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Pasaporte al exoplaneta - por Carlos Jaime Noreña

Web: http://ocurr-cj.blogspot.com

Mientras otea el horizonte nocturno, Alejandro sueña con un viaje espacial para ir a conocer un fascinante planeta que le hace el cortejo a una remotísima estrella. Sueña que con los avances de los telescopios orbitales se logra identificar un planeta en Trappist-1e que exhibe con orgullo un manto vegetal salpicado de alegres corrientes de agua que van a desembocar en un océano lleno de sirenas, pero no se han podido identificar otras formas de vida y se le ha encomendado la misión de exploración en compañía de la bella astronauta Artemisa, bajo el mando del gruñón capitán Armando.

Por otra parte, los avances de la Astrofísica han hecho posible a los ingenieros la construcción de una nave que se mueve mediante la absorción de antimateria, lo que la sacará de las tres dimensiones básicas y la catapultará a través del espacio sin recorrer en sucesión todos los puntos de una trayectoria convencional hacia el destino. Así, los cuarenta años luz al sistema Trappist-1e se convierten en un viaje de nueve meses, que llegará a feliz término si la ingeniosa programación del rumbo de la nave, elaborada por un equipo de ingenieros y astrofísicos, efectivamente sirve de hilo de Ariadna en el laberinto multidimensional que atravesará.

El día del lanzamiento, transmitido por TV a miles de millones de personas, el director de la misión revela que la selección del capitán Armando, entre candidatos intensamente entrenados, obedeció al significado de su nombre, derivado del germánico Hard-mann, ‘hombre fuerte y valeroso’, porque “es necesario hacer énfasis en la valentía de nuestros astronautas y la fuerza de nuestra nación”. Recordó Alejandro la no casual selección de Neil Armstrong para la conquista de la Luna, porque con arm-strong se quiso mostrar, en la época de la primera guerra fría, el fuerte brazo norteamericano.

Las sensaciones durante el ‘vuelo’ son inéditas: físicamente, los recorre por todo el cuerpo una especie de cosquilleo muy agradable y los invade una arrobadora emoción, que no alcanzan a distinguir bien si es la propia de la aventura que viven o es algo inducido por el despegue hacia otras dimensiones. Además, aunque se les había indicado que siempre observarían plena negritud en el exterior de la nave por causa de su ‘secuestro’ dimensional son testigos de un espectáculo de luces extraordinario; parecen viajando a través de brillantes volutas luminosas que cambian continuamente su coloración, disposición, formas; están tan desconcertados como niños que observan por vez primera unos juegos pirotécnicos; Alejandro siente un intenso deseo de unirse a Artemisa, no se reprime, la abraza y ella no lo rechaza, antes bien, se le pega a su cuerpo y así continúan absortos frente al espectáculo, sin percibir que Armando los observa turbado.

“¿Sabes que ya entiendo por qué fui seleccionada frente a tan meritorias candidatas? –le dice ella– por el significado de mi nombre: la diosa helénica de la caza, los animales salvajes, el terreno virgen… Eso es lo que buscaremos en aquel planeta”. No alcanza Alejandro a preguntarle si a él lo enviaron al remoto astro como una reencarnación del conquistador macedonio, porque el capitán les ordena regresar inmediatamente a sus puestos de trabajo. Ella sí alcanza a susurrarle al paso “nuestro pasaporte y visa fueron nuestras etimologías”.

De allí en adelante, los encuentros entre Alejandro y Artemisa son furtivos, mas el capitán logra rastrearlos con los instrumentos de a bordo, a pesar de los trucos con que ellos han intentado engañarlos. Finalmente, se llega el momento en que Armando, presa de los celos (aunque se engaña diciéndose que es por mantener la disciplina del personal) interviene el complejo programa rector de la trayectoria con la intención de provocar unas fuertes sacudidas de la cápsula espacial que atemoricen a la pareja. Logra su objetivo, mas el artefacto no deja de vibrar, el resplandeciente panorama exterior se pierde, la temperatura interna comienza a bajar y al cabo de unas horas los tres están a punto de congelarse.

Con restos de energías, Artemisa se abraza estrechamente con Alejandro y poco después pierden la consciencia. El errático viaje de la nave continúa, pero súbitamente despiertan, ignorantes del tiempo que ha pasado; el control automático les informa que se acercan al destino de la misión. Intrigados, le indagan las causas de lo ocurrido y reciben por respuesta que hubo ‘desajustes’ que fueron algo difíciles de corregir, pero que el modo automático del artefacto logró demostrar el éxito de la inteligencia humana que lo creó.

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15 comentarios

  1. 1. Seigel dice:

    Saludos Carlos,

    En primer lugar, felicidades por tu relato, me ha gustado mucho leerlo.

    Me encanta como mezclas la imaginación propia de la ciencia ficción con conocimientos físicos que tenemos actualmente, sobre todo al describir cómo funciona la nave espacial y cómo es el viaje. La mención de la materia oscura y el guiño a la teoría de las dimensiones compactadas me han gustado mucho.

    Además de eso, me gusta que no solo te centres en la ciencia y hables del significado de los nombres de los tripulantes de la nave. Me parece muy curiosa la forma que tuvo el gobierno de esta historia de hacer la selección de sus astronautas, y me gusta que hayas querido unir ciencias y letras en tu historia con este recurso.

    Finalmente, me ha llamado la atención el cómo la inteligencia artificial de la nave logró solucionar el problema causado por unas emociones humanas, mezclando la capacidad que tenemos para fastidiarlo todo por culpa de nuestros sentimientos junto a la capacidad que tiene nuestra tecnología para minimizar los daños que podamos causar.

    Felicidades otra vez por el relato, si quieres pasarte por el mío está el último de la lista.

    Un saludo, nos vamos leyendo

    Escrito el 17 agosto 2018 a las 18:03
  2. 2. IreneR dice:

    Buenas, Carlos Jaime Noreña.

    La idea me ha gustado y me ha parecido que tiene potencial, sin embargo, me faltan muchas comas en el texto y eso ha hecho que la lectura se volviese bastante difícil y no me he enterado del todo bien de lo que iba ocurriendo en la historia. Hay frases demasiado largas, que si lees en voz alta terminas por ahogarte.

    El pequeño diálogo no está bien indicado, las comillas se utilizan para expresar pensamientos, no para señalar que un personaje habla.

    Nos leemos.

    Un saludo.

    Escrito el 17 agosto 2018 a las 22:17
  3. Aquí sí me pongo a la defensiva: Solo noto una coma que me “comí”, de resto no hacen falta todas las que tú dices. Las comillas para indicar los diálogos, en lugar de los guiones largos en párrafos separados, las aprendí de algún autor que no recuerdo y me parece que funcionan bien, sobre todo en este relato donde hay tan pocos diálogos.
    Sí tengo la costumbre de escribir oraciones muy largas, que pueden ahogar, pero todavía no he sido capaz de corregirlo completamente; entiendo muy bien que se debe escribir más conciso: frases cortas, diálogos cortos.
    Gracias y muchos saludos.

    Escrito el 18 agosto 2018 a las 01:14
  4. 4. IreneR dice:

    Buenas. Siento si mi comentario te molestó, es solo mi opinión.
    ¡Un saludo!

    Escrito el 18 agosto 2018 a las 06:32
  5. Una lectura muy amena y entretenida. No es el tipo de tono que me gusta pero lo has llevado bien. Me parece una buena historia para inspirar a niños y jóvenes a imaginar.

    Saludos si puedes pasas por mi relato el 130.

    Escrito el 18 agosto 2018 a las 17:22
  6. 6. beba dice:

    Hola, Carlos Jaime:
    Un buen relato de ciencia ficción adobado con pinceladas románticas; muy original lo de las etimologías. El desenlace aparece desvaído después de la tensión que provoca Cupido. Muy entretenido.

    Escrito el 18 agosto 2018 a las 19:59
  7. 7. Pilar dice:

    Hola Carlos,
    Me encantó tu historia, un poco complicada al principio, pero muy fácil de imaginar después. Muy bien documentada y muy trabajado el tema de los nombres, con significado. La he disfrutado muchísimo, tanto que para,mí no le faltan ni sobran comas y lo de las frases largas…. yo también las utilizo y creo que a veces son necesarias, esme cuestión de estructurarlas bien. En fin, te doy la enhorabuena. Solo me quedé con un una duda: ha sido un sueño de Alejandro o en verdad es un astrounata? Al principio utilizas «sueña con un viaje espacial» y he dado por hecho que todo era una fantasía, pero la verdad es que no lo aclaras. Aún así… Felicidades!
    Soy tu vecina del 11, por si te apetece.

    Escrito el 18 agosto 2018 a las 21:51
  8. 8. De vuelto dice:

    Cuando se escribe ciencia ficción, es necesario que la ciencia esté en la trama del relato. Por eso la explicación del viaje y el sistema hace interesante el relato, mientras que la historia de amor, e incluso lo de los nombres, me hace ruido. No le encuentro justificación.

    Mi relato es el #45

    Escrito el 19 agosto 2018 a las 22:24
  9. Muchas gracias a Seigel, Daniel Escobar. Beba, Pilar y De Vuelto por sus elogiosos comentarios. Respeto la crítica del último respecto a lo romántico y las etimologías, así como he respetado la crítica de IreneR, que no me enfadó en modo alguno y solo hice uso del derecho a replicar. Para eso nos han pedido que critiquemos los relatos, para expresarnos libremente y así lo hizo ella.

    Escrito el 20 agosto 2018 a las 02:02
  10. 10. Antaviana dice:

    Hola Carlos,

    Un relato sin duda muy trabajado y documentado, y aunque personalmente no me ha atrapado ni la temática ni el estilo, se nota la solvencia en tu escritura.

    Saludos!

    Escrito el 21 agosto 2018 a las 17:42
  11. 11. Ocitore dice:

    Hola, Carlos, me ha gustado bastante tu historia. Por un momento me recordó la impresionante película “Pasajeros” en la que en una nave espacial hay una avería y se descompone el sistema, luego uno de los pasajeros se despierta y descubre que están a medio trayecto, se enamora de una chica y…No sé si la hayas visto. te la recomiendo.
    Un abrazo.

    Escrito el 22 agosto 2018 a las 06:57
  12. 12. Laura dice:

    Hola Carlos.
    Al igual que Antaviana, no me atrapò tu relato.
    Reconozco que está bien escrito, pero no es mi género. Disculpa.
    Encontré algo superfluo lo de Artemisa y Alejandro con tantas explicaciones, tal vez dejarlos hacer simplemente hubiera dado agilidad a la trama.
    En un momento pensè en un nacimiento cuando indicaste que el viaje tardaba nueve meses, pero, bueno, no fue asi.
    Saludos.
    Hasta la pròxima.

    Escrito el 22 agosto 2018 a las 10:55
  13. Muchas gracias a Antaviana, Ocitore y Laura por sus elogios.
    Buena observación la de los nombres; tal vez me extendí en la explicación etimológica.
    Nunca he sabido de la película “Pasajeros”, pero coincidencias se dan. Ahora estoy escribiendo un relato y anoche me he dado cuenta de que tiene mucha similitud con uno que leí de Milan Kundera, pero no lo voy a arrojar al cesto.
    Saludos a todos.

    Escrito el 22 agosto 2018 a las 17:43
  14. 14. Vespasiano dice:

    Hola Carlos:

    Muchas gracias por pasarte por mi relato y comentarlo.

    El tuyo me ha parecido una imaginativa historia salpicada de detalles inherentes a un viaje espacial o a una estancia prolongada en el espacio.

    También tiene “su aquel” el enamoramiento de los dos jóvenes astronautas, me imagino, flotando en el espacio.

    Felicidades y espero seguir leyéndonos.

    Escrito el 28 agosto 2018 a las 11:15
  15. Muchas gracias, Vespaciano.
    Bueno, de todos modos, la fase más bonita del enamoramiento es cuando se está flotando en el espacio…

    Escrito el 28 agosto 2018 a las 21:00

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