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De Incógnito - por tyess

Web: https://tyess.blogspot.com/

Una palabra o dos eran el único pasaporte que necesitaba. Dicen que el dinero te abre puertas, que los libros te llevan a dónde quieras. Pero Heivden sólo necesitaba preguntas. Sí podía formular la interrogante correcta, podía obtener cualquier dirección, cualquier contraseña… cualquier palabra mágica.
Las palabras mágicas, cómo su hermano las llamaba, no eran para cualquiera. A Ichabod se le hacía difícil, pero Heivden había heredado el don de su madre, aunque hasta hace unas horas no tenía idea. Ahora había infinitos viajes en el horizonte.
―¡Mira! ¿Cómo me queda éste?
Sí hubiera podido, Heivden hubiera ocultado la respuesta a esa pregunta.
―¡Ouch! ―Ichabod fingió estar dolido aunque nadie en la pequeña tienda hubiera oído respuesta de parte de su hermano―. Eso no es cierto, ya verás que encuentro uno que sí me queda bien.
―¡Lo que daría por poder decirte de una vez que te ves bien! ―dijo Heivden, mientras seguía a su hermano a través del laberinto de estantes mal organizados en un espacio reducido.
―De acuerdo, de ahora en adelante no voy a espiar. ¡Éste! ―Ichabod se embutió otro sombrero en la cabeza. Este lo hacía ver como un bote de salsa.
Heivden negó con la cabeza.
―¿Y aquel? Pásame ese… el azul ―cuando se hubo acomodado la extravagante gorra azul, extendió sus manos como para mostrar lo bien que ahora se veía.
―Ahora sí ―dijo el mellizo de cabello oscuro, con un asentimiento aprobatorio―. Ese eres tú.
―Bueno, haré lo posible por no tomar eso como un insulto. ¿Que tal el anaranjado?
―¡No te dejaré caminar por ahí con…! Espera, ¿no habías dicho que no espiarías?
―No lo hice. Tú eres muy mal mentiroso.
No lo era. Ambos eran razonablemente hábiles en el engaño. Pero también se conocían demasiado bien como para burlar al otro.
―Llévate este.
―¿Por qué me dices que me compre un sombrero que me hará ver como un niño paranoico?
―¡Ahora sí estás espiando!
―Claro, no tiene caso evitarlo. Al parecer de cualquier forma sé lo que piensas ―dijo Ichabod, y como lo sabía, no había ninguna necesidad de que su hermano dijera en voz alta que era mejor ese sombrero que ningún sombrero, si querían sobrevivir el tiempo suficiente en aquella… ciudad.
Veintitrés horas y dieciocho minutos, eso era lo que faltaba para que los escudos de la región se abrieran y las palabras mágicas les permitieran regresar a casa. Hasta entonces, ocultar el cabello cobre de Ichabod era de vida o muerte.
Habían evitado el encierro que les tocaba como castigo por reprobar la clase de deporte, pero en su prisa por probar el método de escape, no habían elegido muy bien el lugar. Sí claro, su cultura era impresionante, pero los extranjeros no eran bienvenidos, en especial los que venían del hogar del bisabuelo de los mellizos, y uno de ellos había heredado el rasgo más característico de esa raza.
No tenían dinero que dejar en el mostrador cuando salieron, sin quitar el letrero de cerrado, así que Heivden usó su recién descubierta habilidad para dejar un clon exacto del sombrero que se llevaban. Repitió una disculpa hacía el encargado inconsciente, y se aseguró de cubrir cada hebra de cabello en la cabeza de su hermano.
―No entiendo porque puedes hacer sombreros y viajar a donde quieras, pero no puedes sólo hacer que mi pelo se vea igual que el tuyo ―apuntó Ichabod.
―Oh.
―¿”Oh”, qué?
―Es que… sí hay una palabra mágica para eso, pero no se me había ocurrido preguntar.

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4 comentarios

  1. 1. Montse dice:

    Hola, tyess,
    Me he leído varias veces el relato y aunque lo veo bien estructurado, me pierdo y no acabo de entenderlo. Quizás necesito más líneas, que no caben aquí. Al principio parece que los hermanos están buscando un sombrero por puro entretenimiento y más entrado el relato, comprobamos que el sombrero es crucial para esconder el cabello del hermano pelirrojo y salvar la vida en una extraña ciudad.
    He encontrado a faltar algún acento, pero esto a mí también me pasa por la precipitación que a veces llevamos.
    Esto aparte, te manejas bien en este terreno. Y el relato me ha resultado muy entretenido.

    ¡Nos leemos! 😉

    Escrito el 18 agosto 2018 a las 01:01
  2. 2. Abi Ponce dice:

    Hola, Tyess

    Tu relato me ha encantado, y si la extensión permitiera, me encantaría leer más.

    Muy bueno que solo sea necesario preguntar para saber la respuesta, y que se le haya olvidado hacer la más sencilla.

    Saludos.

    Escrito el 21 agosto 2018 a las 06:24
  3. 3. Ana Roda dice:

    Hola tyess.
    Me ha resultado interesante el planteamiento de tu relato, pero me he perdido un poco y no me han quedado del todo claros algunos puntos: las palabras mágicas para regresar a casa, la habilidad para dejar un clon del sombrero o el motivo de su huida. Parece que es por su raza pero me despista lo de la reprobación de la clase de deporte.
    Lo volveré a leer más despacio. Creo que tiene mucho potencial.
    si te quieres pasar por mi relato, estoy en el número 85.

    Escrito el 21 agosto 2018 a las 07:51
  4. 4. Sabina Duque dice:

    Hola Tyess.
    En esta oportunidad, no participé escribiendo. Sólo con algunos comentarios. Mi criterio para comentar tu texto, se basó en la observación, de quienes tienen menos comentarios.

    encuentro que tienes muy buenas ideas para escribir, pero debido a la cantidad que usas, a manera de pinceladas sin desarrollar, el relato, se torna confuso y difícil de entender.
    Tranquilo! No estás sólo. Yo, aún no logro concebir un texto limpio y claro.

    Sigamos aprendiendo.

    Soy Sabina Duque.
    Nos vemos en escena.

    Escrito el 23 agosto 2018 a las 22:54

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