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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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Welcome - por Ane

De pie, sobre el cayuco, se hallaba frente a sus tres compañeros todos ellos jefes de estado de países vecinos, la líder alemana. Con el cuerpo erguido y un timbre de voz firme, trataba de disimular la imagen de fragilidad que sus pantalones remangados hasta la pantorrilla, y la arrugada blusa que colgaba hasta sus muslos le conferían. En la cabeza, una mata de pelos enmarañados revelaba que viajaban a merced de un viento caprichoso que cruzaba el mar, a la deriva.

—Sólo los germanos garantizan un buen trabajo—pronunció visiblemente enojada—. Ustedes saben que este artilugio —apuntó a los tablones que soportaban el peso de sus figuras— es una chapuza. De haberlo ejecutado mis compatriotas…

—¿Alguien puede prestarme una camisa? —irrumpió su homónimo italiano poniendo fin al discurso, más preocupado por su desaliñado aspecto.

Los dirigentes negaron con la cabeza. De eso se encargaban sus segundos espadas, hoy en paradero desconocido. Ni siquiera estaban convencidos de que hubieran sobrevivido.
Pero tampoco importaba. Todos sus sentidos trabajaban en favor de una huida, lejos del peligro de una guerra que devoraba a la vieja Europa. La Europa de Reyes y Princesas, la de solemnes discursos. La misma que enarbola la bandera de los derechos humanos y esconde sus vergüenzas en fronteras bajo palio de liras turcas.

—¡Mirad! —señaló hacia un punto del horizonte un joven camarada francés—. ¡Lo hemos conseguido! —exclamó con los puños en alto al ver tierra firme, tan exultante que a punto estuvo de clavarse las uñas.

Los cuatro miraron en sentido a la costa.

—¡Salvados! —resopló un aliviado español.

Jamás el saludo de la pobre África motivó mayor satisfacción.

—Ahora podremos comenzar una nueva vida —sonrío el compañero italiano en actitud tranquila, segura.

—Mejor aún, continuar la que tenemos.

Es lo que tiene habitar en una burbuja donde todo son reverencias, donde sólo escuchas lo que te apetece, donde la vida del insignificante no te afecta.

Pero todo cuento busca su moraleja.

—Diablos, ¿qué ha sido eso? —acertó a decir la mujer con la cara pegada al piso de la patera percibiendo el aroma a pescado impregnado en la madera, desconcertada, tras una fuerte sacudida que dejó a sus compañeros sin habla.

—¡Agua!¡Nos hundimos! —gritó entre aspavientos el transalpino en cuanto vio cómo comenzaban a empaparse sus otrora brillantes zapatos.

De pronto, la cola de un cetáceo de considerables dimensiones asomó de entre una efervescente nube de espuma provocada por la rotura de una ola. Y los gritos se sucedieron.

—¡Silencio! —ordenó uno—. ¿Escuchan lo mismo que yo?
El sonido semejante al ruido de un motor acaparó la atención.
—¡Auxilio! ¡Aquí! —clamaron en tropel en cuanto divisaron una embarcación cercana.

El bote de un anciano pescador de piel oscura y difícil vida, escuchó sus chillidos y efectuó una aproximación. Una vez a su altura observó sus descompuestos rostros, sus endebles figuras. Fijó la vista en los costosos relojes que colgaban de sus muñecas, en cada corbata de seda enredada en el cuello. Le resultaron familiares, como si los conociera de toda la vida.

—!Por favor, ayúdenos! —suplicó el francés rompiendo un incómodo silencio—. Podemos darle lo que quiera, ¿verdad? —lanzó al aire, esperando que su compañera de travesía autorizase la oferta.
—Lo que pida, lo que pida —cedió la misma con premura.

El marinero fue a acercar su pala, pero una corazonada lo detuvo.
—Yo los conozco —reparó al fin.

Y de nuevo revivió cada muerte presenciada en años de desidia. Y recordó los rostros de compatriotas de ojos vueltos hacia arriba y panzas abultadas por la ingente cantidad de agua tragada. De madres desconsoladas llorando a sus niños, de niños buscando a sus madres, y en nombre de todos y cada uno de ellos dio media vuelta y tomó camino de regreso. Los abandonados a su suerte regaron con cantos de sirena los minutos siguientes, prometiendo toda clase de dádivas a cuál más atrayente. Pero el marinero no subió al barco de falsas promesas y poco a poco sus cuerpos percibieron el contacto del agua. Y de nada sirvieron sus abrigos de tergal, ni la elocuente tecnología alemana o la falsa promesa de igualdad de su himno.

Porque esas cosas que pasan a otros de pronto llegan un día que le suceden a uno. Y de espectadores del drama ajeno, nos convertimos en protagonistas del propio. Y resulta que es así, así como el de otros, igual de cruel e injusto.

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12 comentarios

  1. 1. Leosinprisa dice:

    Hola Ane, me ha gustado tu crítica, dura y sin piedad, de como somos los acomodados europeos. La verdad es que no dejas títere con cabeza y no lo haces sin fundamentos, un buen ejemplo de escritura que además de entretener es una clara denuncia.

    Un placer leerte y un saludo.

    Escrito el 19 enero 2018 a las 10:18
  2. 2. Judith dice:

    Ane,

    Qué genial escrito! Sumamente inteligente, directo y sin vueltas, con clase… Me gustó mucho. Y con muchas sutilezas que indican que tienes un ojo muy inteligente. Está escrito como ya dije con mucha clase, vocabulario elegante y muy fluido. Me gustó mucho también tu cambio de ritmo con el “Pero todo cuento busca su moraleja”.

    Te felicito y espero seguir leyéndote! Si quieres leer mi relato es el número 27.

    Escrito el 19 enero 2018 a las 19:42
  3. 3. Héctor Romero dice:

    Ane, sin duda alguna un relato de muchos kilates, de alta categoria. Me ha impresionado tanto y lo he disfrutado, que deseaba no llegar al final.

    Escrito el 20 enero 2018 a las 06:34
  4. 4. Laura dice:

    Hola Ane.
    Muchas gracias por dejar tu comentario en mi relato.
    Con respecto al tuyo, guau, que se las trae. No sé si no esperaba que llegasen a África y allí viesen en carne propia lo que se vive, aunque de todos modos no es nada envidiable su suerte.
    Me encantaron varias expresiones que utilizas.
    La Europa de Reyes y Princesas tal vez la reemplazaría por la Europa de los Grandes Capitalistas, pero es cuestión de gustos.
    En cuanto a lo formal, creo que realizaría una revisión en la primer oración: De pie sobre el cayuco se hallaba frente a sus tres compañeros, todos ellos jefes de estado de países vecinos, la líder alemana. O cambiaría el orden de las palabras para no emplear tantas comas que al menos a mí me llevaron a una cierta confusión: La líder alemana se hallaba de pie sobre el cayuco frente a sus tres compañeros, todos ellos jefes de estado de países vecinos.
    Por supuesto, es tu texto, tu forma de expresarte, tú decides.Es tan sólo mi opinión.

    Te espero el próximo mes.

    Escrito el 21 enero 2018 a las 11:31
  5. 5. isan dice:

    Hola Ane:

    Te devuelvo la visita con gusto. Primeramente te comento alguna cosilla de forma que yo cambiaría:

    “…se hallaba frente a sus tres compañeros todos ellos jefes de estado de países vecinos, la líder alemana.” Falta una coma después de compañero ya que se trata de un inciso y no separar el sujeto (líder) del verbo (se hallaba). Igual la construcción más correcta habría sido poner al principio “la líder se hallaba…”

    “—¡Mirad! —señaló hacia un punto del horizonte… Este “Señaló” es con mayúscula ya que, a mi entender, no se trata de verbo dicendi, en cuyo caso estaría bien.

    “…donde sólo escuchas…” No está mal, pero hace un tiempo la RAE aconseja no poner tilde en solo.

    “…—acertó a decir la mujer con la cara pegada al piso de la patera percibiendo el aroma a pescado impregnado en la madera, desconcertada, tras una fuerte sacudida que dejó a sus compañeros sin habla.” Creo que esta frase habría que recomponerla. La palabra “desconcertada” queda extraña después de madera. Mejor ponerla después de “decir”. También cambiaría ese gerundio de “percibiendo”, por ejemplo por “mientras percibía”. Por último, según está, parece que el olor a pescado se produce a consecuencia de la sacudida, así que lo diría de otra forma.

    “—¡Agua!¡Nos hundimos!” Separar los signos de exclamación con un espacio.

    Son pequeñas cosas que no desmerecen una presentación muy cuidada, con diálogos bien trabajados.

    Y qué voy a decir del fondo, del mensaje. Es una parodia que pone al descubierto la miseria de esta gente. No hace falta insultar. Con ponerlos en la misma situación basta para ver qué son. El título le va que ni pintado.

    Ha sido una gozada leer este relato hecho con imaginación, elegancia y pulcritud en el lenguaje. Me he quedado más que satisfecho. Me guardo todos los relatos que comento y he repasado para ver si había uno tuyo. Efectivamente, fue el de Susana con coma etílico en el cementerio. Aquel me gustó, pero este le supera con creces tanto en la idea como en la forma. Seguro que el próximo te buscaré para disfrutar.

    Un saludo

    Escrito el 22 enero 2018 a las 19:58
  6. Hola Ane,
    Un relato muy bien escrito y con [auto]crítica despiadada de nuestra sociedad. El estilo es ágil, fluido, bien compensado y se lee con facilidad. Tiene un fondo ácido, cínico y acaba con unas notas amargas de venganza. Aunque se lo merecen, no me acaba de dejar bien del todo.
    Gracias por tu visita a mi texto. Saludos.

    Escrito el 22 enero 2018 a las 20:40
  7. 7. Don Kendall dice:

    Hola Ane,
    Magnífico texto para un taller. Quitando algunos detalles muy bien señalados por isan, es un buen tutorial para aprender de la estructura para un relato y un acertado manejo de la trama.
    El narrador elegido en tercera persona, con total omnisciencia es un buen recurso para un género como la fábula. Y elijo este término adrede porque el trabajo responde perfectamente la definición :

    La fábula es un texto narrativo, en ella se relata una historia ficticia. Sus personajes a menudo son animales que actúan o personifican seres humanos. Su principal propósito es dejar una enseñanza y lo hace a través de la moraleja que a menudo suele aparecer al final del texto.

    . Muy bien descritos los especímenes de esa fauna variopinta al borde del cayuco.
    Gracias por ofrecer este trabajo

    Escrito el 24 enero 2018 a las 15:45
  8. 8. Wiccan dice:

    Buenas Ane,
    Un relato entretenido, con una crítica evidente que haces que el lector sienta desde un punto de vista más sentimental que mental, eso me ha gustado mucho.
    En cuanto a cosas que mejorar, estoy de acuerdo con Isan, sobretodo en el primer párrafo, tanto la primera como la segunda frase se podrían cambiar para mejorar el ritmo, cambiando algunas comas y evitando repetir conceptos. Esto último a mi me hizo sentir muy lenta la introducción, no porque sea larga, sino porque el planteamiento de partida que son los dirigentes de Europa en la patera se da a entender desde la primera frase, y las demás intervenciones no parecen aportar nada y estás buscando qué va a pasar al final.
    Otra cosa de la que no estoy seguro son esas mayúsculas en “Reyes y Princesas”, para mí es un genérico y no tendrían que ser en mayúsculas pero me gustaría que los compañeros lo confirmaran.
    Lo que más me gustó del texto es que me hizo pensar sobre el desenlace, y creo que es el sabor agridulce que comenta Maria Kersimon, entiendo el desenlace por lo visceral, pero realmente no creo que la lección sea abandonarlos, es un ojo por ojo, una acción sin aprendizaje; si consideramos que es correcto abandonar a alguien a su suerte ¿porqué no habrían de pensarlo ellos también?¿Que nos hace mejores? Estos asuntos son muy complicados y, aunque me gusta meditarlos, siempre me hacen sentir que una opción es la correcta y me hace quedar como un tonto y la otra es la que se merecen y me hace mala persona…
    Gracias por compartirlo!!

    Escrito el 24 enero 2018 a las 19:21
  9. 9. ANGEL CLIMENT dice:

    Hola, lamento comentar tan tarde tú relato, pero por motivos de salud, no he podido hacerlo antes, al igual que este mes no pude enviar mi relato.
    Ya te han dicho todo, me ha gustado, directo, con inteligencia, bien escrito.
    Nos leemos el próximo mes

    Escrito el 28 enero 2018 a las 11:34
  10. 10. Ane dice:

    Hola a todos, decir que sigo aprendiendo con cada una de las correcciones y mejoras propuestas.

    Con respecto a la primera frase, es posible que de la impresión de ser un poco rebuscada. Debo aprender a ser más simple, lo sé.

    Laura, en cuanto a lo de sustituir la mención a Reyes y Princesas por grandes capitalistas no me convence mucho, pues la idea era la de poner en relieve eso, que en pleno siglo XXI al menos por estos lares, sigamos con ese cuento. Lo de los grandes capitalistas por desgracia está mucho más extendido. No es algo exclusivo de este continente. Y lo de colocarlo en mayúsculas puedo estar de acuerdo con lo que dice Wiccan.

    Isan, tomo con gusto nota de los fallos mencionados. Te lo agradezco. Por otra parte, Wiccan, es cierto que se aprecia un acto de venganza por parte del marinero al no rescatarlos. Pero la realidad es dura. La vida nos enseña que pasan cosas que no nos gustan, aunque incluso no hayas hecho nada para merecerlo. De ahí el mensaje, no tanto por qué es lo que se debe hacer, para nada. No me gustaría que se tomara como lección de lo que hay que hacer. Cada tiene sus principios y toma decisiones en función de lo que cree que debe ser.

    Ángel, me resultó raro no encontrarte este mes. Espero que te mejores y regreses para el próximo reto.

    Por lo demás, Judhit, Leosinprisa, Don Kendall, María, Héctor, a todos, gracias por acercaros hasta aquí y dejar vuestras impresiones. Es gratificante.

    Saludos.

    Escrito el 28 enero 2018 a las 19:13
  11. 11. María Jesús Hernando dice:

    Hola anexo por fin puedo pasar por tu relato. Me gusta porque estaría bien que alguna vez llegará al mundo el ” donde las dan las toman”. Me ha gustado mucho también la sátira. Nos leemos pronto

    Escrito el 29 enero 2018 a las 19:48
  12. Hola Ane.

    Me ha gustado mucho tu relato. Al principio me sonaba al típico chiste de: “iban un francés, un alemán y un español en un cayuco…” Pero tu has ido más allá y nos has ofrecido una visión muy personal de los acontecimientos políticos (actuales o no).

    Me ha parecido muy original e imaginativo, y encima con final feliz ;).

    Nos seguimos leyendo.

    Un saludo.

    Escrito el 5 febrero 2018 a las 21:02

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