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El poeta - por El Poeta

Estaba sola en un barco de camino a lo desconocido, definitivamente nada podía ir peor.


Si no era suficiente haber caído por ese maldito portal aquel día en la gasolinera encima estaba completamente sola en un barco rumbo a la nada.


Estaba contemplando la completa mierda que era su vida, tumbada en el suelo de la bodega, escondiéndose como una rata cobarde y lo admitía, porque no había forma de engañarse a si misma en ese momento, de pronto oyó unos ruidos, el barco se movía, la gran marea la envió al otro lado de la bodega, los golpes casi la dejaron inconsciente. Miró a través de una de las escotillas, una ola le cayó en toda la cara.



Alguien le zarandeó para despertarla, se desperezó, probablemente se había desmayado de algún golpe.

—Ya hemos llegado —era un niño pequeño quien la despertaba.

—¿A donde? —su voz sonaba mucho más aguda que de normal, frunció el ceño, eso no tenía sentido, de normal por las mañanas parecía un camionero.
—El enano dijo que el poeta…

—¡¿Conoce al enano?! —el enano era el culpable de que estuviera en todo este lío, él y su estúpido armario. Se levantó, se dio cuenta que estaba a la misma altura que el niño.



No puede ser, pensó, se miró así misma, la ropa le quedaba grande, se notaba cambiada. Su cuerpo había menguado, era una niña de nuevo. Reaccionó muy bien ante el cambio.
Soltó un grito ahogado y se desmayó.



Al despertarse estaba rodeada de niños vestidos con atuendos marineros.

—¿Está muerta?

—¿La tiramos por la borda?

—¡No estoy muerta! —nadie la podía tomar enserio con la voz de pito que tenía.
Todos dieron un paso hacia atrás cuando ella se levantó.

—Alguien… alguien me puede explicar porqué yo… porque —ni siquiera le salían las palabras, era imposible.

—Son las aguas de este mar, te vuelven temporalmente joven —explicó un pequeño marinero.

—¿Cuánto es exactamente temporalmente? —preguntó ella de nuevo al borde del colapso. Todos se encogieron de hombros. Ella solo quería hacerse una bolita y llorar.

—Que no, que no puede ser, no me hagáis pasar por la pubertad de nuevo —suplicó la pobre sin poder respirar.

—No importa eso ahora, debes ver al poeta, el enano lo mandó —se quejó una pequeña grumete encogiéndose de hombros, ella le miró con furia.

—¡No le hagáis caso al enano! ¡Yo estoy en este lío por el enano! —cada vez que gritaba, la voz se le hacía más insoportable.
—¿Sabe quien es el enano? —preguntó uno de los marineros a otro, este le dio un pisotón y negó con la cabeza. Ella se dio cuenta, le estaban ocultando algo, lo que le faltaba, si ya no sabía lo que estaba pasando para que encima le ocultaran información.

—Mirad, no vaya ir a ningún sitio, he aprendido la lección, nada de abrir armarios de desconocidos, quédate en la gasolinera, no… —a los marineros no les importaba lo que tuviera que decir, la cogieron entre todos, ella gritó y pataleó pero no le hacían caso, la lanzaron por la borda y su trasero dio con el suelo.
—¡El poeta la espera! —le gritaron recogiendo la pasarela para que no pudiera volver a subir al barco, ella los miró de forma lastimosa como un perrito abandonado, si no sabía quien era el poeta ¿cómo iba a encontrarlo?.

El barco no se detuvo por mucho tiempo y volvió a zarpar dejando a la pobre pequeña abandonada en la orilla. Quería llorar e irse a casa, sobretodo quería arrancarle la cabeza al enano.

—Cuanto rencor, ¿de verdad creíais que te iba a dejar sola? —giró sobre sus talones y ahí estaba, el maldito enano. Iba vestido como un juglar del medievo y solo llevaba un zapato, como iba siendo costumbre.

—¡Pero me ha visto! ¡¿Cómo no te voy tener rencor?! —preguntó furiosa.

—Estás adorable, eras una niña muy mona, tranquila el efecto no durara —rió el enano, se puso a su lado y la miró de arriba a abajo— mira ahora somos de la misma altura.
El enano se encogió de hombros y siguió andando.
—Vamos, tenemos trabajo —la llamó, ella le miró frunciendo el ceño.

—¿Ir a donde? —preguntó furiosa, el enano sonrió malicioso.

—A ver al poeta.

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4 comentarios

  1. 1. Charles Babel dice:

    Hola:

    He leído tu relato dos veces y no termino de comprenderlo, me da la impresión que falta el final porque no acabo de comprender qué ha pasado o de poder contextualizar la historia.

    En cuanto al texto, te faltan varios acentos, sobre todo en los interrogativos y tienes dos faltas más de palabras que has confundido. Intenta revisar el texto para la próxima, que seguro lucirá más bonito.

    Un saludo desde el 107!

    Escrito el 17 febrero 2018 a las 00:57
  2. 2. Judith dice:

    Hola,

    Qué sorpresa encontrar la continuación de tu texto del marinero! Me imagino que charles no lo entiende porque en realidad no termino y tienes la idea de seguirlo, no? Para que te puedan entender mejor, quizás podrías poner una aclaración en un comentario con el link al relato anterior (creo que escribiste con otro seudónimo). Me gusta tu manera de escribir irreverente. Espero encontrarte más adelante porque si cambias de seudónimo se hace más difícil.

    Saludos desde el 137.

    Escrito el 18 febrero 2018 a las 19:14
  3. 3. Noemi dice:

    Hola poeta: el episodio que relatas es divertido y simpático, claro que al estar descontextualizado resulta difícil hacerse una idea de conjunto. No podría asegurar que cumples con el desafío, los niños no son tales sino adultos convertidos ¿no bueno, al menos la protagonista y el enano aunque pequeño tampoco es un niño. Pienso que tendrías que revisar el texto, aquí van algunos errores que encontré:
    “le zarandeó” es la zarandeó “enserio” va separado en serio “no vaya ir a ningún sitio” creo que quisiste decir: no voy a ir “de verdad creíais que te iba a dejar sola” creías.
    Por otra parte me encantó esta imagen:”Ella solo quería hacerse una bolita y llorar”. Espero leer pronto la continuación.
    Un saludo

    Escrito el 25 febrero 2018 a las 20:15
  4. 4. Simón Martín dice:

    Hola Poeta:

    Concuerdo con Charles, es fácil perderse en el relato; no solo al final, sino también en otros pasajes. La razón puede estar en lo que nos comenta Judith. Pero, igual, si lo presentas como una historia, creo que debería tener sentido por sí sola. Pero,en fin, son solo divagaciones de un lector posiblemente despistado.

    En cuanto a la forma, veo algunos problemas sobre todo de puntuación. Voy a señalar solo algunos: la segunda frase del primer párrafo, por ejemplo, no se entiende por la puntuación. Después de “…rata cobarde”, al menos una coma, si no punto seguido. En la frase “…en ese momento, de pronto oyó…”, no debería ir coma, sino punto y coma o punto seguido (que es lo mismo). En la frase “…eso no tenía sentido, de normal…”; ahí debe ir punto seguido y una coma después de “normal”. En la expresión “…ahí estaba, el maldito enano”, se debe eliminar la coma. En la frase “…eras muna niña muy mona, tranquila el efecto no durará”, la coma debe ser sustituida por punto seguido, y después de tranquila, debe ir coma. Finalmente, en “…la miró de arriba a abajo- mira ahora somos”, después del guión debe ir punto y, obviamente, comenzar con mayúscula, y después de “mira” debe ir coma.

    Estas son solo algunas de las faltas que detecté a vuelo de pájaro. Un nuevo repaso nos ubica en otras. Pero solo es cuestión de poner más atención en el tema de la puntuación que, por cierto, no es nada fácil. ¡A seguir adelante!

    Escrito el 28 febrero 2018 a las 19:03

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