Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

El poeta - por Maurice

Web: http://mauricenipapaian.blogspot.com.ar

El poeta
A quien desee avanzar, siempre debe caminar… Y una pequeña parte de la vida ─los primeros años─ son suficientes para que, a la postre, puedas comprender de dónde vienes, por qué estás, dónde vas.
Vi la luz cuarenta días ha, y ya viajaba en un canasto sobre el lomo de la mula. Nunca sabes lo que depara el destino si no tienes el control. Por entonces, mamá Rosa estaba sola conmigo pues, mi padre Manuel…, bueno, parecía más apegado al vino y a las mujeres ─además de mamá, claro─ que a los quehaceres de la vida familiar. Por eso, tío Félix vino a buscarnos para llevarnos a León. Sin embargo no lo recuerdo, me lo contaron.
Pero no se me borro el instante, tiempo después de llegar, en que me echaron agua fría sobre la cabeza, varias veces, pronunciando palabras que entonces me resultaron incomprensibles y sigo sin entenderlas ahora que soy grande. Pretenden darte identidad con lo que no ves, sientes, deseas, como si fuera lo mismo que prenderte al pecho de tu madre para saciar aquella sensación, noción extraña, vital, carnal. Igual, no me molestó demasiado, pero confieso el susto cuando el frío me sacó del regocijo de aquellos brazos cálidos. ¡Oh mi madre!, delgada, ojos negros, cabello oscuro, en definitiva bella, muy bella.
Solo sé que después de la ceremonia empezaron a llamarme Rubén. Mejor, Félix Rubén, cómo el tío que fue a buscarnos. Por los ancestros de mi padre, también Darío. Pasé a formar así, parte de una dinastía a la que mi viejo, por el que “siempre tuve cierto desapego y una vaga inquietud separadora”, arrastraba, al igual que su ensueño de vida disipada.
En mis recuerdos se mezclan sitios urbanos y campestres; imágenes de callejuelas empedradas intercaladas con matorrales y animales paciendo; me veo bajo una vaca contemplando sus ubres, y a mamá rescatándome, preocupada. Y la memoria se interrumpe nuevamente…
Pasaron años; las reminiscencias saltan de nuevo a León, aquel de arrabal indígena y corazón hispano. Con nuevos padres ─quizá únicos─, Félix y Bernarda. Sobre su falda conocí mis primeros amores. Las palabras, unidad estructural primaria de la poesía; revelación del pensamiento de amor y de las ideas de repugnancia. Bernarda, sus canciones de miel parecen madurar en las siestas abrazadoras del estío nicaragüense: “…duérmete mi niño…..”.
Desde los “arcos de ramas verdes”, frente a mi casa, anunciando el paso del Señor del Triunfo los Domingos de Ramos; pasando por las primeras lecturas a los cuatro años; hasta los “epitafios” en verso, lamentando muertes. Mi niñez transcurre ─sin darme cuenta─, trasuntando al papel lo sublime y melancólico de mi existencia traqueteada.
La adultez. Despertar a nuevas vivencias, con vientos que bofetean el rostro y te obligan a descubrir lo fatal, “no sabiendo a donde vamos ni de dónde venimos”.
Ahora llega el crepúsculo y parece susurrarme el lento declinar. Salvando cimas y hondonadas de la tortuosa vida. Por las tardes leonesas, haciendo travesuras nimias en Honduras, peregrinando El Salvador, Chile, Europa…., siempre el mismo vértigo, el ajetreo, la misma fiebre.
Las ideas e instintos te mueven de sur a norte; debes mantener la mirada en lo alto, en el cielo sin fin, en el azul profundo del mar. En cada tramo de la realidad, contener la imagen viva de los campos, “… las pálidas tardes donde yerran las nubes tranquilas…”. Allí, siempre allí, está la raíz. Entonces, encuentras tu propia poesía.

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

3 comentarios

  1. 1. Otilia dice:

    Hola Maurice:
    Tu historia es una buena reflexión poética o filosófica de una vida.
    Me ha gustado.
    En cuanto a la forma, no soy ninguna entendida, pero creo que no es un relato, eso de introducción,nudo y desenlace.
    De todas formas, buen trabajo.
    Saludos.

    Escrito el 17 febrero 2018 a las 11:16
  2. 2. Luis Ponce dice:

    Hola Maurice.
    Puede que el tuyo no parezca un relato en la acepción propia del término sino una mini biografía. De todas maneras la carga filosófica que lleva es interesante.
    Te convendría recorrer las páginas de Literautas para tener una idea clara de lo que buscamos en los relatos cortos.
    El lenguaje y las costumbres cuando son muy localistas no siempre facilitan el entendimiento del lector y creo que la meta puede ser (para algunos) el tener el mayor número de lectores.
    Creo que tiene madera para pulir y formarte como escritor de relatos. Se ría interesante definir un estilo o un tema específico para encontrar un camino, pero esto de escribir es ir descubriendo nuevas cosas cada día.
    Espero leer más de tus trabajos a futuro.
    Saludos

    Escrito el 19 febrero 2018 a las 00:46
  3. 3. M.L.Plaza dice:

    Hola Maurice.
    !Cómo me gustaría conocer León! Es una de mis asignaturas pendientes.
    Me ha parecido un relato muy interesante, aunque no creo que el lirismo de Rubén Darío sea muy apreciado por nuestros páramos castellanos.
    Supongo que es por la escasez de espacio, pero me parece que la biografía está un poco desequilibrada. Te has demorado mucho en la infancia, y la adultez y el final son muy precipitados. Tal vez merecería más que solo desarrollaras la infancia y pararas el relato al hacerse mayor, o cuando Darío se va de Nicaragua. Para los no nicaraguenses es una etapa poco conocida de su vida. Pero, bueno, tú eres el escritor y es tu historia.
    Me ha encantado leerte.
    Saludos.

    Escrito el 19 febrero 2018 a las 06:33

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.