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La Poeta - por Nats

Ella, tan elocuente, tierna y dulce. Sólo ella sabía entrar a describir con inocencia y ternura los más íntimos y profundos sentimientos y pensamientos de su corazón.

No era de sorprenderse cuando llegaba del colegio, y ver su rostro brillando, porque solo una sonrisa y una mirada suya era una poesía. Cualquier desánimo, problema o situación desafortunada se olvidaba al instante con su presencia.

Con sus pequeñas manos, La Poeta, hacía trazos desordenados, experimentando sus posibilidades "Mira, mamá, la nube" y yo tan sólo me unía a esa espléndida filosofía de ver más allá de lo que se quiere ver…. ¡Una hermosa nube abstracta! Ambas reíamos y continuábamos creando juntas un mundo que sólo entendíamos las dos.

Sus ganas de hablar y hablar y no parar afirmaban su entusiasmo ferviente por descubrir el mundo y enterarse que más allá de su cotidianeidad había un sin número de maravillosas experiencias y creación. La Poeta era capaz de darle significado único con su mágica forma de explorar.

Su padre la miraba enamorado, pensando qué bonito sería donde él hubiese podido conservar esa elocuencia, ingenuidad y capacidad de asombro frente a la vida como lo hacía La Poeta. Cada día era una aventura sorprendente que ella sabía muy bien documentar y declamar a todo aquél que se sentase a conversar con ella.

Mientras que yo, en silencio, siempre observaba a La Poeta, la analizaba, la amaba con tan solo contemplarla, su sonrisa y su amor incondicional era lo que más admiraba de su corazón. Si tan sólo el mío lograra ser de nuevo puro y limpio como el de ella…

La Poeta usaba su capacidad artística para desahogar sus más profundos sentimientos de confusión: sí, porque no podía entender por qué los adultos no eran felices como lo eran ella y sus amigos; de desesperación: sí, porque por más que intentaba dejar claro que no le gustaba la sopa, las mujeres adultas (mamá, abuela, profesora…) insistían en que era el mejor alimento para crecer sana y fuerte; de frustración: sí, para ella era totalmente incomprensible por qué no podía salir al parque a jugar cuando estaba lloviendo, si la lluvia es única y divertida, además mojarse era todo un acontecimiento… ¡con resfriado incluido! ; y desilusión: sí, porque le costaba entender que era una personita en este mundo y que sus padres no podían hacer todo por ella.

La Poeta era un poema, una canción, un cuento, una novela, ahora que ya no está, me remonto al recuerdo de sus melodías reconfortantes para olvidar vivir… pero, me sorprendo al reivindicarme con el amor, que es el único motor que existe para llegar a la vejez y a volver a ser niño otra vez.

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5 comentarios

  1. Hola Nats. ¡Guau! ¡Qué final! Buen relato, felicitaciones.

    Escrito el 16 febrero 2018 a las 23:18
  2. 2. Kathie G. dice:

    Hola Nats, hermoso relato, te agradezco por leer el mío. El tuyo me ha conmovido profundamente, yo amo esa esencia infantil, esa visión y perspectiva que poseen los niños y tú lo has plasmado a la perfección en tu relato, felicidades. Saludos, y feliz escritura!

    Escrito el 18 febrero 2018 a las 18:36
  3. 3. Jesús López Conesa dice:

    Hola Nats, buen relato convirtiendo la poesía en niñez y poniéndola como algo puro e inocente. Es muy entrañable.

    Un saludo, soy el 68.

    Escrito el 19 febrero 2018 a las 10:44
  4. 4. Nats dice:

    Gracias por leerme chicos! Un saludo desde Colombia 🙂

    Escrito el 27 febrero 2018 a las 19:04
  5. Hola Nats.

    Es un relato bonito. Has encajado las palabras precisas para hacer de tu prosa una poesía.

    Me ha gustado esa visión de la niña y su manera de enfrentarse al mundo. Por un momento, cuando lo de la sopa, pensé que se trataba de Mafalda, jejeje.
    Fíjate en lo que se llega a pensar cuando te dejas llevar por la lectura.

    Nos seguimos leyendo.

    Un abrazo.

    Escrito el 3 marzo 2018 a las 20:25

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