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Neek’ Ixi’im - por Netogonzo

Parecía que la noche duraría para siempre aquella ocasión, el ir y venir de las aves nocturnas de una ceiba a otra, mientras ululaban sin control, mantenía preocupados a los Ajq’ij de la metrópoli escondida entre la selva. Hacía dos días que habían visto un jaguar pardo rondando la ciudad, y por si fuera poco, Ix chel había menguado tres semanas atrás manteniéndose igual desde entonces.
El Halach Uinik despertó de golpe sudando y de inmediato salió de sus aposentos para dirigirse a un edificio contiguo, donde reina un olor a humo de copal.
–¿Qué debo hacer? –preguntó al Ajq’ij que encontró meditando en la habitación–terribles sueños asechan mis noches desde hace seis días, en ellos veo abrirse la tierra y tragarse nuestros templos, cañas de maíz marchitas y sangre goteando de las hojas de las ceibas.
–Me he adelantados señor– contestó–ya hemos guardado todo en la pirámide central, incluyendo los códices y las joyas. Le he dicho a la gente que se vaya a la selva, pero han decidido quedarse, no hay nada que hacer, solo esperar que los dioses nos amparen.
Afuera escucharon gritos y se desató el alboroto, hombres barbados sobre cuatro patas entraron a la ciudad arrasándolo todo, invadieron las casas lanzando fuego que mataba desde sus manos.
El gobernante y los sacerdotes corrieron hacia la pirámide central y se pusieron frente a la puerta de madera que resguardaba la habitación en la cima del edificio. En un instante, los barbados aniquilaron a todos los pobladores bajo la pirámide y avanzaron hacia el tope de la misma, una vez arriba, sus ojos brillaron de codicia al imaginar lo que había tras la puerta.
No tardaron mucho en atravesar los vientres del Halach Uinik y los sacerdotes con sus armas filosas, tomaron los cuerpos y los lanzaron por las escaleras de la pirámide e inmediatamente comenzaron con su cometido, ardían de deseo por adquirir las joyas y la ansiedad se notaba en sus manos que temblaban mientras trataban de abrir la puerta. Cuando por fin lo lograron, el silencio invadió sus caras, el cuarto estaba vacío, introdujeron más antorchas y el resultado fue el mismo, no encontraron ni polvo.
–¡Maldición! –gritó enojado uno de ellos–no hay oro, hemos gastado tiempo y armamento en vano, regresad al campamento, que hay que viajar al norte en unos días, rumbo a un tal Tenochtitlan.
Los hombres bajaron los escalones de piedra, montaron sus animales y abandonaron la aldea a todo galope.
Ix chel, como un espía silencioso, los observaba desde el firmamento y cuando al fin los supo lejos comenzó a mover los hilos desde las alturas.
–¡Ahal aal, ma’tu’ub! –se escuchaba decir desde arriba y sonreía místicamente. Un vientecillo fresco comenzó a soplar por toda la ciudad.
–¡Ahal aal, ma’tu’ub! –susurro otra vez la luna y cientos de tambores estallaron en simultanea armonía, chorritos de agua cayendo se unieron al canto mientras caracoles y flautas se apoderaban del ruido en la selva. Los olores se tornaron sagrados en cuanto el humo de copal tomó las calles de la metrópoli. De la cima de la pirámide salió un hombre danzando con una máscara de jade sobre su cara, el inmenso penacho en su cabeza, con cientos de plumas de colores, se mecía de un lado a otro obedeciendo los ritmos que embriagaban el sitio. Lentamente y bailando se acercó hasta el cuerpo del gobernante muerto, cortó un pedazo al códice que tenía en las manos y lo colocó sobre la herida sangrante del hombre, posteriormente le introdujo un grano de maíz en la boca y se movió danzando hasta el siguiente habitante asesinado. Una vez repetido el proceso con cada persona, subió de nuevo hasta la cima del templo, hizo algunos movimientos rituales y finalmente tomó entre sus manos una semilla de cacao, la humedeció con su lengua y la arrojó al suelo bajo los escalones. Apenas hizo contacto con la tierra, todos los cuerpos fueron levantados en el aire y giraron en torno a la pirámide, cuando la música cesó, un sinfín de colibríes y quetzales volaban en torno al edificio, mientras tapires, jaguares, venados y otros animales lo hacían vía terrestre. Cuando Ix chel se alejó, las ceibas y otros árboles ocultaron la ciudad para siempre.
Dicen que cuando uno se topa con algún animal en las selvas centroamericanas, en realidad está frente a un habitante Maya que nos susurra al oído cánticos ancestrales para recordarnos que su semilla sigue viva en estas tierras.

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13 comentarios

  1. 1. Carlos Alma dice:

    Yo creo que el relato se favorecería de algún cambio de ritmo y frases más cortas para evitar la sensación de leerse del “tirón”. Aparte de eso me has hecho sumergirme en una noche mágica, en un ambiente exótico lleno de colores y misticismo. He leído tu relato varias veces por puro placer!

    Escrito el 18 julio 2018 a las 11:29
  2. 2. Ceyla Ramos dice:

    Hola Netogonzo.
    Me ha parecido una historia interesante y bien contada. Las descripciones me han permitido imaginarme muy bien el lugar y los personajes. Concuerdo con Carlos Alma, se necesitan de algunas pausas dentro del texto.
    Saludos

    Escrito el 19 julio 2018 a las 03:19
  3. 3. Ocitore dice:

    Felicidades, Netogonzo, me ha encantado esta mezcla de narración mitológica y pasaje histórico. Me transportó a la primera novela latinoamericana que, según Carlos Fuentes, es la crónica verdadera de la conquista de la Nueva España, de ya sabes quien, además de lo contado por Miguel León Portilla sobre los antiguos mexicanos. Creo que los verdaderos americanos, y no esos gringos impostores que se hacen llamar así,llevamos dentro esa esencia antigua que sale a flote con cualquier suceso que se relacione con lo místico. Cuando salió la propuesta del cuarto o habitación vacía no me imaginé que se pudiera inventar un cuento como el tuyo. Un fuerte abrazo y seguimos leyéndonos.

    Escrito el 19 julio 2018 a las 05:36
  4. 4. Laura dice:

    Hola Netogonzo.
    Gran relato americano.
    Se te colò algùn detalle ortográfico: acechò.
    Y el uso de la palabra señor: me parece un anacronismo con la situaciòn,No se me ocurre què utilizar en su reemplazo, creo que yo no habría utilizado ninguna ya que no se me ocurre, pero es tu relato.
    Creo que podrìas haber hecho una pausa entre la situaciòn de los mayas y cuando irrumpen los europeos. Por lo demás, nada que señalar.
    Felicitaciones por el uso de la frase obligatoria.
    Hasta la pròxima propuesta.

    Escrito el 19 julio 2018 a las 11:47
  5. 5. JUANA MEDINA dice:

    Hola Netogonzo,
    Gracias por leer mi relato y tu comentario.
    El tuyo me ha fascinado. Todo lo que tenga que ver con nuestras tradiciones americanas me encanta.
    Está muy bien llevado y estructurado. La frase de la consigna puesta en el lugar adecuado.
    Creo que vale tener en cuenta lo de las pausas.
    Nos seguimos leyendo. Un abrazo

    Escrito el 20 julio 2018 a las 17:54
  6. 6. marazul dice:

    Hola Netogonzo:
    Me he quedado perpleja ante tanta fantasía propia de la literatura “indígena” de los países sudamericanos. Un relato lleno de magia y belleza no carente de significado.
    La frase obligada es además protagonista. El cuarto vacío adquiere mucha importancia en la historia: la frustración ante tanta avaricia.
    Los nombres tan extraños y exóticos…Y esa luna Ix chel dominándolo todo. Me ha encantado.
    Tal vez haya algún fallo de forma, pero sinceramente no soy experta en este tipo de lenguaje dentro de la literatura indígena o de tradiciones americanas. Por ejemplo: “asechan” por acechan, algún cambio de tiempo: “reina” por reinaba….Nada importante, según mi punto de vista.
    Un placer leerte, Netogonzo

    Escrito el 20 julio 2018 a las 19:58
  7. 7. Estel Vórima dice:

    Un relato rico en descripciones. Se puede ver,oír y oler, en eso te felicito. Pero si te metes con cuestiones históricas la conquista de los imperios del continente americano fue más compleja y se logró principalmente por las alianzas con los pueblos de allí. Se que esto es un relato corto pero como da perfectamente para una novela lo menciono. Un saludo.

    Escrito el 20 julio 2018 a las 20:41
  8. 8. beba dice:

    Hola, Netogonzo:
    Muchas gracias por tu visita y amable comentario. has logrado un relato fascinante, novelando sobre lo documentadado acerca de la conquista en América. Excelentes imágenes. Tenso y vital. Como te señalan, corrige la puntuación y algún error de ortografía también señalado.

    Escrito el 21 julio 2018 a las 03:12
  9. 9. Menta dice:

    Buenos días Netogonzo: Me ha encantado tu relato. Es muy real, muy directo, fácil de entender, de seguir las acciones, de empatizar con los violados. Muy bueno.

    Tienes algunas que cosas que podrías cambiar, si te parece bien.

    1. La primera frase: “Parecía que la noche duraría para siempre aquella ocasión”, te propongo este orden: En aquella ocasión, parecía que la noche duraría siempre.” O quitar “aquella ocasión”

    2. En la siguiente frase debía ser reinaba en lugar de reina. “donde reina un olor a humo de copal”

    3. En la frase: “—Me he adelantados señor”, Sobra la “s” de adelantados, debe ser adelantado.

    4. “—susurro otra vez la luna”. Le falta el acento: “susurró”

    5. Estoy de acuerdo en que debes hacer más interrupciones, o por lo menos dejar un espacio entre los párrafos.

    Se me ha encogido el corazón al leer la frase: “– ¡Maldición! –gritó enojado uno de ellos– no hay oro, hemos gastado tiempo y armamento en vano.”

    He sentido como si desde hace 500 años no hubiéramos evolucionado nada en absoluto. Entonces, el éxito se medía, igual que ahora, en tiempo y dinero.

    Te doy las gracias por haber compartido tu relato con todos nosotros. Un saludo, Menta

    Escrito el 21 julio 2018 a las 14:39
  10. 10. Vespasiano dice:

    Hola

    Tu relato me ha encantado. Me ha parecido un cuento mágico donde has descrito con un lenguaje increíble el asalto de los “mal llamados conquistadores” a la civilización maya.

    “…hombres barbados sobre cuatro patas entraron a la ciudad arrasándolo todo, invadieron las casas lanzando fuego que mataba desde sus manos”.

    Ahora te apuntaré alguna cosa que he visto y que puede ser, en mi opinión, mejorable.

    “Parecía que la noche duraría para siempre aquella ocasión”. En esta frase estoy totalmente de acuerdo con Menta en relación a la mejora que te sugiere.

    “…ardían de deseo por adquirir las joyas…” En esta oración me suena un poco raro emplear la palabra “adquirir”. Quizá podría emplearse otra más contundente: “rapiñar/ robar/ desvalijar/ apropiarse”

    “Adquirir”
    Del lat. adquirĕre.
    Ganar, conseguir con el propio trabajo o industria.
    comprar (‖ obtener por un precio).
    Hacer propio un derecho o cosa que a nadie pertenece o que se transmite a título lucrativo u oneroso, o por prescripción.

    “–¡Maldición! –gritó enojado uno de ellos” Creo que al tener un punto el signo de exclamación, este funciona como un punto y seguido. Por ello después del guion de diálogo, deberías continuar en mayúscula: “–¡Maldición! –Gritó enojado uno de ellos”.

    Bueno me reitero en la buena narrativa e imaginación de tu relato, describiendo de forma fantástica un hecho tristemente histórico.

    Felicidades y seguiremos leyéndonos.

    Escrito el 27 julio 2018 a las 19:41
  11. 11. M.L.Plaza dice:

    Hola Netogonzo.
    Gracias por leer mi textos y por tus amables palabras.
    Tu relato me parece excelente. Estoy asombrada porque lo leí el primer días y pensé que lo había comentado.
    Me ha parecido estupendo:ágil, interesante, muy bien desarrollado y un final muy poético.
    Me han llamado la atención varias cosas. Quiero que te quede claro que es una opinión personal, con la que tú no tienes por qué estar de acuerdo.
    Hablas de una metrópoli, así que el saqueo debió de durar días. Me imagino a los conquistadores buscando oro casa por casa, pozo por pozo.
    Me parece muy interesante cuando hablas de “hombres barbados sobre cuatro patas”.Por eso no me casa que inmediatamente después digas:”montaron sus animales y abandonaron la aldea a todo galope.” Me parece una extrapolación que no concuerda con la mentalidad maya del momento. Yo lo pondría de otra manera, aunque, sinceramente, no sé cómo.
    Tampoco estoy muy de acuerdo con la frase;”ritmos que embriagaban el sitio. Lentamente…”. Me parece que embriagaban (que para mí es sinónimo de emborrachaban) es incompatible con lentamente y, en general, con la actuación del hombre del penacho que, en todo momento, es dulce y respetuosa con los muertos.
    Supongo que los cientos de tambores serían cuestión de magia, porque si no, hubieran traído de vuelta a los conquistadores.
    Lo que sí quitaría es lo de vía terrestre: me suena demasiado prosáico:caminar, marchar etc.
    No pretendo justificar la Conquista, pero este año se ha encontrado en la selva guatemalteca una ciudad maya impresionante que llevaba siglos abandonada cuando llegaron los españoles. Quiero decir que la selva lleva tragandose ciudades mayas toda la vida. Es un ciclo espectacular:tala, construye, vive ahí, abandona y vuelta de la selva. Lo que no entiendo es que la literatura siga viendo la selva como algo benévolo, si se ha engullido miles de vidas.
    Perdona la disquisición.
    Me ha encantado leerte.
    Saludos.

    Escrito el 28 julio 2018 a las 01:56
  12. 12. Luis Ponce dice:

    Hola Netogonzo:
    Gracias por comentar mi relato y te felicito por tu sentido del humor, no todo el mundo lo tiene.
    El tuyo me parece una escena muy original sobre la conquista de estos territorios. Estoy de acuerdo con las opiniones de los compañeros en lo que se refiere a la redacción. hay ciertas imágenes literarias dignas de rescatarse.
    Creo que lo que te ha faltado es organizar un poco la expresión de tu imaginación. Si haces un análisis temporal de la situación puedes modificar el lenguaje apegándose al vocabulario que tendrían los mayas en esa época. Eso le daría un valor agregado a un relato fantástico y expresivo que me ha gustado mucho.
    Te felicito.

    Escrito el 28 julio 2018 a las 16:55
  13. 13. Wolfdux dice:

    Gran relato que narra la barbarie por la que pasaron los pueblos bajo el yugo de los europeos. Hay un par de cosas que no han mencionado los compañeros:

    “–¿Qué debo hacer? –preguntó al Ajq’ij que encontró meditando en la habitación–terribles sueños asechan mis noches desde hace seis días…” tras el inciso del narrador y el guión, debe ir un punto y la palabra “terribles” con mayúscula.

    Pasa algo parecido en el dialogo que le sigue:
    “–Me he adelantados señor– contestó–ya hemos guardado todo en la pirámide central…” tras el inciso debe haber un signo de puntuación, en este caso colocaría también un punto, por lo tanto “Ya hemos…”

    Por último:

    “–¡Ahal aal, ma’tu’ub! –se escuchaba decir desde arriba y sonreía místicamente. Un vientecillo fresco comenzó a soplar por toda la ciudad.
    –¡Ahal aal, ma’tu’ub! –susurro otra vez la luna…”

    Son palabras que pronuncia Ix chel, por lo tanto, tras el inciso de “se escuchaba decir…” podrías colocar sin problema la repetición del parlamento, ya que tal como esta escrito para que sea otra persona hasta que vuelves a leer el inciso.

    Un saludo.

    Escrito el 2 agosto 2018 a las 16:00

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