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Quién sabe si será verdad - por paola panzieri

Web: http://papan3.blogspot.com

¿Dónde estoy? —se preguntaba la muchacha sin atreverse a mover un solo músculo.

Amélia fue tomando conciencia de sí misma poco a poco. No sabía en qué condiciones se encontraba pero pese a ello sonrió. Estaba viva.

Lo primero que hizo fue abrir los ojos y al verlo todo negro los volvió a cerrar.

¿Estaré ciega?, se preguntó, pero sabía que eso no era cierto.

Probó a largar las piernas, los brazos y, animada, movió la cabeza de un lado al otro. Palpó su cuerpo y notó que estaba desnuda, pero eso tampoco le importó.

Estoy entera, pensó y se dio cuenta de que se encontraba tumbada en el suelo, entonces se apoyó en un codo y se sentó. Le dolía un poco la cabeza y notó un chichón en la frente.

Cuando sus ojos se acostumbraron a la penumbra, percibió que el cuarto estaba vacío, tocó el pavimento y descubrió que estaba recubierto de losas de piedra, se giró y, vio que la poca luz que entraba en el lugar lo hacía a través de una rendija alargada a la altura del suelo.

Una puerta, pensó y se levantó para ir hacia ella.

Las piernas la sostenían con dificultad pero su fuerza juvenil la ayudó a llegar hasta el objetivo.

¡Maldita sea, está cerrada!, dijo tras golpearla con todas sus fuerzas, luego se dejó caer con la espalda apoyada en la fría piedra.

Echaba de menos los ruidos del bosque, el trinar de los pájaros, el sonido del viento entre las ramas y el murmullo del río. Sabía que no volvería a oírlos nunca pues conocía su destino y sabía que nada podría hacer para cambiarlo.

Suspiró y echó la mente atrás en el tiempo. Curiosamente sus recuerdos más antiguos empezaban justo el día en el conoció a Madre.

Amélia era pequeña, se había alejado del pueblo y llevaba dos días deambulando por el bosque cuándo se topó con una mujer que le ofreció agua y un trozo de pan.

Era muy vieja, caminaba encorvada y tenía la cara llena de arrugas, las mismas que, años después, observó en su rostro el día en que la mujer murió.

Madre, como ella la llamaba, le había enseñado a amar la naturaleza y a disfrutar de todo lo que ésta le podía ofrecer. A curar sus heridas y sus males con hierbas, a camuflar su cuerpo para ocultarse de los demás, a nadar en el río, a encender fuego y a cocinar.

Sé lista, muchacha, le dijo cuándo la naturaleza la llamó, si te atrapan… estarás muerta. Después cerró los ojos y dejó de respirar.

La puerta se abrió y la luz que entró de golpe la cegó. No podía ver a quién tenía delante pero le reconoció por el olor.

—¡Cómo está el animal? —preguntó Amélia.

—¡Levanta! —le dijo el hombre que la había apresado en el bosque mientras ella curaba la pata herida de un caballo.

Amélia se había dado cuenta demasiado tarde de que aquello había sido una treta para sacarla de su escondite.

—Ya le dije que me llamo Amélia y que me perdí en el bosque cuando era niña —dijo en un último tentativo de salvar su vida.

Detrás del hombre apareció una mujer que, empujada por un guardia, entró a trompicones. Mantenía la cabeza caída y parecía aterrada.
Amélia se le acercó.

Iba vestida de negro, llevaba un bastón y tenía las manos y la cara llenas de arrugas pero, a Amélia, algo en sus ojos le sonó familiar.

—Florinda… ¿eres tú? —preguntó la joven con un hilo de voz.

—¡No puede ser! —gritó la mujer mirando hacia otro lado —tendrías que tener mi misma edad…

Amélia frunció el ceño y retrocedió hasta dar con la espalda contra una pared, parpadeó varias veces mientras negaba con la cabeza.

— Ya le he dicho en el bosque que no soy una bruja— comentó entrecerrando al fin los ojos.

—Ya —contestó el hombre y mientras empujaba a la vieja dentro de la celda añadió— ¡Eso decís todas!

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16 comentarios

  1. Relato ágil y cómodo de leer. Se agradece.
    Hay alguna cosa que pudiera ser pulida o investigada.
    Si Amélia lo dice, no será una bruja. Mientras no nos lo aclare la narradora el,lector se queda sin saberlo. Es una opción sin duda.
    Cabe que un conjunto de movimientos de gran complejidad como los que se proponen en el antepenúltimo párrafo, a saber : fruncir ceño, parpadear, retroceder, mover la cabeza y chocar contra la pared, hechos de forma simultánea solo puedan ser hechos por una bruja.
    Merece la pena dar una repensada a alguna descripción de la voz narrativa casi omnisciente.
    Gracias, un buen trabajo,como,dije al principio.

    Escrito el 18 julio 2018 a las 00:06
  2. 2. Marlene Flores González dice:

    Me ha gustado mucho. Siento que quizás no tengo muy claro y me confundo cuando Florinda dice:”Tendrías que tener mi misma edad…” Por lo demás, es interesante y me parece que tiene material para más.¡ Felicitaciones!

    Escrito el 18 julio 2018 a las 00:21
  3. 3. Laura dice:

    Hola Paola.
    Me ha desconcertado bastante el final de tu relato. Por lo demás, està bien escrito. Me dejas con la intriga sobre los personajes tan extraños.
    Hasta la pròxima propuesta.

    Escrito el 18 julio 2018 a las 12:41
  4. 4. paola dice:

    Vale, tenéis razón: sólo yo sé q Florinda es una amiga de la infancia de Amelia, habrá q rectificar.

    En cuanto a todas las cosas q es capaz de hacer Amelía a la vez,jeje me he pasado, te diré, amigo Luigi, que además de bruja es mujer!

    Escrito el 18 julio 2018 a las 14:33
  5. 5. beba dice:

    Hola, amiga Paola:
    Como siempre, un gusto leerte y que me hayas leído y comentado.
    Muy bueno tu relato, dinámico, tenso y vibrante. Como siempre, muy buena escritura.
    Coincido en lo que reconoces: imprecisión en los personajes.
    Un abrazo.

    Escrito el 18 julio 2018 a las 22:00
  6. 6. dopidop dice:

    Buenas Paola,

    Paso a devolverte la visita, nunca había leído nada tuyo y la verdad es que me ha gustado la ambientación y tu forma de expresarte. Se trata de un texto que se lee fácil y con interés por saber que le va a pasar a nuestra protagonista, ¡aunque nos dejas con la intriga!

    Hay algunas cosas que no tengo del todo claras:

    – En la frase “…tenía la cara llena de arrugas, las mismas que, años después, observó en su rostro el día en que la mujer murió.” yo he entendido que Amelia se ve con arrugas a sí misma, cuando Madre muere… por lo que Amelia es vieja, pero me resulta extraño por que antes habías comentado algo de su fuerza juvenil. ¿Entonces significa que Madre con el paso de los años no había envejecido nada y Amelia sigue siendo joven?

    Por otro lado, y ya he visto que lo aclaras en un comentario, aparece Florinda de la que no tenemos ninguna información anterior.

    Quitando eso, lo he disfrutado, y creo que solo vemos las primeras pinceladas de una historia potente que da para mucho mas. Un buen trabajo.

    Espero seguir leyendote, ¡un abrazo!

    Escrito el 19 julio 2018 a las 12:50
  7. 7. Chus Galego dice:

    Hola, Paola.
    Me ha gustado mucho tu relato. Tiene un estilo ágil y cuidado y la historia resulta verosimil. Me gusta esa imprecisión final: el lector se queda con la duda de saber si la protagonista es una bruja o no. Coincido con los demás en que desconcierta el papel de Florinda.Saber que era su amiga de infancia sería lo que falta para ser un relato redondo, desde mi punto de vista.
    Que pases un buen día.

    Escrito el 20 julio 2018 a las 08:07
  8. 8. Jose Luis dice:

    Hola
    Gracias por comentar mi relato
    Tu cuento es muy interesante y entretenido, has ido dosificando bien la información y luego el ambiente y la narración están bastante cuidadas. Lástima del final no feliz
    Un saludo

    Escrito el 20 julio 2018 a las 23:40
  9. 9. M.L.Plaza dice:

    Hola, Paola.
    Un relato interesante, que se lee muy bien, aunque el final es un poco confuso. Por un lado no entiendo la edad de Amelia:parece que todos la ven joven, excepto ella misma. Pero es que el narrador también habla de muchacha. El paso del tiempo no lo he entendido.
    Por otro lado, parece que estás contando una historia antigua,cuando aún se cazaban brujas. Pero los diálogos son demasiado modernos, tal vez porque son coloquiales.
    Me ha gustado leerte.

    Escrito el 21 julio 2018 a las 19:33
  10. 10. JUANA MEDINA dice:

    Hola Paola,
    hace días que te debo la visita y el agradecimiento por haberte pasado por mi relato.
    El tuyo es fantástico en más de un sentido. Sí que quedan algunas cosas oscuras.¿Quienes son los que le tienden la trampa? Por qué también a Florinda? ¿ Qué es ese lugar?
    Tan misterioso es todo que uno se queda con ganas de más.
    Me gusta el lenguaje ágil, fluido.
    Enhorabuena

    Escrito el 22 julio 2018 a las 01:31
  11. 11. Toñi Avila (vibe) dice:

    Hola Paola:

    Tienes un buen relato pero creo que pertenece a otro más grande y por eso faltan cosas por comprender.
    Seguro que sacas una buena movela.

    Escrito el 30 julio 2018 a las 23:02
  12. 12. Pilar dice:

    Hola, Paola
    Yo no participo este mes, pero me gusta mucho leeros y comentar aquí y allá…
    Tras varias lecturas, concluyo que la verdadera bruja es Madre y que, a través de sus pócimas naturales, otorga a Amelia el don de la eterna juventud, por eso florinda se extraña al verla tan joven cuando en realidad tendría que ser anciana y por eso Madre muere con las mismas arrugas y le advierte que no le atrapen.
    Lo que no me queda claro es el papel de florinda y por qué también la encierran.
    Veo un fondo de machismo y superstición en un ambiente misterioso que hsce de tu historia un relato ameno con muchos matices y mucho material para desarrollar. Anímate a ello!
    Hasta otra!

    Escrito el 31 julio 2018 a las 10:17
  13. 13. paola dice:

    Gracias a todos los q OS habéis detenido a comentar. Me habéis dado buenas ideas y en este borrador de relato no podía esperar más.

    PILAR, has acertado en pleno, esa es la idea. El relato ya ha tenido una modificación completa. La nueva versión se publicará próximamente en el blog.

    Un abrazo a todos.

    Escrito el 1 agosto 2018 a las 11:01
  14. 14. Wolfdux dice:

    Hola Paola, la historia es original y se lee muy bien. Solo un par de cosas:

    normalmente, delante de la conjunción “pero” suele situarse una coma. En tu texto echo en falta unas cuantas.

    Luego hay dos pensamientos de Amélia que no están escrito como tocaría, me permito la osadía de hacerlo:

    “«¿Dónde estoy?» se preguntaba la muchacha…”
    “«¿Estaré ciega?» se preguntó, pero sabía no eso no era cierto.”

    Más abajo, hay un parlamento:

    “¡Maldita sea, está cerrada!, dijo…” Creo que sería mejor escribirlo con estilo directo.

    Espero que no te molesten mis sugerencias. Un saludo.

    ¡Nos leemos!

    Escrito el 2 agosto 2018 a las 12:19
  15. 15. Toñi Avila (vibe) dice:

    Hola Paola:

    He estado fuera de cobertura los quince últimos dias de julio por lo cual no he comentado. Pero aqui estoy, más vale tarde que nunca o eso dicen.
    Tu historia es fácil de seguir y te pude seguir leyendo. Me gusta.
    Tienes un buen relato pero creo que pertenece a otro más largo y por eso me faltan cosas por comprender. Seguro sacas una buena novela con ese material tan bueno.

    Felicidades!

    Escrito el 5 agosto 2018 a las 19:28
  16. 16. Altair_Midnight dice:

    Hola Paola,

    Muchas gracias por tu relato. Como ya te han comentado, los pensamientos de los personajes deberías incluirlos entre comillas latinas. Es el fallo principal que le veo a tu relato en cuanto a forma.

    En el contenido, no tengo nada que objetar. Es un relato hermoso que te transporta a un paraje salvaje y a una época donde las mal llamadas brujas se servían de los dones de los bosques. El detalle de la edad de la protagonista me hace pensar que quizás en la inmensidad del bosque donde Amélia vive el ritmo del tiempo se ralentiza, y que entre los milenarios robles los años son apenas un instante. Quizás por eso el tiempo haya pasado para ella más lento que para su amiga.

    Escrito el 5 agosto 2018 a las 23:29

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