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Pensamientos de un alcatraz en la bahía de Hemingway - por Kik87

Aterricé sobre el punto más alto del faro que iluminaba la noche marcando la entrada del puerto, el correspondiente a mi posición como animal dominante sobre las demás. Tras una noche fría y húmeda, el frío había calado en mi ligero cuerpo. En equilibrio inestable hinché mis plumas en dirección al astro rey dejando que los rayos de luz se colaran entre el plumaje y me acariciaran la piel. Mire alrededor desde mi atalaya particular, la pequeña ciudad costera parecía despertar lentamente siempre con la misma rutina, mis súbditos adormecidos salían de sus nidos con los primeros rayos de luz y se dirigían con paso cansado hacía el puerto y, sobre planchas de madera empujadas por una tela al viento, se adentraban en el mar para pescar.
Aquellas criaturas inferiores no podían volar, ni tampoco eran capaces de descubrir el reflejo de los peces bajo el agua como un auténtico pescador aéreo, ni siquiera se sumergían en el agua para capturar aquellos peces despistados en la superficie, por el contrario, pasaban el día lanzando improperios contra su suerte, remando y peleando contra la fuerza indómita del agua para arrancar de las profundidades los peces que también eran su sustento, al finalizar el día ya cansados y exhaustos dejaban en la estela de la embarcación mi parte del botín y el resto lo intentaban ocultar en cajas que llevaban hacía sus nidos de piedra, ¡hasta en eso eran atrasados! Como no habían descubierto que la paja y el barro eran mucho más cómodos y agradables al tacto que la fría y dura piedra.
Aun su inferioridad me gustaba observar sus rutinas, de la misma forma que a los albatros, a aquellos seres les gustaba comer, las cosas brillantes, disfrutar de sus compañeras, propias o ajenas, y cuidar a sus crías, que también chillaban estruendosamente pidiendo la atención de sus progenitores.
A media mañana solo quedaba un barco en el amarre, un hombre mayor de andar pesado, se acercaba a la embarcación arrastrando los pies ligeramente encorvado, quede pensando unos instantes hasta que lo reconocí, aquel hombre solía llevar a un joven con él pero hoy estaba solo, triste y más agotado de lo habitual, parecía demorarse en salir a buscar mis peces, como si esperara algún milagro. Finalmente, el marinero no subió al barco y aquel viejo partió en silencio mar adentro.
Aquella noche, el viejo no regreso, a veces, con el mar revuelto los hombres caían al agua, y si no lograban subir al barco o este se hundía, no volvían a puerto, a mí, eso me molestaba porque me quedaba sin parte del pescado que me correspondía aquella tarde, pero habían más súbditos y el mar solía devolvérmelos flotando sobre el agua tras unos días, entonces , las gaviotas y yo, nos acercábamos volando y comíamos de la carne inerte sobre la superficie mientras los peces se alimentaban de la parte sumergida, así es la ley.
A los dos días, alzamos el vuelo en una corriente de aire y fuimos en su búsqueda. El mar estaba en calma y el día era claro, al poco, divisamos una vela hinchada por la brisa en dirección al puerto. Nos acercamos a la embarcación, era el viejo rumbo a puerto pero parecía bailar sobre la barca con el remo, golpeando el agua con fuerza. Amarrado al lateral del navío, asomaba la cabeza de un gran pez espada que se agitaba arriba y abajo sincronizado con los golpes de remo del anciano. Me pose, sobre el mástil del velero y empecé a salivar pensando en el gran animal amarrado al lateral.
Al poco de divisar el puerto, el viejo dejo de bailar, se sentó cerca del timón soltando unas lágrimas, pensé que sin duda ya estaría saboreando aquel pescado enorme, guisándolo a fuego lento, pero estaba a punto de llegar a puerto y aún no había eviscerado al animal, él savia que las entrañas eran mías, no hacía falta que se demorara más para darme mi parte, así que grazne, y aquel hombre me ignoro de forma insolente.
Así llegamos al puerto, muchos de los pescadores estaban reunidos alrededor del pantalán, expectantes, esperando nuestra llegada. El joven marinero estaba esperando de pie con un cabo en la mano, al acercarnos salto sobre el bote y lo amarro al pantalán. Se acercó al viejo y se abrazaron. En ese momento inspeccione mi preciado botín, perplejo, vi como del agua solo emergían las raspas sin nada de carne.
Inexplicablemente aquellos hombres seguían abrazados.

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7 comentarios

  1. 1. Calensul dice:

    La perspectiva es muy original, me gusta esa narración abstraída, pero que a la vez da cercanía, y creo que el tono altivo está muy conseguido.

    A medida que he ido leyendo he visto que faltan bastantes tildes, y que la puntuación es confusa en algunos puntos. Por ejemplo, “…el viejo no regreso, a veces…” o “…el día era claro, al poco…”. En estos casos habría que comenzar una nueva oración. El verbo “haber” se utiliza en tercera persona del singular aunque se refiera a un sustantivo plural cuando es sinónimo de “estar”: “…había más súbditos…”.

    También hay un par de momentos confusos en la narración.
    – Cuando dices “Finalmente, el marinero no subió al barco y aquel viejo partió en silencio mar adentro.” te estás contradiciendo. ¿Se quedó en tierra o partió mar adentro?
    – “pensé que sin duda ya estaría saboreando aquel pescado enorme, guisándolo a fuego lento”. Es evidente que esto no es así, y el alcatraz lo debería ver claramente.

    Por último, algunos detalles:
    – “Tras una noche fría y húmeda, el frío había calado en mi ligero cuerpo.” Repites frío.
    – “hinché mis plumas en dirección al astro rey”. Acabas de decir que el faro iluminaba la noche. El amanecer es un proceso más gradual.

    No quiero parecer muy crítica, es simplemente que me lleva muchas palabras describir pequeños detalles. Como decía al principio, me gusta el concepto.

    ¡Mucho ánimo!

    Escrito el 18 enero 2018 a las 20:05
  2. 2. Berundgaar dice:

    Coincido plenamente en la crítica positiva con Calensul. En las “negativas”, debo confesar, sólo he visto el detalle del marinero. Parece que sube y no sube al barco, o que tal vez estás hablando de una segunda persona.

    Sólo he detectado un error más:

    “pero habían más súbditos”.

    Esto es incorrecto. Nunca “habían”. La forma adecuada es “había más súbditos” No recuerdo la regla gramatical y además, en los últimos tiempos, es un error muy común, pero dado que este taller es para aprender a escribir bien, tenía que decírtelo.

    Lo cierto es que está muy bien escrito y el punto de vista es muy original y no menos acertado.

    Si quieres pasarte a destripar el mío, estoy en el 113.

    Un cordial saludo, Kik87. Nos leemos.

    Escrito el 19 enero 2018 a las 09:44
  3. Hola.
    Tienes que repasar los usos de la puntuación, tanto de la coma http://lema.rae.es/dpd/srv/search?id=V1EqcYbX4D61AWBBrd, del punto http://lema.rae.es/dpd/srv/search?id=PxrAnmVfND6FK0uGdT como del punto y coma http://lema.rae.es/dpd/srv/search?id=XAD3nkRJmD6NjdyDQ0. Se trata de texto áridos, pero suponen el compendio de todo lo que hay que saber de puntuación.
    Sé que no puede ser así, pero casi me da la impresión de que colocas los signos de puntuación al azar. Debido a ello me ha costado mucho llegar al final, de tanto corregir mentalmente la puntuación. Y es una pena, porque sobre todo al principio me gustaba la historia, tanto el tema como el ritmo (el ritmo que me marcaba en la cabeza al puntuar).
    Eso sí, se me ha hecho bastante forzada la frase del ejercicio: parece metida con calzador.
    Otros defectos ya te los han comentado arriba.
    Lo que comenta Berundgaar del ‘habían’: esa forma verbal se debe usar en 2ª y 3º _PLURAL_ del pretérito imperfecto. Pero e tu frase el sujeto no es un plural sino una especie de impersonal, que van en singular, por mucho que el complemento directo ‘súbditos’ vaya en plural.
    De todas maneras, si empiezas por corregir lo más grace (los defectos de puntuación), puedes escribir cosas interesantes.
    Un saludo.

    Escrito el 21 enero 2018 a las 23:02
  4. 4. kikin87 dice:

    Hola compañeros, gracias por pasaros y agradeceros el tiempo en realizar vuestros comentarios.

    Reconozco que he forzado demasiado la frase del reto para cumplir con ella, el marinero que no sube al bote es el joven que siempre acompañaba al anciano, pero es verdad que queda poco claro.

    El personaje narrador tiene una percepción poco ajustada de la realidad, por este motivo describe la historia según su visión, que no coincide con lo que sucede exactamente.

    Me apunto lo del verbo haber, la ortografía y la puntuación.

    Gracias una vez mas a ambos. Nos leemos.

    kik

    Escrito el 22 enero 2018 a las 08:23
  5. 5. isan dice:

    Hola Kik87:
    Como suelo hacer, te comento algunas cosas de forma que yo cambiaría:
    “…Tras una noche fría y húmeda, el frío había calado…” Por no repetir río, yo hubiera puesto p.e.: Tras una noche, el frío y la humedad habían calado…
    El párrafo que empieza con “Aquellas criaturas…” le vendría bien cambiar alguna coma por punto. Lo mismo que a otros que hay más adelante
    “Como no habían descubierto… Cómo con tilde.
    “Aun su inferioridad me gustaba observar sus rutinas, de la misma forma que a los albatros, a aquellos seres les gustaba comer, las cosas brillantes, disfrutar de sus compañeras,…” La veo liosa esta frase. A ver así:
    Aun su inferioridad, me gustaba observar sus rutinas, de la misma forma que a los albatros. A aquellos seres les gustaba comer, las cosas brillantes, disfrutar de sus compañeras,…
    “Aquella noche, el viejo no regreso, a veces, con el mar revuelto los hombres caían al agua, y si no lograban subir al barco o este se hundía, no volvían a puerto, a mí, eso me molestaba porque me quedaba sin parte del pescado que me correspondía aquella tarde, pero habían más súbditos y el mar solía devolvérmelos flotando sobre el agua tras unos días, entonces , las gaviotas y yo, nos acercábamos volando y comíamos de la carne inerte sobre la superficie mientras los peces se alimentaban de la parte sumergida, así es la ley.” A este párrafo le pasa lo mismo. Te propongo esta puntuación:
    Aquella noche el viejo no regreso. A veces, con el mar revuelto, los hombres caían al agua y, si no lograban subir al barco o este se hundía, no volvían a puerto. A mí, eso me molestaba porque me quedaba sin parte del pescado que me correspondía aquella tarde, pero había más súbditos y el mar solía devolvérmelos flotando sobre el agua tras unos días. Entonces, las gaviotas y yo nos acercábamos volando y comíamos de la carne inerte sobre la superficie, mientras los peces se alimentaban de la parte sumergida, así es la ley. Como ves he hecho unos cuantos cambios de lugar de comas y de puntos por comas. He quitado el plural de había.
    Hay en el relato algunas faltas de ortografía: “Me pose…” Posé con tilde. “…, él savia…” sabía con b y tilde. “…salto sobre el bote y lo amarro…” Saltó y amarró. “…inspeccione…” inspeccioné.
    Este relato me ha recordado a Hemingway y el viejo y el mar por la pelea del pescador y la llegada a puerto. Me ha parecido una idea muy original la versión desde el punto de vista del alcatraz. Arreglándolo un poco para que la lectura se haga fluida es un magnífico relato. Pero ya sabes que la forma es tan importante como el fondo. O mejor, es un todo. Imagina los ingredientes de un pastel mal mezclados. Quitando esto, el relato es estupendo.
    Un saludo.

    Escrito el 23 enero 2018 a las 21:38
  6. 6. juan nadie dice:

    Considero muy interesante tu punto de vista del viejo y el mar. Con respecto a las correcciones ortograficas (sin tilde), no voy a abundar en ellas pues tienen razón. Solo un ligera nota biológica; las gaviotas se alimentan de cadáveres e incluso llegan a tacar a moribundos, pero los albatros no suelen hacerlo por las dificultades que encuentran al alzar el vuelo desde el cadáver, vuelan mas fácil desde el agua.
    Un saludo

    Escrito el 24 enero 2018 a las 08:09
  7. 7. kikin87 dice:

    Isan, agradecerte un mes mas el tiempo invertido en el comentario, en el análisis y las correcciones.

    Leyendo tu comentario, se hace patente que, al igual que en la pastelería, la técnica y la forma se hacen esenciales.

    Seguiré intentando mejorar, pero el camino será largo y tortuoso.

    Juan nadie, gracias por el comentario y por la clase de ornitología, documentarse correctamente es importante también.

    Gracias una vez mas a ambos. Nos leemos.

    kik

    Escrito el 26 enero 2018 a las 08:10

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