Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

¿Volveré a jugar con mi madre? - por Esteisy Capellán

El autor/a de este texto es menor de edad

¿Volveré a jugar con mi madre?

Es lo que me pregunto cada vez que entro corriendo a la habitación de paredes blancas y la veo postrada en cama. Solo quiero volver al pasado, cuando éramos felices y no teníamos problemas.

Antes de terminar medio muerta se negaba a ir al hospital, así fue como cavó su tumba, ya que no creía que ellos fuesen capaces de curarla.

No escuchaba a nadie, ni siquiera mis insistencias con lágrimas reales y gritos de dolor.

Pero al igual que ella, caí en mi perdición. Dejé la escuela junto con mis amistades, todo por mi estúpida ingenuidad.

Cuando se encontraba en un mejor estado pensé que seguíamos siendo una familia feliz. Al parecer nos estábamos engañando de forma mutua, o solo me engañaba yo.

Caía la gélida noche invernal y con ella, la estrepitosa y violenta lluvia que se escapaba por los agujeros del techo. El piso no se mojó, no esta vez, habían cubos de hierro oxidado impidiendo eso.

De repente me entró un fuerte dolor de cabeza, pero la farmacia quedaba a 30 minutos a pie y no quería dejar a mi madre sola. Busqué entre los cajones del primer piso y encontré un frasco de pastillas, las tomé sin leer el grabado, ya no importaba si eran o no para eso.

Entre tanto escuché un fuerte quejido a lo lejos, seguro era ella. Que suerte vivir en un lugar sereno y silencioso.

Subí corriendo las escaleras, a la habitación del segundo piso. Abrí la puerta y encendí con un fósforo la lámpara colgante de la pared.

Las blancas paredes ahora estaban rasgadas y teñidas de rojo en distintos lugares, tampoco habían muebles.

Me desplomé en el piso, todo se volvió borroso, no podía controlar las lágrimas.

El cuarto estaba vacío, no había nadie allí.

Se sentía tan irreal, como una mentira.

Tal vez siempre me estuve engañando.

Unos extraños recuerdos llegaron a mí, agravando el dolor, recordé porque mi madre ya no jugaba conmigo.

Era imposible, ella no existía.

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

7 comentarios

  1. 1. Montse dice:

    Hola, Steisy. No puedo mas que felicitarte. Es un relato muy bien construído, y con mucha imaginación. Nos cuentas una historia muy bien llevada hasta el punto final en que ya…queda redondo. Sorpresa! Es lo mejor del relato, el final. Consigues que el lector crea en una historia presente, cuando la historia ya es pasado. Transmites muy bien el sufrimiento de la chica. Consigues mantener el interés hasta el final. Me ha gustado mucho, pero mucho. Sigue así, serás una gran escritora, si le pones empreño. Felicidades!!!

    Escrito el 17 julio 2018 a las 22:44
  2. 2. EstebanLR dice:

    ¡Hola Steisy! Me gusta como has representado tu relato, con agilidad y un lenguaje que te hace vivir lo que le pasa al personaje. Hay algunas cuestiones que me hicieron releer de nuevo el texto. Creo que tiene dos partes. La primera es en la que describe la situación suya y de su madre y la segunda es donde se desarrolla la acción. El salto entre una y otra no está del todo claro, creo. El final es desconcertante y da un giro potente a la historia. Me gusta aunque me deja la duda de si mi interpretación es correcta. Quedarme meditando sobre un texto también me gusta. Saludos y gracias por compartir tu relato.

    Escrito el 18 julio 2018 a las 16:43
  3. 3. Isabel dice:

    Guauu, me sorprendí mucho con el final, de hecho se me puso la piel chinita.
    Me encantó tu cuento, felicidades

    Escrito el 18 julio 2018 a las 20:14
  4. 4. Luis Ponce dice:

    Hola Steisy:
    si no fuera por el aviso previo de que eres menor de edad, nunca me lo hubiera imaginado.
    Tienes un buen vocabulario, un buen manejo del idioma, sabes ponerle ritmo a la narración y has estructurado un relato ágil pero al final sorpresivo.
    Estoy de acuerdo con Montse que te presagia satisfacciones si te dedicas a esto.
    Un gusto leerte.

    Escrito el 19 julio 2018 a las 01:41
  5. 5. Sophie dice:

    Hola, Steisy.
    Yo tampoco hubiese dicho que era un relato de una persona menos de edad. Creo que tienes todo un futuro por delante como escritora. ¡Ánimo!
    La verdad es que el final sorprende, pero como lectora creo que falta algo de claridad en el relato. Ya te lo han apuntado otros compañeros.
    Saludos.

    Escrito el 19 julio 2018 a las 10:52
  6. Hola Esteisy:

    Para un lector agradecido es un trabajo muy interesante el que propones con independencia de la anécdota o el relato que se muestre. Dado que estamos en un taller, con tu permiso haré algunos comentarios acerca del trabajo que propones:

    UNO – Sobre la anécdota únicamente puedo decir, que es la expresión de una ausencia especial y probablemente dramática para un hijo/hija,como es en este caso la de su propia madre. Esta expresión está hecha como una interrogación que se resuelve en el propio relato. El estilo narrativo como introspección del personaje protagonista acentúa más la posible intensidad del tema, por lo que la voz narrativa en primera persona en el presente ha sido un acierto. (después haré algún matiz en el uso de los tiempos verbales)

    DOS – Me parece que el desarrollo de la trama está bien resuelto con planteamiento, nudo y desenlace sin desajustes notables. Así mismo el/la protagonista experimenta un cambio entre el tiempo transcurrido entre el inicio y el final del relato con lo que no se perciben saltos ni vacíos extraños.

    TRES – El relato tiene un valor especial que el lector agradece y es que cumple con la regla: menos es más, es decir no hay sobrecarga de adjetivos ni adverbios ni animales raros :-). Por otra parte el uso de las frases cortas y a pesar de ello completas, mantiene un ritmo de lectura que evita el riesgo de caer en sentimentalismos vacuos.

    MATICES AL TRABAJO

    1 – En cuanto a la estructura gramatical,si bien la voz narrativa empieza en presente, para pasar después a pasado, hay ocasiones en que el uso del pasado imperfecto y el indefinido tal vez se pudiesen acompasar o ajustar un poco más y mejor. No obstante es tu trabajo y decides sobre él, como está claro.

    2 – Hay un par de incorrecciones en la utilización del verbo haber :

    El piso no se mojó, no esta vez, habían cubos de hierro oxidado impidiendo eso.

    Las blancas paredes ahora estaban rasgadas y teñidas de rojo en distintos lugares, tampoco habían muebles.

    En español, la construcción “haber + sustantivo” ─utilizada para expresar la existencia de algo─ es impersonal. Todas las construcciones impersonales son invariables. El verbo haber en este tipo de construcciones se debe conjugar siempre en la tercera persona del singular sin importar que el complemento esté en plural.

    En resumen, como te decía me parece un buen trabajo, se disfruta de su lectura y eso con independencia del tema. En las anécdotas o temas sobre lo que se puede escribir poco o nada queda por descubrir, porque ya está escrito todo. El arte consiste en disfrutar y compartir ese disfrute. En tu caso creo que lo conseguiste.
    ¡Ah! no acabo de entender eso de la mayoría de edad ni qué pinta en este taller. Ejemplo :En Estados Unidos (Misisipi y Puerto Rico), Japón y Honduras la mayoría de edad es a los 21 años, sin embargo en Nicaragua es a los 16 años.
    En resumen, gracias por compartir este relato.

    Escrito el 19 julio 2018 a las 17:18
  7. 7. Laura dice:

    Hola Esteisy.
    Vaya trabajo que has dejado.
    Nada que señalar, màs que … FELCITACIONES!!!.Sigue por este camino.
    Saludos.
    Hasta la pròxima propuesta,

    Escrito el 22 julio 2018 a las 14:48

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.