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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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El Poeta - por Nacho S.

“…
Su llegada no deja lugar alguno a la pena
Y cuando en mi brazo se duerme quedándose quieto
Mi corazón de indescriptible júbilo se llena
Al sentir la calmada respiración de mi nieto”

—¿Pero quién puede escribir esto tan aburrido? –exclamó Felipe en un arranque de frustración frente a aquella monstruosa tarea: aprenderse un poema de memoria –Que porque viene este Fulano al cole tenemos que darle gusto recitándole sus ocurrencias. ¡Que las lea él!

Para Felipe, aquella tortura era un pasaje obligatorio del tercer año de la primaria en el que los niños tenían que comenzar a descubrir los diferentes géneros literarios y claro, la poesía era parte de ellos. Dada la oportunidad de la visita de un ilustre poeta, la maestra había decidido que Felipe y algunos de sus compañeros amenizaran el evento recitando algunos de sus poemas.

Su exclamación de frustración no había pasado desapercibida. Sintiendo una presencia en la puerta de su habitación se volvió y se encontró con su abuelo, quien acababa de llegar de visita. Saltó de la silla y se lanzó a los brazos de una de sus personas favoritas en el mundo.

—¡ABUELO! —gritó lleno de felicidad y le abrazó las rodillas casi haciéndole perder el equilibrio.

–¿Pero qué te pasa Felipe? –le dijo el abuelo –¡Tus gritos se oyen hasta la sala!

—¡Ay abuelo! —respondió Felipe indignado —¡Es que me dejaron el deber más tonto de la historia! Me tengo que aprender este poema y recitarlo mañana. ¿Abuelo, me cuentas un cuento? ¡Vamos, vamos! ¡Cuéntame un cuento!

A Felipe le encantaba cuando venía el abuelo, no solo porque siempre le dejaba algún dinero para comprar golosinas, sino porque el abuelo era un contador de cuentos fantástico. El niño podía pasar horas escuchándole y, cuando normalmente sus padres sufrían para enviarle a la cama, cuando el abuelo estaba en casa corría para dormirse con una de las fantásticas historias del abuelo.

— Después —le dijo el abuelo —¿Te puedo ayudar con tu deber? De veras que el poema es bastante tonto –dijo luego de leerlo rápidamente –Pero ni modo, si te dejaron de deber memorizarlo, pues hay que hacerlo.

Entonces el viejo tomó una hoja de papel y escribió un verso que rimaba con el primero del poema pero que iba de una historia sobre un perro. Y así siguió hasta el último:

“Y así encontró su hueso el viejo chucho prieto
Al sentir la calmada respiración de mi nieto”

Felipe estaba encantado. Leyó y releyó la divertida historia del abuelo junto con los versos del poema que muy rápidamente, junto con la historia sobre el perro, estaba en su memoria.

— Mañana entonces —le dijo el abuelo a Felipe —solo tienes que repetir la historia del perro en voz baja y el poema en voz alta.

— ¡Gracias abuelo! —replicó el niño entusiasmado pero una sombra de duda invadió su rostro —y mañana recitar esto delante de todo mundo…

–No te preocupes. Mañana yo estaré allí y me sentaré en primera fila para apoyarte. ¿Y porqué te dejaron este deber?

–Porque le van a cambiar el nombre a la escuela y le van a poner como se llama el que escribió eso porque es famoso y dicen que es de aquí. Dicen que ha ganado premios y no se que cosa, ¿Pero escribiendo eso? ¡Yo te daría el premio a ti por la historia del chucho prieto! ¿Ahora sí me cuentas un cuento?

Al día siguiente Felipe, muerto de miedo, caminó al estrado y allí, en primera fila, estaba su abuelo tal como le había prometido. La sonrisa del abuelo le dio seguridad y empezó a recitar: diciéndose a si mismo los versos del chucho prieto y en el micrófono los del poema aburrido. Todo iba bien hasta que vio que su abuelo estaba triste pues dos lágrimas le corrían por las mejillas. Felipe, confundido porque al mismo tiempo el abuelo sonreía, siguió con su recitación hasta el final seguida de una avalancha de aplausos. Quiso ir a abrazar al abuelo pero el profesor que hacía de maestro de ceremonias le detuvo. Tomó el micrófono y dijo:

–Y ahora con ustedes, nuestro ilustre y distinguido visitante; seguramente el poeta más grande que haya producido nuestra ciudad y, posiblemente, el más grande que haya producido este país. Con ustedes, ¡Don Felipe Regalado!

–¿Yo? –dijo Felipe incrédulo, pero el que se había levantado y saludaba con la mano era el abuelo, el poeta.

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6 comentarios

  1. 1. Judith dice:

    Nacho,

    ¡Qué hermoso relato! Acabo de darle la primer lectura (eres uno de los tres poemas que me toca comentar en profundidad) y no quiero dejar de plasmar lo que sentí en una primer instancia: mucha emoción. En un momento pensé que ibas a irte hacia el lado cómico y que el niño iba a decir en voz alta la parte del chucho prieto y entonces se generaría alguna situación con el poeta cómica, pero ese final me conmovió mucho. ¡Felicitaciones! Paso luego para hacer un análisis formal. Desde ya te adelanto que creo que hay algunos temas con la puntuación de los diálogos, pero yo tampoco las tengo muy claras así que las voy a analizar con una guía delante jeje

    Felicidades nuevamente y si quieres leerme soy tu vecina del 137.

    Saludos.

    Escrito el 16 febrero 2018 a las 22:50
  2. 2. saulo dice:

    Qué bonita historia. Es cierto que es un poco increíble que el chaval no sepa qué nombre van a poner al cole, ni que le hubieran dicho que le iban a llamar como a su abuelo,etc… Pero me da igual, está bien escrita y te metes en la historia.

    Escrito el 19 febrero 2018 a las 14:29
  3. 3. Lenimer Durán dice:

    Nacho S.,

    ¡Me encantó tu relato! de verdad me pareció una muy linda historia, con un final muy conmovedor. Me transmitiste muchas emociones, en especial ternura y ademas tiene un tono jocoso. De fácil lectura, muy ligera, lo leí en un santiamén. Y me quede con ganas de saber mas.

    Hay algunos detalles en los diálogos. Entre la primera letra y la raya no debe haber espacio, como ocurre por ejemplo en:

    “— Después”, debería ser, “—Después” o,”— ¡Gracias abuelo!” por “— ¡Gracias abuelo!”

    También observé que en algunos tienes guion y en otros raya. Siempre debe ser raya.

    Espero que te sean de ayuda mis recomendaciones, en el blog hay varios artículos que te pueden ayudar, no soy experta ni mucho menos pero leyendo un poco aquí y un poco acá, ademas de las recomendaciones de todos, uno se va puliendo.

    Una vez mas excelente historia. También me gustaría contar con tu apreciación en mi relato, el 154, espero puedas pasar.

    Escrito el 20 febrero 2018 a las 03:12
  4. 4. Nacho S. dice:

    ¡Hola! Me permito dejar un comentario en mi propio texto: he escrito a propósito varios diálogos porque estoy trabajando un texto más largo y me doy cuenta que mi escritura de diálogos deja qué desear. Si alguien más toma algún tiempo para comentar este texto, os agradecería si pudiérais dejar comentarios críticos respecto a la estructura y la puntuación de los diálogos. Me servirá mucho para mejorar lo que estoy escribiendo. ¡Gracias a aquellos que ya han comentado y a los que comentarán!

    Escrito el 20 febrero 2018 a las 13:21
  5. 5. Judith dice:

    Hola Nacho, volví a ver si te puedo ayudar con tu pedido.

    Para empezar te comentó que a mi me sirvió bastante esta página: https://www.tintaalsol.com/2010/10/guiones-signos-puntuacion-en-dialogos/

    Voy a ir diálogo por diálogo:

    —¿Pero quién puede escribir esto tan aburrido? –exclamó Felipe en un arranque de frustración frente a aquella monstruosa tarea: aprenderse un poema de memoria –Que porque viene este Fulano al cole tenemos que darle gusto recitándole sus ocurrencias. ¡Que las lea él! – aquí te faltó el punto luego de la raya tras memoria y la raya debe estar pegado a memoria y dejar un espacio antes de que siga el diálogo. También me parece que algunos son guiones y no rayas. Siempre tienen que ser rayas. Quedaría: —¿Pero quién puede escribir esto tan aburrido? —exclamó Felipe en un arranque de frustración frente a aquella monstruosa tarea: aprenderse un poema de memoria.— Que porque viene este Fulano al cole tenemos que darle gusto recitándole sus ocurrencias. ¡Que las lea él!

    –¿Pero qué te pasa Felipe? –le dijo el abuelo –¡Tus gritos se oyen hasta la sala! – aquí otra vez hay guiones en vez de rayas y la raya de cierre (cuando el diálogo continúa luego del comentario del narrador, debe ir pegado a la última palabra del narrador y te faltó el punto final en esa frase también. Quedaría: —¿Pero qué te pasa Felipe? —le dijo el abuelo—. ¡Tus gritos se oyen hasta la sala!

    Nacho, por lo que veo, aparte de la puntualización que te hizo Lenimar de la posición de la raya al inicio del diálogo (que creo que lo sabes porque en la mayoría de los casos lo hiciste bien), tu error es cuando el diálogo continúa luego de la intervención del narrador. Recuerda, la intervención del narrador queda enmarcada en rayas y por eso van pegadas a esta intervención, se coloca punto y seguido inmediatamente luego de la raya y se deja un espacio para continuar con el diálogo.

    Hay una más que otros que sepan más pueden decirte si debe ser tal cual que es dejar una sangría al empezar cada renglón con diálogo. Yo lo aplico, pero no sé si es una regla que debe seguirse siempre.

    Espero te sirva. Yo tengo que mirarlo cada vez que escribo un diálogo. No hay manera de que incorpore estas reglas.

    Aprovecho para marcarte un par de errores que seguro fueron de distracción:

    “…cuando normalmente sus padres sufrían para enviarle a la cama, cuando el abuelo estaba en casa corría para dormirse con una de las fantásticas historias del abuelo.” – yo cambiaría el primer o segundo cuando para no repetir tanto. Por ejemplo podrías decir: “cuando normalmente sus padres sufrían para enviarle a la cama, los días en que el abuelo estaba en casa…”

    “Dicen que ha ganado premios y no se que cosa” – ese que lleva tildé. sería “no se qué cosa.”

    Saludos.

    Escrito el 20 febrero 2018 a las 17:47
  6. 6. Vespasiano dice:

    Hola Nacho S.:

    Me toca comentarte este mes y lo hago con el máximo respeto y siempre con la idea de ayudar.

    Después de una primera lectura a tu relato me ha llamado la atención que la palabra “abuelo” la hayas repetido hasta diecinueve veces. Tendrías que utilizar sinónimos o suprimir dicha palabra en algunas frases, porque se sobreentiende que es el abuelo el que habla o el que responde.

    En la oración siguiente deberías separar: “seque” y acentuarlo. También debes poner punto y seguido en vez de coma después de “cosa”:
    “Dicen que ha ganado premios y no seque cosa, ¿Pero escribiendo eso?…
    “Dicen que ha ganado premios y no sé qué cosa. ¿Pero escribiendo eso?…”

    Veo también que has escrito “Fulano” con mayúscula.

    Las rayas de diálogo e inciso no están debidamente colocadas en las oraciones siguientes:
    — Mañana entonces —le dijo el abuelo a Felipe —solo tienes que repetir la historia del perro en voz baja y el poema en voz alta.
    —Mañana entonces —le dijo el abuelo a Felipe—, solo tienes que repetir la historia del perro en voz baja y el poema en voz alta.

    — ¡Gracias abuelo! —replicó el niño entusiasmado pero una sombra de duda invadió su rostro —y mañana recitar esto delante de todo mundo…
    —¡Gracias abuelo! —replicó el niño entusiasmado, pero una sombra de duda invadió su rostro— y mañana recitar esto delante de todo mundo…

    Aquí deberías separar el párrafo:
    –¿Yo? –dijo Felipe incrédulo, pero el que se había levantado y saludaba con la mano era el abuelo, el poeta.
    –¿Yo? –dijo Felipe incrédulo.
    Pero el que se había levantado y saludaba con la mano era el abuelo, el poeta.

    Bueno, la historia es entretenida y en líneas generales me ha gustado, aunque no creo que cumpla el reto, porque el poeta es el abuelo y no el niño.

    Felicidades y seguiremos en la brecha intentando hacerlo mejor cada día.

    Escrito el 20 febrero 2018 a las 21:25

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