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AMIGAS PARA SIEMPRE - por Carmen Sánchez Gutiérrez

Rubia, alta, elegante y decidida, así era Alícia.
Raquél la observaba, como todas las tardes, desde el mostrador de la tienda de sombreros. Trabajaba allí desde hacía dos meses y todas las tardes veía a su antigua compañera y amiga pasear pasear calle arriba y abajo, deteniéndose de vez en cuando en algún escaparate, hasta que salía un elegante joven -su novio probablemente- de las oficinas situadas al otro lado de la calle.
Su presencia, tan cercana, la intimidaba. Tan guapa y siempre bien vestida, mientras que ella…
Habían sido muy amigas durante años, pero sus horizontes eran distintos, aunque ellas aún no lo sabían.
Alícia, de familia acomodada, estudiaría una carrera, se casaría con algún chico también rico y sus vidas transcurrirían sin mayores sobresaltos. Mientras que ella, la mayor de cuatro hermanos, no tendrá otra opción que ponerse a trabajar al acabar el instituto para ayudar en casa.
Alicía era una niña dulce, encantadora, que siempre la trató con suma delicadeza, hasta que sus vidas se separaron. Al principio seguían viéndose a menudo, pero pronto entendió que sus amistades tenían que cambiar, que debía relacionarse con los suyos sí quería encontrar un buen marido, buenas relaciones y mantener su nivel de vida. Sin preámbulos dió pasaporte a Raquél. Jamás volvió a llamarla, jamás contestó sus llamadas.
Había pasado más de siete años desde aquello.
Raquél lo superó, claro. Trabajaba y estudiaba por las noches, sus hermanos hermanos habían crecido y también tenían pequeños trabajos que les ayudaba a financiar sus carreras. En definitiva, su vida no estaba del todo mal. Incluso había conocido a alguien, bueno, hacía muy poco tiempo, pero… sonrió al pensar en él.
Se estremeció al oír la puerta del establecimiento. Alícia acababa de entrar y observaba una bonita pamela hecha de paja.
Era la única dependienta del local, no tenía otra opción que atenderla ella misma. Se armó de valor y se dirigió hacia su antigua amiga.
Pero antes entró en la tienda el elegante joven que ella esperaba todas las tardes.
Alícia se puso blanca al ver como avanzaba hacia ella con una amplia sonrisa.
-Puta, zorra. Suelta eso ahora mismo, ya te daré yo sombreros en casa.
Casi había susurrado, pero Raquel estaba demasiado cerca y lo oyó con claridad.
La vida, con sus complicados laberintos, había llevado a su examiga a unirse con un maltratador. Y de la peor clase, a juzgar por su frialdad y su hipócrita sonrisa.
Observó a Alícia con mas detenimiento, desde su posición aún no había sido descubierta. Entonces vió las señales semi ocultas por la gruesa capa de maquillaje, vió sus ojos hundidos, suplicantes mientras miraban con terror a su pareja.
Raquél no necesitó saber más. Agarró el teléfono y marcó el 016 mientras se acercaba a su amiga para ofrecerla la mano.

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6 comentarios

  1. 1. De vuelto dice:

    La psicología de la protagonista está bien definida, por lo que sabemos qué esperar de ella. Hay varios errores de digitación como palabras repetidas, y una extraña forma de usar “pasaporte”. El final me parece positivo, aunque imaginé la escena en una época posterior a las líneas de emergencia.

    Mi relato es el #45

    Escrito el 18 agosto 2018 a las 07:36
  2. 2. Bea dice:

    Hola Carmen:

    Tu relato me ha encantado. Si que es verdad que hay algunos pequeños errores pero no me parece que desmerezcan para nada el increíble trabajo realizado y es que no he podido parar de leer desde la primera palabra a la última.
    He de admitir que me ha gustado especialmente la ambientación y es que si que es verdad que ésta me ha llevado a tiempos anteriores a las líneas de ayuda a las mujeres maltratadas,mas concretamente a los años 50-60.

    No puedo sino felicitarte por tu trabajo porque francamente me ha parecido increíble.

    Si te apeteciera pasarte por el mío, estoy en el 83.

    ¡Nos leemos!

    Escrito el 18 agosto 2018 a las 22:50
  3. 3. Ana Roda dice:

    Hola Carmen.
    Tu relato engancha y no te suelta. Te mantiene el interés y te sorprende con ese giro que muestra que la suerte no siempre está donde parece a primera vista.
    Me ha gustado.

    Escrito el 19 agosto 2018 a las 23:55
  4. Saludos Carmen Sanchez: La vida nos arrincona con muchos sobresaltos. No damos con quién ha de ser nuestro compañero de por vida.
    Nuestros sentidos no son lo suficientemente eficientes para distinguir a quién ha de ser nuestro acompañante.

    Escrito el 27 agosto 2018 a las 02:30
  5. 5. María Esther dice:

    Hola Carmen,tu historia se lee con interés aunque el tema es conocido,pero se trata de la amistad, un valor que ha de cultivarse.
    También trae al tapete el tema de la explotación y la violencia ,tan tristemente real en nuestro tiempo.
    Saludos, estoy en el98.

    Escrito el 28 agosto 2018 a las 02:42
  6. 6. Laura dice:

    Hola Carmen.
    Interesante historia de amistad con final abierto y unas lagunas que me dejan para seguir ahondando en la amistad entre ambas,que debiò interrumpirse para que cada una consiga un marido adecuado.
    En cuanto a lo formal, hay algunos detalles a pulir: dos pàrrafos seguidos comienzan con Alicia. Considero que puedes eliminar la segunda vez que la nombras.
    Me resulta algo extraño que si Alicia está con alguien que la maltrata, entre por su cuenta para que él entre detrás de ella con semejantes amenazas. A menos que haya entrado llevada por las circunstancias (por ejemplo, una lluvia torrencial y no tenga donde protegerse, reconocer a su antigua amiga, etc).
    Está muy bien utilizado el lenguaje del maltratador, aunque no le encuentro sentido ya que siempre consideran que la otra persona es culpable de algo, y en este caso, no encuentro motivo como para que la responsablice de algo para buscar excusas para maltratarla (vuelvo a los probables motivos para que ella entre a la tienda, dando a él un motivo que por supuesto es tan sòlo una excusa para demostrar poder ante una persona màs débil).
    Saludos.
    Hasta la pròxima propuesta.

    Escrito el 29 agosto 2018 a las 11:06

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