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El hongo - por Toñi Avila (Vibe)
El hongo
Se adentró por los pasillos escudriñando en el enigmático laberinto de boinas, gorras y sombreros, los cuales se transfiguraban en el horizonte infinito de los estantes de la tienda.
Penetró con total tranquilidad en aquel mundo fantástico lleno de costuras, copas, alas, bandas, adornos, viseras, colores, tejidos… Estaba en el limbo. Su mente se perdió paseando entre las mejores marcas de la historia de la buena sombrerería. La cara le resplandecía mirando el increíble desfile de expositores. Fascinado como un crío. Embobado. Embelesado. No hacía falta preguntar si había merecido la pena tanto sacrificio.
Detuvo sus pasos en seco. En su mente se dibujó un pensamiento: “ya tengo el bombín de Charlie Chaplin, con pasaporte directo al estrellato”.
Su rostro resumó la más dulce satisfacción al acariciarlo entre sus dedos de indigente.
Se acercó al mostrador completamente eufórico y pidió la cuenta. El dependiente lo miró de arriba abajo con un golpe seco. Después volvió a revisarlo sin escrúpulos y con mueca de asco.
− Oiga, no puede estar en este establecimiento y mucho menos adquirir ninguno de mis artículos. No son aptos para tipejos como usted. Haga el favor de salir.
El hombre se sintió dolido primero y ofendido después, pues tenía el dinero, ese que tanto le había costado reunir. ¿Acaso no eran tan buenos sus euros como los de cualquier otro adinerado comprador?
− ¿Dónde cree que va con esas pintas? ¡Salga de mi tienda o llamo a seguridad!
− Solo quiero la factura y me iré sin que lo note.
− Claro que se largará, pero lo mismo que ha entrado, con las manos vacías. Mis artículos no los vendo a gentuza que no los merecen, ni pueden lucirlos. Son solo aptos para personas normales.
El mendigo tragó saliva, sacó el dinero del bolsillo, lo colocó en el mostrador y le pidió que se cobrara en un último intento de comprar el anhelado tesoro.
− ¡Ese dinero no vale nada! ¡Es mierda! ¡Como su amo!
Antes que pudiera replicar, la mano del segurata lo asió por la hombrera desvaída de la chaqueta llevándolo a empujones hasta la salida de DON SOMBRERO; desde allí lo lanzó al asfalto de la calle como a un bulto de mugre maloliente.
Se levantó como pudo y miró las monedas que le habían estampado en la cera. Como un autómata fue recogiéndolas una tras otra sin rechistar. Agachando la cabeza se volvió a esconder en su puto mundo, como siempre. Mientras desandaba sus pasos, el hongo de Charlie Chaplin martilleaba su cerebro como un deseo roto.
Todos lo miraban desde el portal de la sombrerería pero nadie lo ayudó.
En su mente resonaban esculpidos los varios años de ahorro inútil. Cada día se adueñaba de la misma farola, sentado en la misma esquina de la misma plaza como cualquier prostituta de la calle.
Una hucha secretamente vigilada para nada, se reprochaba.
Hola. Lo primero ante todo, wow, es un relato duro pero que por desgracia, todavía nos podemos encontrar en cualquier lugar. En segundo lugar, en la frase “se levantó como pudo…” al final, pones cera, ¿no sería acera? por lo demás muy buen texto, mis felicitaciones. Saludos.
Que crudeza de relato, sin duda nacido de la realidad. Me agrada mucho tu tematica de ilusiones que de verdad se vuelven inalcanzables por los prejuicios y la injusticia. Buens historia y creo que logra el proposito de comunicar algo mas alla de lo que se lee.
Hola Toñi , Estoy de acuerdo con Eris que tambien destaca la crudeza del relato.
Personalmente creo que no se habria de juzgar a nadie por su aspecto fisico o condición social
En segundo lugar, tambien coincido con Eris que en la frase “se levantó como pudo…” al final, pones cera, ¿no sería acera? y otra cosa que no me ha quedado clara un hongo es un sombrero?
Te animo a seguir escribiendo, si te apetece puedes pasarte por mi relato en el numero 123 y mirar las otras cosas que escribo en mi blog justo debajo del titulo del relato.
Hola eris,Nidama y Aura.
Siempre se agradece que entiendan lo que escribes, comprobar que tus palabras llegan al lector y que tu mensaje realmente se entiende.
Completamente de acuerdo con la anotación de que es acera y no cera.
Aura, efectivamente un hongo es un sombrero. Sinónimo de bombín, el sombrero que Charlie Chaplin llevaba siempre con su ropa de mendigo. Lo elegí a posta para el texto.
Gracias a todos por leer y comentar.
Hola Toñi,
He leído de un tirón tu relato y me ha hecho sentir mucha ternura y tristeza…se me ha cogido un pellizco, la verdad
Está muy bien llevado el texto, escribes y describes muy bien, y en el tema formal yo únicamente he detectado lo que ya te han comentado de “acera”, pero que para nada desluce tu escrito.
Me ha gustado mucho. Te felicito!!
Nos leemos, un abrazo
Hola Toñi; muchas gracias por tu visita y comentario. Tu cuento tiene la atmósfera de las películas de Chaplin y pasaría estupendamente como guión para uno de sus films. De la misma manera creo que está fuera de época, soy muy cínica y creo que hoy en día no importa qué pinta tengas,si los euros están en la mano consigues lo que quieres “Poderoso caballero es Don Dinero”,ya sabes.De todos modos te felicito por un relato entrañable y espero que nos sigamos leyendo.
Saludos
Muy buen relato Toñi. Amargo y crudo como la vida misma.
Estoy de acuerdo con las opiniones anteriores y esperaba otro final, pero eso es cosa mía, que el relato esta muy bien así.
Espero volver a leerte pronto.
Hola Toñi: Tu texto me ha parecido una metáfora de la miseria humana, y no me refiero al mendigo, sino al dependiente que le menosprecia. Duro pero bien construido relato con sonido de candilejas.
La única observación que te hago, pero es cosa mía, es que utilizas frases un poco recargadas, pero supongo que será tu estilo.
un saludo.
Hola Toñi.
Felicitaciones. Un gran relato, con expresiones grandiosas.
Mis saludos.
Hasta la próxima propuesta.