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El hombre de los Zapatos Rotos - por EGL

¿Y quién mató al hombre de los zapatos rotos? El muerto apareció dentro de la fuente de la plaza a eso de las dos de la mañana. O al menos a esta hora pasó de ser hombre a cadáver. La pregunta, sin embargo, no se apareció en la mente de los habitantes del pueblo hasta algunas horas después de la salida del sol.
El primero en notarlo no fue el panadero, a pesar de levantarse antes que todos, sino el niño del periódico. Empezaba su día de espaldas a la fuente de piedra negra en el centro de la plaza por donde la mayorìa de las calles se entrecruzan para llegar a todas y a ninguna parte, garantizando así haber repartido el diario a la mitad del pueblo, antes de la mitad de la mañana. Nada había tenido de diferente aquel día con los demás, como sucedía en ese pueblo de perros, hasta que rodeó el borde de la fuente para dejar la pila de periódicos atados cuidadosamente con una cinta, y se topò con unos zapatos de hombre tapàndole el paso. Viejos y desgastados en las suelas, fueron lo que dio forma al grito que lanzò, despuès de comprobar que se encontraban unidos a un cuerpo sumergido en el agua turbia: “¡Un muerto con los zapatos rotos!”. Y así se le llamó al cadáver.
Nadie lo conocía. De esto se dieron cuenta una vez que llegó el panadero, los dos policías de cada esquina, el Señor Enrìquez, que se bajó del auto con su chofer, tres estudiantes que se dirigían a la escuela de comercio y una señora gorda y con mandil que, tapándole los ojos a su nieto dijo: “¡Hay Luisito no veas!” pero ella se quedò a ver para contarle a las vecinas. Tampoco nadie supo reconocerlo despuès de que los oficiales dieron parte al ministerio pùblico y que las vecinas le contaron a las suegras, y las suegras a las vecinas. Es cierto que las facciones de la cara estaban aguadas y violàceas, lo que hacìa poco reconocibles los rasgos humanos, sin embargo tampoco nadie en el pueblo dió noticia de que le faltara un hijo, o un sobrino o un esposo que pudiera corresponder con el sujeto que se quedó tres días en la morgue esperando a que lo reconocieran. El alcalde se vió obligado a ordenar que lo enterraran en una esquina del cementerio, sin nombre, ni santo ni seña, porque el cuerpo empezaba a apestar sin haber aparecido un solo familiar del desgraciado.
Cuando yo lleguè a buscarlo a la morgue el cuarto estaba vacìo. Lo habían enterrado y despuès callado, como hacen los pueblos como amuleto para impedir que vuelva a pasar. No lo reconocieron, no era nadie. Tampoco a mi me reconocieron cuando salì del cuarto oscuro y me dirigí por la polvosa calle hacia la salida del pueblo, en medio del griterìo del mercado de frutas y chatarras. Así, un muerto a la vez, la guerra de los càrteles habìa comenzado. En ese pueblo, despuès de ese dìa ya nadie lo preguntarìa, pero la respuesta era muy simple y sòlo era una de tantos. Lo maté yo.

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8 comentarios

  1. 1. Karian V dice:

    Saludos EGL
    Disfrute la lectura y tú habilidad para la narración. Los detalles específicos me permitieron recrear los eventos en mi mente. Te felicito por el final.

    Escrito el 18 julio 2018 a las 00:36
  2. 2. dopidop dice:

    Buenas EGL,

    Me gusta la idea y la atmósfera que envuelve el texto. Como vas relatando lo que ha ido pasando. En un principio me parecía que estaba ambientado en una época antigua, pero una vez leído el final me he dado cuenta que es un relato actual y la verdad es que le queda genial.

    Tengo que comentarte que quizás los párrafos sean un poco largos y eso apabulle al lector. Tanta información y tan junta es difícil de asimilar. Pese a que el tema me parecía interesante y quería saber cómo acababa, no he conseguido leerlo con la fluidez que me hubiera gustado.

    Por lo demás, la verdad es que lo he disfrutado. Creo que no había leído nada tuyo aún, así que espero poder seguir haciéndolo. Si te interesa y te apetece pasarte, mi relato está justo encima del tuyo. ¡Un saludo!

    Escrito el 18 julio 2018 a las 10:20
  3. 3. paola dice:

    Hola Egl

    Me ha encantado tu relato. Tiene unos toques de humor inteligentes.

    Me parece bien la idea de estructurarlo en un párrafo largo que no te dé tiempo a respirar pero yo separaría la ultima parte para q el lector tenga tiempo de preguntarse quién demonios es el tipo que entra en la morgue y se va sin preguntar nada a nadie.

    Cambiaría yo le maté por yo le había matado

    Saludos y enhorabuena

    Escrito el 18 julio 2018 a las 15:24
  4. 4. Chus Galego dice:

    Hola EGL.
    Me gusta mucho tu estilo narrativo, cercano al realismo mágico en la abundancia de detalles. Me gusta especialmente el principio, la figura del niño de los periódicos es muy buena. También me gusta el desarrollo. Queda muy bien trazado el sentir de los pueblos pequeños ante un hecho que no comprenden y que es mejor olvidar. Tu estilo es cuidado, aunque veo que acentúa dio y vio, que son monosílabos sin tilde.
    Lo que no me convence es el final, yo dejaría entrever que el asesino es el narrador pero sin afirmarlo.
    Un saludo.

    Escrito el 20 julio 2018 a las 08:24
  5. 5. M.L.Plaza dice:

    Hola EGL.
    Me ha gustado tu relato, tanto el ambiente que recreas, como el desarrollo de la historia, que está muy bien escrita.
    Por eso me ha llamado la atención la última, que me parece muy confusa: “En ese pueblo, despuès de ese dìa ya nadie lo preguntarìa, pero la respuesta era muy simple y sòlo era una de tantos. Lo maté yo.” Yo quitaría el lo. No entiendo la frase de la respuesta simple. Yo la quitaría y después de punto y aparte pondría: Lo maté yo.
    De todas formas el final es un poco complicado ¿Por qué va el asesino a buscar al muerto? ¿Por qué tienen que haberlo conocido antes para poder reconocerlo después?
    Pero el resto del relato y la frase final me parecen excelentes.
    Saludos

    Escrito el 22 julio 2018 a las 06:26
  6. 6. beba dice:

    Hola, EGL: Buena historia, con ritmo apropiado para la intriga y un desenlace sorpresivo.Muy buena atmósfera y retratos pintorescos. Quedan algunos hilos sueltos, que ya te han señalado, y un “Hay” que debe ser “Ay”, cuando la abuela le tapa los ojos a Luisito. <un saludo.

    Escrito el 23 julio 2018 a las 02:53
  7. 7. Altair_Midnight dice:

    Hola, EGL

    Muchas gracias por tu relato. Muy imaginativo y con un final la mar de interesante. El estilo no es nada pesado y se lee con agilidad. Lo que me chirría bastante es el tema de las tildes, ya que escribes acentos graves cuando en castellano usamos el agudo. Nos vemos el mes que viene,

    Altair

    Escrito el 24 julio 2018 a las 16:41
  8. 8. Rita dice:

    Hola, EGL 🙂
    Un relato interesante. Me gusta la idea, ya que me encantan las historias de detectives y crímenes. Lo que pasa es que el final me resulta confuso. O, mejor, inconcluso. Tal vez sea porque soy una persona demasiado curiosa, pero me quedan preguntas sin respuesta que me habría gustado que tuvieran. Algunas ya las han formulado, pero la que más me interesa es por qué el asesino mata a ese hombre. Aunque tal vez esa sea una historia a parte.
    El reto lo cumples perfectamente. Aunque coincido con M.L.Plaza en que la última frase (“Lo maté yo”) la pondría en punto y aparte.
    También yo me he dado cuenta de que utilizas el acento grave. No sé por qué lo habrás hecho. El español no es tu lengua materna? Porque en español no se usa el acento grave, sino el agudo. Así que cuidado con eso.
    Revisa el uso de la coma, creo que te vendrá bien.
    Al igual que otros compañeros, creo que haces los párrafos demasiado largos, así que te recomendaría que los hicieras más cortos, creando así más párrafos. Como ya te han dicho, se hace muy pesada tanta información tan junta. Sería más ameno de la otra manera. Lo digo como opinión personal de lectora. Pero como gustos, colores, claro 😛
    Por último, aquí tienes algunos errores:
    “¡Hay Luisito no veas!” pero ella se quedò…
    •”Hay” es del verbo “haber”, pero lo que tú quieres utilizar es la exclamación “ay”.
    •Los vocativos (que se utilizan para llamar) siempre deben ir entre comas.
    •Te falta coma después de cerrar las comillas, antes de “pero”; debes separar gráficamente el diálogo de la aclaración del narrador.
    En definitiva, quedaría así:
    “¡Ay, Luisito, no veas!”, pero ella se quedó…
    Y, personalmente, en lugar de usar el verbo “ver”, utilizaría el verbo “mirar”. Tal vez sea porque aquí estoy acostumbrada.
    En fin, espero haberte ayudado 🙂
    Si te apetece pasarte a leer mi relato, soy el número 45.
    Nos leemos!

    Escrito el 25 julio 2018 a las 22:30

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