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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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El poeta - por cualquiera

Hay una historia oficial y unos hechos que se ocultan subterráneos. Se llama economía del miedo y busca dividir la verdad. He venido a contar lo que sucedió en el segundo de los casos.

Cayó la cortina cuando los acontecimientos se arremolinaron sobre el desastre y la epistemología de su vida empezó a fallar. Muerte y decepciones, miedos irracionales que se rebelaban en sus tripas. Todo lo que había amado y conocido se volvía turbio y misantrópico. Un embrujo, un envenenamiento tal vez. Qué le pasaba, qué era aquella serpiente.

Convivía con su estómago pared con pared, y sólo empezaba a respirar cuando había terminado de hacer la digestión. Era un precio demasiado alto para alguien que deseaba vivir ligero como el viaje de un niño. Por eso dejó de comer, como se deja de hablar cuando no quedan palabras. Desayunaba un capullo de rosas y no le alcanzaban las fuerzas, pero sonreía su imaginación creyente.

Su familia se preocupó por esa sombra que lo fabulaba.

Dictaron que era autolesivo, y lo internaron en un hospital.

—Somos especialistas en ti—le dijo la doctora como una azafata del corte inglés.

Dudó con facilidad, porque era difícil creer a quién dice conocerte mejor que tú, pero una voz débil rezaba autocompasión. Picó en esa trampa del optimismo en la que sueñas que alguien pueda llegar de fuera para salvarte de ti.

Lo internaron en una unidad de cuidados para límites alimentarios, junto a un montón de niñas repicando calorías. Pero él no quería engordar, ni adelgazar, había llegado ese gesto en que su vanidad física era poco más que una mueca irónica ante el espejo. No necesitaba la psicoterapia, y mucho menos la leche con galletas que servían en el desayuno, sino una resurrección física, una pastillita azul que lo devolviera al país de las maravillas normales.

Se quiso marchar. Pero le retuvieron allí porque debían ayudarlo. No tardó en protestar, cuestionar, juzgar los errores de aquel engranaje. Devuelto a su naturaleza de polizón incómodo, un médico lo diagnosticó como un raro esquizofrénico. Él se revolvía como un filosofema sin pistola. Poco a poco, adivina adivinanza, cayó en las manos imprecisas de la psiquiatría, que es el único negocio en el que el cliente nunca tiene la razón.

Un pabellón psiquiátrico puede ser divertido, conmovedor y metafórico, pero es siempre agotador porque la locura no conoce límite. Un asceta bailarín danzaba entre los aplausos que escuchaba en su caletre. Otro levantaba camiones de fe con sus manos para caer en picado hacia su lente de hombre triste. El increíble Sergio se hundía en la agresiva oscuridad hasta que acabó clavando aquel cuchillo en otra espalda. La locura se oía como una mosca, un zumbido de desacuerdos entre lo que era la realidad y la distancia que los separaba de ella.

Se amigaba con todos para luego volverse a la oscuridad de su habitación. Miraba las golondrinas al atardecer. El desfile de hormigas que eran las presencias humanas, una ventana a la calle cuya última esperanza era el mundo girando más allá de su secuestro burocrático. Su libertad era un índice de masa corporal, y su lectura: el proceso de Kafka. Sin embargo, aún le quedaba su parte más lúcida. «¿Qué es lo peor que te puede pasar? ¿Qué te encierren aquí de por vida? ¡Bah, has estado en sitios peores!»

Una psicóloga joven le hacía preguntas que no sabía contestar, embebido como estaba en sus labios enigmáticos. Viendo el interés que ella prestaba a todo lo que decía, dedujo que aquello no podía ser sincero, y así se acabó el amor.

La creencia en la psicoterapia era la superstición de que el pasado se podía curar con una tirita retrospectiva. Lavar los platos sucios sacándole brillo a la vajilla nueva. No era una combativa razonable. Le perseguía su fantasma, ese que él había inventado y alimentado durante años. Una presencia delgada, hambrienta de inquisiciones. Le taladra la oreja y hiere como los cadáveres que regresan de madrugada para masticarle el corazón. Esa era la realidad que le esperaba.

El verano lo auxilió en forma de psiquiatra razonable, un viejo canoso que hablaba como un chaval, y que admirado ante sus lecturas de Lao-Tsé, y su diversa palabra protestante, dijo:

—No está loco, es un poeta, aunque hay que tenerlo vigilado por si las moscas.

No tardó en burlar aquella vigilancia preventiva y verse devuelto feliz a los brazos de su enfermedad, que es ahora mismo el amor de su vida.

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19 comentarios

  1. 1. Madrugada dice:

    Hola, cualquiera,

    Me ha encantado tu relato. La manera en la que está escrito, desde luego, es pura poesía. Felicidades!

    Difícil tema ese de los trastornos alimenticios donde como dices, presuntamente sólo hay niñas contando calorías. Pero tú vas más allá, ¿tu protagonista busca el control?
    ¿El control lo alivia y la metamorfosis de Kafka que lee lo alienta un poco más a seguir creyendo que no sólo puede cambiar su vida, si no a verse a sí mismo totalmente despersonalizado de su yo actual?

    Pero por otro lado es un esquizofrénico raro, dicen. Sin embargo, veo mucha coherencia o credibilidad en su forma ver el mundo lo cual implica que:
    1- Quizá yo también esté algo perturbada.
    2- Una gran parte de la gente que padece un trastorno mental de tal calibre no puede reconocerlo y/o encuentran coherencia en sus actos.
    3- Has conseguido que empatice con la locura del personaje y por lo tanto has hecho un gran trabajo.

    Pd: He leído tu relato en voz alta porque me ha parecido interesante escuchar la conexión de palabras y he encontrado algo de belleza poética en ello. Realmente no tengo ni idea, sólo soy una aficionada. Lo dicho, enhorabuena :D.

    Nos leemos por aquí!

    Escrito el 16 febrero 2018 a las 19:39
  2. 2. IreneR dice:

    Buenas, cualquiera.

    Un relato de lo más curioso. Me he sentido como dentro de un mar de neblina, igual de loca que el protagonista. Ha sido una experiencia curiosa.

    No sabría decir si me gustó o no, pues aún tengo que procesarlo, pero por mi confusión diría que conseguiste hacer un buen trabajo.

    ¡Un saludo!

    Escrito el 17 febrero 2018 a las 08:12
  3. 3. Rita dice:

    Hola, cualquiera 🙂
    Coincido con los compañeros en el caos que has creado en el relato de este mes. Yo también me he sentido un poco desquiciada. Independientemente de si lo has hecho bn o no (no lo sé), tal vez sea porque no estoy acostumbrada a leer este tipo de textos o porque no me ha gustado este tipo sentimiento, no me ha gustado. Es que me he sentido un poco agobiada mientras lo leía, jaaja
    Otra cosa que no me ha gustado es que hicieras un símil con poeta y esquizofrénico, como si metieras a ambos en el mismo saco. Imagino que lo que pretendes es mostrarnos que los poetas viven como en su mundo, o que tienen una sensibilidad que les hace percibir el mundo de otra forma. Pero es que me choca, porque mi cuñado y la prima de mi padre son ambos poetas.
    En cuanto a la primera frase, tengo que decirte que me ha encantado, pues te invita a adentrarte en la historia.
    Te señalo algunos aspectos técnicos:
    1. En esta frase hay una tilde de más: “porque era difícil creer a quién dice conocerte mejor que tú”. “quién” no lleva tilde aquí: “porque era difícil creer a quien dice conocerte mejor que tú”.
    2. “no quería engordar, ni adelgazar”. La coma sobra: “no quería engordar ni adelgazar”.
    3. “¿Qué te encierren aquí de por vida?”. “Qué” no lleva tilde aquí, ya que no es un pronombre interrogativo: “¿Que te encierren aquí de por vida?”.
    4. “El verano lo auxilió en forma de psiquiatra razonable, un viejo canoso que hablaba como un chaval, y que admirado ante sus lecturas de Lao-Tsé, y su diversa palabra protestante, dijo”. Esta frase me parece un poco confusa; creo que deberías ordenará o, incluso cortarla; me parece algo larga, lo que también da lugar a confusión.
    5. “—No está loco, es un poeta, aunque hay que tenerlo vigilado por si las moscas.”. Esto es más preferencia mía, pero creo que quedaría mejor así: “—No está loco, es un poeta; aunque hay que tenerlo vigilado por si las moscas.”. O así: “—No está loco, es un poeta. Aunque hay que tenerlo vigilado por si las moscas.”. Más que nada por las pausas.
    En fin, espero haberte ayudado.
    Si te apetece pasarte por mi relato, soy el número 38.
    Nos leemos!

    Escrito el 18 febrero 2018 a las 01:26
  4. 4. cualquiera dice:

    Muchas gracias por vuestros comentarios, al final desvelaré un poco el significado de esta historia. Aunque como en todo texto que necesita ser explicado, se trata en todo caso de un intento fallido. Creo que hay fallos de explicación que no acaban de situar bien la historia.

    Quería también apuntar que hay un aforismo en la historia que no es de mi autoría. Me gustaría dejar estas anotaciones en el mismo texto, pero imagino que el programa no acepta más de 750 palabras. Se trata de “la psiquiatría es el único negocio en el que el cliente nunca tiene la razón”, autoría de accidents polipoétics, si no los conocéis, ya estáis tardando.

    Escrito el 18 febrero 2018 a las 01:58
  5. 5. Tigana dice:

    Aquí estoy, Cualquiera. Vengo a devolverte la visita, traigo cafe negro con un par de hielos. Nos ponemos cómodos y deshojamos tu cuento.
    La enfermedad se esconde a los ojos de los sanos porque al igual que la pobreza es difícil de mirar. Pasa de largo por las ventanas abiertas, puedes ver lo que no quieres. Hay quien lo ve feo, yo lo veo real. Es lo que hay.
    “En la psiquiatría el cliente no tiene razón”, y además paga unos alquileres muy altos.
    Un relato que va envuelto en poesía celofán y contiene una trama dolorosa y difícil de llevar. Se ha escrito mucho sobre los TAC, los TOC…pero tú haces que se lea sencillo de entender. Con ternura y con ganas de saber más sobre ese poeta tan interesante.
    Destaco frases ingeniosas y de gran significado:
    Lavar los platos sucios sacándole brillo a la vajilla nueva.
    Le taladra la oreja y hiere como los cadáveres que regresan de madrugada para masticarle el corazón.
    —Somos especialistas en ti—le dijo la doctora como una azafata del corte inglés.

    Tantos poetas con problemas mentales que nos han dejado una buena obra. una buena alusión a la metamorfosis de kafka.
    Te felicito.

    Escrito el 18 febrero 2018 a las 19:58
  6. 6. cualquiera dice:

    Me bebo ese café virtual y aprovecho para contestarte. Y aclarar algo respecto al relato. Lo difícil de contar experiencias propias es que a veces uno lo hace desde su propia cabeza, es fácil confundirse y ver en el texto cosas que sólo él sabe, que dan coherencia a su experiencia propia pero que puedan ser pobres en la explicación de los hechos contados. Explico la experiencia que trataba de transmitir el relato. El personaje no es que se considere un poeta, aunque sí lo intente en la forma de andar por el texto. Cuenta el proceso de una enfermedad. Surgen en él problemas digestivos. Algo le ocurrió (una maldición, un envenenamiento…) pesquisas que él hace ante sus propios síntomas dispepsicos. Por eso deja de comer, como el que llega a rechazar aquello que le hace daño. Es ingresado en una unidad de cuidados alimentarios pero pronto se rebela contra ese encierro. Los médicos, ni entienden lo que le ocurre ni lo quieren entender. El protagonista no es esquizofrénico, aunque lo diagnostican como tal. La psiquiatría es un cajón desastre dónde caben todos los enfermos que no pueden ser diagnosticados de otra manera. El enfermo intestinal, cuando no puede ser explicado como tal, pasa a convertirse en alguien que ha puesto su ilusión dentro del estómago, las cosas que él sentía, los síntomas corporales, eran convertidos, por orden de la psiquiatría, en una alucinación. Por eso lo encerraron, contra su propia voluntad, en un centro psiquiátrico. El texto es quizá un grito de protesta contra esa reclusión, contra toda esa burocracia estúpida, y una afirmación del personaje en su firme voluntad de ser libre a partir de ese momento, de médicos y prospecciones.

    El médico que libera al personaje (y tampoco lo hace el autor) no pretende definir ningún antagonismo o relación conceptual entre el poeta y el loco. Sucede, que allí dónde algunos habían visto un chiflado, él vio una persona coherente, no aquejado de esquizós, aunque con un trastorno indefinido que él habría de aprender a entender. Son hechos concretos del texto, no categorías. Aunque a todos nos debería preocupar que la medicina pueda diagnosticarnos como les de la gana. Sí, el proceso de Kafka.

    Gracias Tigana, y gracias a las demás por vuestros comentarios. Tomo nota de algunos aspectos de forma. En cuánto al sentido del mensaje, no es un cuento de algodón, ni trata de acariciar pieles sensibles, pero sí trata de transmitir emociones que yo considero positivas. El grito por la libertad, la denuncia de la estupidez, la inclusión de la poesía y el humor como un arma escondida de ese presunto lunático. Creo que quizá falta alguna pista que ubique mejor al lector, y es un fallo, pero en lo demás es justo como yo quería que fuese. Gracias a todos por comentar!

    Escrito el 18 febrero 2018 a las 21:30
  7. 7. Rita dice:

    Hola, cualquiera 🙂
    Me alegra que hayas aclarado el texto. Soy de las que no lo había entendido, pero con tu aclaración me quedo más tranquila.
    Espero para la próxima (esperemos que haya ;P) entenderlo a la primera.
    Un saludo!
    Nos leemos.

    Escrito el 18 febrero 2018 a las 21:56
  8. 8. Don Kendall dice:

    Hola cualquiera,
    Un relato clarividente en toda su extensión. Una buena herramienta, mejor que arma, la poesía y el humor tal como apuntas.
    Buena historia que va más allá de la autobiografía para confundirse con la realidad.
    Gracias por este aporte

    Escrito el 18 febrero 2018 a las 23:45
  9. 9. Leosinprisa dice:

    Hola cualquiera, nos presentas un relato lleno de confusiones y pensamientos, realmente entretenido. Yo lo he disfrutado como ese loco (o no tan loco, tan solo un poco disperso), que observa el mundo desde su perspectiva particular y lo analiza, siendo humano como es, con su humanidad enloquecida.

    Pobrecillo, casi siento lástima de él si el proceso de Kafka es su relato más entretenido. Puedo entender entonces su media locura.

    Bromas aparte, gracias por hacernos partícipes de tan magnífico relato y agradecer en igual medida los comentarios a mi texto. Ha sido un placer leerte. Un saludo.

    Escrito el 19 febrero 2018 a las 09:53
  10. 10. Laura dice:

    Hola Cualquiera.
    Me ha encantado tu relato, tienes unas expresiones maravillosas. Tan sólo me chocó la siguiente: Somos especialistas en tí. Me quedó bastante extraña, como si lo estuviesen estudiando desde hace mucho tiempo.Pero es tan sólo eso. El resto es totalmente memorable.
    Mis más sinceras felicitaciones. Éxitos.

    Escrito el 19 febrero 2018 a las 11:37
  11. 11. Juana Medina dice:

    Hola Cualquiera,
    Tu relato es una verdadera postura ante la psiquiatría, pero sobre todo ante el lugar que el mundo le ha dado.Muy interesante tesis. Concuerdo con esa frase que dice “Picó en esa trampa del optimismo en la que sueñas que alguien pueda venir de fuera para salvarte a tí”.
    Y por supuesto con el ácido comentario de que la psiquiatría es el único negocio donde el cliente nunca tiene razón.
    Hay mucho pensado y bien dicho en esta historia. Y mucho para pensar. Me gusta.
    Gracias por pasarte por mi relato, y por tu comentario.
    Felicitaciones

    Escrito el 19 febrero 2018 a las 15:01
  12. 12. Judith dice:

    Hola cualquiera,

    Elegiste un tema que me apasiona: la locura, la normalidad, lo correcto, lo alienable, las máscaras de la gente y el intento de ser fiel a uno mismo que a veces puede llevar a que el resto considerado “normal” lo considere un loco. Me gustó mucho perderme en tu lectura y a veces encontrarme y volverme a perder.

    No sé por qué tu cuento trajo a mi memoria a Ignatius J. Reilly de La conjura de los necios que leí hace años. Quizás sea por lo de los problemas digestivos, pero a diferencia de tu personaje, Ignatius nunca dejó de comer.

    Con lo que me quedo es con una frase que pusiste en un comentario: “no es un cuento de algodón, ni trata de acariciar pieles sensibles, pero sí trata de transmitir emociones que yo considero positivas.” Yo agregaría, es el tipo de cuentos que nos hace pensar.

    Felicitaciones!

    Saludos.

    Escrito el 19 febrero 2018 a las 20:32
  13. 13. Earendil dice:

    Hola, cualquiera.
    Te felicito sinceramente por tu relato de este mes.
    Después de los comentarios tan extensos e interesantes, me he limitado a hacer una segunda lectura para, simplemente, disfrutar de él.
    Enhorabuena por tu trabajo.
    Un saludo

    Escrito el 20 febrero 2018 a las 20:11
  14. 14. Piquillín dice:

    Hola Cualquiera: Me encantó tu relato, hay imágenes muy precisas que ayudan a generar una empatía con el personaje. Siempre en un aspecto el catalogado como loco en esta agobiante sociedad tiene cierta lógica y coherencia. Eso logras con tu texto. También te quería agradecer por la visita a mi relato,no es autobiográfico como habías intuido, estoy en el sistema educativo pero soy docente en secundario para adultos.
    Te felicito por tu ángel para escribir, nos seguimos leyendo

    Escrito el 20 febrero 2018 a las 21:40
  15. 15. Alf dice:

    Buenas, cualquiera (me gusta ese nombre), empiezo mencionando algún que otro errorcillo que pueda ir encontrando en tu texto:

    – “porque era difícil creer a quién dice conocerte mejor que tú,” – Esta frase me parece muy buena pero, si no me equivoco, ese “quien” no llevaría tilde.

    – Vale, he encontrado algún que otro error de puntuación, pero nada que sea especialmente grave.

    Antes de nada, ¿soy yo, o este texto tiene claras referencias a la pastillita azul de Matrix y a la relación entre el Joker y Harley cuando se conocieron en aquellos encuentros “terapéuticos”?(Esta última me encantaría porque soy un “friki” de esas historias.)

    Ya hablando del texto en sí, la variedad de palabras que usas y cómo te sirves de ellas para crear un hilo que gira de algún modo sobre el lector, mareándolo, pero siempre haciéndole observar el “bonito” entorno que lo rodea (refiriéndome a que, pese a ser algo críptico en ocasiones, en todo momento se aprecia la belleza que mantiene).

    Arriba te comentan que no les termina de agradar el trato que le das a la figura del poeta… a mí, sin embargo (y pese a saber que esto solo se aplica en un determinado porcentaje de casos), no me desagrada. Creo que es un punto acertado el de que muchos escritores de todo tipo pasan el tiempo inmersos en su propia escena mental, viendo el mundo como todos, pero entendiéndolo de una manera muy diferente, y es justo ese continuo y peculiar ensimismamiento el que deriva en las reflexiones que vemos luego plasmadas en forma de palabras. Como poco, el final me parece una construcción inteligente.

    Poco más… veo que el texto te ocupa justo 749 palabras, lo cual es seguro una señal de lo trabajado y medido que está. Tienes un planteamiento impactante, un desenlace que puede llegar a chocar, un mensaje que transmitir, y en medio toda una vorágine de sensaciones muy bien ideadas en base a una forma de escribir que pretende acompañar a lo que la historia te está contando, como en una anrrativa paralela y bien aprovechada. En fin, buen trabajo, ¡y un saludo!

    Escrito el 21 febrero 2018 a las 19:02
  16. 16. cualquiera dice:

    Me reconfortan vuestros comentarios. El mejor regalo para un cuento es que exista una lectura agradecida. Alf, gracias por haberte tomado tantas molestias, me alegra. Gracias a todos los demás, sois siempre bienvenidos.

    Escrito el 21 febrero 2018 a las 23:12
  17. 17. marazul dice:

    Hola cualquiera: ahondas en el mito de que los poetas están locos. Meterse en la piel del que lo padece y hacerlo tan bien es para felicitarte. El vocabulario adecuado a la historia que nos cuentas, con palabras “difíciles” pero perfectas.
    Un relato original, interesante y también inquietante. Una forma diferente de presentarnos al protagonista “poeta”.
    Mi enhorabuena por tan buen relato
    Saludos

    Escrito el 23 febrero 2018 a las 20:52
  18. 18. José Torma dice:

    Hola Cualquiera.
    Agradeciendo tu visita y tus palabras a mí relato.
    El tuyo no es fácil de leer, requiere de toda tu atención para no perder la razón como tu protagonista. Muy logrado, poco puedo agregar a tantos y variados comentarios que tienes, solo reiterarte que me ha gustado, me ha confundido y eso es lo que uno busca con sus escritos, generar algo en los lectores.
    Felicidades.
    Solo por puntualizar a tu comentario, el famoso “Tenía” es una pifia, debería ser “hacía”. La brisa es solo una variable que participa en la fiesta de muerte. Yo me imaginé en medio de esa devastación y no puede ser descrito más que como caótico y en el caos, la coherencia tiene poco uso. Igual me ha encantado tu comentario, ojala pueda seguir teniéndote como lectora y pronto pegar un hit contigo. (No sé si cometí el error de asumir tu género como mujer, espero me disculpes si no es el caso).
    Saludos.

    Escrito el 28 febrero 2018 a las 01:29
  19. 19. Jose Luis dice:

    Hola, cualquiera
    Mensaje de parte de Jose Luis sobre tu relato titulado “Victima del hechizo”

    Gracias por pasarte por mi relato y por tus comentarios
    Tu cuento me ha gustado bastante, creo que está bien escrito y hay muy buenas metáforas y analogías.
    Bueno truco lo de las palabras gato y bruja, las unes para dar nombre al establecimiento musical y de ese modo tan sencillo matas dos pájaros de un tiro.

    Un pequeño error: voz en oz ———— debería ser voz en off

    Un saludo
    Jose Luis

    Escrito el 20 marzo 2018 a las 16:30

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