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Una compra frustrada - por Galia

Web: http://poesiadesdeelsentimiento.blogspot.com

Había cobrado su primer sueldo y una imagen vino inmediatamente a su mente: la tienda de sombreros de las Galerías Lafayette.
Elisetta siempre admiró la elegancia, el garbo, pero una ajustada situación económica en la casa de sus padres le había impedido gozar de lujos.
Coleccionaba fotos de actrices de cine y todas tenían un denominador común: los diferentes sombreros que las mismas portaban. Cómo le atraían, cómo los deseaba.
Por eso, cuando ingresó a trabajar en la entidad bancaria se prometió comprarse uno o dos con parte del salario.
Ingresó a la tienda de sombreros y la cantidad y variedad que allí se exponían, la dejaron boquiabierta.
Seleccionó seis y se dirigió al probador para empezar la fiesta, probarse todos e imaginar un personaje de película con cada uno.
Mientras lo hacía, observó debajo de la butaca un bulto, al que en principio decidió ignorar. Desfilaron así, por su cabeza sombreros rojos, azul francia, verdes, de satén algunos con detalles de tules, de felpa otros, capelinas y boinas.
Pero la intriga le hacía dirigir su mirada bajo la banqueta hasta que la venció, tomó impulso y se agachó para observarla.
Grande fue su sorpresa al ver la mochila oculta en el lugar. La quiso empujar con el pie pero recordó los consejos de seguridad que permanentemente emitían en los espacios públicos y salió presurosa a comunicar el hallazgo a los guardias.
Éstos alejaron a los clientes de los probadores, detectaron si contenía explosivos y luego procedieron a revisarla.
Encontaron en su interior un buzo, una billetera con euros y un pasaporte escrito en árabe.
Acto seguido, los guardias convocaron a Elisetta quien había sido la protagonista del hallazgo y le mostraron el contenido para que lo corroborara y pudiera refrendar el acta. Elisetta pidió ver el pasaporte y grande fue su sorpresa cuando descubrió que la foto se correspondía con el rostro de Roberto, su anterior novio quien había desaparecido de su vida de un día para otro, sin dar mayores explicaciones.
Aunque no le cabía dudas de que era él, los caracteres en árabe le generaban un atisbo de duda. Comentó ésto a los guardias quienes dieron otro giro al descubrimiento y lo enviaron al departamento de seguridad que investiga los hechos criminales y los relacionados con el terrorismo.
La cabeza de Elisetta, ya sin sombreros, era un laberinto de perplejidades: ¿porqué Roberto había desaparecido de una manera tan abrupta?, ¿porqué ya no frecuentaba los lugares habituales?, ¿porqué no había dejado huellas?; todos interrogantes, que quizás el azar ahora le permitiría responder.
Roberto era un idealista que soñaba con cambiar el mundo, disminuir la brecha entre ricos y pobres pero en él, había otro costado más belicoso y revolucionario y hasta se diría más salvaje. Un día admitió que si debía matar para lograr sus objetivos, no le temblaría el pulso.
Eran dos polos opuestos pero se amaban. Él siempre le echaba en cara sus actitudes burguesas pero había entre ambos una intensa pasión que en la cama tiraba por tierra prejuicios y diferencias.
Su desaparición, la había dejado desvastada y el horizonte luminoso que soñaba alcanzar de su mano, se había ensombrecido con nubarrones de angustia.
El flamante trabajo vino a mitigar un poco la desazón que le embargaba y esa compulsión a comprar ayudaba a levantar su autoestima que había quedado por el suelo con el abandono.
Tras lo ocurrido, la compra que pensaba realizar quedó en suspenso; los días siguientes fueron sumando horas de tensión, de una densa espera que quizás le develara el misterio. Temía escuchar algo que no deseaba, temblaba al pensar que Roberto hubiera decidido tomar el camino de la radicalización, quería saber y quería ignorar, y lamentaba sus pasos que la condujeron al ansiado comercio.
Varios meses debieron transcurrir para conocer la verdad, efectivamente Roberto había sido captado por un grupo de terroristas y el día que dejó la mochila planeaba realizar un atentado en la mencionada Galería pero su actitud despertó sospechas por lo que se ocultó en la tienda de sombreros, dejó la mochila con su identificación y desapareció entre la muchedumbre. Cámaras de seguridad demostraron su derroteo. Así, al observarlas, Elisetta sintió con alivio que se había sacado una pesada carga de su vida y de algo estuvo segura, no había sido ella la culpable de ese final abrupto.
Roberto pasó a la clandestinidad y era el prófugo más buscado; Elisetta, seguía pensando en comprar sombreros.

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12 comentarios

  1. 1. Otilia dice:

    Hola Galia,
    Gracias por leer y comentar.
    Tu historia me ha gustado y es muy actual.
    Tienes por ahí unas “erres” que se han cogido vacaciones: Encontraron y derrotero.
    Quizás, cuando, al comienzo, defines a Elisetta, yo hubiera dicho que tenía baja la autoestima por abandono de la pareja. Solo es mi opinión.
    Nos leemos. Saludos.

    Escrito el 19 agosto 2018 a las 09:42
  2. 2. Carlos Ferreras dice:

    Hola Galia.
    Me gusta como tú historia se va desarrollando y toma derroteros : ) inesperados. El lenguaje es limpio y fácil de leer. Quizás se beneficiaría de algún recurso (no se cual) para variar un poco el ritmo de la narración.

    Estoy dos relatos más arriba por si quieres leerme y comentar.
    Un saludo y nos leemos en la próxima.

    Escrito el 19 agosto 2018 a las 09:52
  3. 3. María Esther dice:

    Hola Galia, intersante tu historia, me recuerda cuando cobré mi primer sueldo, que gasté un tercio comprando todo lo referente al maquillaje, ja ja.
    Me gustó porque toca un tema muy actual, aunque sea de soslayo,pero despierta interés.
    Saludos, estoy en el 98, si deseas pasar.

    Escrito el 19 agosto 2018 a las 14:40
  4. 4. Carmen Ramarama dice:

    Hola Galia.
    Gracias por comentar mi texto.
    El tuyo me ha encantado, muy ágil y con una pintura clara de la situación. Además de un escenario muy actual.
    A veces los correctores no juegan una mala pasada ( lo digo por derrotero).
    Nos seguimos leyendo

    Escrito el 19 agosto 2018 a las 19:40
  5. 5. Norelkis dice:

    Bastante buena la verdad, me gustó mucho la historia.
    Quién lo diría, sus ansias de sombreros la ayudaron a desvelar el misterio sobre su novio.

    Escrito el 19 agosto 2018 a las 20:52
  6. 6. Amadeo dice:

    Galia.
    Un muy buen cuento, aunque noto dos conflictos: la no compra de los sombreros y la mochila y posterior historia de Roberto. Creo es mejor desarrollar un solo conflicto y resolución por cuento. En resumnen: encontré dos cuentos bien escritos y fáciles de leer

    Estoy en el 101 por si quieres leerlo y comentar
    Saludos
    Amadeo, Argentina.

    Escrito el 19 agosto 2018 a las 23:23
  7. 7. Piquillin dice:

    Hola Galia: Gracias por comentar mi relato. Parece que la realidad a los argentinos nos está dando mucha tela para cortar. Lo mejor que podemos hacer es inspirarnos y sublimar escribiendo historias.
    Felicitaciones por tu trabajo, me ha gustado.

    Escrito el 20 agosto 2018 a las 18:02
  8. 8. Doralú dice:

    ¡Hola Galia!

    Me ha gustado tu relato. Es de fácil lectura y creó la intriga necesaria para llegar de un solo tirón hasta el final.

    En relación a la forma, presento a tu consideración lo siguiente:
    • En este caso: “Cómo le atraían, cómo los deseaba.” Yo colocaría de esta manera: ¡Cómo le atraían!, ¡Cómo los deseaba! Es solo una opinión.
    • Hay una S coleada en desvastada, cambiar por devastada.
    • Es un texto que después de su debido reposo, pudiera ganar más cuerpo, belleza y ¿por qué no? poesía. Por favor, no malinterpretes mis palabras, no digo que este mal escrito tu relato.

    Un abrazo

    Escrito el 20 agosto 2018 a las 19:54
  9. Galia, caramba cuanta fantasía, pero no hay duda de que intrigas al lector hasta el final. Quizá debiera haber sido más explosivo: ¡Bounmmmmm! jajajaja. salu2

    Escrito el 20 agosto 2018 a las 22:24
  10. 10. De vuelto dice:

    Aunque tiene un ritmo constante que mantiene la atención, el no definir un solo conflicto confunde al lector.

    Mi relato es el #45

    Escrito el 21 agosto 2018 a las 19:59
  11. Hola Gaia
    Una vez mas te leo y como siempre me ha encantado tu historia, desgraciadamente muy actual. Hay una cosa que no veo bien y es cuando dices “era el prófugo mas buscado” debías haber dado a entender que realmente había cometido algún delito, aunque fuera en otro lugar, porque yo creo que si no esta acusado no puede ser prófugo. Es mi opinión.
    Como siempre, Felicidades

    Escrito el 22 agosto 2018 a las 15:59
  12. 12. Eugenia dice:

    Hola Galia!

    Tu historia me atrapó, como así también el resultado inesperado de la situación que planteaste acerca del novio.
    Parece mentira que el entusiasmo de Elisetta por un sombrero terminó develando una realidad
    de la cual ella desconocía y con la que había cargado tanto tiempo.
    Dinámica, entretenida!!
    Nos seguimos leyendo

    Un abrazo.

    Escrito el 30 agosto 2018 a las 22:43

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