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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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EL POETA - por Baltasar

EL POETA
La mamá de Julito tenía una pizarra en la cocina en la que apuntaba los recados a hacer en el día.
Julito tenía siete años. Era escaso de carnes, de pelo negro alborotado y un tanto introvertido. Nada más levantarse, como cada mañana, entró en la cocina, leyó las anotaciones de su madre, y trató de retener en su memoria:

MERCADO FARMACIA MERCERÍA
cerdo paracetamol botones camisa
ternera tiritas hilo, blanco y negro
naranjas
manzanas
plátanos

En el coche, camino del colegio, sacó de la mochila un pequeño cuaderno y escribió:

EN EL MERCADO
Mamá irá luego al mercado.
Comprará cerdo y ternera, frutas varias,
deprisita,
pues ha de ir a la farmacia, a por paranoséqué
y una caja de tiritas.
Al final, la mercería, que la pilla de camino.
Tiene que comprar botones
y no olvidarse del hilo.

En el cuaderno fue recopilando todo lo que su madre anotaba en la pizarra, que él versificaba después.
Un día la madre, buscando en su mochila un lápiz, descubrió el cuaderno. De familia humilde, su cultura primaria la incapacitaba para profundizar en la importancia o no de los versos, pero su instinto le decía que algo encerraban, sobre todo teniendo en cuenta que Julito era un niño.
Cuando llegó el padre por la tarde, le enseñó el cuaderno. Leyó con atención los treinta y tantos títulos y, aun sin darlos la importancia que para la madre tenían, pensó que sería conveniente, dado el interés del niño por la poesía, comprarle algún libro a propósito.
Se llegó hasta una librería cercana y, tras revisar varios libros de poemas, le pareció más indicado el de las Fábulas de Iriarte, que el niño devoró, a la vez que no dejaba de tomar notas. Aquella noche no pudo dormir. Varias fábulas daban vueltas en su cabeza, pero lo que más le quitaba el sueño eran las «moralejas», que no terminaba de entender.
─Don Fausto ─preguntó con inquietud al maestro antes de sentarse en su pupitre─. ¿Qué es una fábula? ¿Por qué hablan los animales? ¿Qué es la moraleja que viene al final de cada una?
─¿A ver, a ver? ─se interesó el maestro.
─Mi padre me ha regalado este libro de fábulas ─dijo sacándolo de la mochila.
─¡De Iriarte! ¿Te han gustado?
─Mucho, señor maestro. Por eso me interesaría saber todo ello.
─Veamos: las fábulas son relatos, generalmente en verso, en la que además de animales pueden intervenir personas, incluso seres animados e inanimados; llevan implícita una enseñanza o crítica, que se resumen en esas moralejas que tanto parecen intrigarte. ¿Recuerdas alguna?
Sin reglas del arte borriquitos hay que una vez aciertan por casualidad. ─soltó con ansiedad.
─¡Ahí lo tienes! ¡El burro flautista!…y sonó la flauta por casualidad. O lo que es lo mismo: para hacer arte, ya sea música, literatura o cualquier otra manifestación artística hay que conocer sus reglas. Tu madre me ha dicho que escribes, y escribir es un arte. ¿Tienes algo ahí de lo que haces?
Julito rebuscó nervioso en la mochila y entregó temblando el cuaderno al profesor, quien, tras ojearlo, se detuvo en alguno de los títulos y observó cómo de los recados de mamá había pasado a un par de fabulillas entre su gato y el perro de la vecina.
─Como principio no está nada mal, pero creo, dada la ilusión que todo esto refleja, y a tu edad, que hemos de mejorarlo. Toma ─dijo entregándole una gramática y un texto dedicado a la métrica─: Aquí tienes esas reglas del arte de la moraleja del burro flautista. Léelas, estúdialas. Ante cualquier duda, no dejes de preguntarme. Lo de la métrica te va a gustar, seguro.
La métrica le cautivó y los cuartetos de rima asonante y consonante fueron llenando un nuevo cuaderno, que don Fausto siguió, no solo con interés; también con curiosidad.

PRIMAVERA
El aire respiraba las esencias
de las miles de flores que nacían.
Era mayo y el sol se entretenía
en sembrar de colores las praderas.

¡Tenemos un poeta, Manuela! ─le dijo aquella noche su marido. Me he encontrado con don Fausto y me ha dicho que hemos de sacrificarnos para dentro de unos años darle a Julito la educación que merece.
Manuela no pudo contener las lágrimas.
─No llores. Saldremos adelante.
─Es de alegría.

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9 comentarios

  1. 1. Luis Ponce dice:

    Hola Baltasar:
    Soy tu primer comentarista y me alegro, porque tienes un relato muy bien escrito, con mucho sentimiento y positivismo.
    Como en otros relatos de este mes el protagonista es el niño poeta que todos llevamos dentro.
    Moraleja: dad a lo escritores un tema donde un niño sea el protagonista y sacarás lo mejor de cada quien.
    En el mío no se cumple, porque siempre hay una oveja negra.
    Te felicito.

    Escrito el 18 febrero 2018 a las 01:47
  2. 2. Charola dice:

    Hola, Baltasar.

    Tienes un buen relato y sobre todo me gusta que hayas incidido en que los padres del niño sean pobres y que hayan entendido y valorado a su pequeño poeta. Me encantó el inicio, no se me hubiese ocurrido jamás que de la lista del mercado el niño escribiera poemas. Muy bien, muy imaginativo. El final te salió redondo.

    Te falta la raya de diálogo antes de:
    ─¡Tenemos un poeta, Manuela!

    Un abrazo.

    Escrito el 18 febrero 2018 a las 09:34
  3. 3. Baltasar dice:

    Hola, Luis Ponce:
    No te puedes dar idea la alegría que me ha dado asomarme hoy a Literautas y ver que tenía nada menos que dos comentarios. Sí, dado lo zarrapastroso que resultó impreso lo de la pizarra, mucho me temí que los lectores os echarais para atrás. Es una pena que no se pueda reproducir la copia exacta de lo que enviamos.
    En fin, Luis Ponce, muchas gracias por tus amables comentarios, algo excesivos, creo.
    Con mucho gusto te diré sobre el tuyo. De entrada, y aun sin haberlo visto, ya te digo que de “oveja negra” nada. Te leo habitualmente, y sé que no.
    Un cordial saludo.

    Escrito el 18 febrero 2018 a las 17:27
  4. 4. Baltasar dice:

    Mi admirada y exhaustiva Charola: Lo de exhaustiva va por la rayuela -no precisamente la de Cortázar- sino la que apuntas con toda razón que me he comido.
    Gracias, Charola, por tus bonitas palabras, que te agradezco de corazón.
    Es pena, como le decía a Ponce que no se pueda reproducir con exactitud lo que escribimos. La cursiva de mi “paracetanosequé”, porque no sé si todo el mundo va a entender el batiburrillo de la pizarra del mercado, que es claro que no escribí cual ha salido.
    Incluso no sé si no debería ir en cursiva tu “racatapán, racatapán, racatapán.
    Pero esto lo dejamos para otro momento. Te anticipo que me ha gustado
    Un abrazo fuerte

    Escrito el 18 febrero 2018 a las 19:20
  5. 5. Charola dice:

    Hola, Baltasar.

    Te cuento que cuando leí la parte de las anotaciones de la madre. En mi mente se hicieron las columnas de MERCADO, FARMACIA , MERCERÍA. Cada una en sus perfectas filas, lo que corresponde. Y de inmediato uno se imagina que el formato de Literautas no lo reprodujo tal cual.

    Me hiciste reír con lo de “racatapán”. Suena bien, ¿eh?

    Escrito el 18 febrero 2018 a las 22:23
  6. 6. Baltasar dice:

    Y tu, Charola, me haces reír ahora. ¿Cómo que suena bien? ¡Se oye latir el corazón! Casi me atrevería a decir que se le ve saltar.

    Escrito el 18 febrero 2018 a las 23:00
  7. 7. Charola dice:

    Sí, pero yo puse: Pacatán, pacatán. Jeje.

    Escrito el 19 febrero 2018 a las 00:42
  8. 8. Simón Martín dice:

    Hola, Baltazar.

    Al parecer, lo que tú menos pensabas, fue lo más atractivo: el inicio. Es muy imaginativo, atractivo, sobre todo por lo cotidiano. Eso es lo que todos debemos aprender: incorporar lo cotidiano -con lo que todo el mundo se identifica- para, a partir de allí, desarrollar historias. Te felicito y ¡sigue adelante!

    Escrito el 28 febrero 2018 a las 17:41
  9. 9. Baltasar dice:

    Hola, Simón:

    De nuevo, muchas gracias por tu magnífico comentario.
    Recibe un cordial saludo

    Escrito el 28 febrero 2018 a las 20:22

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