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Haciendo negocios - por Minerva Long

Otro año más el crucero amarró en las costas de Escocia, el destino preferido por el marinero. El viaje empezaba en Amsterdam, seguía por Escandinavia para luego desafiar el mar del Norte hasta Edimburgo. Un trayecto largo para algunos aunque no para él, todo el día limpiando el maldito barco hacia que el tiempo fuera secundario. Llevaba desde primera hora limpiando, ya le faltaba poco.

<<Si me doy prisa puede que llegue para cenar con Alain, los jueves trabaja en la librería, podría avisar a Erik y darle un susto con alguna broma, al principio se cabrearía pero al rato se reiría como un condenado>>. Tan ensimismado estaba que no oyó como el hombre se acercaba para observarle, valorando si el chico que tenía delante era una buena opción.

-¿Disfrutas limpiando? -dijo al fin.

-¿Eh? -El marinero se sobresaltó y se maldijo por haberse despistado. -Disculpe señor, ahora mismo termino y me voy.

-Me interesa más que te quedes, me gustaría hacerte una oferta de negocios -contestó.

El marinero tenía una ligera idea del negocio al que podía referirse y quería mantenerse al margen. Había reconocido a ese hombre, algunos compañeros lo llamaban el Mentiroso, lo único que se sabía de él eran las estafas que había ido acumulando y con las que había hecho suficiente fortuna para permanecer fuera de prisión. Ya le habían advertido que si se dejaba engatusar terminaría arruinado sin darse cuenta.

– Gracias, pero con mi puesto me apaño.

-Dudo que lo hagas, este sitio es lo único que tienes para sobrevivir sin recurrir a la caridad de los demás y ¿ya has pedido demasiado, a que sí?. Si me escuchas ambos podremos sacar provecho. ¿O quieres volver a pedir?

Llegó a su camarote sudando, no recordaba el camino de vuelta de hecho. << Gestor de cobros había dicho! Los cojones, intimidar y agredir en cada puerto más bien>>. Tampoco le gustó que supiera de su situación antes de trabajar en el barco.

No podía negar que la idea de ganar mucho más dinero le había hecho quedarse a escuchar, tardaría poco en ahorrar y podría instalarse en la ciudad y atreverse a pensar en estudiar… A lo mejor podía encontrar una forma de no usar la violencia <<tú sigue viviendo en tu mundo>> se recriminó a sí mismo. Se duchó para despejarse y salir, el Mentiroso no esperaba respuesta hasta dentro de dos días y necesitaba pensar.

Alain reaccionó como había previsto, más tarde llegaron Miren y los demás y les explicó lo ocurrido. Nadie dudó que debía rechazar la oferta e incluso el trabajo en el crucero.

-Quédate y busca algo por aquí -dijo Erik – Calla – se adelanto a la protesta del marinero -ya sé que la temporada turística termina pronto pero en los hostales siempre hay sitio a cambio de unas horas de trabajo -le comentó.

Hablaron hasta tarde y decidieron terminar el día en el piso de Erik y ya que no hacía viento fueron andando. Después de un buen trecho un ruido metálico le llamó la atención y al girarse vio a dos hombres cuchicheando mientras hacían recuento de mosquetones y barras de hierro (el origen del ruido). Aprovechando que los demás estaban entretenidos en escaparates se acercó lo suficiente para escuchar.

-¿No hará falta pegar a alguien hoy no? Ya tuve bastante la última semana, es engorroso. Y cada vez hay más, se nos prometió unas horas al día y hay veces que me paso toda la tarde repartiendo.

-No creo, solo son dos chavales a los que se les fue la mano en el juego. Además, están buscando a alguien más en el barco y pronto nos podremos relajar y que otro haga el trabajo sucio.

De repente oyó la voz de Miren llamándole y se fue rápidamente del rincón dónde estaba antes de que los que probablemente hubieran sido sus compañeros de trabajo le descubrieran.

El marinero no subió al barco el día que zarpó, estaba de camino a un hostal después de renunciar a su trabajo, no tenía mucho pero lo poco que tenía no lo iba a estropear siendo un delincuente.

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5 comentarios

  1. 1. Carmen Jódar dice:

    ¡Hola!
    Muy buen final para tu personaje. Ha tenido una evolución clara a lo largo del relato y eso me ha encantado.

    Por otra parte, deberías corregir los guiones de los diálogos (colocando el guión largo y no el corto).

    Eso es todo lo que he notado. Por cierto, mi relato es el 53, “El barco de la Muerte” por si te interesa leerlo 😀

    ¡Un saludo y sigue así!

    Escrito el 18 enero 2018 a las 20:14
  2. 2. Juan Nadie dice:

    El relato está bien, se pueden ver sus tres partes claramente.
    Con respecto a los guiones de diálogos creo que el programa te jugó una mala pasada.
    Un saludo y muerte a la informática.

    Escrito el 19 enero 2018 a las 11:38
  3. 3. Simón Martín dice:

    Hola, Minerva. El tema de los guiones, aunque es un asunto de forma, no deja de ser importante. No nos queda más que trabajarlo. Otro desliz: “No oyó como el hombre…”, el “cómo” es con tilde.

    En cuanto al contenido, quizá podrías buscar una manera más trabajada para dar a conocer cómo el marinero se entera del trabajo sucio que el Mentiroso le está ofreciendo. A propósito, este nombre también me parece muy avisado, podrías buscar otro menos evidente. Por lo demás, ¡sigue adelante!

    Escrito el 22 enero 2018 a las 02:46
  4. Hola Minerva:
    Me ha gustado tu relato aunque lo veo un poco liando entre las tres partes. Referente a la forma ya yte han comentado los anteriores compañeros. Creo que te faltó un ultimo repaso. Nos seguimos leyendo.

    Escrito el 24 enero 2018 a las 17:55
  5. 5. Minerva Long dice:

    Buenas!

    Gracias por vuestros comentarios 🙂

    Carmen Jódar y Juan Nadie: Ya he encontrado el símbolo en LibreOffice así que ya lo tengo para la próxima!

    Simón Martín e Ismael Tomas Perez: Estoy de acuerdo que me faltó trabajarlo más, se me echó el tiempo encima y opté por algo fácil para terminar y participar ya que en las dos ocasiones anteriores por indecisión no lo hice. Intentaré gestionar mejor el tiempo para aprender a mejorar y disfrutar más del taller.

    Escrito el 28 enero 2018 a las 18:02

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