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El poeta - por paola panzieri

Web: http://papan3.blogspot.com

Llenó la cafetera y la puso sobre el hornillo, tomó asiento y empezó a leer:

17 febrero 2025

Sierra de Pailemán, Argentina

Querida mamá,
Aunque nos comuniquemos a diario por ordenador quería escribir esto para ti, de puño y letra.
Anoche me acordé de aquel concurso de poesía, de aquel día en el que te conté lo del cóndor…

La cafetera ronroneó y Susana fue a apagar el fuego.
Observó como la espuma recubría el líquido negro mientras sujetaba la taza. Ya me acuerdo. Hace de esto, veamos… unos quince años. Desde la ventana le veo llegar con los hombros hacia atrás como si no tuviera miedo a enfrentarse a la vida, el peso de la mochila es lo que le obliga a caminar de esa manera.

— ¡No quiero que me llamen Pelailla, nunca más! —dice al entrar.

Le contesto que lo primero, al llegar casa, es saludar, y veo que tiene un zapato desabrochado. Le explico que una pelailla es una almendra recubierta de caramelo, algo muy serio envuelto en una capa muy dulce. Pero no soy convincente. Y fijó la mirada en la baldosa blanca que tenía delante.

—No te esfuerces, mamá, ¡odio ese nombre! Quiero que a partir de ahora me llamen el Cóndor.

Lucho para no reír y pregunto si de verdad cree parecerse a esas aves.

—¡Pues claro que sí! —contesta mirándome con ojos grandes— y no las llames aves porque no son ni gallinas ni pollos, son los reyes de los Andes.

Vamos a la cocina y se sienta. Sus pies no llegan al suelo y sus piernas se mueven adelante y atrás como si siguiera caminado, es una escena ridícula. Y sonrió a la baldosa. Mientras preparo el bocadillo hago la parodia de un cóndor que vuela en círculos y se lanza sobre el plato, él cruza los brazos sobre el pecho y sus ojos se hacen tan pequeños que casi no se pueden ver.

—¡Mamá! Estoy hablando muy en serio.

Le digo que tiene que hacer algo grande para merecer ese mote y él, tras unos segundos, contesta que se apuntará al concurso de poesía del colegio.
Sacó una cucharilla del cajón y endulzó el café. Le contesto que me parece perfecto y que podría firmarlo con el pseudónimo del Cóndor. Y vuelta a empezar con las preguntas.

—¿Qué es un pseudónimo, mamá?

Mientras daba vueltas al líquido volvió a sonreír. Al explicárselo, ya no se está quieto, no tiene tiempo para más y comerse el bocadillo le cuesta. Deglute con esfuerzo y pregunta por qué no he puesto pan de molde. Le contesto que si quiere ser un cóndor tiene que comer pan como los hombres y raparse la cabeza. Echa la cabeza hacia atrás y empieza a bailar con el trasero en la silla.

—¡Eso sí que no! —grita con la boca llena— Si me rapo la cabeza todos se reirán de mí, ¡dirán que tengo piojos!

¡Y se le ocurre preguntar si el cóndor tiene piojos! Tras un ataque de risa sopló dulcemente sobre el café. Ofrece la mitad del bocadillo a Dino afirmando que tiene las patas flacuchas. ¡Pobre Dino! Y desplazó la mirada hacia el techo durante unos segundos, luego se acercó la taza a los labios, pero el líquido quemaba demasiado y fijó de nuevo la cerámica. Alejandro se lava las manos y corre al despacho, enciende el ordenador y su cabecita desaparece frente a la gran pantalla. Espera a que se ilumine el monitor repiqueteando con los dedos en la mesa como hace su padre y luego teclea: Como escribir la mejor poesía del mundo.

Dejó la cucharilla en la pila y cerró los ojos para dar un sorbo al café. Luego se dio la vuelta y al ver la carta que seguía abierta sobre la mesa, volvió a la lectura. Pero, al sentarse, miró un momento hacia el techo. Días después gana el concurso. Ese día, llega a casa enfadado porque siguen llamándole Pelailla pero el cóndor no se le va de la cabeza.

… y de cómo empezó mi afición por esas aves, y mi futuro.

Si supieras cuanto me alegro de haberte hecho caso. Mira adonde he llegado: acaban de nombrarme veterinario especialista del equipo en la reserva. ¡Y todo empezó con el uso de un pseudónimo!

Gracias, por todo, mamá.

Te manda un beso muy grande,

el condor que se comió la pelailla

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9 comentarios

  1. 1. María Jesús dice:

    Hola Paola: Tu relato es encantador. Me he imaginado la escena desde el primer momento, el niño contrariado y la madre bromeando con él. Lo único que he visto es que mezclas la narración en primera y tercera persona:
    “Observó como la espuma recubría el líquido negro mientras sujetaba la taza. Ya me acuerdo. Hace de esto, veamos… unos quince años. Desde la ventana le veo llegar con los hombros hacia atrás como si no tuviera miedo a enfrentarse a la vida, el peso de la mochila es lo que le obliga a caminar de esa manera”…
    por lo demás el relato me ha gustado mucho. Un saludo.
    No soy una experta, no se si está bien o mal, me limito a hacer un apunte.

    Escrito el 17 febrero 2018 a las 21:47
  2. 2. Don Kendall dice:

    Hola Paola,
    Un experimento muy interesante el que presentas al taller. EMDO creo que peca de precipitación a la hora de envolver el producto, el riesgo ha sido que se han mezclado los componentes y da lugar a confusión, tal como apunta María Jesús . Me explico.

    Hay una voz narrativa, repartida entre tres narradores (experiencia muy interesante)

    UNO – Narrador sin definir, (narrador testigo) que cuenta la historia en tercera persona (él no es el protagonista)], pero desde un punto de vista concreto, ya que la ha presenciado de primera mano.Es el que empieza el relato y va contando lo que ve hacer a la madre.

    DOS – Narrador personaje-madre (narrador omnisciente)Conoce a detalle la historia. Conoce todo respecto de la narración. Trata de ser objetivo en lo que dice o piensa. Expone y comenta la actuación del los personaje-hijo; se interna en el personaje y les cuenta a los lectores los pensamientos más íntimos, los estados de ánimo y sentimientos; posee el don de la ubicuidad, dominando la totalidad de la narración y parece saber lo que va a ocurrir en el futuro y lo que ocurrió en el pasado; utiliza la tercera persona del singular o plural.

    TRES: Narrador personaje-hijo (narrador protagonista). Cuenta su historia en primera persona con sus palabras, centrándose siempre en él mismo.​ Es el poseedor de la situación, organiza hechos y expresa criterios como le conviene. Es un acierto la utilización de utilizar el recurso epistolar para hacer una minibiografía localizada.

    Sin embargo a la hora de organizar la trama, parece que la autora, diluyó el punto de vista al menos en el aspecto formal, dado que las tres voces narrativas no han sido diferenciadas, por ejemplo :

    [INICIA narrador UNO]Observó como la espuma recubría el líquido negro mientras sujetaba la taza.[INICIA narrador DOS] Ya me acuerdo. Hace de esto, veamos… unos quince años.

    El cambio entre los dos narradores no se señala, el resultado es la confusión.
    En resumen, tal vez merezca la pena dar un par de vueltas y organizar la trama de modo que el relato adquiera la corporeidad que sin duda tiene y ha quedado camuflada.
    Gracias Paola, por la aportación

    Escrito el 18 febrero 2018 a las 12:00
  3. 3. paola panzieri dice:

    Gracias por vuestros comentarios.

    Así es, al transcribir el relato no han aparecido las diferencias (de tipo de letra) originales. Para que eso no suceda tendré que hacerlo notar de una forma más clara, por ejemplo con puntos y a parte…

    Siento que tengáis que leer algo confuso y difícil pero como ha dicho Don Kendall, es un experimento que no ha dado, de momento, todos sus frutos.

    Escrito el 18 febrero 2018 a las 12:30
  4. 4. M.L.Plaza dice:

    Hola Paola.
    Me ha parecido un relato estupendo: original y muy bien escrito. Es verdad que en algún momento es confuso, pero la historia es muy interesante.
    Lo que me ha llamado la atención es que la situes en 2025. Es una historia muy actual que, perfectamente, pudo haber pasado hace una semana. Por supuesto, solo es una opinión personal.
    Ha sido un placer leerte.
    Saludos

    Escrito el 18 febrero 2018 a las 20:06
  5. 5. Marco dice:

    Hola Paola, me ha parecido muy interesante tu relato

    Escrito el 18 febrero 2018 a las 20:49
  6. 6. paola panzieri dice:

    Hola M.L.

    He situado la carta en el 2025 para que 15 años antes hubiera acceso a Internet (nuestros tiempos)

    Escrito el 19 febrero 2018 a las 14:34
  7. 7. cesar henen dice:

    Hola Paola Panzari debo confesar que al igual que los otros compañeros me he confundido con tu relato, no se si sea porque realmente hayas querido meter todos esos narradores que en realidad lo dudo ya que quien escribe la carta es por lógica el único narrador testigo. Posiblemente la falla está en que no supiste manejar el analepsis, de igual manera la historia se sobreentiende, ya tu favor he de decir que me ha gustado, solo falta pulir esos detalles.

    P.D si tu intención realmente era poner tantos narradores, en lo personal no me parece muy recomendable.

    Saludos Paola y un gusto leerte.

    Escrito el 20 febrero 2018 a las 00:46
  8. 8. Perla preciosa dice:

    Hola, Paola:
    Lo primero que tengo que decirte es que he tenido que leer varias veces tu texto, porque, al igual que al resto de compañeras, creía que era por mi parte una torpèza no entender cuántos personajes hay realmente. Lo que es el argumento está bien, pero ha habido un momento en el que no sabía, por ejemplo, si el cóndor y el Pelaílla eran la misma persona, que en un momento dado se cambió el apodo; o también, como ya te han dicho, si el protagonista es el narrador que habla en primera persona, o el que habla en tercera. Pero bueno, si mejoras esos detalles, podrás hacer un texto bastante bueno. Si te apetece pasar por el mío, estoy en el 110.

    Escrito el 20 febrero 2018 a las 13:29
  9. Hola Paola.

    Me ha encantado el pseudónimo de “El Condor”, tiene mucha fuerza. La historia del niño es magnífica. Has conseguido un efecto de cotidianidad que me ha gustado mucho.

    Lo único es que me he perdido con los cambios de narrador. Creo que no le has dado la dimensión que merecía la carta. Se entremezcla la carta, la imagen del presente y los pensamientos, y eso creo confusión en el lector.

    Nos seguimos leyendo.

    Un abrazo.

    Escrito el 20 febrero 2018 a las 22:12

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