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El secreto de Gneo Pompeyo - por Noemi

“¿Qué viste, Gneo, qué viste aquella vez en Jerusalem?”
Cuando Julio Cesar llegó a Alejandría en persecución del derrotado Pompeyo, el eunuco regente le recibió con un exquisito obsequio: la cabeza del general servida en una fuente de oro y perlas. Un antiguo aliado suprimido en favor de un socio nuevo. Así tramitan sus asuntos los reyes.
Ahora César mira el rostro cerúleo de Gneo Pompeyo y sus párpados violeta, tenues como alas de libélula. Lo quería vivo, se dice. Nunca lo deseó muerto.¡Tenía tantas preguntas que hacerle!
“¿Qué viste, Gneo, qué viste ?¿Qué estás viendo?”
La rivalidad es algo circunstancial, el amor, en cambio, es perenne. Amaron a la misma mujer con intensidad equivalente, lo que el amor unió la loca pasión del poder nunca llegó a disolverlo. La tierna Julia con su leve pie dejó entre ellos la huella de su ligera presencia, más persistente aún que la desolación y la guerra.
“¿Qué viste Gneo, qué viste allá en el Templo?”
«Durante tres largos meses, asediamos la ciudad santa de los hebreos apoyando a aquellos que nos parecieron más convenientes. Tiempo de calor, sequedad y viento del desierto. Cuando por fin cayó llegaron los gritos y la sangre, luego quietud y consternado silencio. Pero aún no había terminado la refriega. Teníamos al jefe opositor pero un resto se había atrincherado en el Templo.
Un lugar de adoración vetusto, decían, anterior al Partenón o al de Diana en Éfeso. Quizás más antiguo aún que la misma Tellus. Santuario terrible de un Dios sin nombre y sin rostro ¿Te imaginas? ¿Puedes imaginarte César, un Dios sin cuerpo, un dios para ciegos que por encima de todos los otros dioses gobierne el universo con leyes eternas? Que siga cada paso tuyo y penetre hasta el más íntimo de tus pensamientos ¡Es horrendo! Ellos creen “eso”. Yo entonces no lo creía, ahora ya no se lo que creo.
Pero Pompeyo Magno, señor de la Decápolis, vencedor de Judea no podía detenerse ante un viejo y ruinoso templo por más enigmas y terrores que encerrara tras sus piedras. Lideré a mis soldados y derrumbamos murallas, bastiones y puertas.Con sangre de judíos enemigos lavamos las losas resecas del atrio y teñimos de rojo la fuente. Los toros de bronce bramaban en ella pero el acero romano fue más fuerte. Solo el Tabernáculo quedó indemne.
─¡Ya basta, has vencido !¡Detente!
Los sacerdotes judíos -aliados nuestros- se desplegaron delante del Tabernáculo amenazándonos con que los montes se desmoronarían y se abriría la tierra si profanábamos este venerable centro. Ya habían obtenido lo que buscaban, el control de Jerusalem y del Templo. Pero olvidaron que los hijos de la loba jamás se detienen.
Los hicimos a un lado a la fuerza. Algunos murieron, es parte del riesgo que corres cuando tus aliados pierden los nervios. Entramos. A la luz de un inmenso candelabro resplandecían el oro y la plata entre una sagrada neblina de incienso. Pisábamos suelo vedado a nuestras abominables suelas. Un frío irreal nos calaba los huesos. Yo sentía al insano temor horadando mi médula.¡Detente! Una y otra vez ¡Detente!
Y sin embargo, un poder superior, una “virtu” secreta, me seguía empujando ¡Roma no se detiene! Quería ver su imagen, su estatua de oro o granito, desafiar su fulminante rayo y oír su trueno impotente. No importa lo horrible que fuese, quería enfrentarlo ¡Quería verlo!…»
“¿Qué viste entonces, qué viste Gneo?”
«Un velo azul… denso, hermoso como tejido por la misma Atenea.»
Cesar observa los frágiles párpados violeta y se pregunta ahora que estará viendo el muerto.
"¿Ves a Julia, Gneo? Tu que viste al Dios Horrendo ¿Puedes verla?"
«…entonces rasgué el velo y algo en mí encegueció para siempre.»
"¿Qué viste, Gneo, qué viste en Jerusalem?"
«Nada, nada. El cuarto estaba vacío.Completamente»

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10 comentarios

  1. 1. Guiomar de Zahara dice:

    Hola Noemi: Me gusta la historia, la historia en general. Una vez – hace mucho – hice un trabajo sobre Jerusalem, por lo cual he leído con curiosidad tu texto. Me ha gustado como has sabido retener la intriga hasta el final.
    ¡Enhorabuena!

    Escrito el 17 julio 2018 a las 16:47
  2. 2. Laura dice:

    Hola Noemí.
    Me ha atrapado tu relato. Mis màs sinceras felicitaciones. Un deleite total.
    Muy bien llevado el reto. Nuevas felicitaciones.

    Escrito el 17 julio 2018 a las 20:20
  3. 3. Vespasiano dice:

    Hola Noemí:

    Tu relato histórico me ha parecido extraordinario.

    Apenas te apunto esta frase que me ha parecido inadecuada: “…fulminante rayo y oír su trueno impotente”.
    ¿No será “imponente” el trueno del rayo?

    Por lo demás solo me resta felicitarte.

    Escrito el 17 julio 2018 a las 21:32
  4. 4. beba dice:

    Hola, Noemí: Impactante relato. Buena construcción. Emotivo. Original el juego con realidades paralelas, y la expresión literaria de lo histórico. Un saludo.

    Escrito el 17 julio 2018 a las 22:37
  5. 5. Gabacha dice:

    Me ha gustado mucho tu relato. Qué bien planteado y llevado. Con esa pregunta recurrente que todo lo domina, que enseña la ansiedad, la necesidad de saber. Te felicito.

    Un saludo.

    Escrito el 18 julio 2018 a las 07:39
  6. 6. Noemi dice:

    Queridos amigos: ¡Gracias por leer mi texto y por sus alentadores comentarios!
    Vespasiano, la contradicción fulminante rayo – trueno impotente es intencional, apunta a la escisión de la conciencia de Pompeyo terror-coraje. Al fin de cuentas los truenos a pesar de que espantan quizás más que el rayo son solo ruidos.
    Un abrazo para todos y otra vez muchas gracias.

    Escrito el 18 julio 2018 a las 19:15
  7. 7. Netogonzo dice:

    Hola Noemi,

    Has construido una historia bastante original, los datos históricos le dan un toque muy especial y el final enmarca el texto perfectamente.

    Saludos

    Escrito el 18 julio 2018 a las 23:38
  8. 8. M.L.Plaza dice:

    Hola Noemi.
    Me ha parecido un relato excelente: bien ambientado y muy bien desarrollado. El final es estupendo.
    Por eso me ha chirriado mucho esta frase:”Amaron a la misma mujer con intensidad equivalente.” No creo que se pueda comparar el cariño de un padre al amor sincero de un esposo.Tal como está redactada, da pie a pensar en una relación incestuosa entre César y su hija. Es una opinión personal: yo esa frase la quitaría o la reharía completamente.
    Me ha encantado leer tu relato.
    Saludos

    Escrito el 20 julio 2018 a las 00:46
  9. 9. Labajos. dice:

    Gracias Noemi por esta “pasada” de relato, que se lee con mucho gusto. Soy perezoso para la historia tan antigua, pero tengo pendiente para leer “La Roma de los Cesares”, de Eslava Galán y me pongo de inmediato a ello. La culpa es toda tuya.

    Saludos

    Escrito el 20 julio 2018 a las 01:24
  10. 10. marazul dice:

    La estructura del texto con frecuentes preguntas no solo sirve para cumplir el reto, si no que le aportan mucha acción e intriga. La ambientación es extraordinaria y el tema elegido en donde los personajes y los hechos históricos se mezclan con lo ficticio está muy logrado. Un relato interesante.
    Te felicito por un trabajo bien hecho.
    Un abrazo

    Escrito el 24 julio 2018 a las 20:34

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