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La venganza de Ariadna - por Sofia

El héroe esperaba frente a la tienda engalanado con extravagantes ropajes; aún conservaba la esperanza de que se le comunicara que todo era una prueba de su disposición y que el pasaporte a la aventura aguardaba en un peligroso y recóndito paraje.

Pero eso no sucedió, así que se internó en el establecimiento, sin tener idea alguna de lo que dentro le esperaba.

A simple vista nada salía de lo extraordinario, sin tomar en cuenta la ridícula cantidad de sombreros que abarrotaban los estantes de todas las formas, tamaños y colores existentes e incluso algunos que nunca se habría atrevido a imaginar.

En un principio el rastro le pasó desapercibido, hasta que lo atrapó entre los sombreros más estrafalarios, que para su asombro descubrió le marcaban el camino; con cada paso, podía sentir el espíritu de la aventura aguardando en el horizonte, atrayéndolo con un canto irresistible, atando en su pecho la sed de lo desconocido.

Tan embriagado de emoción como se encontraba, no notó como los sombreros se extinguieron paulatinamente, dejando detrás los muros de piedra de un laberinto.

― Serás idiota ― se lamentó una voz femenina, arrancándolo de su ensoñación.

Miró a su alrededor, buscando la fuente del sonido, pero no había nada más que paredes desnudas.

― Aquí arriba ― señaló la voz.

Levantó la vista para encontrar a la mujer más hermosa que sus ojos alguna vez observarían; ataviada con un fino vestido, recostaba su frágil figura de espaldas sobre la cima del muro, observándolo con diversión mientras su cabello caía en cascadas sobre las piedras.

― ¿Quién eres? ― preguntó embobado el héroe.

― Ayuda ― zanjó ella, conservando su noto de diversión ―. Es todo lo que necesitas saber por ahora.

La tienda de sombreros había desaparecido, dejándolo atrapado en medio del laberinto; su ansiedad despertó y tomo control de él al no divisar salida aparente; haciendo que la hermosa desconocida soltara una risilla.

― Calma ― pidió ― Estaré allí en un minuto.

Se incorporó, acomodando los brazaletes que adornaban sus muñecas para luego dejarse caer a su lado.

― Veo que no tienes idea alguna de cómo salir ¿cierto? ― indagó, aunque ambos conocían con claridad la respuesta.

― Todo gran héroe necesita de ayudantes ― declaró, repitiendo lo tantas veces dicho durante su entrenamiento ―. Teseo también tuvo apoyo para cruzar el laberinto de Creta.

― Pobre e ingenua princesa ― se lamentó ella con disgusto.

― Dices que quieres ayudarme, pero hasta el momento no has sido una adición muy útil a mi expedición ― le reprochó el héroe, perdiendo la paciencia.

No importaba lo hermosa que fuera, necesitaba salir de allí cuanto antes; si no podía ayudarle, de momento no le servía para nada.

― Si no fuera por mí todavía estarías atrapado en el espíritu del laberinto, estrellándote sin parar contra la pared ― expuso colérica ―. Así que trátame con un poco de respeto.

El héroe levantó sus manos en rendición, aunque desconocía su identidad no parecía la más inteligente de las ideas hacerla enfadar.

― ¿Conoces el truco de la derecha? ― preguntó ella.

La miró, esperando su explicación.

― ¿Qué les enseñan a los héroes estos días? ― se quejó ― Coloca tu mano en la pared que tienes a tu derecha y síguela, te llevará hasta la salida; tu destino espera al otro lado.

Contando al fin con información útil; siguió el consejo de la hermosa dama, avanzando aferrado al lado derecho del laberinto, perdiéndose entre sus muros. Era una lástima que nunca llegaría al otro lado.

O quizás no tanto.

― Qué patético ― murmuró Ariadna, volviendo con un chasquido de dedos a su cómodo puesto sobre el muro ― Aunque duró un poco más que el último.

Hizo aparecer uno de sus sombreros favoritos, acomodándolo con gracia sobre su cabello; entonces, el timbre de la tienda sonó, anunciando la llegada de un nuevo aspirante a héroe.

― Aquí vamos de nuevo ―suspiró la diosa ― Esperemos que este valga la pena.

Y si no lo hacía, siempre habría otro esperando; al fin y al cabo era su laberinto, y sólo ella decidiría quién llegaría al final.

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5 comentarios

  1. 1. Anaisa dice:

    Me ha gustado mucho tu cuento. Una magnífica recreación de Teseo en el laberinto. Muy muy original. Me parece que en tu historia el héroe pierde cierto protagonismo en contraposición con el personaje de Ariadna y es genial. Yo diría que es una versión “feminista” del mito. Si quieres leer mi recreación del mismo mito te invito a que te pases por el 122. Es muy diferente al tuyo… pero agradecería que me dieses tu opinión. ¡Enhorabuena!

    Escrito el 17 agosto 2018 a las 22:42
  2. 2. Stinkelgeneroso dice:

    Hola, me paso a comentar.
    La trama es interesante y se lee bastante bien.
    La única pega que le encuentro es una oración que no suena bien: “Era una lástima que nunca llegaría al otro lado.”, el verbo no está bien escrito. O bien dices: “Era una lástima que nunca llegara/llegase al otro lado.”, o bien: “Era una lástima que nunca fuera/fuese a llegar al otro lado.”
    Por lo demás todo bien.
    Saludos.

    Escrito el 19 agosto 2018 a las 18:46
  3. 3. Carlos Alma dice:

    Hola Sofía,
    Tu narración se lee muy bien, tiene ritmo y la personalidad pizpireta de Ariadna muy lograda a través de los diálogos.
    Las rayas de los diálogos van pegadas a las palabras (Literautas tiene un post muy bueno sobre como escribir diálogos) y “repitiéndolo” todo junto y acentuado.
    Enhorabuena por tu historia. Yo estoy en el 104 por si te apetece leerme.

    Escrito el 20 agosto 2018 a las 08:48
  4. 4. Piquillin dice:

    Hola Sofía: Hermosos relato, fantástico, me pareció muy original la propuesta. Nos seguimos leyendo

    Escrito el 23 agosto 2018 a las 15:17
  5. 5. Sofía dice:

    Hola a todos! Gracias por darle una oportunidad a mi relto y por sus observaciones, las tomaré en cuenta y lo corregiré de inmediato.

    Escrito el 3 septiembre 2018 a las 14:04

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