, cosas que de verdad suceden. No es mentira, no es un cuento, es algo que realmente pasa. Creó que es lo que mas me gusta, independiente de la trama. El tema que escogiste. No es fácil escribir de este tipo de situaciones, y menos hacerlo de una forma tan precisa en tan pocas palabras. Si creó que una trama como esta merece muchísimos mas párrafos que te expliquen otros detalles. Pero pare ser tan pocas palabras, esta bien y se entiende.

    El desenlace es muy bonito, me recuerda a esa frase que dice; “Lo ultimo que se pierde, es la esperanza”. Ellas viven cosas muy tristes, y encontrarse bien puede ser su tabla de salvación. De hecho, si tuviese que extender la trama mentalmente, diría que cada una tiene cosas importantes que enseñarle a la otra.

    Creo que no veo mas fallas que las que ya te han hecho ver, ¡Sigue adelante! Y no te preocupes, yo también soy novato. Por cierto, mi relato es el 40, por si quieres ayudarme a mejorar.

    Escrito el 20 enero 2018 a las 06:55
  5. 5. María Jesús dice:

    Hola Eliot: Hermoso relato, dices que eres novato pero yo vislumbro un gran talento entre tus lineas. Me gusta mucho como construyes las frases, con una prosa poética. Cuentas una historia triste que resuelves con dosis de esperanza.
    Quizá, por poner una pega, es que al ser un relato corto, te pierdes un poco con los personajes, pero haciendo una segunda lectura ese detalle se subsana. Sigue escribiendo así.
    Un saludo.

    Escrito el 20 enero 2018 a las 12:50
  6. 6. Laura dice:

    Hola Eliot.
    Tu historia es muy bella, pero es en partes el resumen de un libro, el cual tal vez puedes ir desarrollando con más tiempo y espacio.Tal vez tan sólo desarrollar una de las tantas partes, pero por supuesto, es tu texto, son tus ideas, lo mío es tan sólo un aporte que puedes eliminar tranquilamente.
    Magnífica expresión de las estrellas que bailan.

    Hasta la próxima propuesta.

    Escrito el 21 enero 2018 a las 21:17
  7. 7. Elíot Sag dice:

    Muchas gracias por los comentarios En, María Jesús y Laura, por tratar de hacer la historia en 750 palabras es que tuve que eliminar varias partes que quizás produzcan esas ganas de más, veré como lo hago, y creo también que da para mucho más. Soy de los que cree en la esperanza y de que hay cientos de historias trágicas como esta, y me gustaría que sus historias terminen de forma similar, pero se que es muy raro. Muchas gracias por tomarse el tiempo no sólo de leerme, sino también de responderme.

    Escrito el 22 enero 2018 a las 01:24

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