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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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LA VOZ - por guiomar de zahara

Cuando comenzó a lloviznar con esa lluvia que empapa y no se ve, el primer refugio que vio fue una tienda de sombreros: Sin pensárselo abrió la puerta y sus huellas húmedas dejaron rastro tras él. El comercio estaba profusamente iluminado y sus pisadas parecían pequeños espejos de luz.
En principio no había nadie a la vista, ni compradores, ni tan siquiera alguien que vigilara el lugar, por lo cual después de decir varias veces ¡Buenas tardes! Se dedicó a curiosear entre el laberinto de los mostradores, hasta que desembocó en una habitación llena de plumas, telas multicolores y demás utensilios para, supuestamente, utilizar en la confección de los bombines, turbantes, gorras, chisteras o cualquier otra cosa que realizara allí.
Repitió ¡Buenas tardes! El silencio volvió a ser la respuesta.
Encima de una de de aquellas mesas había callejeros de la ciudad, mapas y algunas cajitas de cerámica y porcelana que tenían en las tapas dibujos de monstruos satánicos. Entre todos aquellos objetos destacaban una botella y una copa de cristal tallado, con restos de algún licor que esparcían con sus brillos, encajes luminosos sobre las paredes de aquella estancia. En el centro, un libro de visitas abierto con diversos mensajes en varios idiomas, en un arrebato sacó su pluma y escribió:
Estoy aquí porque está lloviendo. Dentro de un rato tengo clase de claqué ¡Es lo que más me gusta hacer en este mundo! No para de caer el agua, solo acierto a ver al otro lado del cristal los paraguas: Setas multicolores con patas que aprietan el paso calle arriba.
Ya me he dado varias vueltas y estas cosas no me interesan ¡Me voy y hasta nunca! GOTH
Miró atentamente a través del escaparate hacia la calle, y vio como la lluvia arreciaba más fuerte, más densa. No podía salir aún. Volvió a repetir ¿Pero es que nadie se ocupa de este lugar, o estoy en otro país y necesito un pasaporte?
De pronto una voz sin saber de dónde procedía, se oyó susurrante
– ¿Ya sabes el motivo por el cual entraste aquí?
– Creo que para que el agua no me estropearan mis zapatos, aunque no lo tengo muy claro
– ¿Tienes clase de claqué ahora?
– Dentro de tres cuartos de hora… más o menos.
– Te queda tiempo para encontrar lo que buscas.
– No busco nada. Entré porque llovía –contestó molesto.
– ¿Estás seguro?
– Menos la muerte no hay nada seguro en esta vida.
– ¿Tú temes a la muerte?
– ¿Qué clase de pregunta es esa?
– Solo te has parado ante todos los tocados negros ¿No tienes más colores en tu horizonte mental? Vas como la muerte: vestido de negro.
– ¡Y dale con la muerte! Que no. Solo entré porque llovía. No quiero estropear mis zapatos ¡Son de badana!
– Pues si no quieres nada, te aconsejo que te cambies de calzado, la suela de piel no traspasa el agua. Y respecto a que nos vamos a morir es seguro, el minuto inseguro. Y ahora vete.
– Pues si tratas a todos el mundo así, no me extraña que no haya nadie ¡Chao!
– ¡Espera! Cómo sé que no volverás por aquí –lo has dejado escrito– coge el jipijapa con la cinta negra, que has mirado durante más tiempo que al resto ¡Es un regalo! Va muy bien con tu vestimenta y con la clase de baile que te gusta.
– Tú sabrás el motivo del obsequio. Lo acepto y repito ¡Chao!

A los pocos días una breve nota en el periódico local: Se busca a un joven de dieciocho años, viste camisa, pantalón y levita negra. La última vez que se le vio, iba bailando sobre los charcos cerca de la necrópolis romana, donde se encontró su sombrero.

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10 comentarios

  1. Me gusto mucho la nota del final, lo del baile de claque y el gusto de la protagonista por el color negro.La metafora de paraguas que parecen setas es divertida (no los volvere a ver igual). Cuida un poco las frases como lloviznar con lluvia, son redundantes. Buen relato y nos seguimos leyendo

    Escrito el 18 agosto 2018 a las 05:47
  2. 2. Charola dice:

    Hola, Guiomar. ¡Qué misteriosa tienda de sombreros!
    Me gustó tu relato, bien llevado y bien escrito. Veo que hay una tilde mal empleada en:
    Cómo sé que no volverás por aquí…
    La palabra como, en este caso, no lleva tilde ya que es una afirmación.
    Otro fallos:
    -No debes dejar espacio después de la raya de diálogo de inicio.
    -Te faltaron los puntos antes de usar los signos de admiración e interrogación.

    Felicitaciones. Un abrazo.

    Escrito el 18 agosto 2018 a las 16:17
  3. 3. Bea dice:

    Hola Guiomar:

    He de decir que tu relato me ha desconcertado un poco. He necesitado de varias lecturas para asegurarme de comprenderlo.
    Finalmente, he comentarte que me ha faltado un poco de narración entre comentario y comentario y que no he entendido muy bien la nota final,¿el chico a desaparecido, muerto, lo han abducido los de la tienda de sombreros?
    Por lo demás estoy bastante de acuerdo con las observaciones de los compañeros, el relato me ha parecido ingenioso y bien llevado.

    Si te apeteciera pasarte por el mío, soy tu vecina de abajo.

    ¡Nos leemos!

    Escrito el 18 agosto 2018 a las 19:15
  4. 4. Laura dice:

    Hola Guiomar.
    Al igual que el anterior, la magia està presente en las tiendas de sombreros.
    Me gustò el tuyo. Tuve que volver al final para comprender que el joven muerto era el de la tienda, aunque en ningún momento habìa considerado que era hombre, pero es cosa mía, no hagas caso.
    Me han encantado tus imàgenes. la de los espejos y de los sombreros como setas de colores.
    Hasta la pròxima propuesta.

    Escrito el 18 agosto 2018 a las 22:56
  5. 5. Vespasiano dice:

    Hola guiomar:

    Estoy casi desconectado del mundo. Ahora disfruto de unos días de vacaciones con la familia y no me sobra tiempo para contestar a los compañeros que me han visitado. Pero ya he prometido que comentaré a todos.

    Pero hoy he visto tu nombre en la lista de los relatos publicados y no podía dejar de leerte.

    Tu historia original, como siempre, está salpicada de frases poéticas o metáforas imaginativas: “..pequeños espejos de luz”; “… que esparcían con sus brillos, encajes luminosos sobre las paredes…”; “…los paraguas: Setas multicolores con patas…”.

    “—Menos la muerte no hay nada seguro en esta vida”. Esta oración me ha traído a la memoria el recuerdo de mi abuela que la repetía con bastante frecuencia.

    Lo de Goth, debe ser por la indumentaria del chico. Aunque la filosofía gótica no sé si tiene que ver con algo relacionado con el culto a la muerte.

    Lo que escribió el chico, a mi entender, debería ir entrecomillado.
    “…sacó su pluma y escribió:
    «Estoy aquí porque está lloviendo. Dentro de un rato tengo clase de claqué ¡Es lo que más me gusta hacer en este mundo! No para de caer el agua, solo acierto a ver al otro lado del cristal los paraguas: Setas multicolores con patas que aprietan el paso calle arriba.
    Ya me he dado varias vueltas y estas cosas no me interesan ¡Me voy y hasta nunca! GOTH»

    Así como la nota publicada en el diario local:
    «Se busca a un joven de dieciocho años, viste camisa, pantalón y levita negra. La última vez que se le vio, iba bailando sobre los charcos cerca de la necrópolis romana, donde se encontró su sombrero».

    Y por último, el sombrero lo veo introducido de forma narrativamente bella, pero no formaba parte de la vestimenta habitual del chico. Por tanto al no haber cuerpo presente, difícilmente, el sombrero, podría atribuírselo al muchacho. Aunque mirándolo desde otro punto de vista, las personas que lo vieron bailar sobre los charcos, lo habrían visto con el sombrero calado. Pero no me hagas mucho caso.

    Por cierto: He aprendido que “jipijapa” es una materia prima con la cual se pueden hacer sombreros.

    Bueno tu relato digno de comentarse en el programa “Cuarto milenio”, me ha gustado.

    Felicidades y seguiremos leyéndonos.

    Escrito el 22 agosto 2018 a las 19:46
  6. 6. Obdulia MolinaJara dice:

    Me agradó tu cuento breve, tiene ritmo y algo de misterio, tiene buen cierre, me parece ajustado al ejercicio que se plantea. Creo que tienes buen estilo para escribir. el lenguaje utilizado me pareció acertado para mantenerme enfocada en el relato.
    Obdulia Molina Jara

    Escrito el 23 agosto 2018 a las 03:54
  7. 7. María Esther dice:

    Hola Guiomar,me gustó tu relato misterioso, en esa tienda de sombreros, enmarcado con la lluvia e imágenes coloridas en la calle. Logras un clima sugestivo, con los diálogos, el tema de la muerte y el color negro que se menciona varias veces.
    Redondeas la historia con la desaparición del joven, en forma muy sutil, ya que la imagen que nos queda de él, es danzando.
    Saludos. Si gustas pasar por mi relato estoy en el 98.

    Escrito el 23 agosto 2018 a las 03:56
  8. 8. sinombre dice:

    Hola Guiomar de Zahara,

    Me ha gustado tu cuento, está bien escrito y ambientado. Y luego es curioso que alguien entre en una tienda de sombreros huyendo de la lluvia, y se encuentre con esa libertad para curiosear. El encuentro por fin con la voz, que yo para mí podría haber sido la voz de alguien, en lugar de una voz abstracta. Está graciosa la conversación con la voz, porque es adversativa, todo el rato diciéndole la voz cosas que el personaje niega de forma empecinada. Y también es bonito el detalle de que esa voz, que no es de nadie, le acabe regalando el sombrero.

    Lo que he entendido es el párrafo final, yo creo que le es prescindible a la historia.

    Escrito el 23 agosto 2018 a las 23:57
  9. 9. Noemi dice:

    Hola Guiomar,un bonito relato, poético como acostumbras. Lo que más me gustó:”sus pisadas parecían pequeños espejos de luz.”
    Tienes un problema de concordancia “el agua no me estropearan mis zapatos” el agua no me estropeara mis zapatos, el verbo tiene que concordar con el sujeto.En fin , tonterías que nos pasan a todos.Creo que podrías sacarle más jugo al final si lo anticiparas algunas notas más lúgubres en la introducción que es muy colorida, pero eso es cuestión de gustos.Como siempre ha sido un placer leerte.
    Un abrazo.

    Escrito el 24 agosto 2018 a las 23:36
  10. 10. marazul dice:

    Hola Guiomar, desde luego tu tienda de sombreros no es nada convencional. Allí hay mucho más que sombreros y resulta un poco inquietante. Siempre me gusta el sello mágico que le das a tus relatos.
    Hay un fragmento que según mi punto de vista se podría revisar. Y me refiero a “Entre todos aquellos objetos……..de aquella estancia.” Dale una vuelta a ver si se puede poner más claro.
    Por lo demás encantada de leerte todos los meses.
    Saludos

    Escrito el 28 agosto 2018 a las 21:21

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