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El Poeta - por Alf
Javier y yo nos conocimos a los catorce años en la entrega de premios de un certamen literario local. Él había ganado el premio por el primer puesto en la categoría de poesía. Yo, sin embargo, quedé segundo.
Cualquiera diría que al conocernos surgiría cierta rivalidad entre ambos y, la verdad, es que… la hubo, pero siempre fue sana, llena de ganas de mejorar por parte de ambos. Desde que hablamos por primera vez aquel día, supe que nuestra amistad duraría para siempre.
Me equivocaba. Anoche murió Javier. Anoche murió mi mejor amigo.
Apenas tenía veinte años, como yo. A su corta edad, estudiaba la carrera de periodismo, que pagaba con el dinero de su propio trabajo en una hamburguesería de mala muerte situada en el otro extremo de la ciudad. Mientras, se abría camino por el mundillo creativo con cualquier proyecto que apareciera y pasaba todo el tiempo que podía con su pareja, Julia, que también es una buena amiga mía.
Lo cierto es que él siempre me superó en todo. Pese a estar mucho más ocupado que yo, no dejaba de escribir un texto tras otro. Textos que eran un golpe directo a mi moral, pues eran de una calidad que yo casi ni podría esperar alcanzar… Sentía una gran admiración por él.
A menudo, le preguntaba por qué, siendo una persona con tantas buenas cualidades, decidía trabajar… en fin, haciendo hamburguesas en un local tan alejado de su piso. Su respuesta siempre era la misma, pero nunca dejaba de gustarme:
“Antes de escribir, se necesita tiempo para pensar. Cuanto más, mejor. Normalmente, la mayoría del proceso creativo se desarrolla en la propia cabeza del autor; un mundo muy alejado de cualquier realidad que lo interrumpa constantemente. Las largas noches llenas de intensa escritura, no son más que la parte final de un proceso mucho más extenso y complejo.
El tiempo que invierto en llegar al trabajo mientras contemplo la ciudad que me rodea, las incontables horas que paso realizando una tarea sencilla que me permita evadirme, tan solo acompañado por el sonido de las parrillas, el olor de la grasa quemada y la visión de la carne recién hecha; eso es lo que necesito.”
Ayer por la noche, Javier sufrió un accidente de tráfico mientras conducía con exceso de velocidad. Resulta que su pareja, debido a problemas médicos que no voy a mencionar por respeto hacia ella, acababa de ser ingresada en estado crítico en el hospital.
Dicen que el amor puede lograr que una persona cuerda cometa la mayor locura imaginable. Javier no era una persona muy cuerda. Cuando se enteró de la situación, apretó el acelerador de su coche como nunca antes, sin apenas pensarlo, y se puso rumbo al hospital. Eso sí, eligió transitar por una carretera alternativa que aún se encontraba en reparación. Lo bueno de ir por ahí era que, así, si surgía cualquier problema, solo se haría daño a sí mismo; pero claro, el terreno aún no estaba suficientemente asentado. Su buena voluntad resultó ser también su condena.
Mientras, yo, que he tenido todas las comodidades del mundo y no he hecho nada con ellas, me encuentro escribiendo este texto en el hospital, al lado de Julia. Al menos ella está bien. Ahora mismo está durmiendo, y lo cierto es que temo el momento en el que despierte y tenga que enfrentarme a la difícil tarea de decirle que el amor de su vida ha muerto, en parte por ella.
Escribo este texto para intentar tranquilizarme de algún modo, pero sobre todo para inmortalizar el recuerdo del instante que cambió mi vida; el recuerdo de alguien extraordinario que no pudo iluminar el mundo lo suficiente…
…Ahora, sé que tengo que esforzarme, por hacer algo más, ser algo más, honrar su memoria, porque siento que es lo que debo hacer como mejor amigo…
…Parece que Julia ya se está despertando, pero antes de despedirme, me gustaría escribir algo que él siempre decía cuando más perdidos nos sentíamos…
“La vida es como una poesía. A veces, los versos que la componen llegarán solos, casi como una fuerza imparable que debes acatar para seguir; pero tú, como poeta, eres quien elige cómo encajan estos versos entre sí, quien puede convertir la frase más insulsa en algo especial; es tu responsabilidad hacerlo, ya estés acompañado de gloriosas oportunidades, o tan solo por el sonido de las parrillas, el olor de la grasa quemada, y la visión de la carne recién hecha.”
– Gracias, amigo. –
Hola Alf:
Siento la necesidad de preguntar: ¿está basado en un hecho o experiencia real? Si es así, te ruego que ignores mis palabras. Si, por el contrario, es un relato de tu propia inventiva, te comento algunas cosillas:
En primer lugar, quería felicitarte por el texto que has escrito. En general, me ha gustado. Con tu permiso y desde mi opinión, pienso que no has sabido aprovechar bien la historia que tenías entre manos; podría haber salido algo mucho más potente si lo hubieses planteado de otra manera. Para empezar, la primera parte del relato no tiene un cebo que atrape al lector, ¿por qué no comenzaste diciendo que estabas en un hospital con Julia por la muerte de un amigo? El lector, de ese modo, se preguntaría “Uy, ¿qué ha pasado?” o “¿Quién es Julia?”. Cuando desvelas, del modo en el que tú lo has hecho, que ha muerto en un accidente, el resto del texto carece un poco de interés. “Me da igual que trabajase en una hamburguesería; total, ya está muerto y ya se cómo”, ¿me explico? Por tanto, toda la parte donde describes cómo era tu amigo (su trabajo, su buena mano para escribir, lo del premio, etc.) lo hubiese, u omitido -es información relevante-, o mencionado antes del detonante, que es su propia muerte. Recapitulando, creo que plantear el texto de la siguiente forma sería más eficaz:
1. Comienzas por dónde estás y porqué: estoy en un hospital con Julia porque ha muerto mi amigo, etc., etc. (Mantienes intrigado al lector sobre la identidad de Julia y el motivo de la muerte de tu amigo).
2. Presentas quién era tu amigo: Nos conocimos a los catorce años en una entrega, etc., etc. (El lector sigue intrigado porque aún no has desvelado cómo ha muerto, pero se va adentrando en la historia).
3. Finalizas desvelando la muerte, dando por terminado el texto.
¡Muchas gracias por haberme permitido comentar tu texto, y aprender de él! Espero que no te hayan molestado mis palabras, pues son una humilde y despreciable opinión de un anónimo lector.
Un abrazo,
Alberto, dos puestos más arriba.
Un homenaje muy merecido. Muchos poetas han pasado por nuestro mundo y han dejado grandes aportaciones. Ojalá el recuerdo y las enseñanzas que él te dejó, te sirvan en el futuro tanto en poesía como en prosa. Un sentido pésame por su fallecimiento y que descanse en paz.
Hola, Alf.
Tu relato me ha conmovido, enhorabuena.
Siempre he admirado a la gente como a tu poeta fallecido, esa gente que ha utilizado todos los recursos a su disposición pese a ser pocos, para hacer con ellos mejores sus vidas.
Y luego estar el ver la belleza, el observar con otros ojos y el adaptarse de algún modo a nuestro capitalista sistema siendo un soñador que cocina hamburguesas y a la vez hace lo propio con sus versos y sus historias, todo ello aliñado con creatividad.
Por otro lado tenemos a nuestro poeta ”a la sombra”. Creo que refleja bastante bien en cómo nos hemos sentido todos alguna vez al ser bueno en algo pero no tanto como para ser el que más (al menos en nuestro entorno)
Este relato pese al haber sido más sencillo que el anterior (que también leí pero no comenté, creo. Me disculpo por ello, estuve desconectada)me ha gustado más porque ha provocado más sentimientos en mi. Yo, como Alberto C, me pregunto si realmente está basado en un hecho real.
Lo relevante es que me ha gustado tu historia y por ello te felicito. Enternecedora es un rato.
Nos leemos por aquí ^^.
Un saludo!
Buenas, Alf.
Me ha gustado tu relato, un gran homenaje para un gran amigo.
Sobre los comentarios anteriores al mío, me parece que Alberto te ha dado unos consejos muy útiles. Creo que de esa manera habría sido un relato increíble.
¡Un saludo!
Creo que más que un relato concebido como ficción, es un panegírico, una lágrima que cae por el amigo muerto. Espero que esa pérdida, si es dura de encajar, te ayude a mejorar en cambio como escritor y como persona. Mis condolencias.
Buenas a todos, muchas gracias por los comentarios. Antes de nada, quisiera aclarar algo que veo que se ha repetido mucho: No, este texto no se basa en ninguna experiencia personal; pero me hace mucha ilusión haber generado esa duda, o ver incluso cómo algunos lo dabais por sentado… Pero eso, por suerte es todo ficción x)
– Alberto C.: Siempre se agradecen enormemente comentarios tan extensos y bien estructurados como el tuyo. Como comento arriba, no está basado en nada real. Respecto a tu visión sobre otra posible estructura, siempre es interesante plantearse cómo podría haber quedado todo si cambias ciertas cosas como las que tu mencionas, y seguro que también sería una visión muy interesante de la historia; pero en este caso yo quería jugar con la estructura y salirme un poco fuera de lo habitual para interconectar ciertos momentos de manera sorprendente y reforzar varios momentos clave que creo que perderían mucha intensidad de la forma que tu comentas. Aun así, gran comentario. Gracias.
– Lapdog: Totalmente cierto a la vez que triste lo que comentas de esos poetas. Era parte del mensaje que quería transmitir. Agradezco la intención del pésame, pero ya digo que aquí no “s´a muehto” nadie. Gracias por tu comentario.
– Madrugada: Buenas, me alegra que vuelvas a leerme. Agradezco tu gran comentario; has dado justo en las teclas exactas de lo que quería transmitir aquí (o la mayoría, al menos). Me encanta ver que te ha llegado a provocar esos sentimientos. De nuevo, ya digo que no está basado en ningún hecho real.
– IreneR: Gracias por comentar. Me alegro de que te haya gustado, aunque ya digo que son solo unas pocas palabras inventadas de la nada. Sobre lo que comentó Alberto, ya he respondido con más detenimiento arriba. Un saludo.
– cualquiera: Como menciono repetidas veces en este mismo comentario, es todo inventado, pese a que hable de muchos temas reales que están presentes en el día a día de mucho. Gracias por comentar.
Hola Alf,
Primero, gracias por comentar mi texto de nuevo.
Una vez más me encoges el corazón, es increíble como consigues crear situaciones y transmitir los sentimientos… Yo también tuve la duda de si era una historia autobiográfica y me alegro de que no, pero es que te has metido tanto en la piel del personaje que parecía real. Me ha dolido, y creo que es lo que tiene que pasar con los textos, que no solo enriquezcan la mente, si no que sean una experiencia a nivel corporal tambien. ¡Felicidades, lo estás haciendo genial! Sin duda te seguiré leyendo.
A diferencia de a los demás a mi me parece que el texto empieza bien, tranquilo, para girar en pocas lineas a ese vórtice de sentimientos, un cambio muy fluido.
Nada más que añadir, sigue así
Saludos
Kaila
Confieso que he llorado.INCREÍBLE. Me encantan aquellas partes en las que sueltas información importante de repente como si nada. Como cuando dices así sin más: “Anoche murió Javier”. Esas te rompen los esquemas y te destrozan la historia que ya ibas imaginando en tu cabeza, así que toca volver a reconstruir todo.¡Eres un grande! Estoy segura de que llegarás muy lejos ;).