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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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La poeta - por Perla preciosa

Me llamo Beatriz y tengo solo siete años. El año pasado leía ya de corrido en la escuela y mi mamá me regaló un diario para que escribiera mis pensamientos y sentimientos más íntimos. Yo, que aún no sé qué quiere que escriba exactamente, he decidido empezar por contar quién es ella, porque, aunque esté mal decirlo de tu propia madre, me parece una mujer fantástica, mientras que lo que me pasa en la escuela es a veces de una vulgaridad aplastante y en nada se diferencia de lo que les pasa al resto de mis compañeras, que no tienen sin embargo una mamá poeta. ¿Para qué voy a contar que un día Nuria nos quitó a lidia y a mí el bocadillo de nocilla? ¡Otro día se lo quitó a María! Y aunque sus fechorías nos cuestan más de un disgusto, me parece más interesante lo que me sugiere mamá, quien escribe versos muy bonitos que me lee todas las noches, así como los de algunas escritoras importantes, y de unos señores que, según me dice, escribieron hace muchos siglos, pero todos ellos de una belleza y sonoridad siniguales. Me comenta que nuestras emociones son poemas plasmables en esos versos, y que, con un poquito de destreza y entrenamiento, yo también puedo ser una gran poeta de mayor. Me sugiere que cuando esté triste o conmocionada por algún suceso interesante de cualquier tipo, en lugar de llorar, escriba; que las lágrimas limpian el cuerpo y lo que sentimos y ponemos por escrito, el corazón, que es donde se acumulan todas nuestras pasiones, sean viles o nobles. De ello he deducido que todo esto debe de referirse a la rabia que siento cuando Ana quiere ser la primera en saltar a la comba y para lograrlo nos empuja a todas hacia atrás, o la emoción indescriptible y el llanto que me arrancan la musicalidad de los versos que riman, que son la mayoría incluidos los de mamá, mientras transmiten la añoranza por la pérdida de lo que más aman, o las bellas palabras que se dicen los enamorados.
Ya sé que me diréis que no aparento esa edad, según algunas palabras altisonantes que estoy usando, así como la complejidad de estas frases, de las cuales cabría esperar que fueran más cortas. Posiblemente me esté contagiando del estilo sublime de la poesía, y familiarizándome con lo que quiere que estudie de mayor. Es algo así como filo… Vaya, ahora no me sale, pero seguro que me entenderéis enseguida: es esa expresión larga pero sintética, que significa amor a la palabra, y por la que, según me cuenta, conoceré la historia del español, así como la belleza de todo lo que en él se ha escrito a lo largo de dicha historia. Esto se me figura muy difícil ahora, pero estoy segura de que es posible, pues ella se la sabe de memoria, porque me ha explicado algunos episodios que no he llegado a entender del todo: así, un día me contaba que las palabras cambian porque a veces las sílabas "se caen" y no vuelven a aparecer. Para ilustrarlo me explicaba que hace muchos años se decía avuncula, y hoy en cambio decimos abuela. "¿Saltarían al a comba como yo y se quedarían cojas de un golpe?" –me preguntaba fantaseando en mi imaginación, pero para que no me regañara por lo que le parecería una impertinencia propia de la edad, me callé y me limité a sonreír.
Han pasado dos años desde que empecé a escribir, y esto ya lo escribo en un folio suelto, dado que hoy por primera vez he sabido de verdad lo que es sentirse triste y sin ganas de nada que no sea llorar amargamente: anoche mi hermana me mojó casi todo el diario, rompiendo así todas mis ilusiones, pues, por más que lo he intentado durante este tiempo, los versos que escribo no son tan elegantes como los de mamá, por lo que me parece que no podré ser poeta, y hasta me avergüenza estudiar la historia de mi lengua, sin saber imprimirle esa belleza, frescura y sonoridad que es inherente a la poesía. No tengo altura para eso, y si me he aficionado a escribir de esta manera es porque he leído mucho. Mamá se enfadará cuando lo sepa y me ignorará durante una temporada. Siento tal vacío interno que me temo que en toda la vida podré llenar, y el sabor amargo de ser una decepción total hasta para mí misma.

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13 comentarios

  1. 1. Pilar dice:

    Hola Perla,
    Hacía tiempo que no te leía y es que he estado ocupada con otros proyectos…
    Pero me alegro de reencontrarme con tus historias que son siempre singulares y llenas de matices.
    En esta he viajado desde el reconcimiento propio, pues tengo una hija de nueve que va diciendo por ahí que su madre es escritora hasta la tristeza absoluta, pues creo sinceramente que esa madre no sería capaz de darle de lado sino que le animaría a seguir escribiendo, le diría que las cosas no salen nunca a la primera y que es cuestión de paciencia, que su escritura evolucionará a la par que ella… O al menos eso haría yo como madre. Ya ves lo identificada que me he sentido…
    En cuanto a la parte técnica, no tengo nada que objetarte, lo veo todo mucho más claro y ordenado que en otros de tus textos, que se nota que has trabajado y que en este taller realmente se aprende.
    Me ha chocado que teniendo siete años se exprese con tanta propiedad y cultura, como ha dicho la propia prota. Ahí se ha visto el sello Perla 😉 Pero está muy bien, a mí me ha gustado, y creo que has cumplido de sobra con el reto.

    Estoy en el 92, por si quieres.
    Hasta pronto!

    Escrito el 18 febrero 2018 a las 00:16
  2. 2. Perla preciosa dice:

    Querida Pilar:
    Me alegro de que te haya gustado, dado que creía que el resultado sería otro y que alguien diría que ese vocabulario no era propio de una niña de esa edad, por lo que te agradezco tan loables palabras.

    Escrito el 18 febrero 2018 a las 10:48
  3. 3. Yoli dice:

    Hola, Perla.
    Me gusta tu relato. Es verdad que el escrito no parece que sea de una niña, pero también es cierto que si su madre le ha leido poésias desde pequeña tenga un lenguaje mas refinado.
    Lo único que me ha gustado menos ha sido que no ha habido casi ni un punto y aparte, que creo que le hubiera venido bien.
    Si quieres leer el mío, soy el 134.
    Saludos

    Escrito el 18 febrero 2018 a las 10:50
  4. 4. M.L.Plaza dice:

    Hola Perla.
    Soy tu vecina de arriba y llevo desde ayer leyendo tu relato. No quiero que suene hiriente ni destructivo, no es mi intención. Pero es que no entiendo qué pasa al final de la historia con tu protagonista.
    El relato empieza con una niña radiante, casi el centro de su universo, que se convierte en una persona deprimida y con la autoestima por los suelos. Parece que el hecho de que su hermana le moje el diario es la gota que colma el vaso de algo que no sabemos qué es.
    Y ahí es donde hay que rellenar la historia. Me parece un poco chocante que en el mundo de una niña de siete años que habla de su entorno, de sus amigas, de su madre, no haya ni mención a su hermana. Al principio parece que se trata de una hija única: su madre le lee sus poesías y le habla de la lengua a ella sola.
    Y dos años después aparece la hermana y ella deja de ser el centro del universo. Me parece tremendo eso de que su madre la va a ignorar durante una temporada. Pero si ella lo piensa por algo será. ¿Qué ha pasado entre la madre y la hija?
    Sinceramente, me parece que la parte final del relato, con la niña en ese estado, es angustiosa y más importante que la primera.
    Ya sé que mi crítica suena muy dura, por eso he tardado tanto en escribirla. Quiero que sepas que me ha parecido una historia muy interesante, que he leído varias veces y en cada ocasión he visto nuevos matices.
    Saludos

    Escrito el 18 febrero 2018 a las 18:42
  5. 5. Earendil dice:

    Hola, Perla.
    Coincido con M.L.Plaza en el giro tan triste que le das al final de tu historia. No tanto con lo de la hermana.En un texto de 750 palabras no se puede contar una vida entera. Pero sí me sorprende el cambio en la actitud de la niña, tan jovial, tan radiante, con tantas ganas de comerse en mundo y, solo porque le mojan el diario, pierde toda ilusión y entusiasmo. También me choca un poco que piense que su madre la ignorará y se enfadará. Una persona con alma de poeta no me casa con esa actitud, más aún, con una hija que ha elegido seguir sus pasos. No sé si tras este cambio se esconde alguna experiencia conocida, un trasfondo que no acabo de ver.
    En cuanto a la parte formal, tú misma lo has dicho en el texto, asegurando que no parece una niña tan pequeña, ya no por el lenguaje usado, si no más bien por las reflexiones tan profundas que hace. No ha estado mal la idea de narrar en primera persona como una niña, aunque tal vez deberías pulir un poco esos matices.
    Me alegro de haber pasado por aquí y disfrutar de tu trabajo.
    Un saludo.

    Escrito el 18 febrero 2018 a las 20:45
  6. 6. Perla preciosa dice:

    Me alegro de que haya gustado en general, así como de las críticas que, para nada me parecen duras. Cada quien tiene sus interpretaciones. Lo que ocurre es que la niña siente, durante todo ese tiempo, que su evolución no es la esperable, y cuando le moja el diario la hermana termina de deprimirse. Lo de la madre sí es quizá un poco más chocante, pero bueno, creo que es lo de menos.

    Escrito el 18 febrero 2018 a las 23:34
  7. 7. María Jesús dice:

    Hola Perla: Gracias por pasarte por mi texto y tus amables palabras. El tuyo me ha sorprendido por su complejidad. La niña tiene un vínculo muy fuerte con su madre, a la que admira y creo, quiere a todo trance complacer, que se sienta orgullosa de ella. El final me ha parecido un poco abrupto, se toma lo del diario mojado demasiado a pecho, pero entiendo que es una niña bastante compleja, con una personalidad poco común. En fin, tu texto, aun siendo prosa, tiene matices poéticos en algunas expresiones que me han gustado bastante.
    Escribes muy bien y ha sido un placer leerte.
    Un saludo.

    Escrito el 19 febrero 2018 a las 08:04
  8. 8. cesar henen dice:

    Hola Perla, no voy a comentar tu texto en sí, tan solo he de responder al comentario que dejaste en el mio.

    Para ser sincero no recuerdo a bien qué fue lo que te dije en aquel relato tuyo, y sinceramente no soy tan “hojaldra” como para desestimar lo que otros publican aquí, ni que yo escribiera de la mil maravillas. Lo que sí más o menos recuerdo fue que te comente sobre algunos aspectos que realmente resultan imposibles en la lógica del suceso de las cosas.

    Disculparas pero soy así, no acostumbro endulzar el paladar a nadie. Si algo no le veo logica lo digo, si no me gusta lo digo,si hay errores también para eso es este taller y para terminar no deberías tomarte tan personal las cosas que ya después de varios meses y solo porque te toco “Comentarme” me vienes a reclamar aspectos técnicos de un tema pasado.

    Escrito el 21 febrero 2018 a las 01:09
  9. 9. cesar henen dice:

    Perla, por favor dejemos esto por la paz, creo que no vale la pena que te hayas obsesionado con un comentario mio del año pasado. Si te ofendí a ti y/o a tu trabajo, mis más sinceras disculpas; pero hay que quede esto. ¿va?

    Escrito el 22 febrero 2018 a las 01:44
  10. 10. Kathie G. dice:

    Hola Perla Preciosa, primero quiero darte gracias por leer mi relato y comentar.

    Tu historia me ha parecido buena, muy bien redactada y fluida, sincera, sin embargo he de acotar algunas cosas con todo el respecto, espero que no te incomoden. Primero, he sentido que los párrafos son muy largos, o quizás es una sensación mía, ya que no hay una separación marcada entre cada uno de ellos.

    Luego está el hecho de que la hermana apareciera en la historia tan bruscamente, como si hubiera estado esperando para saltar sobre alguna escena para hacerse notar, por no haber sido tomada en cuenta al principio. También, sentí extraño ese cambio tan drástico en la personalidad de la chiquilla sólo por la pérdida física de un diario, cuando las palabras de un escritor están verdaderamente en el escritor, en mi opinión. Luego dice que su madre la ignorará por un temporada, ¿es por el diario? si es así, ¡la culpable ha sido la hermana!

    Por último está el hecho de que diga que no podrá ser una poeta jamás, que se avergüenza de estudiar lo que amaba al principio, ese pesimismo la hace parecer un personaje diferente al final del relato.

    Esas cosas me han confundido un poco, sin embargo no menoscabo tu trabajo y lo bien que lo has hecho, sin duda tu historia está llena de matices y tiene mucho para dar, sólo que me gustaría saber más sobre el trasfondo de ella.

    Te envío un grato saludo, y feliz escritura! Espero seguirte leyendo en el futuro.

    Escrito el 22 febrero 2018 a las 22:08
  11. 11. Perla preciosa dice:

    Hola, Kathie:
    Para ser sincera, puse ese final porque en los cursos de relato te venden a bombo y platillo que en una historia, si no hay conflicto, no hay tal historia. Es verdad también que no sabía cómo terminar, y me hubiera gustado que fuera de otra manera. Pero se me ocurrio para darle ese matiz.
    Por otra parte, la ilusión, incluso cuando eres adulta (aunque no tanto, se supone), se pierde a veces por cosas muy tontas. Yo recuerdo que la primera vez que la perdí (o una de las primeras), fue porque no me dejaron est udiar piano y a mí me encantaba y creía que podía llegar a tocarlo bien. Tenía aproximadamente la misma edad que la niña de la historia y me sentí muy desanimada. Tal vez para ella el diario era su mejor amigo y consejero secreto, y su pérdidale supuso precisamente eso. Si además no estaba contenta con su evolución en la escritura, más a mi favor para pensar que nunca podría conseguir lo que se proponía. Pero vaya, me alegro de que en general te haya gustado.

    Escrito el 22 febrero 2018 a las 23:33
  12. 12. Kathie G. dice:

    Oh, muchas gracias Perla por aclarar esos puntos, ahora encuentro más fácil entender lo que siente tu protagonista al final de la historia, y tienes toda la razón. Un saludo ☺

    Escrito el 23 febrero 2018 a las 01:22
  13. 13. Judith dice:

    Hola Perla Preciosa,

    Antes que nada agradecerte tu visita y tu comentario.

    Te comentó que leí tu relato y también leí los comentarios. Con respecto al relato, me ha gustado mucho tu idea original. Si me permites te hago algunas sugerencias que pueden ayudar a solventar algunos de los problemas que te han marcado. Si hubieras elegido una edad de unos 9 años y luego saltar a unos 12 años se podría comprender mucho mejor ese cambio tan radical en los sentimientos de la niña: la adolescencia es una etapa de sentimientos radicales y de cambios de humor. Con esto creo que cualquiera entendería ese cambio. O sino marcar algo en su vida que lo hubiera provocado y hacer ese cambio más paulatino. Por ejemplo, en vez de hacer una entrada del “diario” y luego pasar a esa última entrada final, podrías haber hecho otra entrada intermedia donde relatara alguna situación con una nueva hermana, celos, sentimiento de estar perdiendo a su madre, algo que fuera dando la pauta para esa desazón final. No sé, son ideas.

    Creo que hay una parte de tu relato que describe a tu protagonista, y hasta a su madre, a fondo. Cuando dices “…me preguntaba fantaseando en mi imaginación, pero para que no me regañara por lo que le parecería una impertinencia propia de la edad, me callé y me limité a sonreír.”, nos estás indicando que la niña es muy sumisa, su madre muy exigente y tiene mucho poder sobre ella, y que lo único que la niña busca es agradarla. Marcando esto al inicio del relato y cambiando la edad de la entrada final en el diario a la de una adolescente, creo que quedaría muy claro el conflicto. Incluso el conflicto lo podrías cambiar al de su liberación del poder de la madre.

    Espero no te molesten tantas propuestas alternativas. Finalmente, es tu relato y de verdad tuviste una idea muy buena y lo llevaste adelante muy bien.

    Saludos.

    Escrito el 27 febrero 2018 a las 01:35

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