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El viajero - por Auxi Morata Alegre

A las diez de la mañana comenzaba el turno de Jaume en la tienda de sombreros, nunca entraba nadie, nadie llevaba sombreros, gracias a que habían abierto una nueva tienda de yogures helados, algunos se paraban a cotillear el escaparate con curiosidad.
La última tienda de sombreros del centro de Valencia, al lado de una hamburguesería, una tienda de seguros y una horchatería. No pegaban ni con cola.

A las diez y un minuto entró en la tienda un señor muy bien vestido, claramente alterado y a punto de llorar.
—Buenos días, ¿en que puedo ayudarle? —respondió Jaume algo confuso, no estaba acostumbrado a tratar con clientes y menos con clientes tan extraños.
—Santo cielo, buenos días, necesito ayuda —hablaba muy rápido, le faltaba el aire.
Jaume intentó calmarlo, el hombre miraba su reloj de bolsillo, de aquellos que ya no se fabricaban.
—Dígame que ocurre, seguro que tiene solución —se apresuró a decir.
—Necesito que me reparen este sombrero —contestó soltando un elegante homburg de color marrón oscuro y una pluma verde en el lado derecho.
—Lo lamento pero no arreglamos sombreros, solo lo vendemos —murmuró Jaume algo cohibido, él sabía como hacer un remiendo pero se lo tenían completamente prohibido, temía que el hombre se desmayara en ese mismo instante— pero tengo estos otros, son muy kukos y ahora se llevan más las fedoras de todas formas. Mire, usted se pone este, mira al horizonte, se echa una foto, como “ay soy tan interesante y me voy tanto de vacaciones, que mi pasaporte tiene más historia que tú” y veinte me gustas en Instagram a la hora.
—No sé lo que es eso pero yo no lo quiero para pavonearme cual pavo real en celo, lo necesito para mi trabajo —el hombre miraba con tristeza su sombrero. De repente se puso de rodillas de forma de súplica— lo necesito, es imperativo, necesito este sombrero.
—Bueno, puede coger otro del mismo color y ponerle la pluma, su jefe no lo notará…
—¿Qué jefe? —ambos se miraron el uno al otro completamente confusos— mire déjelo, deme otro homburg y yo lo arreglaré, seré el hazmerreír del laberinto, me enfrentaré al ostracismo de mis compañeros y compañeras, seré humillado, marginado…
—¿No cree que exagera? Si es autónomo no tiene que darle explicaciones a nadie —Jaume sacó unos cuantos sombreros de ese tipo, aun estaba confuso, no tenía sentido nada de lo que decía.
—Este —dijo señalando uno azul con la tela a su alrededor de color naranja a cuadros escoceses, Jaume pensó que nadie se lo iba a llevar nunca.
—Le gustan criadaneres —dijo riendo por primera vez en todo el día, el hombre sonrió también algo más animado.
—No sé que es eso pero —se colocó el sombrero con una elegancia casi sobrehumana— sí, me gusta llamar la atención.
Dejo muchos billetes, más de los que Jaume ganaba o había visto en su vida.
—Señor, que vale treinta euros, se le ha ido de las manos —el hombre sonrió divertido.
—Tranquilo, la vida es demasiado larga para tener remilgos, muchacho quédate el sombrero, si funciona ya nos vemos en el laberinto.
El hombre salió de la sala dejándole completamente confuso, Jaume miró el sombrero y el dinero, decidió llevarse los dos.

Esa noche en casa no podía dejar de mirar la prenda, tal vez podría arreglarlo, había visto a su abuela remendar ropa toda su vida, costurera que era la señora Amparo, algo tenía que hacer.
Consiguió un hilo de un color marrón similar y en su opinión, y la de sus tres compañeros de piso, quedo bastante decente.
—Anda póntelo, a ver como te queda —le animó Alex, los otros dos aplaudieron con sorna.
—Mira que sois…
Jaume se puso de pie intentando imitar a ese hombre extraño de la tienda y se colocó el sombrero con algo de torpeza. De pronto había desaparecido.

Al llegar al laberinto de puertas, Jaume pensó que se había vuelto loco, un flujo constante de personas lo sorteaban, mirándolo con el ceño fruncido, todos con Homburgs, a cada cual más llamativo.
—¿Primer viaje? —se giró asustado, una mujer vestida de forma ridícula, con un corsé y falda almidonada, sin faltar el sombrero— ¿a cuándo?
—Querrá decir, ¿a dónde? —contestó Jaume levantándose del suelo.
—Oh no, eso es secundario, ¿a cuándo quiere viajar?

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7 comentarios

  1. 1. IreneR dice:

    Buenas, Auxi.

    Un relato muy entretenido, una muy buena idea que no me importaría seguir leyendo y averiguar a dónde le lleva ese sombrero tan especial.

    Aunque me ha parecido bien hilado, en el principio me han faltado algunas comas o… no sé. La manera en la que escribes la ubicación de la tienda me ha parecido un tanto confusa.

    Y creo que tendrías que revisar las normas de puntuación de los diálogos, faltan muchas comas, puntos y mayúsculas.

    De todas formas, me ha parecido un relato muy original. Enhorabuena.

    Un saludo.

    Escrito el 17 agosto 2018 a las 18:08
  2. 2. Osvaldo Vela dice:

    Hola Auxi Morata, Un texto muy interesante es el tuyo. El laberinto parece ser un portal de salida a alguna parte. solo que tal ves en un próximo trabajo de taller pueda descubrir a donde lo lleva un sombrero como tal.

    Te felicito y nos leemos.

    Escrito el 18 agosto 2018 a las 06:19
  3. 3. Auxi Morata Alegre dice:

    Hola buenas!
    Muchas gracias por los comentarios, os devolveré la visita en cuanto pueda :3
    Irene siento mucho lo de la ubicación, es que soy de Valencia y puedo perfectamente visualizar esa tienda jajajaja ha sido culpa de la experiencia
    Un beso! Nos leemos!

    Escrito el 18 agosto 2018 a las 21:12
  4. 4. ANGEL CLIMENT dice:

    Hola Auxi:
    Bueno, muy bueno, cuando leo textos como los tuyos, pienso en la pena de las 750 palabras (aunque esta bien, pues si no algunos escribirian una novela)pero puedes retocarlo y continuarlo para ti.
    Lo errores ya te han hablado de ellos. Has caso a Irene, es sensacional.
    Nos leemos. el mio es el 114 – Saludos

    Escrito el 19 agosto 2018 a las 11:18
  5. 5. Laura dice:

    Hola Auxi.
    Muy buen relato desde el contenido, aunque considero que tienes varios fallos en la puntuaciòn, tanto puntos como comas, en especial en el principio.
    No te culpes por la ubicaciòn, para mì, del otro lado del charco, me fue perfectamente clara su ubicaciòn, das los detalles necesarios.
    Tu relato da para nuevas historias con tu portador de sombrero.
    Saludos.
    Hasta la pròxima propuesta.

    Escrito el 19 agosto 2018 a las 13:06
  6. 6. Leosinprisa dice:

    Hola, Auxi

    Me ha gustado mucho tu relato, aunque reconozco que desde que entró el misterioso personaje algo me olía (es el problema de haber leído tanta ciencia ficción y fantasía que ya me las sé casi todas), pero aún así me guiaba el ansia por saber como se iba a desenvolver el asunto y no me ha decepcionado.

    No voy a redundar en correcciones ortográficas que ya te han comentado compañeros antes que yo, sino en expresiones que me han chocado.

    No sé si allí lo diréis así: “kukos”, para algo que es mono. Yo hubiera escrito “cucos”. Es una palabra de España coloquial que significa: Que es bonito, gracioso o agradable a la vista.

    La frase “Le gustan criadaneres”. ¿Qué significa? No lo he encontrado y supongo que es algún tipo de expresión que no conozco. Me gustaría, si es posible, que lo aclarases.

    Salvo esas dos cosas puntuales lo demás ha sido muy satisfactorio de leer, y entretenido, que no es fácil captar la atención y mantenerla.

    Ha sido un placer leerte. Un saludo.

    Escrito el 20 agosto 2018 a las 07:18
  7. 7. Auxi Morata Alegre dice:

    Hola de nuevo!
    Muchas gracias por los comentarios de verdad, me ayudan y alagan a partes iguales.
    Laura gracias por pasarte, os devolveré a todos la visita pronto.
    Leo, he pusto kukos porque es la forma coloquial en la que lo escribimos en valencia, tal vez debí ser mas formal. Y lo de cridaneres jajajaja significa como llamativo, no sé si es algo general en toda Valencia o solo de mi barrio pero es que se dice mucho, si es solo de mi barrio digamos que Jaume es de Orriols jajajaj
    Un beso! Nos leemos!

    Escrito el 20 agosto 2018 a las 10:03

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