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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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El poeta - por Laura

La recorrida usual de John había dado escasos resultados, eran tiempos difíciles para los habitantes de los barrios del puerto, pero también para los habitantes de los barrios altos. Con demasiada frecuencia aparecían cuerpos flotando en el río, parecía época propicia para el suicidio.
La taberna tenía su clientela habitual de borrachines, pendencieros, jugadores y mendigos, pero el clima se cortaba con una navaja. Habría redada, nadie estaba a salvo.
Lucio anunció que por el toque de queda debería cerrar. La noche estaba particularmente propicia para el crimen. La niebla que se levantaba entorpecía la visión.
La fantasmal luz de las farolas apenas alcanzaba a señalar la hilera de callejuelas donde sospechosas sombras y roces ponían en tensión al niño.
Sus pasos lo dirigieron hacia el muelle, donde su padre se había marchado mintiendo una vez más acerca de un trabajo. No podía llegar a su casa, no todavía. Su madre tenía “visitas”.
En tales circunstancias John llevaba a la pequeña Mary a casa de una vecina y él salía “a la pesca” de lo que hubiese. Siempre encontraba algún billete cerca de los garitos y tabernas, pero debía andar con cuidado.

Un bulto en la orilla llamó su atención, era uno de los “ahogados”. Se acercó con cautela, podía estar armado. Lo dio vuelta y palpó con rapidez en los bolsillos del costoso abrigo, mientras calculaba el valor de lo que hallaba. Encontró lápices y papeles con lo que parecían poemas. La imagen de su hermanita le vino a la cabeza. Ella disfrutaba cuando John le leía las poesías de un libro que había logrado llevarse de una biblioteca. Leyó como pudo una de las cuartillas. Era lo que menos esperaba. El muchacho era el autor de los poemas que se recitaban al paso de las autoridades, el poeta cuya cabeza estaba a precio.
Un estertor irregular indicó que todavía vivía. John miró su cara con atención. Una escasa cabellera rubia apenas cubría el delicado cráneo, sus delgados dedos estaban manchados de tinta. La cara era un mapa de hematomas y arroyuelos de sangre.
John tomó algo de agua pestilente del río y le alzó la cabeza para que bebiera. El joven tosió, se atragantó y finalmente pudo beber algo. Murmuró algo incomprensible y se desmayó.
Era una noche de perros, donde el viento silbaba entre las casuchas y las sirenas policiales aullaban por encima del viento. Una noche donde no era conveniente estar fuera, donde era necesario buscar refugio. Había ojos y oídos en todas partes. La vida costaba menos que un billete arrugado y un “soplo” podía significar la diferencia entre pagar la renta o quedar en la calle.
Logró poner en pie al joven y, como si de compañeros de juerga se tratase, lo condujo paso a paso hasta su casa.
Sin esperar a que el “tío” se retirase, entró con su carga. La sorprendida cara de su madre asomó por un borde de la cortina que separaba su habitación del resto de la casa.
— Es Michael, no puede tenerse en pie. Ya sabes cómo se pone cuando toma de más —improvisó, mientras miraba el uniforme que descansaba en una silla.
La mujer no hizo preguntas, volvió a lo suyo. Cuando terminó su trabajo, apareció cubierta con una gastada bata. Sin hablar palpó al muchacho con dedos sabios, le administró unos polvos, que John había visto que algunos “parientes” usaban, y lo amordazó para sofocar sus gemidos. Lo lavó, le acomodó un brazo dislocado y entablilló una pierna, había sido enfermera en otra vida, antes de conocer al mentiroso de su marido.
John colaboraba en las distintas maniobras, atento a los gestos mudos de su madre.
Con sábanas viejas improvisaron una cortina. Una nueva dosis de morfina llevó al muchacho a la inconsciencia. Cuando terminó, la mujer volvió a su habitación mientras John se ocupaba de que todo estuviese en orden.
Al amanecer el uniforme había desaparecido.
Por unos días no hubo nuevas visitas. John se ocupó como pudo de las necesidades familiares. Una semana después, un anciano renqueante con un anticuado sombrero que le cubría la cara salió de la casucha, acompañado por John. Llevaba un brazo vendado y un par de muletas gastadas. Sobre la mesa quedaron unas poesías para la pequeña y un puñado de billetes arrugados.

Esa noche se había salvado al poeta cuyos versos inspirarían el movimiento de liberación, que serían un grito de libertad para el atormentado pueblo cansado de abuso e injusticia.

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23 comentarios

  1. 1. Doralú dice:

    ¡Hola Laura!

    Me ha parecido genial tu relato del mes que lo he leído varias veces y cada vez que lo leo le encuentro detalles que enriquecen el texto. Es un relato complejo, pero escrito con tanta maestría que se entiende perfectamente.

    En cuanto a redacción, ortografía, estructura, forma y demás… tan solo que sería ideal para mí que dejaras un espacio entre párrafos.

    Un abrazo

    Escrito el 17 febrero 2018 a las 06:42
  2. 2. DH dice:

    Hola Laura 😀

    Me gusta tu relato. Lograste que imaginara todo. Para mi es muy importante eso, que el escritor logre recrear en mi mente la escena con sus palabras.

    Tocas muchos temas importantes. Especialmente me llamo la atención que el niño tiene una situación tan compleja, pero al mismo tiempo tan real… Es decir, wow, me encanta como lograste armonizar su vida con el reto de este mes.

    Podría destacar aún más cosas, pero no tengo palabras para expresar lo interesante y lo grato que fue leerte.

    Tengo una duda, ¿te inspiraste en la historia de algún poeta en especial?

    Sigue así, ¡Felicidades!

    Mi relato es el 98, por si quieres leerme.

    Escrito el 18 febrero 2018 a las 04:36
  3. 3. Otilia dice:

    Hola Laura:
    Cuando he empezado a leer tu relato me he dado cuenta que era continuación del de la escena anterior, de aquí puede salir una novela.
    Me ha gustado mucho. Buen trabajo.
    Un abrazo.

    Escrito el 18 febrero 2018 a las 12:27
  4. 4. Earendil dice:

    Hola, Laura.
    ¡Qué más puedo decir!
    Como dice un comentarista anterior, tienes un filón para novelar, ¡no le pierdas el hilo!
    Un abrazo muy fuerte desde España.
    Saludos cordiales.

    Escrito el 18 febrero 2018 a las 20:52
  5. 5. Menta dice:

    Buenos días Laura: Tu relato me ha gustado mucho sobre todo porque me parece muy interesante que sea la continuación de la escena 50.

    He visto algunas cosas que debes pensar si quieres corregirlas.

    1. En la frase: “Con demasiada frecuencia aparecían cuerpos flotando en el río, parecía época propicia para el suicidio”, En lugar de coma entre las palabras –río- y parecía, yo pondría: punto o punto y coma.

    2. En esta otra frase: “Un bulto en la orilla llamó su atención, era uno de los “ahogados”. Detrás de atención yo pondría punto, dos puntos o punto y coma.

    3. Ten mucho cuidado porque repites muchas palabras y a veces en el mismo párrafo. Debes emplear sinónimos. Por ejemplo: En el primer párrafo dices: -habitantes- dos veces; -barrios- dos veces; -para- tres veces.

    4. Pones: “parecía época propicia para el suicidio” y poco más abajo: “La noche estaba particularmente propicia para el crimen”

    Enhorabuena por tu relato. Un saludo, Menta

    Escrito el 18 febrero 2018 a las 23:04
  6. 6. ANGEL CLIMENT dice:

    Hola Laura. Como ya te han dicho, tu relato engancha, da ganas de releerlo. Muy bien como acostumbras ha hacer cada mes. SAludos

    Escrito el 19 febrero 2018 a las 13:40
  7. 7. cualquiera dice:

    Hola Laura, me ha gustado tu historia de principio a fin. Destaco sobre todo la excelente ambientación. Se puede oler y sentir la atmósfera decrépita. En medio de la miseria, rescatas una historia para la esperanza: el encuentro de John con el poeta liberador de las futuras conciencias. Te felicito.

    Escrito el 19 febrero 2018 a las 19:48
  8. 8. María Jesús dice:

    Hola Laura: Tu relato es contundente. Me ha gustado mucho como has hilvanado la historia, como has creado una atmósfera despiadada. Tienes una magnífica redacción y muy buenas descripciones. Enhorabuena

    Escrito el 19 febrero 2018 a las 20:36
  9. 9. Juana Medina dice:

    Bravo Laura!
    Excelente relato des donde lo mires. Comprometido, verdadero, bien escrito y estructurado, entretenido y mucho más.
    Un gran aplauso.
    Y también un gran abrazo

    Escrito el 19 febrero 2018 a las 22:25
  10. 10. Labajos. dice:

    Hola Laura:

    Me ha gustado muchísimo la ambientación del relato, el paisaje de barrios difíciles donde siempre hay un hueco para la solidaridad y por supuesto el broche final, el poeta cumplía su función, su compromiso. Me ha hecho releer “La poesía es un arma cargada de futuro” de Gabriel Celaya.

    Maldigo la poesía concebida como un lujo
    cultural por los neutrales
    que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.
    Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.

    Te seguiré leyendo.
    Jorge

    Escrito el 20 febrero 2018 a las 03:06
  11. 11. Osvaldo Vela dice:

    hola Laura, al igual que tu visita ha dejado en mi persona muy buenas vibras, así quisiera hacerte llegar las mías. Tu escrito contiene todo para ser parte de una gran novela.

    Manejas, en tu relato, a los personajes con maestría. tanto que te quedan ganas de saber mas.

    Una cosa que si quisiera recomendarte es que aunque, tus párrafos no son muy largos cosa que yo admiro de un escritor, no tienen el espacio necesario para sentirlos independientes.

    El uso del doble espacio entre ellos da muy buenos resultados.

    Te felicito por un texto que me llegó.

    Escrito el 20 febrero 2018 a las 06:42
  12. 12. Juan Stoisa dice:

    Hola Laura!
    Me gustó el relato, siento que va de menor a mayor y el final me gustó mucho. Lo tuve que leer un par de veces para agarrarle la onda pero el producto final es bueno. Personalmente sentí un poco excesivo el uso de las comillas como recurso para resaltar algunas palabras o personajes pero es una cuestión de interpretación.
    Saludos y nos estamos leyendo!

    Escrito el 20 febrero 2018 a las 15:37
  13. 13. Charola dice:

    Hola, Laura.

    Me gustó tu relato. ¡Genial! Es la continuación del anterior, ¿eh? Aquí leo más la participación de John, que en el texto anterior empezaste con él. Manejas el “mostrar” con mucha maestría. Te felicito.

    Un abrazo.

    Escrito el 20 febrero 2018 a las 21:47
  14. 14. Yoli dice:

    Hola, Laura.
    Gracias por comentar mi relato. Me gusta tu relato, has decrito muy bien el ambiente sombrio del lugar. Me gusta que John, a pesar de las circunstancias de la vida, no haya perdido su humanidad.
    Saludos.

    Escrito el 21 febrero 2018 a las 11:15
  15. 15. el chaval dice:

    Hola Laura, gracias por tus amables comentarios, se hace lo que se puede que ya es dificil. Paso a comentar el tuyo: Coincido con Doralú que se ve el texto un poco apelmazado, dejando un espacio la lectura sería más suave. vaya ambiente más real que describes y muy malo para los niños como a éste pobre que tiene que ganarse la vida mientras su madre está en el “paro”.Entiendo que es muy buena salida al disfrazar al joven poeta de viejo para que no le reconozcan. Felicidades Laura y hasta la próxima.

    Escrito el 21 febrero 2018 a las 11:21
  16. 16. Alberto C. dice:

    Hola Laura:

    Con mucho gusto te devuelvo la visita.
    Con tu permiso y desde mi opinión, te comento un par de cosas: me ha encantado el cómo has manejado la intensidad del relato. El uso de oraciones simples, o compuestas pero cortas, otorgan dinamismo a tu texto. Un dinamismo que le viene genial. Felicidades, no es fácil conseguir eso. Por otra parte, y como ya te han comentado: utiliza la tecla del enter. La lectura se hace menos pesada con una buena división de párrafos. ¿Cuándo separar? Cuando la acción, o la escena, cambie. Te pongo un claro ejemplo: la oración que acaba con “Murmuró algo incomprensible y se desmayó.” y la siguiente línea empieza con “Era una noche de perros…”, ahí sería un buen momento para meter un doble enter y dividir, así, en dos párrafos. No hay mucho más que comentar más allá de lo que ya han hecho. Aunque tengo una pregunta: ¿Las palabras que están entre comillas, significan algo? ¿O las has entrecomillado porque sí? No sé muy bien si es algún tipo de símbolo, o secreto dentro de tu texto. Muchas gracias por compartir tu relato y permitirme aprender de él. Ha sido todo un placer leerlo y comentarlo.

    Un saludo,
    Alberto C., 35.

    Escrito el 21 febrero 2018 a las 15:29
  17. 17. María Kersimon dice:

    Hola Laura,
    ¡Qué relato tan intenso y cautivador! Es notable la cantidad de información que das sobre esta familia y su entorno socio-político en tan poco espacio y cómo organizas la historia para que resulte plausible. Es seguro que tienes talento para escribir algo más.
    Saludos.

    Escrito el 27 febrero 2018 a las 16:46
  18. 18. Amilcar Barça dice:

    Laura, lo mejor que puedo decirte es que no me he perdido en ningún momento. salu2

    Escrito el 27 febrero 2018 a las 21:15
  19. 19. isan dice:

    Hola Laura:

    Al leer tu relato me he dado cuenta de que ya lo había leído hace días y se me había pasado comentar por dejarlo para más adelante. Así que ahora, sin falta, te comento.

    Te comento primero algunas cosillas que yo cambiaría.
    Hay expresiones entrecomilladas: “visitas”, “a la pesca” “parientes”. Creo que se entiende el verdadero significado sin necesidad de entrecomillarlas. Con “ahogados” es diferente. Parece que quieres dar a entender que no son ahogados por voluntad propia, pero en cualquier caso siempre serán ahogados, lo hayan querido o no. Mejor si pones “suicidados”.
    “Lo dio vuelta y palpó…” Mejor sería LE dio vuelta.
    “Un estertor irregular indicó…“ Estertor, ya de por sí, indica una irregularidad en la respiración, por lo que parece una redundancia.

    Poca cosa porque el relato está impecable con buena redacción, buen lenguaje y un planteamiento coherente. Perece que es una continuación del mes pasado, pero, aun así, tiene todos los ingredientes para que pueda ser una pieza suelta y que no haya que recurrir a leer el anterior para entenderlo, lo cual es de agradecer. Me ha gustado cómo empieza. Nos sitúa en un ambiente poco propicio para la poesía, pero sin embargo esta existe: Con el ahogado, con la hermana y con la esperanza final del relato. Me ha gustado cómo has contado la transformación del muchacho en anciano para pasar desapercibido. En definitiva, un estupendo relato.

    Un saludo.

    Escrito el 28 febrero 2018 a las 23:11
  20. 20. Laura dice:

    A todos que han leído y a quienes han dejado sus comentarios,muchas gracias.

    Doralú: no sé por qué no he utilizado el espacio en las distintas escenas. Tal vez porque lo hice con menos tiempos que a los anteriores y no he podido trabajarlo mejor. No podía encontrar idea que me sirviera adecuadamente.

    DH. Lamentablemente no me dieron los tiempos para indagar seriamente la vida de algún poeta en particular, simplemente lo imaginé, como voy imaginando las situaciones que están viviendo.

    Otilia: gracias por tener ese registro maravilloso de recordar lo del mes pasado. Efectivamente, lo es, es la primera vez que hago la continuación de una escena. En inicio no había pensado nada parecido, pero surgió.

    Earendil: Gracias por tu aliento. Sin tí no habría llegado este texto a la luz.

    Menta: lamentablemente no he tenido el tiempo suficiente para volver al texto una y otra vez como hago en otras ocasiones. No podía encontrar algo adecuado.

    Angel Climent: muchas, pero muchas gracias.

    Cualquiera: sí, el poeta puede ser liberador de futuras conciencias. Me parece que desde las letras (en la forma que sea), o desde cualquier forma de arte, es posible la liberación.

    María Jesús: muchas, muchas gracias.

    Juana Medina: abrazo grande. Muchas gracias.

    Labajos: totalmente de acuerdo con Gabriel Celaya. Gracias por esa perla poética.

    Osvaldo: Gracias por la vibra. Es muy importante. Muchas gracias. Tomo nota de los párrafos. No tuve el tiempo adecuado.

    Juan Stoisa: el uso de las comillas ha sido por la doble significación de las palabras en el contexto de John. Dudaba entre usarlas o no, pero pensaba que si no las utilizaba podrían perder el significado que yo les atribuía en el texto. En muchas playas hay aparecido ahogados que no se habían ahogado sino fruto de vuelos de la muerte, por ejemplo.

    Charola: gracias, muchas gracias.

    Yoli: siempre hay lugar para la esperanza. Sin ella…¿qué nos queda?

    El Chaval: gracias por aprobar el disfraz. En un lugar donde la privacía no existe, es peligroso tener un delincuente político mucho tiempo.

    Alberto C.:estoy totalmente de acuerdo contigo con las pausas. No tuve el tiempo para volver detenidamente al relato. Lo tendré en cuenta.

    María Kersimon: gracias, muchas gracias, aunque no lo merezco. Es un mimo para el alma. Muchas gracias una vez más.

    Amilcar Barca: Gracias. Has sabido recorrer el territorio sabiamente. Muchas gracias.

    Isan. Con respecto al uso de las comillas, no tuve tiempo para analizarlo con y sin ellas. Tal vez sin ellas sólo para entendidos en esa clase de situaciones podrían tener sentido las acciones. Con respecto a las visitas y los parientes, en ningún caso son visitas ni son parientes. Con lo de la pesca, tal vez tengas razón.
    Con respecto a Lo y Le dió vuelta: creo que va el Lo, la acción repercute directamente sobre el cuerpo hallado, considero que Le iría más bien con Le pidió que… No soy profesora de lengua, tan sólo lectora viciosa, pero estoy abierta a las sugerencias.
    Tienes razón con el estertor irregular. Tomo nota.
    Y gracias por el final. Muchas gracias.

    A todos, una vez más, muchas gracias. Sus palabras me alientan a seguir en esto que me brinda grandes satisfacciones. Muchas gracias.

    Escrito el 1 marzo 2018 a las 10:34
  21. Hola Laura.

    Has conseguido una ambientación fantástica en tu relato. No me ha costado nada meterme de lleno en ese escenario para vivir el rescate del poeta.

    Al principio pensé en decirte que explicabas mucho pero luego has ido introduciendo imágenes que se intercalaban con la voz del narrador y supe que no tenía nada que decirte.

    Nos seguimos leyendo.

    Un abrazo.

    Escrito el 3 marzo 2018 a las 20:49
  22. 22. Vespasiano dice:

    Hola Laura:

    Muchas gracias por pasarte por mi relato y comentarlo.

    En cuanto al tuyo, me ha parecido un relato interesante, en el que muestras de muy buenas maneras el entorno hostil en el que viven el chico y el poeta.

    La situación familiar también está sutilmente reflejada en la actividad promiscua de la madre y en la actitud vagabunda del padre.

    Al inicio del relato me ha sorprendido leer: “La recorrida usual de John…”. Quizá porque por estos lares hubiéramos dicho: “El recorrido usual de John…”; pero esa forma de hacerlo, como lo has hecho, debe de ser una forma correcta en tu país.

    Como el uso de dicha palabra me ha llamado la atención, he ido al diccionario para salir de dudas y allí leo el significado de:

    “recorrida”
    Soldado que tenía la función de supervisar los puestos de vigilancia.

    Felicidades.

    Escrito el 5 marzo 2018 a las 16:22
  23. 23. José Torma dice:

    Hola Laura, no estoy seguro si tú fuiste la que me visito, pero igual me congratulo de haber pasado por tu relato. Es muy rico y lleno de matices. Es una historia bien contada donde no sobra ni falta nada. La atmosfera muy lograda y las justificaciones del muchacho para las actividades de sus padres, rompen el corazón.
    Te felicito, un muy buen relato.

    Escrito el 28 marzo 2018 a las 23:19

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