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El poeta - por A. R. Payán

Web: https://www.facebook.com/letrascontintaarpayan

—¡Acercaos! —Gritó Ramal cuando entró a pie en el pueblo de Rabu al noroeste de la ciudad Siria de Homs.
Ramal se había convertido en nómada, la larga guerra de Siria lo había dejado sin nada, incluso, su mujer y sus tres hijos. El último hijo en morir fue Idris de 8 años, tuvo la mala suerte de entrar en una plaza donde se inició un lapso de fuego cruzado. En total se le contabilizaron una suma de siete disparos. Para cuando Ramal llegó, el niño yacía sin sida en el suelo. Desde aquel día, comenzó a viajar por toda Siria contando historias de la guerra, ganándose así el pan.
—¡Acercaos! —Volvió a gritar mientras dejaba lo poco que llevaba encima sobre el suelo.
Esperó paciente a que la gente saliera de sus casas y se acercaran a donde él se encontraba. No tardó mucho tiempo en estar rodeado por una multitud de curiosos que chismoteaban entre ellos sin apartar la vista de Ramal.
—Hoy os voy a contar la historia del pequeño poeta. —Para cuando terminó la frase, el silencio se adueño de la multitud que se había concentrado en la polvorienta plaza central del pueblo—. Hoy conoceréis la historia del poeta de la guerra, —volvió a decir una vez hubo silencio—. El niño poeta, como lo llamaban sus conocidos. Apenas cumplido los dos años de vida, llegó a su casa la destrucción que traen consigo las bombas. Entre los escombros de un edificio que ya no reconocía, un día jugando, encontró un libro. De su interior aprendió lo que era la poesía, amar a la vida y a respetar. Con el paso del tiempo, aquel chico comenzó a leer los poemas y más tarde empezó a escribir bellos versos entre los bombardeos, los escombros de las casas derribadas y las calles destrozadas. Aquel libro se convirtió en su juguete de la infancia. Se olvidaba de la violencia cada vez que lo abría, a pesar de ver todos los días a seres conocidos muertos en las calles, amigos sin casa, otros, sin padres. —Ramal hizo una larga pausa mientras se fijaba en los rostros de aquellos que lo observaban; sabedor que alguno de los congregados estaban de algún modo en una situación similar a la del muchacho—. Aquel niño, —continuó diciendo alzando la voz—. No jugaba como lo deberia hacer cualquier otro a su corta edad. Aquel niño, pronto perdió el calor que da el amor de una madre, más tarde se quedó sin el ejemplo que dan los hermanos. Aún así, aquel niño siguió amando la vida gracias a ese libro de poemas. No pudo parar la violencia, pero de algún modo, se sentía libre cuando escribía y con sus recitales, conseguía en una breve fracción de tiempo, hacer libres a todos aquellos que escuchaban sus palabras. —De nuevo hizo una larga pausa que pareció eterna. Nadie habló, todos permanecieron en tensión sin perder detalle de Ramal—. Como todo en la guerra muere… aquel niño, no fue menos. Un día se encontró en el sitio equivocado, andaba buscando su libro; su vida. Aquello que lo mantenía alejado de la barbarie, aquel día, volvió a la realidad, esa mañana, el niño poeta de la guerra, murió. Ahora marchad y recordad estas palabras, pues, es la triste historia que nos ha tocado vivir.—terminó diciendo.
La gente se fue alejando del lugar, algunos se acercaron al narrador y echaron algunas monedas en una vieja gorra que había en el suelo a los pies de Ramal.
Una mujer bien vestida se acercó y se situó enfrente del narrador.
—Conmovedora historia, —afirmó la mujer en un árabe no muy bien hablado.
—¿Periodista? —preguntó Ramal.
—Corresponsal de guerra.
—¿Feliz de nuestra desgracia?
—No. Propagadora de vuestra desdicha, —dijo sin apartar la vista de un libro que sobresalía de una bolsa.
Ramal se dio cuenta de aquello que observaba la mujer y lo guardo mientras dijo:
—Era el libro de mi hijo, lo mantenía alejado de esta realidad sangrienta.

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4 comentarios

  1. 1. Beyna nube dice:

    Que real y conmovedor relato! Hace pensar en las guerras que tan lejos creemos y en qué todos somos bastante parecidos tengamos más o menos suerte del lugar donde nos toque vivir!
    Gran relato! Muy bien descrito y expectante

    Escrito el 17 febrero 2018 a las 11:06
  2. 2. Luis Ponce dice:

    Saludos A. R.
    Te felicito, muy bien escrito. Claro, conciso y con un gran mensaje.
    La guerra es el invento de los ignorantes. La falta de ocupación, de ideas, de habilidades le llevaron a buscar lo que ya tenía donde el vecino. Así empezó todo. La vagancia y el aburrimiento de ciertos emperadores empujaron a armar a sus súbditos para que vayan a morir para su diversión y la de su rival.
    Pero llevamos muchos siglos en eso y nada a cambiado. Ni cambiará.
    Solo la educación (de cualquier nivel) que brinde al ser humano una habilidad o un conocimiento para sobrevivir, podría ser la salvación. Desgraciadamente hay muchos vagos o fanáticos o ególatras dedicados a la política que se encargarán de crear nuevas guerras hasta la desaparición de la humanidad.
    Mientras tanto no nos queda otra que dedicarnos a la poesía.
    Nos leemos.

    Escrito el 19 febrero 2018 a las 19:00
  3. 3. Wolfy27 dice:

    Hola, A. R. Payán.
    La trama de tu relato me ha parecido cruda, conmovedora y original.
    Te expongo mis mejoras. En la primera línea de la presentación del personaje creo que deberías sustituir “incluso” por “incluidos” o mantenerlo pero escribir tras él un “sin”.
    Cuando dices “el último en morir fue Idris de 8 años”, el nombre del niño debe ir seguido de una coma ya que se trata de un vocativo.
    Creo que cuando dices “el niño yacía sin sida en el suelo” querías decir “vida”.
    En “apenas cumplido los dos años de vida” hay un error de concordancia, deberías poner el verbo “cumplir” en plural ya que hace referencia a los años.
    “Un día jugando” debería ir separado por una coma: “Un día, jugando,”.
    En “sabedor que alguno de los congregados estaban” hay otro error de concordancia en el número de “alguno” o “estaban”.
    Por último el verbo “deber” en condicional va acentuado.
    ¡Sigue escribiendo!

    Escrito el 23 febrero 2018 a las 18:29
  4. 4. Sergio dice:

    Hola A.R Payan. No se por que hay textos con mas de 15 comentarios y otros con solo 3 o 4.
    La temática es actual. La puntualización y gramatica esplendida y el final bestial e inesperado.Lo que no me queda claro si el libro de la periodista es del niño del que habla la historia que cuenta Ramal o no.
    Algunas objeciones de las que no te haya dicho ya el compañero Wolfy27:
    -La gente saliera de sus cosas( también podrias decir se depejase o desconectase de su presente o de sus cosas, pero claro que esta ya es mi opinión) y se acercara(n)( la n valdría para personas) a donde el se encontraba
    -La poesía; amor a la vida y respetar
    No se si es el caso pero a veces los que escriben sobre temas directamente políticos( también es que todo es política y opinión) solo lo hacen sobre política y esta bien también variar, pero si te sientes comodo de esta manera, perfecto.
    Bueno pues nada llegado a este momento solo me queda desearte mucha suerte en esto y que tienes toda la vida por delante para seguir mejorando aun mas si cabe
    Saludos cordiales

    Escrito el 26 mayo 2018 a las 15:38

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