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EL TÍO AQUILES - por Baltasar

EL TÍO AQUILES
En un pequeño pueblo de la costa oeste, vivía el tío Aquiles, como todo el mundo le llamaba desde que, hacía de esto muchos años, le mordiera un gran pez en el talón, produciéndole daños irreparables, un inmenso dolor y una cojera para toda la vida.
El marinero no subió al barco nunca más. La baja por su incapacidad para llevar a cabo las tareas del pesquero en el que se embarcara fue necesariamente inmediata. Y así fue como, aquel Eduardo que se fuera mozo a Cuba a bordo del enorme pesquero, volvió a su pueblo para, con bastantes años más, convertirse, por el ingenio de sus paisanos, conocida la historia de su baja, en el tío Aquiles.
No había el tío Aquiles desperdiciado su tiempo, toda vez que, si al mucho tiempo que pasara en el mar añadimos el buen sueldo y las participaciones en las abundantes capturas, si no de una gran fortuna, sí podríamos hablar de capital suficiente para vivir el resto de su vida bastante mejor que con holgura. lo que de inmediato le convirtió en uno de los partidos más interesantes no solo de su pueblo, sino de muchos otros de los alrededores, pese a que sus años mozos quedaban ya algo lejos.
Ni que decir tiene que, como buen marinero, había tenido sus más y sus menos en cada puerto, pero no el tiempo suficiente como para pensar en nada serio. O quién sabe si porque el destino había querido que regresara a su pueblo rico, soltero y con ese aspecto de rudeza que procuran los vientos y los soles del Caribe. Se instaló como pudo en una humilde casa que le dejaron unos parientes lejanos. Sus padres habían muerto hacía ya tres años. Ella de cáncer. Él, de tristeza, le dijeron.
A la mañana siguiente se levantó dispuesto a recorrer el pueblo entero. Aquellas calles por las que correteara de pequeño, pero sobre todo, ansiaba volver a ver la casa en que nació, en la que fue feliz, pese a saber que con la falta de sus padres iba a dolerle el alma. Avanzaba hacia ella sin poder evitar un sentimiento de tristeza ante el deterioro de los edificio por los que pasaba…Quedó petrificado. ¡Su casa! ¡Con el tejado hundido, arrancada la puerta! Se apoyó en la pared y lloró amargamente.
De vuelta fue saludando a todos los que encontraba, escondiendo las lágrimas en su dolor inmenso. Algún que otro nombre o apellidos le sonaban, pero todos habían cambiado, envejecido, incluso encorvado muchos de ellos. No conocía a nadie. Los niños le miraban con curiosidad:
─Es el tío Aquiles, oyó que se decían.
Y se encontró muy solo. Deprimido. No era más que un extraño en el pueblo que le vio nacer. Sus padres, muertos. Su casa, derruida. Sus hermanos habían emigrado con sus hijos.
Había dejado Cuba, alegre, con ganas de volver al pequeño pueblo que le viera nacer. Sabía que ya no podría ver a sus padres, y le dolía el corazón por ello, pero lo que acababa de ver empezaba a superar sus fuerzas y a su cerebro acudieron una serie de ideas que nunca pensó que le surgieran: Ideas de muerte. ¡De suicidio!
«¿Qué otra cosa? Se preguntó desesperado».
«¡Luchar!».
Se revolvió mirando hacia todas partes.
─¿Quién ha dicho eso? ─gritó más que dijo.
«¡Luchar! ─reflexionó.
«¿Qué otra cosa he hecho yo en mi vida, sino luchar?». He de hacerlo ─se dijo─. ¡Por mis padres!
El autobús que hacía la ruta por la zona a la ciudad, llegaba en aquel momento como enviado por Dios.
Ya en la ciudad, preguntó por un arquitecto. Tenía que reconstruir la casa de sus padres. Buscó un hotel donde pasar la noche. Por la mañana presentó al arquitecto las fotografías tomadas de la casa. Quería la reconstrucción más exacta posible.
Meses después el arquitecto le invitó a visitarla. No había querido volver a pasar por allí durante la reconstrucción. Fue directo a la habitación de matrimonio, se hincó de rodillas, levantó los brazos y mirando hacia el cielo exclamó con humildad:
Gracias, padre. Ahora sé que te debo dos vidas.

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15 comentarios

  1. 1. Beyna dice:

    Me parece una buena historia, interesante y muy bien detallada.
    Al principio me dio un poco de lástima el tío Aquiles pero el personaje me parece un ejemplo de superación.

    Escrito el 17 enero 2018 a las 21:35
  2. 2. dopidop dice:

    Buenas Baltasar,

    Todavía no había leído nada tuyo y ante todo decirte que es un relato muy bonito, lleno de sentimientos de cómo la vida nos trata a veces, y el tío Aquiles es todo un personaje, al que es fácil imaginar e incluso identificar con algún conocido. Deja un sabor de boca agradable, pese a que está rodeado por un aura trágica. La frase de la escena de este mes está bien situada, y en general el texto te deja envolverte fácilmente en el mundo que nos propones. ¡Buen trabajo!

    Por otro lado, si me permites decírtelo, creo que utilizas frases demasiado largas, y en ocasiones ordenadas de tal forma, que a mi personalmente hace que me pierda y tenga que volver a releer de nuevo los párrafos.

    Además, deberías repasar la puntuación de los diálogos, ya que aunque se entienden, en ocasiones pueden desconcertar a un lector torpe y despistado (como pueda ser yo mismamente).

    En resumen un gran relato, que me alegra de haber leído. Muchas gracias por compartirlo, y espero poder seguir leyéndote por estos lares.

    Escrito el 18 enero 2018 a las 17:17
  3. 3. Yoli dice:

    Hola Baltasar
    Tu relato es muy bonito, se palpa la nostalgia del personaje, su melancolia. Pero aún así él sigue luchando a pesar de eso, por lo que es muy loable.
    Yo pondría unas cuantas comas, para que no sea las frases muy largas.
    Como ya has puesto el titulo, no hace falta que lo vuelvas a meter en el texto.
    Si quieres leer el mío, soy el 71.
    Saludos.

    Escrito el 20 enero 2018 a las 11:49
  4. 4. Baltasar dice:

    Hola, Beina:
    Muchísimas gracias por tu lectura y comentarios.
    Te leeré con mucho gusto.
    Cordiales saludos

    Escrito el 20 enero 2018 a las 22:13
  5. 5. Baltasar dice:

    Hola, doppidod:
    En primer lugar, muchas gracias por tu amplia lectura y por los comentarios que haces de ella. Te lo agradezco, de veras. Sí, no sé, puede que lleves razón en eso del desorden de mis frases, y eso que procuro atenerme cuanto puedo a una adecuada sintaxis.

    Por lo que se refiere a la puntuación en mis diálogos, quizá sea porque he mezclado pensamientos, entre comillas, con lo que realmente son diálogos. Lo miraré, lo prometo.

    Me he de pasar por tu relato.
    Un cordial saludo

    Escrito el 20 enero 2018 a las 22:40
  6. 6. Baltasar dice:

    Hola, Yoli:
    Creo que ya nos hemos leído más de una vez. Muchas gracias por haberlo hecho una vez más y por tus opiniones.
    Lo de las comas: Como tú muy bien sabes, las hay opcionales y obligatorias. Me preocupan estas. En las opcionales, si te soy sincero, las coloco cuando más o menos me suenan.
    Me pasaré por el 71 con agrado.
    Mi más cordial saludo.

    Escrito el 20 enero 2018 a las 22:49
  7. 7. Charola dice:

    Buen relato Baltasar. Me gustó. Buena inclusión de la frase del reto.

    Solo un alcance:

    «¿Qué otra cosa? Se preguntó desesperado.
    »¡Luchar!.
    »Se revolvió mirando hacia todas partes.
    »¿Quién ha dicho eso? ─gritó más que dijo.
    »¡Luchar! ─reflexionó.
    »¿Qué otra cosa he hecho yo en mi vida, sino luchar?. He de hacerlo ─se dijo─. ¡Por mis padres!».

    Felicitaciones. Saludos.

    Escrito el 26 enero 2018 a las 07:16
  8. 8. Charola dice:

    Veo un punto después de: luchar? Por favor no debe ir allí. Se coló.
    Bórralo.

    Nos seguimos leyendo.

    Escrito el 26 enero 2018 a las 07:20
  9. 9. Baltasar dice:

    Hola, Charola:
    Encantado de volver a tenerte por aquí. No creas que te abandoné. Te he seguido, pero no he tenido tiempo para nada. Se me ocurrió matricularme de tres asignaturas de Filología en el primer cuatrimestre. No te digo más que el relato de este mes me pilló en plenos exámenes. Lo escribí de un tirón el mismo día 15 y lo enviaba a las 11 de la noche.
    Te agradezco mucho, de veras, tus comentarios, siempre interesantes y prometo hacerlos del tuyo mañana domingo sin falta.
    Bueno, empecemos, aunque sea por lo último: ?. Ese puntito detrás del signo de interrogación. No es que me haya espantado porque como tú dices, pudo haberse colado. En este caso, no. Yo escribí ?». creo que correctamente. Otra cosa son las comillas. En este caso las de cierre. Allá voy.
    Dice el DPD: a) Para enmarcar la reproducción de citas textuales. Si el texto que se reproduce consta de varios párrafos, antes era costumbre iniciarlos con comillas de cierre, etc. Ahora, no, dice. Te aconsejo lo veas.
    En cualquier caso, estimada Charola, no fue mi intención reproducir nada. Quizá mi defecto fue entrecomillar ese grito que pudo ser suyo, de su inconsciente, o no, con lo que creo no cabían las comillas de cierre. Pero tan solo es lo que yo creo.
    Te comentaré ─ya te he leído y me encantó─. Mañana sigo, pero con el tuyo.
    Mi más cordial saludo

    Escrito el 27 enero 2018 a las 20:56
  10. 10. Charola dice:

    Ja,ja,ja. Claro que sí. Baltasar. A mí se me coló. Por eso cuando lo ví. Te dije que no debe estar allí. Bórralo. Pero, no era porque tú lo habías puesto sino que yo no lo había borrado.

    En cuanto a las comillas: Si sigues leyendo el uso de comillas en el diccionario RAE encontrarás esto:

    b) Para encerrar, en las obras literarias de carácter narrativo, los textos que reproducen de forma directa los pensamientos de los personajes:
    «“¡Hasta en latín sabía maldecir el pillastre!”, pensó el padre» (Clarín Regenta [Esp. 1884-85]).
    Cuando los pensamientos del personaje ocupan varios párrafos, se colocan comillas de cierre al comienzo de cada uno de ellos (salvo, claro está, en el primero, que se inicia con comillas de apertura):

    «“¡Oh, a él, a don Álvaro Mesía le pasaba aquello! ¿Y el ridículo? ¡Qué diría Visita, […] qué diría el mundo entero!

    ”Dirían que un cura le había derrotado. ¡Aquello pedía sangre! Sí, pero esta era otra”. Si don Álvaro se figuraba al Magistral vestido de levita, acudiendo a un duelo a que él le retaba… sentía escalofríos» (Clarín Regenta [Esp. 1884-85]).

    Lo he visto en varios libros que he leído, sobre todo con comillas latinas.

    Saludos.

    Escrito el 28 enero 2018 a las 01:40
  11. 11. Baltasar dice:

    Claro, Charola: Pero creo que tú te estás refiriendo, no al DRAE (RAE, que tú dices), sino al Panhispánico de dudas, que yo te decía, solo que yo apuntaba a 2. usos. a) por aquello de las comillas de cierre que señalabas, con el fin de que vieras que ya no se llevan, por decirlo así, sino con sangrado y un cuerpo menor. Pese a que en b) dice exactamente lo que tú transcribes y en lo que estoy completamente de acuerdo, bien sea con comillas de cierre o con sangrado y cuerpo menor.
    Solo un alcance:
    «¿Qué otra cosa? Se preguntó desesperado.
    »¡Luchar!.
    »Se revolvió mirando hacia todas partes.
    »¿Quién ha dicho eso? ─gritó más que dijo.
    »¡Luchar! ─reflexionó.
    »¿Qué otra cosa he hecho yo en mi vida, sino luchar?. He de hacerlo ─se dijo─. ¡Por mis padres!».

    Ahora bien: Ocurre que la primera línea sí es un pensamiento del personaje, pero la segunda, no. O así lo creo. Y la tercera es del narrador, que debería ir con dos puntos. La cuarta es una pregunta que lanza al aire. No un pensamiento. Creo que la reflexión de la quinta debe volver con las comillas de apertura, roto lo anterior, (si bien faltan las de cierre) y, bien pensado gracias a ti, la sexta sí debería ir con «tus» comillas de cierre.
    «¿Qué otra cosa? Se preguntó desesperado».
    «¡Luchar!».
    Se revolvió mirando hacia todas partes.
    ─¿Quién ha dicho eso? ─gritó más que dijo.
    «¡Luchar! ─reflexionó.
    «¿Qué otra cosa he hecho yo en mi vida, sino luchar?». He de hacerlo ─se dijo─. ¡Por mis padres!

    O eso creo. No sé si queda claro. Lo espero

    Escrito el 28 enero 2018 a las 21:57
  12. 12. Laura dice:

    Hola Baltasar.
    Cuentas durante gran parte del relato la historia del tío Aquiles.
    Me quedó un poco extraño que se le instalase la idea del suicidio al ver su casa paterna destruida. Tal vez alguna otra cosa podía haberle llevado a esa idea (una gran pérdida como la de los padres, que a pesar de ser fuerte, haya sido su detonante.)Si fue esa tu intención, tal vez deberías trabajarla un poco más ya que mayormente dedicas a relatar cómo surgió el Tío Aquiles y luego de ella a la superación de la idea del suicidio, por completo loable, pero poco trabajada en lo que debería haber sido el nudo de tu relato.
    Coincido en que algunas oraciones son un poco rebuscadas.

    En fin, es tan sólo una humilde opinión. El relato es tuyo, tú decides qué tomar y qué desechar.
    Hasta la próxima propuesta.

    Escrito el 28 enero 2018 a las 23:58
  13. 13. Charola dice:

    ¿Qué te parece de esta manera:

    «¿Qué otra cosa?», se preguntó desesperado.
    «¡Luchar!», se revolvió mirando hacia todas partes. «¿Quién ha dicho eso?», gritó más que dijo.
    «¡Luchar!», reflexionó.
    «¿Qué otra cosa he hecho yo en mi vida, sino luchar? He de hacerlo. ¡Por mis padres!».

    -No corresponde rayas de diálogo porque no es diálogo, así diga “dijo”.
    -El primero y otros párrafos he separado lo que dice el prota del narrador. Lo que dice el narrador no debería extenderse las comillas.

    Igual sucede con ese párrafo:
    ─Es el tío Aquiles —oyó que decían.

    Hey! Más lo leo, más me gusta.

    Felicitaciones.

    Escrito el 29 enero 2018 a las 00:10
  14. 14. Baltasar dice:

    Gracias, de nuevo, Charola.
    Sí, me gusta como queda.
    Un abrazo.
    Hasta pronto

    Escrito el 29 enero 2018 a las 19:21
  15. 15. Baltasar dice:

    Gracias, Laura.
    Sí, puede que tengas razón. Como creo ya he dicho en alguna parte, por falta de tiempo lo hice de un tirón y el mismo día 15.
    El relato requiere de más tiempo, pero sobre todo, de revisiones.
    Un cordial saludo

    Escrito el 29 enero 2018 a las 19:28

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