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El Poeta - por Piquillín

Siempre supe como atender las integraciones escolares, mi vida transcurría tratando de ayudar en el trayecto escolar a niños con autismo, síndromes de down, síndromes de asperger y retrasos mentales. Aunque últimamente el mes me lo ganaba tratando los alumnos con déficit atencional que son los más diagnosticados en estos tiempos; según parece las aulas están pobladas de pequeños que no prestan atención. Trabajar con las maestras sugiriendo que actividades realizar para que los niños con capacidades diferentes se integren a la educación formal me parecía una tarea loable, rentable y hasta revolucionaria. Sentía que con paciencia, amor y dedicación les podía devolver la autonomía a niños que eran etiquetados por su síndrome. Tuve muchos logros y satisfacciones hasta que conocía a Pedro, él me forzó a percibir la realidad de otra forma, tratar con él me hizo diferente.

A Pedro lo conocí hace un año, sus padres me contactaron para atenderlo.
—Señorita ¿usted hace integraciones escolares?
—Sí, ¿de qué se trata?
—Mi hijito de nueve años tiene problemas en la escuela, la psicopedagoga nos dijo que tiene déficit atencional ¿Es grave? ¿Nos puede ayudar?
—No se preocupe papá, nos reunimos y ahí vemos que hacemos.

Así fue como tuve la primera reunión con él y su familia. Sus padres refirieron que Pedro no prestaba atención en clase, que se la pasaba dibujando y que inventaba palabras. La maestra los mandó a llamar y sugirió ver a una psicopedagoga quien diagnosticó T.D.A.H (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad) por lo cual debía presentarse en breve con una maestra integradora.

Al interactuar con Pedro descubrí un niño sensible, muy humano e imaginativo. Su sonrisa irradiaba luz, su sola presencia me llenaba de tranquilidad; sin duda el niño era especial. Pedro me contó que le gustaba la escuela, sus compañeros y las palabras. Me dijo también que le encantaba la madre tierra, los secretos que ella tiene para dar si uno se acerca a escucharla. Pedro me comentó que le gustaba descubrir que mariposa es cada uno de sus compañeros.
—¿Cómo es eso?—lo indagué.
—Fácil. Juan por ejemplo es una magenfe.
—¿Una magenfe?
—Sí, sí, una Mariposa generosa y feliz. Mirá. Acá están las otras—dijo acercándome un cuaderno lleno de dibujos de mariposas de todos colores con su denominación.
Lo que observé me maravilló. Era como un catálogo de las personalidades de sus compañeros, los dibujos eran fabulosos; las palabras, a simple vista sin sentido, adquirían vida cuando Pedro describía con una precisión absoluta y una sutileza poética a cada uno de los chicos de su aula.
Me reuní un par de veces con él, me encantaba hablar con ese niño, hacer contacto; pero poco tenía para decir a sus padres, a éste pequeño sólo había que sentarse a escucharlo, me sorprendió que nadie lo haya descubierto antes; con ese diagnóstico me comuniqué con ellos.

—Papis, Pedro no me necesita.
—¿Cómo señorita? ¿Qué dice?
—Pedro tiene el alma de un poeta, la sensibilidad de un artista plástico, la curiosidad de un científico. Anótenlo en un taller literario, y…
—Pero ¿qué dice señorita?—me interrumpió indignado, su padre—.A usted se le paga para algo muy específico, que hacer de su futuro o en su tiempo libre es tarea mía. Peter ya tiene su porvenir asegurado, seguirá mis pasos en la empresa ¿qué duda cabe? poeta, ja, ja, ja…
—Disculpen, yo sólo quería…
—Si no sabe hacer su trabajo señorita, prescindimos de sus servicios, ya me comunicaré con usted para completar el pago del mes.

Por última vez fui a la casa del niño, su padre me debía saldar su deuda y Pedro se quería despedir de mí. Me abrió la puerta el pequeño y me hizo pasar.
—Ayer fui a la empresa de papi. Mirá lo que encontré en un cajón, seguro se lo olvidó un niño—me dijo, alcanzándome un viejo cuaderno.
Observé con atención dibujos de arcos iris y palabras hilvanadas formando bellos poemas. Juan, el padre de Pedro, justo entró para darme el pago y sorprendido me pidió el cuaderno.
—Lo había olvidado, yo también dibujaba y escribía poemas. Mi padre me anotó en el bachiller con orientación en negocios, allí me ayudaron a olvidar esas fantasías—confesó, secándose una lágrima que peleaba por salir—Gracias señorita.

Seguramente, Juan, recordando sus sueños, le dio una oportunidad a Pedro; sin embargo me pregunto: “¿Cuántas veces en el sistema educativo cortamos alas queriendo encausar vidas, tratando de adecuarlas a lo que debe ser?”.

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12 comentarios

  1. 1. Andy dice:

    Cuando terminé de leer tu relato, me he quedado en blanco. No supe qué escribir durante varios minutos. Sencillamente, me ha gustado mucho, demasiado. En pocas líneas lograste darle vida y color a varios personajes. Con una sencillez de lenguaje impresionante, lograste transmitirme emociones de todo tinte. Te felicito. Solo un consejo (que ya se lo he dicho a casi todos los autores a los que he comentado): cuida un poco tu ortografía. Pídele un mano a Word o deja reposar tu texto. Así matarás muchos errores ortográficos. Suerte 😉

    Escrito el 16 febrero 2018 a las 18:20
  2. 2. Galia dice:

    Piquillín, me conmovió mucho tu relato, yo tengo un nieto muy sensible, calculo que va a ser escritor, ya, con siete años, escribe y sus padres, ingenieros ambos, se enervan cuando yo se lo sugiero.
    Sólo te hago una pequeña observación ortográfica, los dos qué van con acento: maestras sugiriendo qué ,descubrir qué mariposa.
    Si quieres leerme, estoy en el 116.
    Saludos.
    Galia

    Escrito el 16 febrero 2018 a las 18:24
  3. 3. IreneR dice:

    Buenas, Piquillín.

    Me ha gustado mucho tu relato. Cuando alguien, ya sea niño o adulto, se sale de lo que socialmente se acepta como normal el resto lo tachan de raro.

    Me fastidia que cuando los niños tienen dificultades con alguna asignatura del colegio, padres y profesores se centran en eso. Pero si es un genio para otra cosa nadie presta atención.

    ¡Un saludo!

    Escrito el 16 febrero 2018 a las 21:16
  4. 4. Menta dice:

    Hola Piquillín: Me ha gustado mucho tu relato. Tratas un tema muy bonito y de actualidad. Me impresionan estos niños con síndromes raros que no se integran en la sociedad porque los adultos, ignorantes, no queremos reconocer “la diversidad” entre nosotros y les ayudamos poco para que sean felices dentro de sus diferencias.

    He encontrado varias cosas que debes corregir:

    1. “Siempre supe como atender las integraciones escolares” – La palabra cómo es con acento. Así: “Siempre supe cómo atender las integraciones escolares”

    2. “síndromes de down”, debe ser: síndrome de Down. Down viene del apellido del científico que descubrió la anomalía cromosómica en estas personas.

    3. “Aunque últimamente el mes me lo ganaba tratando los alumnos con déficit atencional que son los más diagnosticados en estos tiempos;”.
    A) Me suena mejor con una –a-: “tratando a los alumnos con déficit atencional que son los más diagnosticados en estos tiempos;”
    B) O también sin el – los -: “Aunque últimamente el mes me lo ganaba tratando alumnos con déficit atencional que son los más diagnosticados en estos tiempos;”

    4. “Trabajar con las maestras sugiriendo que actividades realizar para que los niños con” . La palabra – que – con acento. Así: “Trabajar con las maestras sugiriendo qué actividades realizar para que los niños con”

    5. —Señorita ¿usted hace integraciones escolares?. Después de señorita una coma: —Señorita, ¿usted hace integraciones escolares?

    6. “—No se preocupe papá, nos reunimos y ahí vemos que hacemos.” La palabra – que – con acento. Así: —No se preocupe papá, nos reunimos y ahí vemos qué hacemos.

    7. “La maestra los mandó a llamar” Es sin la –a-. Así: “La maestra los mandó llamar”

    8. “Pedro me comentó que le gustaba descubrir que mariposa es cada uno de sus compañeros” Esta frase tiene dos errores, uno la palabra – que – es con acento y el verbo – es – debía estar en pasado. En concordancia temporal con – “comentó”.

    9. “—Sí, sí, una Mariposa generosa y feliz. Mirá. Acá están las otras—dijo acercándome un cuaderno lleno de dibujos de mariposas de todos colores con su denominación. “ Y también la frase:
    “allí me ayudaron a olvidar esas fantasías—confesó, secándose una lágrima que peleaba por salir—Gracias señorita.”
    Los guiones finales de diálogo deben estar separados del diálogo por un espacio y juntas con el inciso. Cuando el verbo es “dicendi”, se termina el inciso con guión y punto.

    10. “¿Cuántas veces en el sistema educativo cortamos alas queriendo encausar vidas, tratando de adecuarlas a lo que debe ser?”. Creo que debe ser – encauzar -.

    Enhorabuena por este estupendo relato. Un saludo, Menta

    Escrito el 16 febrero 2018 a las 21:52
  5. 5. Carmen Ramacciotti dice:

    Hola Piquillín.
    Tu texto es movilizador e invita a dialogar sobre temas infantiles a los que muchas veces no se les presta la atención adecuada, o se los niega por considerarlos de menor valía, como pueden ser las vocaciones que se van manifestando desde temprana edad y no coinciden con las expectativas de los padres.
    Buen planteo, me gustó el relato.
    Coincido con los comentarios de nuestros compañeros, referidos a la ortografía.
    Un saludo afectuoso.

    Escrito el 17 febrero 2018 a las 03:50
  6. 6. Judith dice:

    Hola Piquillín,

    Me ha gustado mucho tu relato y esa temática tan actual y preocupante. Cada vez menos aceptamos al diferente… La tarea de esta maestra es muy loable y tu la describes de una manera excelente. Si algo te tuviera que marcar, no me gustó tanto cómo resolviste al final lo del padre. No me parece tan real que se abra de esa manera y hable de la manera que lo hiciste en el relato. En vez de esta frase, “—Lo había olvidado, yo también dibujaba y escribía poemas. Mi padre me anotó en el bachiller con orientación en negocios, allí me ayudaron a olvidar esas fantasías—confesó, secándose una lágrima que peleaba por salir—Gracias señorita.”, yo quizás sugeriría que describieras ese cambio en la cara del padre donde pudiéramos ver que él recordó y revivió lo que vivió en su infancia. Creo que algo así sería más natural a esta frase que la sentí un poco forzada. Creo que utilizar una descripción de cambios en la cara del padre, ojos que se llenan de lágrimas, una mirada que parece retroceder en el tiempo y facciones que se ablandan, etc. sería más efectivo para este final.

    Espero te sirvan mis comentarios. Si quieres leerme soy el 137.

    Saludos.

    Escrito el 17 febrero 2018 a las 05:29
  7. 7. Lucy J.S dice:

    Piquillín, me ha encantado tu historia, me ha llegado al alma. El dearrollo, la atmósfera, los diálogos, todo me ha fascinado. Sobre todo me sentí identificada porque quiero ser psicopedagoga por ayidar a niños como pedro. Vi algunos errorres gramaticales que ya te han marcado, pero por demás es genial. Sigue así, saludos!!!

    Escrito el 17 febrero 2018 a las 15:50
  8. 8. Charola dice:

    Saludos, Piquillín.

    Enteramente de acuerdo con Judith.

    Felicitaciones. Un buen relato, sencillo, humano y profundo.

    Un abrazo.

    Escrito el 18 febrero 2018 a las 07:54
  9. 9. P.J Dawon dice:

    Buenas, Piquillín.
    Ya veo que los compañeros te an dado consejos y correcciones muy buenas así que me queda poco por aportar. En general creo que está bien narrado, buena integración de los diálogos y un buen manejo del estilo. En mi opinión, un relato muy bueno con un trasfondo que invita a la reflexión. Felicidades.
    Un saludo y nos leemos.

    Escrito el 18 febrero 2018 a las 12:55
  10. 10. cualquiera dice:

    Hola Piquillín, un relato muy realista, contando con sencillez, sobre un tema que personalmente me resulta muy interesante. Si en la formación de estos niños “sensibles” o “diferentes”, hubiese más guías como la protagonista, y menos padres iracundos preocupados por hacer de sus hijos señores formales, otro gallo cantaría.

    El tema de los diagnósticos es un mundo aparte. Hay una inercia que invita a seguir las modas (ahora todo son déficits de atención), y poca observación lúcida y directa sobre los problemas concretos de cada niño, que siempre son singulares porque no hay dos personas idénticas. La protagonista de tu relato es sin duda una buena educadora, sabe observar y entender aquello que mira. Como intuyo que el relato es autobiográfico, me alegro doblemente por ello.

    Escrito el 18 febrero 2018 a las 16:24
  11. 11. Piquillín dice:

    Hola a todos. Gracias por tomarse el tiempo de leer mi relato, me siento gratificada. Espero que se retome este taller a la brevedad porque me he enriquecido mucho con las correcciones, gracias a las consignas planteadas escribí textos que no se me hubieran ocurrido antes.
    El relato no es autobiográfico(como intuyó “Cualquiera”), soy docente pero en una escuela de adultos.Bueno gracias, nos seguimos leyendo.

    Escrito el 18 febrero 2018 a las 22:47
  12. 12. ANGEL CLIMENT dice:

    Piquillin, bonito relato, intenso, con mensaje, muy bonito, me gustó y despues de lo que te han dicho poco hay que añadir.
    Has caso a Menta es un buen correctos. Saludos

    Escrito el 19 febrero 2018 a las 13:19

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