Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

Cándido - por Pánfilo Gil

¿ Hasta cuando haré esto ?. Se preguntó Cándido camino al fregadero, donde le aguardaban unos platos sucios. Era su obligación lavarlos después del almuerzo. La distancia del comedor al fregadero era muy corta pero, algunas veces se hacía larga, ya porque Cándido no quería llegar, ya por fallas en en el servicio del agua, situación recurrente en la comunidad. No obstante, para Cándido el fregadero era un lugar de relax.
Estaba ubicado al fondo de la casa, con una ventana por la que se veía el patio, un patio cubierto de césped y árboles frutales. Durante el día bandadas de aves llegaban alimentarse con los bananos que colocaba la madre de Cándido, también unos perros mestizos juguetones; ese era el paisaje que contemplaba Cándido cada vez que lavaba los platos, una visión tan maravillosa que relajaba.
Ya en el fregadero, Cándido se encontró con una cantidad de platos como nunca antes, como si hubieran comido muchas personas, su grupo familiar por seis miembros abuela, padres y tres hijos, él era el segundo hijo.
La madre era quien había impuesto el sistema de turnos, una vez que el hijo mayor saboreó las mieles del sexo a una edad tempranera con la criada, generando un descendiente. Desde ese momento decidió que ninguna mujer entraría a su casa como criada; que si sus hijos querían tener una mujer que se la buscaran en otro lado. De ahora en adelante serían sus hijos quienes harían los quehaceres domésticos a excepción de cocinar. Así fue como Cándido comenzó a acercarse al fregadero.
Convirtió al fregadero en su santuario, allí cumplía su ritual, el agua y las manos de Cándido desafiaban la mugre, era una combinación perfecta que producía limpieza
También allí le daba vía libre a su imaginación. Había muchas ideas que bombardeaban su mente. Se consideraba una persona muy elemental, condición generada por la educación hogareña.Tenía que hacer algo para liberarse de esa condición. Le quedaba un año de estudio para recibirse de ingeniero, por cierto,le iba muy bien.
El agua era abundante como las ideas en su cabeza; repentinamente una idea cruzó por su mente y se ancló.
La idea era trotar los cien kilómetros que separan a su ciudad natal de la otra ciudad vecina. A pesar de los buenos corredores que existían en ambas ciudades, él era uno de ellos, nadie lo ha hecho antes, sería el primero en hacerlo, no solo los cien kilómetros, sino doscientos kilómetros, es decir, ida y vuelta
Al terminar de lavar los platos entró a su cuarto y comenzó a darle forma a su idea; requería de tiempo, un buen entrenamiento y una buena logística, luego se quedó dormido.
Sólo los asesores sabían del plan de Cándido.
Durante meses el entrenamiento fue fuerte, racional,dosificado y técnico.
El día elegido para realizar el recorrido fue un domingo, día que amaneció con un clima muy agradable, ideal para trotar.
Cándido estaba nervioso, pero dispuesto a llevar a cabo su plan. Sabía muy bien que la prueba era muy exigente, sólo esperaba que su cuerpo respondiera a tal exigencia.
Implorando la protección de los dioses y de Filipedes, comenzó a correr a buen ritmo, eran las siete de la mañana. Sitios de hidratación estaban colocados a lo largo del recorrido.
Fueron pasando las horas, Cándido seguía trotando, aunque no con la energía inicial. Luego de quince horas, Cándido dejó de correr, había recorrido los doscientos kilómetros. Su cuerpo no podía más, estaba exhausto. Fue felicitado por sus asesores, no le importaba nada había logrado su objetivo.
Como estaba tan cansado se sentó en uno de los bancos que estaban en la redoma. Cuando sus asesores consideraron fueron hasta el banco donde descansaba, se llevaron la impresión mas devastadora, el hombre que acababa de correr doscientos kilómetros estaba muerto. Loa asesores dieron la noticia a los medios que se encargaron de difundirla.
Pasaron los días y el dolor seguía igualito. En la casa se sentía la ausencia del ser querido, el fregadero,ese lugar tan especial, lucía sombrío.
La madre de Cándido entró a su cuarto, y el cuarto estaba vacío. Nadie lo ocuparía, fue tanta su tristeza que se desmayó.
Cándido estuvo en el fregadero el día anterior a su muerte, allí en su sitio favorito que le proporcionaba tranquilidad y le generaba ideas para dejar de ser un chico elemental. Hasta ese dia lavó los platos

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

4 comentarios

  1. 1. Laura dice:

    Hola Pánfilo Gil
    Soy Laura, tu vecina del inmediato anterior.
    Me ha gustado tu personaje, Càndido, aunque considero que te ha faltado algo de tiempo para pulir la historia.
    Reiteras muchas vevces el nombre del mismo, siendo que es pràcticamente el ùnico al que nombras.
    Tienes algunas oraciones un poco desprolijas que pueden mejorarse con una nueva lectura luego de que la escriba.
    En síntesis, un texto que puede dar mucho si le das un poco màs de tiempo.
    Saludos.
    Nos encontramos el pròximo mes.

    Escrito el 17 julio 2018 a las 19:47
  2. 2. Laura dice:

    Hola de nuevo.
    Por cierto, ¿Eres nuevo? No recuerdo haber leìdo tu nombre. Si es asì,disculpa si te sientes afectado por lo mìo anterior. Es con la mejor intenciòn, cada uno de nosotros aporta lo que puede para que logremos avanzar en los escritos.
    Y BIENVENIDO!!!!!!!

    Escrito el 17 julio 2018 a las 19:57
  3. La historia es interesante. El personaje puede atraer y el trabajo cumple ambos retos.
    Te hace falta mucho trabajo en corregir la puntuación. Así escrito se me hizo complicado de leer, sinceramente. También encontré alguna palabrita faltante o error de tipeo.
    De todas maneras es una linda historia.
    Felicitaciones.

    Escrito el 18 julio 2018 a las 01:48
  4. 4. M.L.Plaza dice:

    Hola Pánfilo.
    Has escrito una historia original, aunque inverosimil. Me parece muy poco tiempo,quince horas, para recorrer 200 km. Lo raro es que consiguiera llegar a la meta.
    Creo que la historia es buena pero la veo desequilibrada. Me parece que te detienes mucho tiempo en el fregadero y luego liquidas la carrera demasiado rápido. Hubiera sido interesante saber cómo se sentía Cándido a lo largo de las horas, y el por qué de cumplir su promesa. Antes del final ya se debía sentir destrozado pero algo le hizo correr hasta la muerte.
    Simplemente creo que es una historia suficientemente buena para darle mayor desarrollo.
    Me ha gustado leerte.
    Saludos

    Escrito el 19 julio 2018 a las 03:16

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.