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La Poetisa - por Mikal Neshamá

Le tenía miedo a su padre, lo observaba con detalle. Era Zeus, Dios del Olimpo nada menos. ─¡Erató! ─gritó su madre, la Diosa Mnemosine. La chica volteó y asintió con la mirada. Su inmortal corazón latía con tanta fuerza, que su sublime rostro se sonrojó.

Ese día era la ceremonia de investidura de las diosas que servirán de inspiración a los mortales. Coronaban a Calíope, musa que se ganó su lugar guiando a Homero.

Trepó hasta la ventana del recinto observando todo lo que ocurría. «¿Seré una musa mayor? ¿Cuál será mi don?» ─pensó la chica. En ese instante deseaba tener el don de la profecía, pero este era conferido cuando eran ungidas con la brizna celestial el día de su investidura.

Me dirigí muy veloz a mi sitio, esperando impaciente que terminara la ceremonia. Ese era mi gran día, me envolví con finos filamentos de jazmín. Hoy me presentaban como aspirante a musa. El corazón me iba a mil, cabía una galaxia completa, pero al mismo tiempo, pululaba un agujero negro. «Deseo tanto ser musa».

Terminó la ceremonia. Mi madre me llamó ante su presencia. Una pequeña reverencia de aceptación, dio lugar a que se dieran las indicaciones. ─Hermosas hijas, futuras musas, tienen hasta la próxima luna nueva, para encontrar el primer discípulo y así ser coronadas con la brizna celestial. De lo contrario, estarán en las artes menores.

Mi temor se hizo verbo. «Artes menores». Salí rápido. No era para menos, la luna decaía. Por varios días divagué. No sabía por dónde empezar, mi mente estaba en blanco, nada se me ocurría «desearía tener una musa».

Anduve sin rumbo fijo entre los humanos. En una obra de teatro me tropecé con Talía, fresca y alegre. Me sonrió con sarcasmo:
─¿Estás perdida? ─Mis rojas mejillas me delataron.
─¿Por qué es tan importante encontrar un discípulo? ─protesté.
─Dulce hermanita… las ideas, frases, imágenes, notas y todo lo demás del mundo celestial, son etéreos, necesitamos de los mortales, para poder materializarlo todo. ─«Y así inmortalizarlo» entendí.
─La luna desciende… busca ayuda de los dioses. ─y guiñó.

El camino al Olimpo nunca fue tan pesado. En el trayecto me encontré con Artemisa, ella siempre fue amable conmigo.

Brevemente le conté mi situación. Hizo una mueca y sonrió. Me explicó, que ella podría lanzar una flecha a tierra, y que mi discípulo era el único que notaría la estrella fugaz. Sin dudar acepté su ayuda. Sin embargo, no era tan fácil, tenía que ser con una flecha de otros dioses.

El tiempo jugaba en mi contra. «¿De cuál Dios? …piensa Erató» encontré unas flechas en el recinto de Afrodita. Pero no tenía otra opción y se la entregué. Esta destelló en sus manos y me dijo ─sigue su trayectoria y podrás ver en la mirada del mortal su brillo. ─y sin vacilar la arrojó.

Ella y yo éramos una, su brillo vibrante iluminaba mis ojos, éramos pura luz. Llegamos a un lugar conocido como Lesbos, era una isla variopinta. Por un momento, no podía ver nada, la luna no ayudaba. Sin embargo, era perfecto, con tanta oscuridad pude divisar la flama sobre una casa.
Ingresé en el recinto. Estaba un hombre y su hija. Agradecí ser inmortal, ya que no notaron mi presencia.

El padre besó a la niña, se dispuso a retirarse y cruzó la puerta. Sin pensar lo seguí, para observar sus ojos en busca de algún indicio. Unas delicadas manos me acariciaron los vestidos. Miles de estrellas estallaron en mi interior. «¿Cómo es posible?» Giré rápidamente y allí estaba. Sus ojos eran dos luceros, era ella, tan menuda y delicada. Me sonrió. Sé que cuando crezcas no lo recordarás. Pero siempre estaré con ella.

Como el amanecer, brotaron rosas en sus vestidos, tornándose pinceladas rojizas como sus mejillas. Un agujero la desvaneció y la condujo ante su madre.
─Buena búsqueda, has encontrado a tu discípula. ─Mirándola fijamente.
─No se cómo se llama. ─replicó.
─Su nombre es Safo. Se convertirá en la mejor poetisa de su tiempo, e iluminará a otros tantos, logrando convertir perdurable su prosa y el amor.
─¿Pero…Calisto, no es la musa de la poesía? ─interrumpiendo a la Madre.
─Mi pequeña… Ella es la musa para los poetas épicos, en cambio tú, mi hermosa hija, serás la musa de los poetas del amor. ─Erató enmudeció.

La flecha utilizada era de Eros, el Dios del Amor. La musa acarició las rosas y asintió. Mnemosine centelló en mil colores, se acercó a ella entregándole la lira y la abrazó.

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6 comentarios

  1. 1. Gon Mirdon dice:

    No conozco mucho de la mitología griega, pero hasta donde sé, te ha quedado espléndido.Un relato sobre como Safo encontró a su musa.

    La única pega que señalaré, pero que sepas que no es gran cosa, porque a pesar de todo, se entiende, es en esta oración:

    “El corazón me iba a mil, cabía una galaxia completa, pero al mismo tiempo, pululaba un agujero negro.”

    Aunque se entiende que implícitamente quizás te refieras a que esto cabía en su corazón. Faltó algún complemento que asignara la descripción al corazón.

    Escrito el 18 febrero 2018 a las 12:58
  2. 2. Esther Prinz Díaz dice:

    Hola Mikal Neshamá, me gustó mucho tu relato y que el personaje principal sea una musa. Algunas estrofas están relatadas en tercera persona y otras en primera persona, creo que puedes encontrar un mayor equilibrio.

    Felicitaciones.

    Escrito el 18 febrero 2018 a las 17:50
  3. 3. yolareina dice:

    Hola Mikal Neshamá, Muy interesante tu texto, un despliegue de imaginación y cultura. Solo sugerir que escojas uno de los dos narradores o en tercera o en primera haz la prueba a ver que te parece.

    saludos y nos leemos

    Escrito el 21 febrero 2018 a las 16:39
  4. 4. Martagla dice:

    Increíble texto! Como ya te han comentado, refleja un gran interés por la mitología griega o un trabajo exhaustivo para recopilar información y, después, plasmarlo en el texto desde la perspectiva de la musa.
    Me parece un trabajo muy completo y complejo el que has tenido que llevar a cabo. Enhorabuena por ello!
    Sinceramente, no tengo nada que decirte cómo crítica constructiva, pues no ha habido nada que me haya chirriado mientras leía tu relato.
    He leído en los comentarios algo referente al uso de la primera y tercera persona… No tengo conocimientos suficientes para saber si es acertado o no. A mí, personalmente no me ha parecido raro en ningún momento.
    Ah! Si ha habido una cosa que creo que no está bien, en esta parte: No sabía por dónde empezar, mi mente estaba en blanco, nada se me ocurría «desearía tener una musa». Antes de “desearía tener una musa”, creo que debería ir algún signo de puntuación. Pero vaya, es un fallo sin importancia.
    En fin, enhorabuena! Y disculpa algunos signos de reclamación que me faltan, escribo desde el móvil!
    Un saludo 🙂

    Escrito el 22 febrero 2018 a las 22:31
  5. 5. Luchiflús dice:

    Hola, Mikal Neshamá

    ¡Muy bonito tu relato! Me ha gustado mucho cómo Safo encuentra a su musa ^^ Me gusta mucho la mitología griega y este relato me parece muy chulo.

    Como crítica constructiva, repetiré lo que te han dicho más arriba: algunos párrafos están narrados en 3º persona y otros en 1º. Para que el texto sea coherente habría que escoger un narrador y mantenerlo.

    EStoy en el relato 50, por si te quieres pasar.
    ¡Nos leemos!

    Escrito el 27 febrero 2018 a las 11:17
  6. 6. Mikal Neshamá dice:

    Hola escritores
    Gracias por leerme, se que hay varios tipos de narrador, es que quería aprovechar esta oportunidad para practicar un poco el cambio de narrador.
    Un abrazo y los leeré a todos.

    Escrito el 21 marzo 2018 a las 16:11

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