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De compras con Christine - por MAX

Aaron miró su reflejo en el espejo de la sombrerería que le devolvía una mirada de aburrimiento sin precedentes.
Estaban en una sombrerería, la última tienda a la que su hermana, Christine, había atracado. Christine, como cualquier otra chica adoraba ir de compras y por desgracia esa tarde lo había elegido a él para acompañarla; él se había negado, pero su hermana podía llegar a ser muy muy pesada y lo había arrastrado al centro comercial.
Llevaban horas allí y lo único que había hecho había sido seguirla de aquí para allá sin parar. No le gustaba el centro comercial, estaba demasiado lleno y había demasiada gente, demasiada luz artificial, demasiado brillante. Christine parecía una niña en un parque de atracciones, ilusionada ante las enormes atracciones; se conocía aquel laberinto mejor que su propia casa. Se imaginó a Christine huyendo de un guardia de seguridad y entonces llegaba a un pasillo sin salida tocaba un punto en la pared para abrir un túnel secreto por el que escapaba con su botín de ropa de marca. Se rio por dentro.
Se desperezó frente al espejo y se puso a buscar a su hermana por los pasillos atestados de sombreros. La encontró, probándose sombreros
-¿Falta mucho para irnos? -pregunto a Cristine, que estaba probándose un sombrero de ala ancha de color azul celeste. Lo dejo de nuevo en la cabeza del maniquí con un chasquido de lengua y se probó otro.
-Ya falta menos -le dijo sonriente. cogió otro sombrero blanco con manchas negras y lo examino con ojo crítico- Mira, ¿Qué te parece?
-Tu sabrás.
-Oh, vamos, no seas aguafiestas. No me puedo creer que estemos aquí y no quieras comprarte nada.
-Y yo no puedo creer que tú quieras llevarte todo el centro comercial -replico él.
-No todo -dijo ella sonriente y se puso a mirar un sombrero que colgaba de un gancho-, solo lo que me quede bien, lo que en mi es casi todo, en realidad. ¿No hay nada que te quieras comprar? ¿Un videojuego, o alguna tontería de chicos? Un balón de futbol o algo así. -Cogió otro sombrero y lo alzó en alto para examinarlo.
-No, pero ¿sabes lo que me gustaría?
-¿mm?
Él se acercó a la oreja como si le fuera a contar un gran secreto.
-Un pasaporte gratis a casa en ese coche rojo que tienes…
-Ohh
-…Ya me lo imagino -siguió él-, el coche por la carretera, de camino hacia el horizonte, y tú cargada de bolsas.
Christine rio divertida frunciendo el ceño Alrededor de los ojos aparecieron unas finísimas arrugas.
-Que poco espíritu consumista
-Soy un amante de la naturaleza -dijo él con tono de falsete como si eso fuera una desgracia.
-Sí lo eres -Christine cogió un sombrero y se lo estampo contra el pecho-. Anda, paséate por la tienda. Dame media hora y nos iremos.
-Dios ha escuchado mis plegarias
-Eres una reina del drama, que lo sepas. ¿Tan terrible es ir de compras con tu pobre hermana mayor?
-Pobre lo dudo, aunque a lo mejor después de hoy sí. Tu tarjeta va a echar chispas después de hoy.
-Para eso están las tarjetas de crédito.

Con un suspiro Aaron se puso a pasear por la tienda y al final acabó comprando un sombrero de copa color negro.
-Pareces el viejo ese del cuento de navidad -se burló Christine- ya sabes, el de los tres espíritus.
Él puso cara de amargado y exclamó <<paparruchas>> y ambos rieron la gracia.
Horas más tarde cuando el sol empezaba a descender el coche rojo chillón de Christine iba por la autopista extrañamente vacía, sin tráfico. Christine conducía y Aaron iba en el del acompañante, con el sombrero de copa sobre las rodillas.
-Que sepas que eres un aguafiestas -dijo su hermana con la mirada centrada en la carretera-, pero me lo he pasado bien comprando contigo.
Aaron toqueteo el sombrero con los dedos.
-Pues que sepas que me duelen los pies y que tienes un grave problema con las compras -dijo. Luego sonrió-. Pero me lo he pasado bien, por lo menos la última media hora
-Bueno -sonrió ella-, es mejor que nada
-Y para compensarme vas a verte esta noche conmigo la película de Los vengadores enterita.
-¡Oh no! -exclamo ella.
Acto seguido, los dos rieron.
Puede que no fueran perfectos, y no tuvieran mucho en común, pero eran hermanos y eso los unía, quisieran o no.

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3 comentarios

  1. 1. Ulises dice:

    Un guión muy bien logrado. Creo que la calidad de este texto se basa en la forma en la que consigues dar vida a los personajes y haces llegar al lector sus pensamientos mediante sus propias palabras. Por otra parte, hay unas cuantas palabras que se repiten de forma muy continuada al principio de la obra, y le resta algo de calidad. Pero, en cualquier caso, felicidades por el trabajo.

    Escrito el 17 agosto 2018 a las 18:50
  2. 2. De vuelto dice:

    No todos los cuentos tienen que tener magia, y es cierto que describe bien una situación cotidiana. No obstante, lo sutil del conflicto me hace pensarlo como una anécdota.

    Mi relato es el #45

    Escrito el 20 agosto 2018 a las 13:17
  3. 3. isan dice:

    Hola Max:

    Me toca comentarte, así que lo hago con gusto. Primero te comento algunas cosas de forma que creo que habría que cambiar. Parecen muchas pero son pequeñas cosillas. Primero pongo entre comillas lo que tú has escrito, luego el cambio. Son propuestas que, si no te gustan, puedes pasar de ellas.

    “…, como cualquier otra chica” Hay que poner coma después de chica para cerrar el inciso que empieza en como.
    “…esa tarde lo había elegido a él…” LE había elegido.
    “…podía llegar a ser muy muy pesada…” Quitar un muy o poner coma en medio.
    “…lo único que había hecho había sido seguirla” Dos “había” casi juntos, quizás mejor “lo único que había hecho era seguirla.
    “…parque de atracciones, ilusionada…” Sobra la coma ya que no se puede separar el verbo (ilusionada) del sujeto (Christine)-
    “La encontró, probándose sombreros” Sobre la coma por el mismo motivo que el anterior comentario. Falta el punto final de la frase.
    “-Ya falta menos -le dijo sonriente. cogió…” Cogió debe ir con mayúscula después de punto.
    “…lo que en mi es casi todo,…” MÍ con tilde.
    “…frunciendo el ceño Alrededor de los ojos…” Punto después de ceño.
    “-Que poco espíritu…” QUÉ con tilde.
    “Sí lo eres -Christine cogió…” Punto después de eres.
    “…y se lo estampo contra el pecho…” ESTAMPÓ con tilde.
    “Eres una reina del drama…” Supongo que lo de reina es intencionado, pero me ha despistado y he tenido que releer un par de veces para saber quien hablaba.
    “-Pobre lo dudo, aunque a lo mejor después de hoy sí.” Yo habría puesto la puntuación así: Pobre, lo dudo. Aunque, a lo mejor, después de hoy, sí.
    Respecto a la forma de marcar los diálogos. Se empieza con raya o guión largo (—) que lo consigues pulsando la tecla alt y, sin soltar, 0151. Conviene que mires un tutorial muy interesante que hay en esta página sobre este tema.
    Otra cuestión es la forma de poner las comillas. <>. Mejor con las comillas inglesas “paparruchas” y aun mejor con las latinas «paparruchas». Para poner las latinas, como no viene en el teclado tienes que pulsar alt y, sin soltar, 174 para abrir comillas y 175 para cerrarlas.
    He encontrado diez “sombreros” en todo el relato, algunos muy próximos. Para mi gusto habría que suprimir alguno diciendo lo mismo de otra forma.

    En cuanto al fondo del relato no ha estado mal. Cuenta una vivencia de dos hermanos en una tarde y el lazo que los vincula, pero parece que le falta algo. No ocurre prácticamente nada, No digo que tiene que haber drama, violencia o algo así, pero parece una historia un tanto endeble. Estás leyendo y esperando a que pase algo y, cuando vas terminando, te das cuenta que el relato es, diría, costumbrista. No parece que tenga introducción, nudo y desenlace que es lo que siempre se pide en los relatos.

    Hasta otra.

    Escrito el 20 agosto 2018 a las 18:02

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