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Este no es un relato de la mar - por El recreo

Web: http://www.elrecreoderafa.wordpress.com

El sol picaba sobre el agua que estaba en calma y solo la ligera brisa rompía la perfecta horizontalidad de la superficie. Sentado sobre su hamaca, cerca de la orilla descansaba un tipo de piel curtida, enormes dientes cetrinos y una lengua que los relamía al jugar al mismo tiempo con un palillo desgastado. Desde donde me encontraba, me parecía apreciar un diente de oro, pero esto quizá fuera fruto de mi incansable imaginación. Lo que sí veía perfectamente era una raspa de sardina tatuada en el hombro.
Por mi parte, no quería parecer disfrutar, como así lo hacía, de la diversidad que nos ofrece este mundo. Tipos altos y bajos, fornidos y fofos, calvos y peludos y todo un abanico de posibilidades intermedias competían deslealmente con más de doscientas páginas. Bajo una sombra artificial yo fingía leer un libro, así como escuchar música con los auriculares, cuando en realidad la batería hacía minutos que se había agotado y el libro era de aquellos de querer y no poder; quizá algún día.
Aquel tipo de la hamaca, que cada vez me resultaba más familiar, conseguía capturar mi desviada atención. A su lado, un chiquillo parecía absorto con sus palabras. Si tuviera que apostar, diría que no era su hijo, aunque quizá fuera un familiar cercano o el hijo de un vecino de confianza. !Quién sabe! Ahora ya nadie se puede fiar de las apariencias. Desabroché mis orejas de los diminutos auriculares y comencé a escuchar.
– … así fue como después de ochenta y cuatro días sin conseguir pesca alguna, libre una batalla en alta mar con un pez enorme que me llevó mar adentro, hasta que conseguí vencerle. Lo peor de todo fue traerlo a puerto, varios tiburones trataron de arrebatármelo, y aunque conseguí que dejaran la cabeza intacta, los malditos se habían comido más de la mitad, dejándolo casi en las raspas.- dijo mientras emitía un ruido al chupar el palillo.
– ¿y de ahí el tatuaje?- preguntó el chiquillo con los ojos abiertos a más no poder.
– Efectivamente. Pero ¿sabes una cosa? Tengo más historias que tatuajes, recuerdo en otra ocasión que pasé algún tiempo en el interior de una ballena hasta que conseguir salir de su enorme boca provocando fuego con una pistola de bengalas…
– ¿Fuego dentro de la ballena?- preguntó extrañado el niño, que era joven pero no idiota.
– Fuego, fuego… – repetía en tono reconciliador- y en otra ocasión me destinaron a una isla prácticamente desierta cerca del Ártico, tenía que dar el relevo a un oficial meteorólogo allí destinado, pero sólo encontré a un farero asilvestrado que veía monstruos en el agua…
El niño calló porque no quería que aquel hombre dejara de hablar. Yo no sabría decir si su edad le permitía discernir el engaño o era aún tan suficientemente joven como ingenuo. Pero por mi parte decidí poner fin a aquella pantomima. Me incorporé, me calcé mis chancletas blancas y azules con las que pisar el mullido césped de aquella gigantesca urbanización, dejé el libro con el marcapáginas en el mismo sitio que tres veranos atrás y dos sombrillas más tarde, justo cuando me disponía a abroncarle a aquel tipo y justo cuando iba a decirle que dejara de profanar a Ernest Hemingway y “El viejo y el mar”, y a Pinocho y Gepetto y a “La piel fría” de Albert Sanchez Piñol y que se inventara sus propias historias, pero que no le engañara así al chiquillo, justo en ese momento el más intenso azul de todos los caribes y corales me descubrió. Y yo, ante aquellos dos ojos, no pude otra cosa que dar la vuelta a mi sitio y dejar que el hijo del pescadero creyera en lo que quisiera. Tomé mi libro por la misma página y leí de nuevo aquel inicio del interminable párrafo “El marinero no subió al barco…”.
Por alguna extraña razón no dejaba de pensar en aquella raspa tatuada en su hombro y en cuantos marineros han dejado pasar tantos otros barcos.

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10 comentarios

  1. Hola El recreo.

    Creo que es la primera vez que te leo y me alegro por ello.

    Tu relato me ha parecido muy interesante porque has sabido captar un momento muy pequeño con un gran significado. ¿Quién sabe por qué el hombre se “inventa” todas esas vidas para el niño? ¿Y por qué el azul de sus ojos impresionó tanto al narrador? Te deja un montón de vacíos que quieres continuar en la mente. Y eso es muy bueno.

    En el terreno formal he de decirte que no he notado grandes fallos porque la lectura me ha absorbido bastante. Sí que me llamó la atención la primera frase. Me pareció demasiado larga y muy etérea como para captar la atención de lector. Personalmente, la siguiente frase me parece más apropiada para arrancar. Lo único es que yo la haría más corta y contundente. La que tú elegiste yo la utilizaría después para ambientar. Pero eso son apreciaciones personales.

    Como has puntuado muy bien los diálogos me imagino que este punto después de “raspas” se te ha colado: “dejándolo casi en las raspas.- dijo mientras emitía un ruido al chupar el palillo.”

    Me ha encantado cuando el viejo comenzó a decir aquello de: “– … así fue como después de ochenta y cuatro días sin conseguir pesca alguna”. Ahí me entró un regustillo en el estómago.

    Nos seguimos leyendo.

    Un saludo.

    Escrito el 17 enero 2018 a las 22:19
  2. 2. ELRECREO dice:

    Gracias Jean. Tomo nota. Quería plasmar que la mirada del niño llena aun de magia y credulidad cautivo tanto al narrador que le hizo cambiar de parecer y dejó que siguiera creyendo esas mentiras porque la ingenuidad de la infancia es un barco que sólo zarpa una vez

    Escrito el 18 enero 2018 a las 09:29
  3. 3. Madrugada dice:

    Hola, ELRECREO,

    Me han encantado las palabras y expresiones que has elegido para elaborar tu historia, creo que son bastante oportunos para hacer sentir lo que se quiere transmitir al lector.
    La narración en primera persona es todo un acierto.

    Cuánta razón tienes con respecto a la infancia. Cuando todavía crees que cualquier cosa es posible y cuando algo tan sencillo como una historia tan estrafalaria como las que contaba ese hombre puede divertirte. No se necesita más y a veces siendo adulto es difícil recordar ese sentimiento de ilusión, por no decir imposible.

    Te felicito y animo a seguir escribiendo. Nos leemos en el siguiente reto.

    Un saludo!

    Escrito el 18 enero 2018 a las 23:27
  4. 4. DH dice:

    ¡Hola! Es un gusto leerte por primera vez. Debo decir que me agrada la narración de los detalles. Y algo que en especial me llama la atención, es el escenario en que ocurre. Es decir, es una urbanización, un lugar común, con gente común, con acciones comunes. Y entonces haces el contraste entre lo cotidiano de una situación, con lo extraño de un personaje inusual. Digamos que eso hace gran parte de la incógnita, entonces, ¿Quien es él? Entre otras cosas, cuando tocas el tema de la infancia y de la ingenuidad, hay un mensaje que quizás pueda entenderse como un mensaje o enseñanza. Sin embargo, eso ya te lo han dicho, solo te recomendaría que prestes atención a algunos acentos que quizás se te pasaron por alto. En general no veo gran cosa que criticar, me parece que la lectura es interesante. Haces que el lector se intrerese progresivamente. Aunque ya a modo personal, no se porqué me da la impresión de que el hombre en la hamaca tiene en su misterio algo de fantasía. Incluso, cuando describes el color de sus ojos, y todas sus maneras de actuar, siento que hablas de un hombre de mucha experiencia, como si el tiempo le hubiese dejado cicatrices que van mas allá de los tatuajes. Pero no me hagas caso, suelo imaginar demasiadas cosas.

    Tratare de seguir tus relatos en el futuro. ¡Mi relato es el 40 por si quieres ayudarme a mejorar!

    Escrito el 20 enero 2018 a las 06:31
  5. 5. DH dice:

    Lamento lo redundante. Me refería a que la parte en que hablas de infancia, puede ser una enseñanza importante para nosotros.

    Escrito el 20 enero 2018 a las 06:33
  6. 6. Laura dice:

    Hola El Recreo.
    Me ha gustado muchísimo tu relato. Tienes expresiones maravillosas.
    La primera persona la has llevado de maravillas.

    Hasta la próxima propuesta.

    Escrito el 21 enero 2018 a las 21:12
  7. 7. Elrecreo dice:

    Gracias Laura! si me dices tu relato le echo un ojo… o los dos, si quieres.
    Gracias DH por tu aportación ya me he pasado por tu relato y espero haberte ayudado a mejorar… aunque cuando me pongo en plan tiquismiquis quizá sea insoportable. Respecto a lo que comentas, en primer lugar quería un poco despistar y salir del tópico porque todo el mundo iba a escribir del mar, arena, playa o barco y he querido jugar con eso y luego saltar a la piscina y la comunidad de vecinos, tan grande que puedes no reconocer a todo el mundo. Y luego pues parte de razón tienes, el personaje que más fuerza he querido que tenga es el contador de historias, quería que fuera enigmático, experimentado e imaginativo, así que has imaginado bien!
    Saludos,

    Escrito el 21 enero 2018 a las 22:56
  8. 8. elisa dice:

    Hola ¿ qué tal?,
    Sin duda, tu punto fuerte es lo bonito y adecuado de tu vocabulario.
    Según mi opinión, le falta estructura: presentación, nudo y desenlace. Me ha gustado el relato pero me falta saber a dónde lleva.
    Me falta una acción después de la descripción.

    Escrito el 23 enero 2018 a las 19:52
  9. 9. Menta dice:

    Buenas noches ELRECREO: Tu relato me ha encantado. La ambientación, la conversación espiada, el aburrimiento del espía, el vocabulario, la manera de narrar, bueno, ya ves, todo me ha parecido perfecto.

    En niño me ha recordado a uno de mis sobrinos que por las noches, siempre le leemos un cuento, pero él a veces, pide un cuento de boca. En su lenguaje eso significa un cuento inventado por nosotros. Como nuestra imaginación se ha agotado, le contamos cuentos de otros autores… (no se lo digas a tu espía).

    He visto unas cosas que puedes corregir, si estás de acuerdo:
    1.- En el primer párrafo hay tres palabras que rimas: orilla, curtida y sardina.
    2.- Escribes: “libre una batalla en alta mar con un pez enorme”, es “libré”, con acento.
    3. Pones: “los malditos se habían comido más de la mitad” Creo que debe ser: “los malditos se comieron más de la mitad”

    Muchas gracias por tu relato. Un saludo, Menta

    Escrito el 28 enero 2018 a las 00:00
  10. 10. Elrecreo dice:

    Muchas gracias Menta, gracias por el regalo del “cuento de boca”… No veo excesivo problema en la rima asonante de las tres palabras, aunque no haya sido de manera intencionada, quizá lo dices por la excesiva musicalidad?
    Por lo demás tomo nota de las correcciones y muchas gracias!!

    Escrito el 28 enero 2018 a las 19:40

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