Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

Un Papelucho Garabateado - por Alf

Hoy ha pasado algo.

Estaba preparando cajas para la mudanza, recordando qué me faltaba y qué no, y una de las primeras cosas que me han venido a la cabeza ha sido un papelito sin aparente importancia en el que, hace unos dos años, en una tarde cualquiera, dibujé unas tonterías mientras ambos hablábamos que nos hicieron reír bastante.

No… no sé si te lo he dicho directamente alguna vez. Mencionar el papel, sí, pero decirte todo lo que lo rodea, no lo creo.

Y es que, desde aquel día en el que garabateé en él contigo, ha permanecido, sin moverse ni un ápice y sin dejar que nada más lo tapara, en la misma mesita de noche en la que lo dejé.

Recuerdo esa noche como una buena noche. Amena, suave, divertida… pero a la vez intensa. No podría decir, por tanto, que fuera muy distinta de cualquier otro momento que pasásemos juntos.

Ese papel no lleva ahí tanto tiempo porque me evoque el recuerdo de una noche especialmente agradable. Al contrario. Ese papel lleva ahí tanto tiempo, porque me recuerda a todo ese conjunto de noches, días, tardes, madrugadas y, en general, momentos que vivimos juntos… Pero más importante aún, porque me recuerda a ti; y porque me provoca cierta alegría difícil de describir todas y cada una de las veces que lo miro. Tal vez parezca un poco exagerado, pero eso es lo que significa para mí.

Y puede que en determinados momentos lo mirase con cierta reticencia, o intentara no darle tanta importancia, asumir que era un simple papelucho y nada más… Pero en el fondo, sabía que si eso fuera así, no seguiría teniéndolo ahí, acompañándome día tras día, evocándome todo tipo de sensaciones.

… Y entonces volvemos a hoy, cuando estaba repasando todo lo que tenía que llevarme y me vino reiteradamente a la cabeza el dichoso papel.

Intentaba averiguar por qué le daba tanta importancia, aun después de todo, aun después de mis continuos intentos de racionalización respecto a ti, respecto a nuestra situación y respecto a cómo debía afrontarla personalmente para poder intentar continuar con mi vida…

Y no dejaba de ver cómo, en medio de todo un engranaje de conclusiones lógicas que, con el tiempo, me habían llevado a mi posición actual, este papel seguía ahí; ardiendo; descolocándolo todo.

Puede que sea porque, alcanzado cierto punto, llegó a ser lo único que me quedaba de ti a lo que agarrarme. La promesa de un recuerdo irrecuperable.

Puede que sea porque hay una parte de mí que siempre se negará a aceptar todo lo que pasó, a asumir la realidad.

O puede, incluso, que otra parte de mí -la más irracional de todas, sin duda- siga escondiendo una pequeña pero imperecedera esperanza en su interior.

La esperanza de una posibilidad que, a muchos, les resultaría demasiado remota.

Algo tan remoto como que, por algún capricho del destino, un día decidas venir a verme, casi sin previo aviso.

Algo tan remoto como que, ese día, una oleada imparable de emociones nos invada y aprisione nuestros cuerpos al mirarnos, dejando en evidencia únicamente la pureza de nuestras almas.

Algo tan remoto como que hablemos y nos demos cuenta de que nada de lo que haya pasado hasta ahora merece el precio que parecemos estar pagando.

Algo tan remoto como charlar en un bar juntos, entre risas, mientras nos ponemos al día. Darnos un abrazo, respirar, y enseñarte ese papelito que siempre llevo conmigo.

Decirte que, ahora, me gustaría que fueras tú quien lo tuviera, con la esperanza de que llegase a significar para ti algo lejanamente parecido a lo que significó para mí. Eso ya sería más que suficiente.

Puede que el sentimiento incontenible de llevar ese papel conmigo, de no separarme de él, de lo que significa, se deba a algo de todo esto. Pero lo cierto es que no me importa.

Lo importante es que lo tengo aquí, conmigo. Y tú estás aquí, conmigo. Da igual la distancia, lo estás. Y mientras aún tenga tiempo de dejar atrás el pasado para hacer lo que ahora creo que debo hacer, lo haré.

Lo he hecho.

Llegado a cierto punto de mi vida, he aprendido que hay cosas tan importantes que merecen que todo lo demás te dé igual.

Porque no fue hasta que por fin lo moví de esa mesa, hasta que saqué ese papelucho garabateado de allí… No fue hasta entonces que realmente sentí que el cuarto estaba vacío.

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

7 comentarios

  1. 1. Susana dice:

    Hola Alf

    Tengo que decirte que tu relato me atrapó completamente. Al final sentí un hormigueo por todo el cuerpo.
    Es tan poético, tan bien logrado, tan intenso.
    Tu forma de escribir es maravillosa. Creo que el tuyo, es mi relato favorito.
    Soy nueva en el blog, espero que puedas darle una leída a mi cuento, es el 104. Y espero volver a leer algl tuyo, porque lo disfruté bastante.

    Nos estamos leyendo h que tengas un excelente día!

    Escrito el 19 julio 2018 a las 06:59
  2. 2. Kariann V dice:

    Buenas tardes Alf:
    Te felicito, como desarrollaste una trama tan interesante y completa evocando un simple papel. Me encanto el narrador y la evocacion de sentimientos. Exito!

    Escrito el 20 julio 2018 a las 00:25
  3. 3. Luis Ponce dice:

    Alf:
    gracias por tus comentarios en mi relato:
    no soy biólogo ni nada similar. Me gusta investigar sobre lo que escribo y así aprendo algo más.
    Tienes razón en los diálogos, pero estamos sujetos a las cadenas de las 750 palabras, que apruebo porque nos disciplinan.
    En cuanto a las comas es parte de la personalidad del protagonista que habla “de corrido” porque no tiene muchas oportunidades de hacerlo y menos aún tratando un tema “tan interesante”.
    En cualquier otra situación tus valiosas acotaciones serán tomadas en cuenta.
    Agradezco tu comentario.
    Nos leemos.

    Escrito el 20 julio 2018 a las 16:05
  4. 4. Luis Ponce dice:

    Alf:
    paso a comentar tu relato.
    Has logrado escribir toda una historia romántica a partir de un papelucho garabateado, con lo que demuestras que no importa por donde empieces si tienes algo importante que contar.
    Me gusta el estilo epistolar que has adoptado para dar rienda suelta a los sentimientos y razonamientos del protagonista. Bien podría convertirse en otro papelucho que de inicio a una obra más larga desarrollando a la coprotagonista y sus puntos de vista.
    Me ha gustado.
    Nos leemos.

    Escrito el 20 julio 2018 a las 16:13
  5. 5. Montse dice:

    Hola, Alf,

    Voy pasando por los relatos, a suerte, y te ha tocado.

    Mira: Encuentro un relato amable, el tuyo. Es amable porque en todo momento mantienes un tono sencillo, lleno de sentimientos evocados por un simple papel garabateado; claro está, que no es tan simple. Es la vida misma. Pequeños objetos que nos retrotraen a tiempos pasados y añorados…¿Quién no los tiene? Por eso llega, por eso es fácil y por eso nos gusta.

    Nos leemos. 😉

    Escrito el 20 julio 2018 a las 21:03
  6. 6. ANGEL CLIMENT dice:

    Hola Alf: Me he encontrado mut agusto leyendo tu relato, me gustó, me atrapó desde el principio.
    Espero continuar leyendote.

    Escrito el 21 julio 2018 a las 11:09
  7. 7. Laura dice:

    Hola Alf.
    Me ha encantado tu texto. Me uno a los que te han felicitado por él.
    Saludos.
    Hasta la pròxima propuesta.

    Escrito el 29 julio 2018 a las 14:09

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.