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Sombreros del mundo - por Gustav

SOMBREROS DEL MUNDO
Antes de entrar a la tienda de sombreros, Alonso sintió el tórrido calor del mes de Julio y pensó en el viaje que tenía pendiente con su tío a Chile.
—Buenos días —dijo dirigiéndose al tendero, este le contestó con un amago de cabeza. —Quería un sombreo chileno, —Chupalla —contestón el hombre. —Se llama así, cuarto pasillo a la derecha —dijo el encargado y señaló el lateral de la tienda, donde había un gran número de estanterías colocadas por pasillos.

Alonso sintió adentrarse en un laberinto, todos los estantes estaban llenos de sombreros de diferentes países y regiones, bien delimitados y cada uno con un letrero en la parte alta, donde se podía leer el país y el nombre típico de su sombrero. A medida que avanzaba, percibía una inexplicable mezcla de olores y sonidos; Oía el mar, la violencia de sus olas, pero a su nariz llegaban olores a monte; Encina y tomillo. No se lo explicaba, sus sentidos percibían una mezcla de esencias inusuales.
Accedió al cuarto pasillo, giró a la derecha y vio un letrero en el que ponía “Vietnam/Non lá”, cogió uno de los sombreros y se lo puso, cerró los ojos y al abrirlos se sorprendió, contempló una bahía con un escarpado relieve y a su alrededor islas e islotes, todas ellas sumergidas en aguas cristalinas. Se encontraba nervioso, parecía que el sombrero lo había trasportado a ese lugar, cerró los ojos y se quitó el tradicional sombreo cónico de paja, abrió los ojos y volvió a encontrarse en la tienda, sorprendente.
Un poco más adelante, el letrero decía; “Nepal/Topi”, se acercó y se puso el gorro en la cabeza, cerró los ojos y al abrirlos contempló un lago a los pies de una ciudad y en el horizonte el tremendo perfil de la cordillera del Himalaya, se quedó paralizado debido al frío que sentía y la grandeza de esas vistas. Reaccionó y volvió a quitarse el gorro nepalí.
—Chico voy a cerrar —gritó el vendedor, Alonso miro hacia la entrada del comercio, pero la siguiente sección era Italia, sin pensarlo cogió un gorro gondolero y se lo colocó en la cabeza, siguió el mismo procedimiento que con los otros, quería verlo antes de que el tendero fuera a echarlo fuera, esta vez los cerró y abrió los ojos con rapidez… Se encontraba en una góndola, subidos en ella había una pareja; frente a frente y cogidos de las manos, ambos se miraban embelesados. Por ese mismo canal cruzaban barcos venecianos, los ocupantes llevaban mascara y caretas, celebraban el carnaval, cuando se dio cuenta que estaba helado, en esa época del año allí hacía frío, le llamó la atención el olor a salitre y agua del canal.
Recordó el aviso del encargado de la tienda, cerró los ojos y se quitó el sombreo de corona plana, al abrir los ojos sintió el calor que hacía en la tienda. Unos metros más adelante del pasillo estaban colocados los sombreros chilenos “Chupalla”, como ponía en el cartel, cogió dos, corriendo recorrió el largo pasillo y llegó al mostrador, los dejo encima, —¿Cuánto es? —preguntó, —treinta Euros. Alonso introdujo la mano y sacó de su bolsillo derecho algunos billetes, papeles y alguna tarjeta, le entregó la cantidad solicitada y salió corriendo de la tienda con los dos sombreros en la mano, —chico te de dejas tu pasaporte —dijo el tendero —ya no lo necesito, gracias.

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6 comentarios

  1. 1. beba dice:

    Hola, Gustav: Muy original tu relato, con el toque mágico que regala cada sombrero. Me imagino que puede ser el comienzo de una obra mayor, cuando Alonso recupere su pasaporte.
    En mi opinión, falta elaboración para dar por cumplidos todos los viajes posibles.
    Revisa cómo colocas las rayas de diáñogo: siempre deben iniciar la entrada del personaje.
    Un saludo.

    Escrito el 18 agosto 2018 a las 01:13
  2. 2. Angela Moreno dice:

    Woww Gustav, me encanto tu relato! Muy original y entretenido. Solo pienso: ¿y si existiera una tienda así? Jajaja wow seria lo máximo!
    Felicitaciones y gracias por hacerme soñar. Jeje

    Saludos!

    Escrito el 22 agosto 2018 a las 03:17
  3. 3. María Esther dice:

    Hola Gustav,la verdad que has jugado como un niño dando rienda suelta a tu imaginación dentro de esa tienda de sombreros.
    Coincido con beba en cuanto a las rayas de diálogo. También agregaría que repites demasiado la palabra sombrero.
    Saludos y gracias por tu visita.

    Escrito el 23 agosto 2018 a las 02:48
  4. 4. Gina dice:

    Hola Gustav

    Me ha gustado las descripciones que realizas y como causan emociones o sentimientos en Alonso.
    Y tenéis razón nuestros relatos son similares, sigamos soñando a travez de la escritura!
    Saludos
    Gina

    Escrito el 23 agosto 2018 a las 23:54
  5. 5. María Jesús dice:

    Hola Gustav: Me ha gustado mucho el recorrido que nos has hecho seguir a los lectores a través de los sombreros que se prueba el protagonista. Pero yo esperaba que al colocarse el que iba a buscar,Alonso hubiese experimentado algo mágico hubieses dado un cierre precioso al relato. Por lo demás buen ejercicio.
    Un saludo.

    Escrito el 25 agosto 2018 a las 19:55
  6. 6. Laura dice:

    Hola Gustav.
    Tu trama es original.
    Realiza alguna revisiòn de la forma de escribir de los diàlogos, nada de importancia.
    Saludos.
    Hasta la pròxima propuesta.

    Escrito el 30 agosto 2018 a las 11:38

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