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El poeta. - por Madrugada

—El crío está obsoleto, Mary.—Resopló el padre dirigiéndose indirectamente a su hijo con su estúpida y asidua diatriba, mientras utilizaba su opulento teléfono móvil apurando los últimos minutos antes de marchar a trabajar.
—Al menos no finjo ser lo que no soy.—Respondió el chico automáticamente mientras se terminaba los últimos restos del desayuno.
A menudo, su padre habituaba a ser uno de esos consumidores entusiastas de tecnología y otros tantos objetos tan improductivos como costosos, simplemente para que su entorno considerara que procedía de alta alcurnia. Una sandez a la orden del día, ¿verdad?
—Además insolente.—Comentó el padre sin desviar la mirada del aparato.
La madre soltó un gruñido carente de sentimiento mientras, también Smartphone en mano, se dedicaba a ojear sus redes sociales y recetas que nunca cocinaría.
El chico se levantó, rumiando una vez más el hastío y la escasez de retroalimentación que suponía el desayuno en familia y tomó camino a clase.
Era un incomprendido en todas las áreas posibles desde que poseía uso de razón.
—Y tú, ¿qué quieres ser de mayor?—preguntó su profesora el primer día de escuela, chico por chico, hacía ya 5 años.
Entre los múltiples millonarios, creadores de videojuegos, Youtubers y aspirantes a ser famosos en general, nuestro chico habló:
—Me encantaría ser poeta. —Soltó con naturalidad y con un deje de pasión que provocó las risas de los demás críos, nerviosos y a la par confundidos.
—Pero, ¡chico!—respondió la profesora frunciendo los labios y el ceño a un mismo tiempo.—¿Tú sabes lo que eso significa? Estando en 2034 es una profesión un tanto…
—¿Analógica en un mundo digital? —concluyó el pequeño encontrando las palabras en algún lugar recóndito de su curioso cerebro.
Ante tal respuesta, la profesora quedó atónita y concertó una reunión con sus padres. Algo que resultó ser tan inútil como la tecnología que flanqueaba la década.
Nuestro chico recordaba con exactitud en qué momento dio con el primer tomo de lo que no sabía que sería su sueño vital: una excursión para un primer contacto con las TIC. Contaba con 5 años y un gran porcentaje de su clase ya había desgastado tablets, ordenadores portátiles y los teléfonos de sus padres, así que al chico se le antojaba bastante fuera de lugar. Fue a la entrada del destino en cuestión donde había una chica de aspecto estrafalario leyendo lo que por entonces desconocía: un libro.
—¿Qué es eso?—preguntó el chico emocionado, pues nunca antes había visto un ejemplar de papel.
Entonces la muchacha sonriente se lo mostró: un libro de poemas de Jorge Luis Borges, un tipo del que nada conocía y del que a duras penas conseguía comprender algo y sin embargo…Sin embargo había algo en las palabras.
El chico sonrió una vez más saboreando el recuerdo de camino a clase. El sentimiento de placer que había inducido en él y lo que conllevó en los años posteriores.
A su alrededor no había nadie interesado en la lectura, mucho menos en las palabras y ya nadie aprendía a escribir a mano así que, era un marginado con ideas anticuadas y que la mente de sus congéneres no alcanzaba a comprender.
Sus pies se movían por inercia mientras recitaba una y otra vez poemas de una época que otrora había encandilado a mujeres, estabilizado estados de ánimos y comunicado más que cualquier otra persona que hasta el momento hubiese conocido.
—¿Soy un materialista, pues?—se preguntó a sí mismo de forma introspectiva.—Si amo la literatura o lo que vienen a ser los libros..
Enajenado del mundo al que pertenecía se cuestionaba por qué demonios no podía interactuar a sus 11 años con alguien con el que intercambiar más que vídeos a través de un objeto, al que poder observar sin interrupciones, sin excusas o peros, sin fotos, notificaciones, mensajes…Entonces vino otro recuerdo.
Hacía un año que había acudido a una residencia de ancianos en busca de algún tipo de empatía o conocimiento de la época que le representaba.
—Te has topado con el lugar equivocado, chico.—Sentenció la enfermera a la que intentó sortear. —Todos los que residen aquí no recuerdan lo que eran, lo que ansiaban o lo que han comido hoy al mediodía.
Así que se marchó, y volvió desde el recuerdo a su presente, frente a su escuela. Accedió al edificio con resignación y tras llegar a su clase, saludó:
—¡Buenos días!
Y en el silencio de la sala, nadie levantó la vista de su teléfono móvil.

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7 comentarios

  1. 1. Kathie G. dice:

    Hola Madrugada, me gustó tu visión y tu idea del futuro, pero aún con un mensaje claro que puede aplicarse a los tiempos modernos. Sentí tu relato muy real, es lo que vivimos personas como tú y como yo cuando preferimos escribir o leer un libro antes que reunirnos a hablar sobre farándula o videojuegos. Hay una parte del texto que no he logrado entender muy bien «estabilizado estados de ánimos y comunicado más que cualquier otra persona», imagino que es más bien «estabilizando» y «comunicando» (?) Parece que tiene más sentido así pero no estoy segura, me gustaría saberlo. De resto te felicito, un saludo y feliz escritura!

    Escrito el 17 febrero 2018 a las 03:09
  2. 2. IreneR dice:

    Buenas, Madrugada.

    Me ha llegado mucho tu historia y el fatal final que nos espera como este mundo siga así.

    Me conmovió mucho eso de que nadie más supiese escribir a mano, pero es verdad, ¿para qué aprender cuando todo es digital?

    Yo soy una fiel lectora de libros en papel. Me gusta sentir el tacto, el peso y el olor. Pero temo que en unos años tu relato de ficción se convierta en profecía.

    ¡Un saludo!

    Escrito el 17 febrero 2018 a las 08:19
  3. 3. Madrugada dice:

    Hola,

    Irene R, gracias por tu comentario. Desgraciadamente preveo algo peor, pero mientras a los analógicos nos dejen en paz con nuestras palabras y nuestros libros me doy por contenta,¡Yo también adoro los de papel!

    Kathie G, yo me llevo sintiendo así desde los albores de cierta aplicación de color verde…por aquella época yo no quería ni siquiera teléfono móvil.
    En cuanto a lo que dices…

    ”Sus pies se movían por inercia mientras recitaba una y otra vez poemas de una época que otrora había encandilado a mujeres, estabilizado estados de ánimos y comunicado más que cualquier otra persona que hasta el momento hubiese conocido”

    Con el otrora me refiero al pasado, mi idea no era repetir muchas veces había en la frase,por ejemplo: ”Que otrora había encandilado a mujeres, había estabilizado estados de ánimos y había comunicado más que cualquier otra persona”.
    Me sonaba mejor si eliminaba el resto de ”habías” porque me
    sonaba mejor, aunque ahora que lo dices también confunde un poco.

    Gracias por tu comentario, nos leemos por aquí!

    Escrito el 17 febrero 2018 a las 09:40
  4. Hola Madrugada,
    Te felicito por el excelente estilo de tu redacción y la fluidez de tu escritura. Un relato escrito con esmero, riqueza de vocabulario e imaginación. Describes muy bien la soledad del incomprendido, la búsqueda de compañía intelectual que sienten los “freaks” en una época excesivamente tecnologizada,que mucho se parece a la nuestra. Totalmente a la orden del día: la necesidad de enseñar a pensar, a leer, a meditar, conversar, elaborar un pensamiento propio, en estos tiempos en que la opinión se fragua en las redes sociales sin fundamento realista que la sustente.
    Bien hecho, saludos.

    Escrito el 17 febrero 2018 a las 12:18
  5. 5. cualquiera dice:

    Hola Madrugada, muchas gracias por tu temprano comentario. Te correspondo con el mío.

    Tu texto en primer lugar tiene la virtud de que se visualiza muy bien. Todos los elementos de la narración contribuyen a su unidad de efecto, como decía Poe. Crea una impresión distópica, pero que sin embargo no parece contada hacia un fatal apocalípsis. Puede resultar dramático todo lo que se cuenta: el padre sorbido los sesos en el móvil, la ausencia de concepto de familia, el olvido en las escuelas de las materias humanistas, el desfase de “lo analógico en la era digital”. Pero el tono dulce de la narración, y la curiosidad hermosa del niño, hace que la historia en verdad resulte optimista.Todavía hay niños que querrán ser poetas en el año 2034. Bendito crío obsoleto. Viva él.

    En cuanto a aspectos de forma, hay algún detallito que podría revisarse tal vez, y del que seguro harán mención otros comentaristas más ilustres que yo, pero en general encuentro una expresión cuidada, y unas frases bien pulidas que se beben limpias como el agua. Buen trabajo.

    Un abrazo y hasta la próxima.

    Escrito el 17 febrero 2018 a las 19:27
  6. 6. Wanda Reyes dice:

    Hola Madrugada, me gusto mucho tu relato. Bastante esperanzador en el sentido de un futuro donde no se pierda del todo esa necesidad de expresarmos con la belleza de un poema o el de una historia que te llene, a pesar de que la tecnologia nos consume. Saludos
    Te invito a leer mi relato es el 18

    Escrito el 20 febrero 2018 a las 04:44
  7. 7. P.J Dawon dice:

    Buenas, Madrugada.
    En pocas palabras te digo: un maravilloso relato aunque del año en el que le a tocado vivir al pobre chico no puedo decir lo mismo.
    Un rato agradable de lectura, gracias.
    Un saludo y ando por el número 8 por si quieres pasar a echar un vistazo.
    Nos leemos.

    Escrito el 21 febrero 2018 a las 12:36

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