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Lo que hay detrás de un Sarakof - por Gina Loyola

Lo que hay detrás de un Sarakof – Agosto 2018
Gina Loyola

¿Quien dijo que vivir en un pequeño pueblo era aburrido? Toda mi vida la he pasado entre estas paredes, y a pesar de que la tienda es pequeña en superficie, me ha abierto horizontes, me ha permitido viajar sin pasaporte y recorrer infinidad de caminos. Mucha gente piensa que los libros son la única manera de viajar en la imaginación. No lo niego pues también han sido para mí una fuente de inspiración. Sin embargo, los libros han ocupado un segundo lugar en mis viajes imaginarios. Los que siempre despiertan mi imaginación y me llevan a vivir aventuras y descubrir lugares y personajes famosos, son los sombreros. Mis abuelos son dueños de la única sombrerería del pueblo y sus alrededores.
Desde que empecé a caminar he deambulado por sus pasillos repletos de sombreros, que son como laberintos que me conducen a mundos nuevos. Cuando pequeña mi abuelo me sentaba en sus rodillas y poniéndome algún tipo de sombrero, me contaba la historia del personaje que había hecho popular ese sombrero. Recuerdo que un día me sentó en el mostrador y me puso un sombrero muy diferente a los que vendía.
– Este sombrero, me dijo, –lo mandé traer especialmente para ti. Y poniéndomelo me contó la historia de Daniel Boon y como exploró los montes Apalaches. Desde ese día descubrí que un sombrero puede ser como una alfombra voladora que te transporta a lugares distantes o te convierte en personas distintas. Caminado por el pasillo principal me pongo un clásico sombrero Panamá, viajando en el tiempo me encuentro con el presidente Teodoro Roosevelt recorriendo el canal de Panamá. Continúo mi recorrido por los pasillos, cambiando sombreros y me encuentro con Frank Sinatra y escucho en mi mente como su voz llena la tienda mientras canta “A mi Manera”. Me tiro al suelo cuando al ponerme el sombrero estilo Gánster, los balazos en mi mente son tan reales que creo ver a Al Capone con su enigmática sonrisa. Me apresuro y cambio por el gran sombrero de copa y es entonces cuando Abraham Lincoln aparece y me transporto a Gettysburg para escuchar su emotivo discurso sobre la libertad y la igualdad. Mi mano ya está alcanzando el sombrero de Charles Chaplin cuando la campanilla de la puerta me vuelve bruscamente a la realidad.
Es un hombre corpulento que nunca antes había visto en el pueblo, lleva ropas de cazador, su piel tostada y sus recias manos despegan del común de los clientes que visitan la tienda. Me aproximo procurando no ser visto, como lo haría Daniel Boon. Escucho que en voz firme viene en busca de un Sarakof que ordenó hace algunos días. ¡Es la primera vez que escucho esa palabra! supongo es un tipo de sombrero, pero no tengo ninguna idea clara. Mi abuelo se dirige a la oficina y trae consigo una caja. No resisto la curiosidad y salgo de mi escondite. Al abrir la caja veo un sombrero que parece más un casco y está recubierto de tela. El desconocido se lo pone y su imagen es imponente. Mi imaginación quiere volar, pero las alas del conocimiento no se lo permiten. Necesito más información, sin decir palabra corro a la oficina del abuelo y me sumerjo en la vieja enciclopedia buscando todo lo que hay detrás de un sarakof.

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5 comentarios

  1. 1. beba dice:

    Creo que nos motivas a todos para buscarlo. Un relato muy emotivo; más bien una descripción anímica de la sombrerería. Adelante.

    Escrito el 18 agosto 2018 a las 15:48
  2. 2. M. D. Moya dice:

    Me ha gustado mucho y me ha encantado la idea de que el personaje viaje a diferentes mundos según lo que se ponga sobre la cabeza. Muchas felicidades.Nos leemos.

    Escrito el 20 agosto 2018 a las 17:16
  3. 3. Gustav dice:

    Hola Gina.
    Un relato muy interesante, con la descripción de esos lugares.
    Mi relato es parecido al tuyo, mi personaje viaja a los países típicos de los sombreros que se pone.

    Me ha gustado tu relato.

    Saludos

    Escrito el 21 agosto 2018 a las 16:42
  4. 4. Manuel Jover dice:

    Saludos, Gina!
    Me ha encantado tu relato, y no solo porque tenga puntos de contacto con el mío, que se llama… «el salacot teletransportador»!
    Si, también habla de transportarse a través de un sombrero (en un registro distinto) y hasta comparten tipo de sombrero en el título (gracias a ti me he enterado de que puede llamarse de las dos maneras, salacot o satakof).
    Aparte de estas coincidencias, me parece que le sacas mucho partido a lo que cada sombrero evoca, y como plus dejas un enigma para el lector.
    Precioso lo de que las alas del conocimiento no permitan volar a la imaginación!

    Escrito el 24 agosto 2018 a las 16:43
  5. 5. Laura dice:

    Hola Gina.
    Hermoso relato, pleno de imaginaciòn. Muy bien escrito.
    Saludos.
    Hasta la pròxima propuesta.

    Escrito el 30 agosto 2018 a las 11:41

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