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LA POETISA - por Alma Gatuna

Web: https://cachitosdealmagatuna.blogspot.com.es

Todos decían la misma respuesta, «cuatro», «cuatro», «cuatro»… Algunos la repetían hasta siete veces. Ella solo quería que la escucharan una vez. Tras varios intentos fallidos, Calíope se levantó de la silla e intentó gritar lo más fuerte que pudo: «¡Si le quitas dos manzanas estará algo menos sana!»

La clase entera se giró a mirarla, incluso la maestra que estaba dibujando las manzanas en la pizarra.

Sus compañeros comenzaron a reirse y la maestra tuvo que bajar del encerado para poner orden.

—Calíope, debes estar más atenta. Es muy sencillo, mira, si tenemos seis manzanas…

No fue capaz de escuchar más, no porque le fuese complicado atender, sino porque le resultaba tremendamente aburrido. ¡Claro que sabía el resultado! Calíope no era precísamente tonta, ni lenta, ni tenía problemas de atención, al contrario. Lo que pasaba es que no quería perder el tiempo con cosas obvias. Prefería dejar fluir su creatividad y buscar soluciones originales.

—¿Lo has entendido ahora? —toda la clase seguía mirándola y se oían risitas contenidas. La maestra apoyó la mano en su hombro de manera cariñosa, aunque Calíope dedujo que era una forma de incitarla a responder.

—Tras su perfecto esclarecimiento, logró mi discernimiento—y continuó—: Juan hoy roba dos manzanas, otro día serán peras, mas si nadie le corrige llegará a robar carteras.

Su frase desató un escándalo de risas y burlas. La maestra enfadada cambió su tono de voz dulce por uno mucho más enérgico y firme.

—¡Silencio! ¡No quiero oir ni una risa más! Para mañana vais a inventar una pequeña poesía para disculparos con Calíope—se escucharon varios jo tímidos— Ni jo ni ja. Y al que oiga quejarse traerá dos poesías.

Calíope mostró una sonrisa de oreja a oreja, ¡por fin!, ¡poesía en clase!

El lunes, como cada mañana, la maestra fue dando los buenos días a cada niño. Después, cogían su bata de cuadros verdes del perchero y se la ponían bajo la atenta mirada de la maestra, pues no les dejaba sentarse hasta que tuvieran bien abrochados los tres botones.

Calíope había llegado la primera. No quería perderse ni un minuto de la que prometía ser la mejor mañana de su vida. Allí estaba, con los ojos chispeantes y su sonrisa de cereza.

Tras los saludos y la canción de "buenos días" estaban listos para comenzar la clase.

—¿Recordáis que hoy teníamos que recitarle una pequeña poesía a Calíope?— se escuchó un sí a coro carente de entusiasmo—. Calíope, ven, sientate aquí —dijo tendiéndole la mano a la vez que colocaba una silla alta frente a las diminutas mesas redondas—.¿Por qué no empiezas tú, Rodrigo?

Rodrigo se puso en pie y haciendo girar su tronco con los brazos caídos recitó:

—Si no sabes restar, te puedo enseñar, pero reirme ya nunca más.

Le aplaudieron y fueron levantandose uno a uno. La sonrisa de Calíope crecía y crecía.

«Poeta serás y a todos alegrarás», « yo te quiero pedir perdón con todo mi corazón», «no quería ponerte triste como un pájaro enjaulado, por eso te traigo alpiste y te dejo que te sientes a mi lado»…

Así siguieron recitando hasta catorce poesías y como si de un virus contagioso se tratase, todos empezaron a sonreir.

—Vuestras disculpas agradezco y aún más las muestras de afecto —recitó Calíope feliz—. Si hay algo que no podréis olvidar, es la alegría de rimar.

Hicieron un corro cogidos de las manos y cantaron su canción de la amistad:

Cantaremos, jugaremos, bailaremos hasta un vals.

Yo te ayudo, tú me ayudas y reiremos sin parar.

Cuando tengo a mis amigos para poder abrazar

mi corazoncito salta de alegría, plim plom plam.

Luego cerraron el corro en un abrazo colectivo y prosiguieron la clase.

—Andrés ha ido esta mañana al kiosko y ha comprado nueve caramelos—enunciaba la maestra—. Por el camino se ha encontrado a su amiga Paula y le ha regalado tres caramelos. ¿Con cuántos caramelos se ha quedado Andrés?— Esta vez todas las respuestas fueron distintas:

«Seis caramelos de menta, por eso se va contenta», gritó Sofía con emoción, «seis caramelos y una muela menos», soltó Alberto tapándose la boca con las manos temiendo una regañina, «Paula tres que le ha regalado Andrés»…

La maestra se echó las manos a la cabeza, pero no pudo evitar echarse a reír.

A partir de ese día un cartel lideraba el aula:

«Si resuelves el problema

y pregunta la maestra,

con la rima de un poema

puedes darle la repuesta».

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8 comentarios

  1. 1. beba dice:

    ¡La magia de la poesía! ¡Cómo enciende la chispa de la creatividad y nos muestra el mundo desde tan diversos ángulos! Me encantó el relato, en especial la soltura de los versos.
    Muchas gracias por tu visita.

    Escrito el 17 febrero 2018 a las 03:52
  2. 2. Esther Prinz Díaz dice:

    Hola Alma Gatuna,

    Realmente tu cuento está lleno de versos, gracia y encanto, una historia poética y aleccionadora, me gustó mucho.

    Felicitaciones,

    Te invito a leer mi cuento Nº 46 “La poeta”

    Escrito el 17 febrero 2018 a las 16:57
  3. 3. Alma Gatuna dice:

    Gracias a ti, Beba!

    Escrito el 18 febrero 2018 a las 20:12
  4. 4. Alma Gatuna dice:

    Hola, Esther!
    Me alegra que te haya gustado. Muchas gracias por tus palabras.
    ¡Voy a leerte ahora mismo!

    Escrito el 18 febrero 2018 a las 20:14
  5. 5. Lunaclara dice:

    Hola Alma! Pedazo de relato. Es fantástico! Me encanta Calíope, la protagonista, tiene una personalidad única, capaz de arrastrar a toda la clase y hacer con su poesía que el mundo y su clase sean un poquito mejor.
    Tiene un ritmo trepidante tu relato. Es muy divertido.
    Felicidades!

    Escrito el 18 febrero 2018 a las 23:52
  6. 6. Leosinprisa dice:

    Hola Alma Gatuna, cuando he leído tu texto no he hecho sino recordar el entrañable personaje de Celia, una niña con un desparpajo especial que no hace sino ganarse el corazón de los demás.

    Así es tu Caliope, un desparpajo andante que roba corazones y alegra los ánimos, esa es tu protagonista, pues al acabar tu relato uno no puede evitar una sonrisa y el placer de haber sido participe de su pequeña aventura.

    Ojala el mundo estuviera lleno de Caliopes, todos seriamos mucho mejor personas y se romperían tantos límites que nunca han debido de existir.

    Ha sido un placer leerte. Miau y un saludo.

    Escrito el 19 febrero 2018 a las 08:06
  7. 7. Alma Gatuna dice:

    Muchísimas gracias, Luna Clara. Me alegra un montón que te haya gustado. Discúlpame por no haber respondido antes. Se me pasaron los dos últimos mensajes.
    Un abrazo.

    Escrito el 22 marzo 2018 a las 15:14
  8. 8. Alma Gatuna dice:

    Ojalá, Leosinprisa!
    Muchísimas gracias por tu comentario. Cuánto me alegra que Calíope haya logrado sacarte una sonrisa! Estoy segura de que era su principal objetivo. 😉
    Un abrazo fuerte.

    Escrito el 22 marzo 2018 a las 15:16

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