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Las tres puertas - por Marlene Flores González
LAS TRES PUERTAS
¡Mi tío, me ha heredado su tienda de sombreros! Yo no esperaba algo así, mucho menos tomando en cuenta que nunca nos conocimos y que lo único que sé de sombreros, es que se ponen sobre la cabeza. Minutos después de que recibía mi pasaporte, pues pensaba viajar, me llamó un abogado para darme la noticia y citarme a su despacho.
—No sé qué responderle — le dije— quizás sea un error.
—Él contestó: —No hay error…, su tío la heredó. Él confiaba en que usted cuidaría de sus bienes.
—¿Cómo lo sabía si nunca nos conocimos? ¿Por qué razón me heredaría justamente a mí, que fui separada de mi familia paterna desde que nací?
—El abogado me respondió: —¡Quizás porque es su única heredera! ¿no le parece?
¡Eso yo no lo sabía!, nunca hubo ningún acercamiento, nada que yo supiera de él, excepto, que existía.
—Bien, —me dijo— ¡ahora todo es suyo! —Me despedí del abogado, muy pensativa.
Mi próximo viaje, mi trabajo y una tienda de sombreros, formaron un laberinto en mi cabeza. Debo tomar las cosas con calma, y organizar todo esto.
Era mi costumbre dar un paseo por la playa, para ordenar mis ideas. El sol comenzaba a ocultarse y el espectáculo de las nubes coloreadas por los últimos rayos, me llenaban de placer. Respiré profundamente el aire tibio. Mis ojos se deslizaban por el horizonte y una bandada de aves marinas, que regresaban a sus nidos.
—Vivir cerca del mar, y tener una galería de arte, fue mi sueño realizado. Con trabajo y sacrificios, empleando todos los recursos posibles, comenzaba a ver resultados. Mis pinturas, sobre lienzos de todo tamaño, se multiplicaban mostrando la exuberancia y la belleza tropical de mi país. Cada vez que vendía una de ellas, tenía el doble sentimiento de éxito y de pena, ésta, por desprenderme de algo en lo que había puesto todo mi cariño.
Asumir la tienda de sombreros, significaba trasladarme a otra ciudad, y abandonar todo lo que había hecho hasta ese momento. Tendría que ser muy prudente. Decidí entonces, ir a conocerla.
Lo que imaginé, ni se aproximó a la realidad. Separado del resto del edificio, por un jardín interior, la tienda, exhibía sombreros de estilos y materiales diversos, colocados en estanterías de vidrio. Maniquíes presentados con elegancia, lucían además del sombrero, pañoletas, bufandas y bolsos. Una vitrina central, mostraba perfumes finos y relojes de marca. Cada pieza fue tratada como una obra de arte.
Encima del escritorio, encontré un sobre manila dirigido a mí; adentro, había una carta y un manojo de llaves. Mis manos comenzaron a temblar y unas gotas de sudor se deslizaban por mi frente. A mi padre, no lo conocí…, lo único que tenía de él era su apellido, tal como sucedía con mi tío, —su único hermano—. No tenía idea de lo que iba a encontrar en aquel sobre. ¡La emoción casi me hacía llorar!…
Así escribió, con su puño y letra: «…Lamento, que siendo tan parecida a nuestra madre, no te lo dije nunca. ¡Lo siento! Siempre estuve pendiente de ti…; te has esforzado mucho por lograr tus sueños y eso me ha llenado de orgullo. Sé que te sorprende el hecho de que haya decidido dejar en tus manos, lo único que tengo. ¡Tu padre, estaría muy satisfecho! Te pido humildemente, que lo recibas, y me perdones. Las llaves, son de las puertas que vas a encontrar cerradas. Ante cualquier duda, mi abogado tiene conocimiento de todo.[…]»
¿Perdonarlo? ¿Por qué?… No obstante, La curiosidad por abrir las puertas me sacó de la abstracción. Tras la primera, como un pequeño museo, una colección de sombreros antiguos: de fieltro, de paja-toquilla, de copa alta, tiroleses, cordobeses, con alones y sin ellos…, provenientes de lugares lejanos.
Al abrir la segunda puerta, encontré una escalera que conducía a un apartamento sobrio y muy agradable, cuyas ventanas daban al parque.
La tercera puerta: ¡No lo podía creer!… Mis lágrimas, no se contuvieron más. Varios caballetes de madera reluciente, sostenían algunas de mis pinturas y sobre una pared, exquisitamente enmarcada, la de gran tamaño, que había vendido, no hacía mucho tiempo, a un cliente especial. Era un señor de edad avanzada, culto y simpático, quien visitaba a menudo la galería, para comprar mis cuadros. Se me hizo tan familiar, que me gustaba compartir con él un café, mientras charlábamos placenteramente. Siempre se mostraba interesado en saber sobre mis experiencias como artista y vendedora de arte. ¡Él, era mi tío!
Hola, Marlene. Encuentro un poco enrevesada tu forma de resolver el reto pues al final se descubre la identidad del tío pero… ¿no deberías indicar desde el principio que este tío es un extraño para ella? No veo un conflicto en esta historia y creo que es algo fundamental.Insistiendo en la extrañeza del personaje creo que lo lograrias, pero es solo una opinión.
Me gustó el relato y el carácter de la chica. Y según mi pensar, sí le veo un pequeño conflicto, pues hubo un choque entre su sueño y la tienda heredada haciendo que tenga que pensar si abandonarlo todo o no. También me agradó el final, el cual, aunque no fue una sorpresa, hizo que todo termine de manera hermosa xD. Por cierto, mi historia es la No. 34: El hombre olvidadizo.
Hola Marlene.
Me gustó la idea en general aunque coincido con Anaisa en que le falta pulirla para que se entienda mejor.
Con la mejor onda intentaré comentarte algunas cosas por si te ayudan a mejorarlo.
Tuve bastantes problemas con la puntuación. Cosas que dificultan la lectura. Me sobran rayas de diálogo, puntos suspensivos y comas en varios lugares. De tanto fijarme en mis textos ahora me saltan mucho a la vista estas cuestiones.
La frase final, “¡Él era mi tio!” yo la omitiría, porque ya se cae de maduro.
Por lo demás cumple bien con el reto y es una historia atrayente.
mi texto es el 2.
Saludos.
Analuisa, Dwarlyn y Diego Alba:
Muchas gracias por sus comentarios. Revisaré el texto tomando en cuenta sus sugerencias y lo pondré en mi blog, ya corregido. Con gusto leeré los de ustedes.
Me agrada el tono del relato, porque me hace sentir en un diálogo con la protagonista/narradora. Me agrada la idea de misterio, aunque no me acaba de cerrar que el título sea ese. El mismo final podía ser un poco más impactante contado de otra forma, como ya te dijeron.
Mi relato es el #45
Hola De vuelto:
Gracias por tu comentario, lo tendré en cuenta.
Con gusto iré a leerte.
Marlene:
Muy buen cuento. Emociona. Lo único que le quitaría es el final aclaratorio, por innecesario.
Hay un problema con los guiones de diálogo: Yo pondría así:
—No sé qué responderle, quizás sea un error —le dije.
—No hay error…, su tío la heredó. Él confiaba en que usted cuidaría de sus bienes —respondió.
—¿Cómo lo sabía si nunca nos conocimos? ¿Por qué razón me heredaría justamente a mí, que fui separada de mi familia paterna desde que nací?
—¡Quizás porque es su única heredera! ¿no le parece?
—¡Eso yo no lo sabía!, nunca hubo ningún acercamiento, nada que yo supiera de él, excepto, que existía.
—Bien, —me dijo— ¡ahora todo es suyo!
Me despedí del abogado, muy pensativa.
Estoy en el 101 por siq ueires leerlo y comentar
Saludos
Amadeo, Argentina
Hola Amadeo:
Gracias por tus comentarios. Qué gran ayuda me das, porque la verdad se me ha hecho un lío con lo de los guiones de diálogo.
Lo estudiaré y corregiré.Con gusto leeré tu relato.
Saludos.
Hola, Marlene.
Gracias por pasarte por mi relato y comentarlo. El tuyo me ha gustado, reflejas bien las dudas de la protagonista, y describes muy bien el ambiente de la tienda.
Yo quitaria lo de “el abogado me respondió…” “el contestó…”, yo creo que ya se da ha entender que son ellos.
Saludos
Hola Marlene,
Bonita historia la que nos cuentas, has conseguido que la siga con interés, y me gusta el final que le has dado, aunque como ya te han señalado quizá sobra la frase final.
En cuanto a la forma, a mi modo de ver sobran algunos guiones, y puntos suspensivos, pero sobretodo muchas comas.
Por lo demás, te felicito porque es un hermoso relato.
Saludos!
¡Hola! Yoly y Antaviana:
Muchas gracias por leer mi relato. Tienen razón con lo de la puntuación, realmente se me hizo un lio.Lo corregiré tomando en cuenta sus co-
mentarios, que de eso trata.
Saludos.
Hola Marlene.
La trama de tu relato es suave, fluye con naturalidad, aunque no encunetro conflicto, sino un desarrollo de situaciones. Por supuesto, sobra la frase del tìo.
Faltaría algo de sus familiares, dado que aparentemente tu protagonista no tiene aboslutamente nada de ellos. Pero no quita brillo a tu relato.
Saludos.
Hasta la rpròxima propuesta.
Hola Laura:
Gracias por leer mi relato. Estoy de acuerdo con que la frase final, sobra.
A mi modo, el conflicto está en dejar lo que ha hecho con esfuerzo y años de trabajo o trasladarse a otra ciudad para hacerse cargo de la tienda.
Realmente no es un gran conflicto dadas las circunstancias, pero si lo hay.
Saludos y gracias de nuevo.
Hola Marlene, qué tal, te visito desde el piso de arriba.
He hecho un bonito viaje a través de tu historia. Tres puertas: es el eje que utilizas para resolver el misterio. Las puertas siempre son curiosas, sobre todo en los relatos, porque nunca sabes lo que vas a encontrar al otro lado. Aunque creo que la curiosidad está bien anticipado de antes, ya que desde el principio nos interesamos por esa protagonista que acaba de heredar una tienda de sombreros y que explica algunas cosas de sí misma. El segundo eje es la relación con su tío, que se desvela por fin de la ambigüedad y le hace descubrir a ella que el hombre que le escribe y que le ha dejado la tienda no era alguien ni mucho menos prescindible en su vida. También queda por resolver por qué el tío había mantenido ese secreto, cuando estaba incluso cerca de ella. ¿Qué le motivó?
El relato está escrito con cuidado, y cierta ternura, con variedad de enumeraciones de objetos, sombreros especialmente, que otorgan la atmósfera adecuada al relato.
En definitiva, tu texto me ha gustado.
Y quizá le pondría un pero, sin demasiado énfasis. Y es que creo que el relato resulta algo egocéntrico. Me explico, la narradora cuenta su historia, una historia que gira en torno a ella misma, como le ocurre a cualquier narrador en primera persona, pero hay un momento en que el narrador comienza también a hablar de sus virtudes, sus logros artísticos, y por fin el homenaje a su propio yo que le hace su tío. Y eso, que puede ser bienintencionado, también resulta demasiado sentimental, o podría reflejar en el escritor el deseo de mirarse a sí mismo más que de mirar al mundo. No sé si es malo o es bueno, pero literariamente me resulta algo empalagoso. Pero bien, es un detalle que se hace más grande cuando lo explicas que cuando lo sientes. Para mí la lectura en general me ha resultado amena y agradable. Enhorabuena.
Hola SrCualquiera:
Te estoy muy agradecida por leer y analizar mi relato. Puede ser, aunque no lo supe hasta ahora, que fuera un tanto egocéntrico.
Es un aspecto que tendré en cuenta en mis próximos textos.
No dudo que me falta mucho por aprender y gracias a este Taller de Escritura, voy avanzando.
Leí tu relato y me gustó muchísimo.
Un saludo y gracias de nuevo.
Hola Marlene: A mi me ha gustado mucho tu relato, quizá tu forma de escribir resulte un poco atropellada en comparación a como yo lo hago pero ese detalle no le quita encanto al texto. La historia es bonita, optimista y te deja buen sabor de boca.
Un saludo.
Qué bonito, Matilda! Me hubiera gustado saber más de la vida de tu protagonista.
El relato es muy emocional. Eso es bueno, pero ten cuidado porque a veces puede atragantar al lector. Pero, repito, a mí me ha gustado mucho.
Cuidado con los signos de puntuación en algunas frases de diálogo.
Felicidades!
Hola Lunaclara:
Muchas gracias por leer mi relato. tomaré en cuenta eso de no atragantar al lector y en cuanto a la puntuación y los diálogos, lo tendré en cuenta.De hecho ya hice algunas correcciones del texto que están en mi blog.: losrecuerdossehacenviejos.blogspot.com por si tuvieras un tiempito sobrándote por ahí.
Saludos.
Me gusto mucho, me atrapo y el misterio también. no te puedo corregir ya que yo recién comienzo y para mi el principio, el desarrollo y el final es lo que me define si me gusta o no. Y me Gusto! Dejo a otros la correcciones.
Hola maría emilia:
Muchas gracias por leer mi relato. Yo también comienzo, y me da gusto me lean y les agrade lo que escribo. Un saludo afectuoso.
Hola Marlene,
Lo que más me gustó de tu relato es que lograste intrigarme como lector, quería saber cómo terminaría todo. Aunque sí me hubiese gustado que los detalles finales fuesen más controlados, omitiendo además, por ejemplo, el “¡Él, era mi tío!”. Del resto, bien escrito y justificado.
¡Saludos!
Hola Marlene,
La verdad que el argumento de tu historia me ha gustado mucho, engancha y quieres leer hasta el final.
No hay mucho que pueda añadir a lo que ya han comentado el resto de compañeros, basta con pulir pequeños detalles.
Un saludo desde el 73.
Naiara
Muchas gracias Naiara por leer mi texto.Me alegra mucho que te guste.
Pasaré a leer el tuyo
Hasta pronto.
independientemente de que tu relato sea un buen relato Marlene,(a mi me gustó), y sin hacer valoraciones del mismo; lo que hay que agradecerte es que respondes con prontitud y puntualidad a todas y a cada una de las criticas que de él se hacen, y además, con el ánimo de mejorar, lo que demuestra que siempre la humildad y la paciencia es lo que hace progresar. Yo no he publicado nada todavía, aun estoy todavía buscándome la vena de artista…, pero leo todos los relatos que puedo, me encanta esta pagina. Un saludo
Hola Jesús:
Gracias por comentar mi relato y por tus palabras amables.
Espero que te animes a publicar uno de los tuyos, te aseguro que lo voy a leer. Ya estamos por recibir el siguiente reto. (1 de Set.)
¡saludos!
Hola, Marlene:
La hostoria es, cuando menos, curiosa, y seguramente muy actual hasta cierto punto. Aunque no soy dada a hablar de detalles formales básicos, te voy a decir algo que sí me ha llamado la atención: te sobran un montón de comas, especialmente las que están entre el sujeto y el verbo, en cuyo caso no se pone dicho signo, salvo que constituya una llamada a alguien, ninguno de cuyos casos es este. Si dices algo como “maría no abrió la puerta”, no hay que poner ninguna coma; si por el contrario dices “María, no abras la puerta”, sí. Finalmente, si dices “María, que estaba sentada, No abrió la puerta”, sí se pone coma, dado que entre el citado sujeto y el verbo hay una subordinada explicativa de lo que viene después. Hasta otra.
Hola Perla preciosa:
Gracias de verdad por tus indicaciones sobre la puntuación. Estoy de acuerdo en lo que me dices y por supuesto que haré los cambios.
Muy amable por tomarte el tiempo para ayudarme. Hasta pronto.