Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

El Maestro - por Carlos Alma

—¡Hola! Estoy yo solo? —El cuarto estaba vacío…

Clap! Clap! Clap!

Tres palmas rompen el silencio. Gabriel reacciona girándose en dirección al sonido. En la penumbra, frente a él, aparece la silueta de un hombre. No es demasiado alto pero su presencia es imponente. Va vestido con una túnica negra lo que hace dificil adivinar el contorno de su cuerpo. Tampoco le ve la cara claramente pero adivina una larga barba que le oculta la garganta. Así, no percibe los movimientos de su nuez cuando le habla por primera vez:

—Bienvenido.

—Gra-gracias —respondió Gabriel de forma entrecortada. No era tímido pero la voz profunda del hombre de la túnica le hizo sentir una inesperada vibración en todo el cuerpo—. ¿Soy el primero?

—Sí, cuál es tu nombre?

—Me llamo Gabriel. ¿Y usted?

—Me puedes llamar Sensei. Significa maestro en japonés.

—¿Es usted japonés?

—No

—Ah…umm… ok.

Tras un breve silencio el maestro extiende el brazo con un movimiento pausado y mostrándole la palma de su mano le invita a sentarse.

Gabriel desciende al suelo sin quitarle el ojo de encima a este hombre misterioso. «Sensei…» repite para si mismo mientras se sienta de piernas cruzadas .

—Por favor siéntate —repite el maestro.
—¿Cómo? —Gabriel confundido mira a su alrededor buscando una silla pero no ve ninguna… Inseguro y con dificultad coje sus pies por los tobillos y apoya los empeines sobre los muslos en la postura de flor de loto. Mira a Sensei en busca de aprobación.

—Tranquila

—Perdone me llamo Gabriel, soy un homb…

—La respiración, debe ser tranquila.

«Vale… o sea que esto va a funcionar así..” piensa «Está bien, a por ello.» Reajustando su postura apoya el dorso de sus manos sobre las rodillas, su pecho está abierto. Cierra los ojos e inhala extirando el tope de su cabeza hacia el cielo, elongando su columna. Con cada exhalación presiona sus glúteos un poquito más firmemente en el tatami.

Inmediatemente se siente arrastrado por un torbellino de actividad mental. Intenta concentrarse en los movimientos de su pecho y abdomen al respirar pero los pensamientos se agolpan en el espacio detrás de su frente: sus inseguridades, las mismas cuestiones sobre su relación fallida, el templo misterioso, el chulo trajeado, los informes por hacer, odio por su ex, Sensei, las zapatillas de esparto que tenía de pequeño, la casita de madera que era su nido de amor, Sensei, “debo conseguir este incienso”, hombres en túnica, Sensei, su voz, Sensei, Sensei , Sensei…..Ooooooommmmmmmmmm…

Gabriel entreabre los ojos. No ve mucho pero el olor a sándalo le devuelve a este momento, a su cuerpo, a este lugar. Poquito a poco recobra la consciencia de donde está; el lugar está casi a oscuras excepto por los paneles de papel ahora teñidos de color rojizo.

No sabe cuanto tiempo lleva alli sentado pero sus articulaciones le indican que no ha sido poco. La mezcla de dolor y placer al estirar las piernas le hacen reir a carcajadas. Se tumba boca arriba y rueda por el suelo, mientras rie, llora, todo a la vez. De pronto se da cuenta;

—Sensei! —exclama mientras se incorpora. Recorre el espacio con la mirada pero no hay rastro de él.

Con pasos decididos se dirige hacia la salida. Alli junto a la puerta alguién ha dejado un par de zapatillas de esparto perfectamente colocadas. Gabriel sonríe, se calza sus playeros y sale al exterior. No, no estaba sólo y quizás nunca lo había estado.

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

6 comentarios

  1. 1. Stinkelgeneroso dice:

    Hola. Este mes no he participado pero me paso a comentar.
    Me gusta tu forma de describir la escena, por un momento he entrado en el torbellino de ideas de tu personaje.
    Lectura fácil, rápida y amena.

    Escrito el 17 julio 2018 a las 21:14
  2. 2. Ocitore dice:

    Hola, soy tu vecino de arriba.
    Bastante ingeniosa la idea de un hombre que se dedica a la meditación tiene una alucinación y descubre que está solo en su cuarto. Creo que está bien escrito, pero me parece que algunas descripciones son un poco artificiales. En general me ha gustado.

    Escrito el 18 julio 2018 a las 06:01
  3. 3. Netogonzo dice:

    Que tal Carlos,

    Me gusto mucho la parte donde el tipo comienza a meditar, has descrito a la perfección esa escena, la forma en que hiciste eso es bastante atinada. Solo apuntaría que hay dos partes ( “El cuarto estaba vacío…” y “Gra-gracias —respondió Gabriel de forma entrecortada. No era tímido pero la voz profunda del hombre de la túnica le hizo sentir una inesperada vibración en todo el cuerpo—. ¿Soy el primero?”) que me parece que desentonan un poco por que están escritas en un tiempo verbal distinto al resto del texto. De cualquier forma me ha gustado. Gracias por leer mi texto.

    Saludos,

    Escrito el 18 julio 2018 a las 22:57
  4. 4. M.L.Plaza dice:

    Hola Carlos.
    Creo que la obligatoriedad de la frase en pasado afecta un poco a tu relato. El texto escrito en presente me parece todo un acierto porque le aporta realismo.
    Me parece un relato muy bien escrito y desarrollado, que permite una lectura ágil.
    Estoy de acuerdo con Netogonzo en que la frase que empiea con”Gra-gracias…” debe ir en presente, como el resto del relato. Yo incluso utilizaría el presente en la última para enfatizar la idea: “No, no está solo y quizá nunca lo ha estado”.
    Me ha gustado mucho leer tu relato.
    Saludos

    Escrito el 19 julio 2018 a las 03:48
  5. 5. Carlos Alma dice:

    Gracias a todos por leerme y comentar. Es la primera vez que participo en el taller y me está pareciendo muy útil.

    Escrito el 19 julio 2018 a las 08:36
  6. 6. Laura dice:

    Hola Carlos.
    Bienvenido!!!!
    Tienes un bello relato, un poco artificial en el principio con la presentaciòn del maestro.
    Por lo demàs,nada que señalar.
    Saludos.
    Hasta la pròxima propuesta.

    Escrito el 19 julio 2018 a las 11:31

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.