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El reloj parado - por Mª Jesús Hernando

¿Por qué no lo ponían en hora? A Pilar le asaltaba cada día la misma pregunta nada más entrar en la residencia. El reloj parado y, a sus pies, una playa de sillones en los que dormitaban ancianos también inmóviles, la inquietaban. Las cinco y veinte, cada día las cinco y veinte, como una pinza a punto de cerrarse.
No le gustaban los días de visita. La noche de antes tenía pesadillas agotadoras y desde que ponía el pie en el suelo, sentía el estómago anudado, estaba irritable y no podía concentrarse en el trabajo. Aquel reloj y el deterioro evidente de su padre eran una mezcla explosiva para su ánimo. Después de dos años viviendo allí, Santiago estaba apático. Pasaba las horas frente a la tele, engullido por el sillón, dormitando la mayor parte del tiempo. Hablaba poco, siempre de lo mismo y de la misma manera.

−La comida está bien y la habitación –le explicaba en voz baja− es como una jaula y yo un pajarico que no puede volar.

En esos momentos Pilar callaba, reprimía las lágrimas, y le tendía la mano. Le conmovían e irritaban, a partes iguales, aquellas palabras que Santiago pronunciaba con el brillo pícaro que aún conservaban sus ojos. Hablaba como si no hubiera pasado todo lo que había pasado.

*********
Cuando murió su esposa, Santiago era un hombre fuerte que sacaba pecho y apretaba los puños al caminar para dar un poco más de envergadura a su cuerpo de metro sesenta y cinco. Un provecto setentón de buen ver que quería tener una vida independiente. Pilar sintió un gran alivio. Ella también prefería vivir sin tener que dar cuentas a nadie. Nunca habían congeniado y en los momentos difíciles padre e hija, se habían soportado gracias a la mediación de la madre.
Durante un año todo fue bien. Después, sin ninguna razón aparente porque Santiago se mantenía activo y vigoroso, comenzó a recibir frecuentes avisos de los vecinos por despistes o pequeños accidentes. Él nunca la llamaba.
A pesar de la indiferencia de Santiago, Pilar no le desatendía. Lo hacía con disimulo, para que su padre creyera que podía continuar viviendo solo. No fue por mucho tiempo. El reloj vital de Santiago fue perdiendo la cuerda y ella comprendió que había comenzado el declive.
Como la pensión de mil euros no se podía estirar y la cuenta de Santiago estaba, casi, casi, en números rojos,Pilar decidió por los dos que lo más razonable era vivir juntos.
Redujo su jornada laboral, preparó en su casa una habitación a todo confort para él y cada mañana organizaba un plan diferente para pasar las tardes. Santiago lo recibía sin entusiasmo. Se dejaba llevar y nunca le parecía suficiente. Pilar no le exigía, no le ordenaba, se amoldaba a todos sus deseos, como si en la madurez pudiera compensarle los disgustos pasados.
Una tarde, después de la siesta, Pilar resolvía por teléfono un problema del trabajo. Santiago estaba furioso. Trató de calmarle con buenas palabras y caricias, pero el hombre no atendía sus explicaciones. Se zafó de ella y se levantó violento.
− ¡Ya lo sabía! −le espetó agresivo, dando un puñetazo encima de la mesa− eres una egoísta.
Pilar no pudo reaccionar ante la inusitada fortaleza de su padre que la golpeó sin reparar en donde y con qué daba. Los vecinos, alarmados por los gritos de socorro que se oían en el 5ºD llamaron a la Policía. Todo fue muy rápido. Llegaron las ambulancias y cada uno fue trasladado a un lugar diferente. Al cabo de varias semanas Pilar, ya recuperada, volvió a su casa con temor. Recorrió todo el piso como en una nube, sin tocar nada. Sin embargo al llegar a la que había sido la habitación de su padre el estómago le dio un vuelco. Abrió la puerta y lo vio. Colgado en la pared el cucú familiar marcaba las cinco y veinte. Por lo demás, el cuarto estaba vacío.

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11 comentarios

  1. 1. Menta dice:

    Buenas noches María Jesús Hernando: Me ha gustado mucho tu relato. Es un tema doloroso y de actualidad: vivimos tantos años…

    A pesar de las rencillas entre padre e hija, ella tiene un comportamiento amoroso hacia su padre hasta el final. Es digna de alabar con lo que pasó aquel día que no le tenga miedo.

    Hay una cosa que no me cuadra bien es la última frase que dice: “Por lo demás, el cuarto estaba vacío”. Si ella ha estado en el hospital, si la habitación del padre la había preparado a todo confort, ¿quién la ha dejado vacía? Me parece que sirve solo para meter la frase del reto.

    Falta un espacio delante de “Pilar decidió por los dos…”

    Por hoy nada más que felicitarte por tu relato. Un saludo, Menta

    Escrito el 18 julio 2018 a las 23:22
  2. 2. María Jesús Hernando dice:

    Hola Menta muchas gracias por tus comentarios. Tienes razón en lo de la habitación, pero quise hacer como una elipsis para dar a entender lo sola que estaba ella. No sé si esto te aclara algo. Un abrazo

    Escrito el 19 julio 2018 a las 06:50
  3. 3. Labajos. dice:

    Hola, yo pienso que está claro que el vacío de la habitación se refiere a la ausencia del padre. Lo que no he entendido muy bien es por qué el reloj de cuco marca las cinco y veinte. Si es una coincidencia, resulta muy inquietante. Comprendo a Pilar.

    Saludos

    Escrito el 19 julio 2018 a las 18:44
  4. 4. marazul dice:

    Hola María Jesús:
    Me gustaría resaltar que tu relato cumple el reto y que la frase obligada “el cuarto estaba vacío”, en este caso, resalta más la soledad que siente Pilar. Es un relato bien escrito en donde hay intriga y eso engancha al lector que quiere seguir leyendo; pero es verdad que el final es bastante confuso. Ya sé que no hay que buscar explicación a todo, hay que dejar al lector que imagine. Si ese es tu objetivo te felicito porque en este caso, efectivamente,es un final intrigante ya que no sabemos la conexión que puede haber entre la hora que marca el reloj de la Residencia y el del cuco de la casa.
    Personalmente lo entiendo como un signo que nos indica que para el padre la vida se paró justo en ese momento.
    En fin, Maria Jesús, que me has tenido pensando un rato. Y eso está bien.
    Saludos

    Escrito el 20 julio 2018 a las 17:53
  5. 5. K. Marce dice:

    Saludos Ma. Jesús:

    Estoy finalizando contigo, los tres relatos obligatorios, ya que están después del mío. Toca entonces, revisarlos con lupa.

    Siempre inicio con las mejoras y concluyo con la opinión personal.

    **Forma: El texto a lo largo de diferentes oraciones o párrafos, tiene repetición de palabras. Para textos cortos, se espera que se eviten. Sin embargo en ocasiones su repetición es necesaria para enfatizar algún punto. Así que te detallo:
    La introducción (1er párrafo), si bien es aceptable la repetición de “cinco y veinte”, no lo es con “cada día”, creo que el primero deberá cambiarse por un “a díario”. Tampoco con los “estaba irritable/estaba ápatico”, puede cambiarse con un sinónimo más acorde: sentía/vivía/permanecía.

    En la frase: “Hablaba como si no hubiera pasado todo lo que había pasado.”, hay dos “pasado”, se sugiere eliminar uno:
    -> Hablaba como si no hubiera ocurrido todo lo que había pasado.

    El 4to párrafo, que inicia con: “Cuando murió su esposa.” En el primer tablón hay dos “tener” y “había”. Se prefiere evitarlo:
    -> Un provecto setetón de buen ver que quería (*)una vida independiente (eliminado*)/Ella también prefería vivir sin rendir cuentas a nadie.
    -> Nunca habían congeniado y en los momentos difíciles padre e hija, se soportaron (*) gracias a la mediación de la madre.
    Se pueden modificar ambas o una de las frases.

    Modificar a ->”Después, sin ninguna razón aparente (,) porque Santiago se mantenía activo y vigoroso,
    la coma enmarca un enunciado.

    Modificar a -> La noche anterior tenía pesadillas…
    La noche de antes es una oración no muy natural, se recomienda siempre ir por lo más común y sencillo, evitando las frases rebuscadas o poco comunes para los lectores. (Te recomiendo usar el Ngram Viewer de Google cuando no sepas cuál frase o palabra es más común)

    Estilo: el relato está conformado en dos bloques, el segundo más grande que el primero. A algunos lectores no les gusta ese formato. Pero son elecciones del escritor. Sin embargo,se pide hacer separaciones para no cansar la vista. Adicional que se recomienda separar el pasado (flashbacks) del presente, también los lapsos de tiempo, para no confundir al lector. Por lo que en esta frase: “diferente. Al cabo de varias semanas Pilar, ya recuperada,..” conviene colocar un punto y aparte, entre “diferente” y “Al cabo”.

    Opinión Personal: El relato narra las desavenencias que no solo conllevaron la falta de afinidad de la hija con el padre; sino la enfermedad que agravó la situación. La “demencia senil” de su progenitor y la culpabilidad que la joven Pilar afronta al “abandonar” a su padre en una casa de retiro. Creo que eso ocurre con muchos hijos, pero penosamente hay situaciones en las que no se pueden lidiar, como lo es una persona que necesita cuidados especiales.
    En mi forma de ver, el reto del taller, no fue cumplido, ya que la pregunta que se plantea, no se resuelve en la frase final. Sigue inconclusa ¿Por qué no lo ponían en hora?

    En relación a la comanda del mes, sí la veo cumplida, porque no es a mi criterio, que solo exista un reloj y la habitación este vacía, sino que es la percepción de la hija al ver la ausencia del padre al regreso del hospital (?) o el lugar en donde haya estado. Y quizá, se me ocurre, que los hechos ocurrieron a esa hora: 5:20 p. m. (cuando ella ya había salido del trabajo)y no es que el reloj este “parado”, es que ella no supera el trauma. Es ella y no él el que se ha quedado “suspendida” en el tiempo. Ya que su padre, sigue el camino de todos los ancianos, ponerse malitos y morir.

    O al menos, esa es mi interpretación. Sea cual sea, el texto ha sido entretenido y reflexivo. Alguna cosilla que mejorar, pero nada imposible. Espero volver a encontrarte en el taller.

    ¡Nos leemos!

    Escrito el 21 julio 2018 a las 00:38
  6. 6. María Esther dice:

    Hola María Jesús, creo que el planteo y la solución de los problemas los has logrado muy bien. luego tienes lo del reto, opino que ese vacío es un anticipo de la muerte que inevitablemente llegará. Lo del reloj, me gusta como una libre interpretación, para que el lector lo resuelva. Le da un toque de misterio.

    Escrito el 21 julio 2018 a las 04:33
  7. 7. Laura dice:

    Hola María Jesús.
    Me queda el asunto del reloj señalando las cinco y veinte, pero tal vez es buscar el pelo en el huevo.
    Me ha gustado que has abordado la relaciòn padre-hija sin caer en el fácil sentimentalismo. Se ve el amor de la hija al padre, que se manifiesta en la forma en que ella corta su preciada independencia por atender a su padre de modo que para él sea imperceptible.
    Con relaciòn a los golpes, no hay indicios anteriores de que haya podido haberlos en el pasado ni de que haya demencia senil o alguna otra forma que lleve a una persona que nunca lo haya hecho a que lo haga. No soy psicóloga no psiquiatra ni nada parecido, simplemente una persona con su bagaje de experiencia de la vida y su fantasìa.
    El asunto del reloj colgado de la pared: esperaba una persona colgada (el padre), no un simple reloj. Me despistó porque anticipé otra cosa, pero bueno, es tu texto.
    Vuelvo a resaltar la relaciòn padre-hija, la necesidad de buscar un lugar diferente cuando ya no se puede comvivir con èl, las decisiones que se deben tomar, sin caer en falsos sentimentalismos.
    Saludos.
    Hasta la próxima propuesta.

    Escrito el 22 julio 2018 a las 13:16
  8. 8. Mª Jesús Hernando dice:

    Hola a todos, solo deciros que el reloj simboliza la vida de ambos, padre e hija. El cucú de casa se quedó parado en el momento en el que el Santiago agredió a Pilar; y en la residencia marca la misma hora porque allí también está suspendida la vida del padre. En fin quizá sea un galimatías que no he sabido explicar muy bien. Gracias por vuestro tiempo y vuestros comentarios, tomo nota de todo. Pasaré por los vuestros en los próximos días. Un abrazo.

    Escrito el 22 julio 2018 a las 18:27
  9. 9. Perla preciosa dice:

    Hola, María Jesús Hernando:
    Me ha gustado la historia, tristemente muy de actualidad. Poco más tengo que señalarte, pues la parte formal ya te la han señalado prolijamente, creo que muy acertadamente, dado que no soy profesora, y mucho menos ante gente que no se entera de lo que lee. Demás está decir que llevas muy buena trayectoria aquí, por lo que te felicito y te animo a seguir. Si te apetece, el mío es el 97.

    Escrito el 23 julio 2018 a las 09:52
  10. 10. Simón Martín dice:

    Hola María Jesús. No está por demás la explicación del reloj, aparato que animó bien este diálogo entre los lectores de tu texto. Aunque me quedo con la propuesta de María Esther, de que este punto quede para la libre interpretación de cada lector. Recordemos que todo texto es polifónico y ahí es donde entra el punto de vista y apreciación de cada quien. Coincido con que el final es algo confuso, aunque volviéndolo a leer ya se lo puede apreciar mejor.

    En cuanto a la parte formal, la generosidad de K. Marce lo ha dicho todo, nada más que aumentar sobre el tema. Solo decirte que te felicito y agradecerte por haberte pasado por mi relato, pues tus sugerencias han sido bien acogidas.

    ¡Felicidades!

    Escrito el 26 julio 2018 a las 02:40
  11. 11. María Jesús dice:

    Hola María Jesús: Tu relato me ha gustado mucho, retratas una realidad que desgraciadamente ocurre muy a menudo. La descripción de la residencia de ancianos me ha parecido fabulosa en concreto lo de “playa de sillones”. La turbulenta relación de padre e hija también está muy bien reflejada. En cuanto a lo de el reloj que marcaba las cinco y veinte, si no leo la explicación que tu misma das, no le hubiese entendido, pero creo que tiene que ver con la comprensión lectora de cada cual. Pero bueno, el relato me ha gustado mucho y no le pongo ni una pega. Un placer leerte, como siempre. Saludos.

    Escrito el 29 julio 2018 a las 21:06

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