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Esbozo de libertad - por Piquillín

Cuando Juan Azorín entró a la tienda de sombreros, dejó de ser la persona que era hasta ese momento.
El periodista, que realizó la investigación que estaba haciendo tambalear al actual gobierno nacional, pasó a ser Federico Flores un empresario ecuatoriano. No tenía opción, debía elegir entre el destierro o la muerte. Mudar de piel, cambiar de hábitat y de hábitos o dejar de existir, eran las opciones a las que se enfrentaba por estos días ya que los sicarios del presidente lo tenían cercado.
Dentro del local, se acercó al mostrador y pidió un chambergo negro con cinta gris perla. El empleado respondió con el santo y seña previsto:
—Buena elección. El chambergo fue muy popular entre los majos madrileños que se lo ponían con las capas largas.
— ¿Me lo puedo probar ?—preguntó el joven, mientras lo tomaba con sus manos.
—Por supuesto. Obsérvese en ese espejo.
Al ver reflejado en el cristal su rostro transformado tomó real dimensión de su realidad. Junto con el sombrero iría un pasaporte falso. Esa identidad lo llevaría a un nuevo horizonte.
En el laberinto de su memoria recorrió los acontecimientos que lo llevaron a ser una de las personas más buscadas de su país. Recordó las noches que pasó en vela desenredando el ovillo de la corrupción. Los documentos presentados eran muy precisos e involucraban a muchos poderosos por lo tanto el hecho trascendió el cerco mediático y la realidad llegó desnuda y cruel a todos los hogares.
El poder no se lo perdonó y empezó a recibir amenazas de muerte. La bala que perforó su mano fue una señal de que las intimidaciones eran reales. Decidió mandar un último documento a todos los medios de comunicación tradicional y a todos sus contactos de redes sociales. Luego pasó a la clandestinidad.
—Disculpe señor que lo moleste ¿Se lleva el sombrero?
El periodista salió de su abstracción y contestó:
—Si, si por supuesto. Cóbreme—le dijo al empleado, entregando los billetes requeridos.
—Se acerca el otoño, es inminente que vuelen las golondrinas— anunció el empleado con tono enérgico.
El joven interpretó el mensaje, le estaban siguiendo los pasos muy de cerca. Se apresuró a salir del local, luego de recibir la bolsa del sombrero que contenía los documentos necesarios para iniciar una nueva vida.
Mientras Federico Flores salía por la puerta de atrás, por la puerta principal del negocio ingresaban sus perseguidores pisando sus huellas. Afuera estallaba la algarabía de un pueblo que derrotó a su opresor. Al salir de su letargo, la gente se animó a gritar muy fuerte asqueada de corrupción y engaño.
Lejos del peligro Federico Flores abrió la bolsa y consultó los papeles. El pasaje de avión a Quito era para dentro de media hora, llegaría a tiempo.

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9 comentarios

  1. 1. IreneR dice:

    Buenas, Piquillin.

    Me ha gustado tu relato. Es una pena que haya gente que tenga que huir de su país como un criminal más para poder escapar de un gobierno corrupto. Es algo que no debería de pasar jamás.

    Me ha parecido que has sabido llevar muy bien la historia y no he encontrado ningún error.

    Buen trabajo.

    Un saludo.

    Escrito el 17 agosto 2018 a las 18:38
  2. 2. Galia dice:

    Buen día Piquillín, cualquier similitud con lo que estamos viviendo los argentinos, no es casualidad.Evidentemente estamos muy tocados y lo reflejamos en nuestras historias. Si quieres pasar por el mío, estoy en el 106.
    Saludos.
    Galia

    Escrito el 18 agosto 2018 a las 13:50
  3. Hola! Tu relato es muy bueno y trata sobre un tema muy interesante. No tengo mucho que decir, solo que las tres palabras obligadas están metidas muy “de prepo”, de manera muy forzada, y eso se nota en la redacción.
    Por lo demás, excelente trabajo. Felicitaciones.

    saludos

    Escrito el 19 agosto 2018 a las 22:49
  4. 4. Andrés Scribani dice:

    Fascinante historia. Muy bien relatada. Simple y eficaz.

    Solo noté un detalle a corregir, en la línea “Federico Flores(,) un empresario ecuatoriano” me parece que debiste haber puesto coma.

    Mi relato es el #47 “La pequeña Venecia”

    Espero poder leerte nuevamente. Un abrazo.

    Escrito el 20 agosto 2018 a las 07:38
  5. 5. De vuelto dice:

    La historia es, tal como le describen en el comentario anterior, simple y eficaz. Agradable balance entre descripción y hechos. Solo me gustaría un cierre más emocionante, porque se me hizo muy puntual.

    Mi relato es el #45

    Escrito el 21 agosto 2018 a las 07:00
  6. 6. Jose Ramón Campoamor dice:

    Hola Piquillín.

    Excelente relato, digno de una novela negra. Muy bien resuelto el reto. la idea de la sombrerería como lugar clandestino para la distribución de documentación falsa es muy adecuada. El principio del relato es de los que me gustan. Te tiene que enganchar, si no, has perdido una buena oportunidad, y tu inicio engancha. Me ha parecido un poco acelerado el desenlace de la caída del régimen político, entiendo que a causa de la información que facilitó el protagonista. Seguro que por la limitación de palabras. Sin esa referencia, el relato, quizá no hubiera perdido mucha calidad, pero tampoco molesta.

    Solo me ha “chirriado” una expresión en tu relato, cuando el sobrerero le dice al protagonista: “Observese en ese espejo”. En mi opinión queda un poco artificial y forzado y bastaría con algo más simple y coloquial como “Puede mirarse en este espejo”. A mi personalmente me gusta el lenguaje sencillo y coloquial. Por lo demás, el relato se lee muy rapido, es cómodo, ágil y engancha. Enhorabuena y gracias por haber leido y comentado mi relato.

    Escrito el 21 agosto 2018 a las 09:13
  7. 7. Otilia dice:

    Hola Piquillín:
    Gracias por leer y comentar.
    Tu relato me ha gustado y lo he leído de un tirón. Quizás, al párrafo que comienza “El periodista, que realizó…” le daría una vuelta, para no poner dos “que” tan seguidos.
    Has tocado un tema muy actual en todos los países. ¡Buen trabajo!
    La sombrerería debe ser una buena tapadera para conseguir papeles porque he leído otros relatos parecidos. El 70 y el 77 creo.
    Nos leemos. Saludos.

    Escrito el 21 agosto 2018 a las 09:43
  8. 8. Yoli L. dice:

    Hola Piquillín, eres uno de los relatos que me corresponde leer y lo hago con agrado.

    Tocas un tema muy interesante y que toca a ciudadanos de varios países que se encuentran en ese tipo de régimenes.

    Con respecto a los mejorables, recordar que después del guión largo no debe haber espacio, sucede en la siguiente frase: “— ¿Me lo puedo probar ?—preguntó…”, tampoco dejar espacio antes del signo de pregunta y sí dejar un espacio entre ese signo y el guión largo que sigue.

    Tienes muy seguido el nombre de Federico Flores al final del relato.

    Mi texto es el #22.

    ¡Nos seguimos leyendo, saludos!

    (¯`•¸•´¯)YOLI(¯`•¸•´¯)

    Escrito el 22 agosto 2018 a las 00:14
  9. 9. Ulises dice:

    Hola Piquillín,

    Me gustó mucho el argumento de tu historia. En algunos casos, eché en falta que desarrollaras más algunas partes, como la del final, en la que persiguen a Juan. Y creo que te faltaron algunos signos de puntuación. Pero, en general, la obra esta muy bien.

    ¡A seguir escribiendo!

    Escrito el 22 agosto 2018 a las 13:58

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