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El secreto de la anciana - por Pulp
El marinero no subió al barco aquella mañana. Algo le frenaba. Quizás era el recuerdo de todas aquellas noches con Noah, pensó. Quizás era la promesa de cambiar de vida… Pero no. En realidad sabía que se trataba de algo más elevado, aunque no sabía cómo definirlo. Tampoco nunca había sido muy locuaz.
Esa mañana John debía embarcar en el nuevo y flamante barco de la White Star, en una travesía que duraría varias semanas, y que marcaba el incio de un viaje del que tardaría varios años en regresar, si es que lo hacía. Desde que empezó la huelga del carbón era realmente complicado encontrar un trabajo que durase más de un par de días. Muchos de sus compañeros ya habían emigrado buscando mejor fortuna en América, pero el tenía a Noah y ahora que la había encontrado no quería partir. Aún no.
Llevaba más de una hora observando el majestuoso buque desde la dársena, quedando así por encima de las cabezas de los cientos de personas que se arremolinaban junto al barco para despedirlo. Esa altura, además de perspectiva, le proporcionaba distancia sobre la gente. La distancia necesaria para observar. Ante todo, quería entender qué le había frenado. Cuando aquella misma mañana, la anciana se le acercó y le susurró aquellas palabras al oído, una suerte de catársis se apoderó de él. Tomó conciencia del porqué de todo cuanto había sucedido en su vida, y de todo cuanto sucedería. Le pareció que su mente salía de su cuerpo y podía verse a sí mismo en todos y cada uno de los momentos cruciales de su vida, tanto los ya vividos como los que estaban por llegar. Y en medio de todos ellos, el momento más vívido era el embarque de aquella mañana; si se quedaba en la dársena mirando como zarpaba el buque, vislumbraba el futuro de la manera más prístina que jamás habría imaginado poder ver. Si, por el contrario, embarcaba, no veía nada más. Estaba claro el mensaje que le estaba dando su mente, y por eso estaba en la dársena en aquella mañana de abril en Southampton, y no a bordo del buque.
Hacia mediodía zarpaba al fin el barco. Las habladurías corrían por el puerto. El flamante buque iba a ser el orgullo de la ciudad, y el estandarte del progreso en el país. Bajo sus cuatro chimeneas, una leyenda rezaba que era insumergible. John aún estaba aturdido por las palabras de la anciana mientras veía partir al buque. En silencio, pronunció su nombre, grabado en letras blancas en la proa: Titanic.
Comentarios (17):
Calihope
18/01/2018 a las 17:51
Me ha gustado, aunque la mayoría habéis hecho que literalmente haya un marinero que sube a un barco. Me sorprende que sea el titanic, buen final no me lo esperaba, luego además lo conectas con el título y piensas: Claro!
Clau Cruz
19/01/2018 a las 06:21
Hola Pulp:
Me ha gustado tu relato, la manera en que te ayudas de una historia por muchos conocida para crear algo propio.
Al principio me preguntaba ¿qué le habrá dicho la anciana? Pero al llegar al final todo queda aclarado.
Espero nos sigamos leyendo.
Si gustas pasarte por mi relato, estoy en el #15
Amaranta
19/01/2018 a las 15:34
Hola Pulp
Me ha gustado mucho tu historia. La ambientaciones, las descripciones,la manera en la que narras cómo su mente sale de su cuerpo, y observa lo que hay alrededor y por último, el hecho de que el barco fuera el Titanic, todo un abierto. Sin lugar a dudas, te seguiré leyendo.
Héctor Romero
20/01/2018 a las 06:20
Enhorabuena Pulp, me ha gustado mucho tu relato. Lo has resuelto de forma estupenda. No es fácil escribir sobre algo que ya cuenta con otras historias y librarse de su influencia. Te seguiré leyendo.
María Jesús
20/01/2018 a las 12:39
Hola Pulp: Tu relato es hermoso, lo has trabajado muy bien de manera que me ha resultado muy ameno. El Titanic….cuantas historias se pueden inventar sobre él…No tengo nada que objetar a la trama salvo que me hubiese gustado que le dieses un poco más de protagonismo a Noah.
PD: En los comentarios del mío, he aclarado esa incoherencia de la que me hablas, por si quieres leerla.
Saludos.
Pulp
20/01/2018 a las 14:59
Gracias a todos por vuestros comentarios. María Jesús, tienes razón, quizás podría haber trabajado algo el personaje de Noah, espacio tenía. Pero como no lo necesitaba para la trama, la verdad es que ni se me ocurrió. Lo tendré en cuenta para futuros relatos.
Saludos a todos!
Charola
21/01/2018 a las 06:11
HOLA, Pulp
Te ha salido un muy buen relato. No me esperaba el final. Muy bien. Felicitaciones.
Por allí te falta una tilde en “él” y en “catarsis” has puesto tilde y no lleva.
Creo que en la proa decía RMS Titanic. (No importa, no me hagas caso).
Nos estamos leyendo. Un abrazo.
Laura
21/01/2018 a las 11:22
Hola Pulp.
Gracias por tu comentario a mi relato,muchas gracias.
Con respecto al tuyo, nada que señalar. Gran relato, con las palabras obligatorias excelentemente insertas. A mí me costaron muchísimo (ya te habrás dado cuenta)
Hasta la próxima propuesta.
Pulp
21/01/2018 a las 11:39
Gracias de nuevo,
Charola, tomo nota de las tildes, tengo un verdadero problema con ellas, debo hacer algo para solucionarlo… Y no, en la proa del Titanic decía únicamente TITANIC, sobre el nombre de la ciudad de Liverpool, que es donde se registró el buque. RMS es el acrónimo de Royal Mail Ship, que significa simplemente que transportaba correo de la compañía postal británica, para lo cual tenían un contrato de transporte. Hoy en día el buque más famoso que lo utiliza es el Queen Mary 2, pero aún así tampoco lo lleva grabado en la proa.
Laura, gracias por tu comentario. En cuanto a la frase, la mía es de arranque, la tuya de final. Creo que la tuya está más lograda, pues es en realidad el desenlace, pero como ya te comenté, al conocer las reglas aquí, nos dabas una pista de cómo acababa.
Saludos!
Carmen Sánchez Gutiérrez
21/01/2018 a las 21:15
Hola, a mí también me ha gustado tu cuento. Muy bien redactado y el final sorprendente
Kaila
22/01/2018 a las 11:25
Hola Pulp,
Primero, gracias por tu comentario (ya te contesté la duda).
Segundo, no te lo vas a creer, pero no he visto Titanic. Sí sí, ya lo sé “¿Pero cómo no, alma de cántaro?”. Bueno, gracias a eso he disfrutado de tu relato desde otro punto de vista, a mi no me parece necesario que tengas que desarrollar más a Noah, creo que está bien así.
Veo que das preferencia a la calidad, frente a la cantidad de palabras, es difícil poner punto final a un relato cuando crees que se queda corto. Muchos pecan de querer llegar al límite de palabras (yo a veces también) y lo estropean.
Estoy de acuerdo con las cosas positivas que te han dicho los demás, ¡sigue así!
Nos leemos 🙂
PaulaC_99
23/01/2018 a las 01:36
Hola Pulp!
Soy paula, del número 3.
En tu comentario me preguntaste si el abuelo iba a acabar con su nieto.
No. Como bien has dicho, solo esta narrandole la historia 🙂
Respecto a la tuya, me ha gustado mucho
Sobretodo el inesperado final. Enhorabuena !!
kupuri Tatei
24/01/2018 a las 15:09
Hola Pulp:
Soy Kupuri Tatei y he leido tu cuento y los comentarios.
Entonces no es solo el secreto de la anciana lo que detiene al marinero, tambien es:
– El recuerdo de todas aquellas noches con Noah.
– La promesa de cambiar de vida.
– Algo más elevado, aunque no sabía cómo definirlo.
– Nunca había sido muy locuaz. (Aquí la palabra “locuaz” no tiene sentido.)
Posteriormente confirmas que “él tenía a Noah y ahora que la había encontrado no quería partir. Aún no.” (ya agregué la tilde a “él” que hacía falta), ¿entonces el secreto de la anciana es secundario?
Una “dársena” es una parte del puerto en donde las naves realizan maniobras, no es un lugar donde pueda estar físicamente una persona, a menos de que sea un buzo o un nadador.
Te invito a que te sumerjas en el cuento #114: “En el principio ya era el infierno”. Leelo y destrúyelo.
Melsina
25/01/2018 a las 21:37
Hola, Pulp. Tu escrito me ha gustado porque la intriga inicia desde el título y tiene un final acorde. El tema es la trascendencia de las decisiones. John tenía la necesidad de ir a trabajar, pero no fue; no por Noah, sino porque no habría futuro para él si se subía al barco.
A mi parecer a la historia no le faltas ni le sobre nada. Aunque sí hubiera querido saber qué palabras sirven para ver el pasado y el futuro… (¡Es una broma!). Es interesante el personaje de la anciana, porque con él se estructuró tanto la intriga como una historia fantástica.
El narrador protagonista me parece acertado en este relato, porque logré sentir la angustia de su dualidad. En mi humilde opinión la palabra “Titanic” es de doble filo, porque puede perder la fuerza que tiene para el final si no se conoce la historia previa.
PD: Disculpa la tardanza, fue por asuntos personales.
Pulp
26/01/2018 a las 00:21
Gracias de nuevo a todos por vuestros comentarios.
– Kaila, ya vi que me resolviste la duda, es como me imaginaba, muy buen recurso el que usaste con tu “yo” literario, como dijeron en los comentarios. En cuanto a si has visto o no “Titanic” (supongo que te refieres a la película), no creo que tenga trascendencia, entiendo que todo el mundo sabe que es el naufragio más famoso de la historia, por lo que nadie necesitaría más detalles para saber por qué al final era un idea acertada no subir al barco.
– Paula, entonces capté bien la historia, me alegra saberlo, jeje
– Kupuri, te equivocas. Lo que le detiene es una revelación que ha tenido. Eso y sólo eso. Al principio se pregunta si quizás es que se trate de otros motivos, pero él sabe que no (lo aclaro en el primer párrafo). Cuando digo que nunca había sido muy locuaz quiero decir que no se le daba bien explicar las cosas, que es lo que está intentando hacer, explicarse a él mismo lo que sucede. Para mi si tiene sentido… pero si para ti no lo tiene quizás no lo expresé de la mejor manera, le daré un par de vueltas. En cuanto a lo que es una dársena, me vas a disculpar, pero he trabajado durante años en un puerto y te aseguro amigo, que en una dársena puedes pasear tranquilamente sin ser buzo o nadador, jeje… es donde se realiza el atraque de embarcaciones a una cierta distancia del puerto, pero se puede recorrer a pie perfectamente, al menos los que yo he visto. Si no se pudiera, iba a ser complicado cargar los buques! 😉
He visitado tu texto y lo he comentado, que no destruido, jeje…
-Melsina, no se si acabo de comprender lo que dices de la palabra “Titanic”… de verdad, no creo que nadie vaya a desconocer su historia, no crees? Me pareció tan obvio que ni me lo planteé.
Saludos a todos!
Pato Menudencio
26/01/2018 a las 14:56
Hola me ha gustado la historia. Al principio pensé que Noah era nombre de hombre y que sería una historia de amor homosexual al estilo “Brokeback mountain” entre trabajadores de una mina de carbón que se consolidan durante el viaje en altamar.
Siento que Noah podría haber sido más importante en el relato, ya que si la retiramos, no habría influido en el desenlace.
Interesante el hecho que el prota se salvara por una ¿Bruja?, seria bueno saber más de ella en el futuro.
Saludos.
Doralú
28/01/2018 a las 17:21
!Hola Pulp!
Me ha fascinado tu relato desde el titulo. La manera en que desarrollaste el tema me atrapó desde el inicio. Es muy claro, ágil y con final sorprendente.
Un abrazo