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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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Rutina - por Juan Gonzalez

Tu silencio es un laberinto. Repentinamente aparece frente a mí y veo impotente como se levantan cien paredes entre los dos. Es entonces que sin entender muy bien cómo ni por qué recorro los pasillos marcados a fuerza de indicios tratando torpemente de encontrar ese camino que nos libere. Esto siempre fue así. Al principio lo sentía un desafío, miraba esos enmarañados obstáculos y sin dudarlo me sumergia en la tarea de encontrar la forma, el recorrido. Pero, poco a poco, ese entusiasmo inicial ha ido cediendo, dando lugar a una especie de pereza que se mezcla con vergüenza. Quisiera poder treparme a las paredes y saltar de borde en borde hasta alcanzarte sin tanto esfuerzo. Pero las reglas son claras y no existe pasaporte o salvoconducto que me permita evitar este sortilegio. Quisiera escapar, fijar mis ojos en el horizonte y correr hasta que mis piernas no puedan ya sostenerme, para sólo entonces volver la mirada y ver en paz lo que dejé atrás. Son solo fantasías, me conozco y sé que no lo haré, el embrujo del desafío tiene un efecto único en mí. Mis defensas no sirven de nada cuando el acertijo se presenta y en ese momento ya no me pertenezco. Tranquilamente esperas en ese cómodo lugar desde donde miras todo y desde donde controlas los movimientos tramposos de esos pasillos que se transforman a cada momento. Me someto, la única ilusión de control que queda es la de encontrar qué giro, qué nuevo camino será mejor. Sólo el bálsamo fresco de tu sonrisa al alcanzar la salida hace que el juego valga la pena. Pero es tu sonrisa la que también se ha ido destiñendo con el tiempo. Es que lo que hace algún tiempo era una luz cristalina en tus ojos y una sonrisa amplia con honesto alivio invitandome al abrazo se ha ido transformando en un modesto entorno de comisuras acompañado de una mirada plomiza y cansada cargada de resignación. Y el abrazo inevitable es un abrazo que nos damos probablemente por miedo a que el otro se dé cuenta de lo que es evidente; o tal vez simplemente por temor a que alguno de los dos se dé el permiso de decir lo indecible condenándonos a tener que dejar atrás este juego y estrujarnos cada uno en soledad la humedad que nos ha enmohecido.
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Es de mañana, el sol entra tibio por la venta. Te estoy sirviendo el café y no sé muy bien qué dije, algo de que en la casa del vecino no sé qué cosa y de reojo percibí tu gesto y sentí a mis espaldas el frío del silencio. Me mantengo así, de espaldas, tratando de disfrutar los últimos minutos antes de tener que voltearme y afrontar lo que sé que me espera. Una vez más se extienden entre nosotros los absurdos pasajes. Miro por la ventana y pienso en irme sin decir nada, pero no, no lo hago. Trago saliva, respiro hondo y me doy la vuelta lentamente, resignado, para sumergirme una vez más en este, nuestro eterno repetir de angustias y respiros.

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4 comentarios

  1. 1. Amadeo dice:

    Juan:
    Muy poético. Muy buenas imágenes literarias. No comprendí realmente lo que cuentas. A veces “hablas” con “ella” y otras con ???. ¿El laberinto?
    Mis observaciones:
    1.- Muchos adverbios terminados en ..mente.
    2.- Varios gerundios. Algunos muy cercanos: cediendo, dando. Molestan al leer.
    3.- Hay verbos en presente y otros en pasado y creo no corresponde.

    Estoy en el 101, por si quieres leerlo y comentar
    Saludos
    Amadeo, Argentina

    Escrito el 17 agosto 2018 a las 22:58
  2. 2. Jose Luis dice:

    Hola
    Quizá sea solamente por mis gustos, pero tu historia no me ha llamado la atención. Parece un largo monólogo hablando de desamor, y realmente no sucede nada más. Este tipo de historias parecen sacadas de una novela, que es un medio en donde puedes explayarte a gusto hablando de sentimientos y sacando a la luz tus emociones; pero en un relato corto no pega demasiado, sobre todo en uno donde no suceden cosas, sino sentimientos. Parece un largo poema escrito en prosa.
    Un saludo

    Escrito el 18 agosto 2018 a las 01:03
  3. 3. Norelkis dice:

    No me ha gustado mucho los largos párrafos que hay, digo, me hubiera gustado un poco más de espacio.

    Escrito el 19 agosto 2018 a las 20:55
  4. 4. Vespasiano dice:

    Hola Juan:

    Extrañado por los pocos comentarios que tienes, he pasado a leer tu relato, y he visto en tu escritura, independiente de que sea o no lo más apropiado para escribir en un relato corto, (opiniones muy particulares y subjetivas), un potencial literario impresionante.

    A mi me ha gustado tu historia con un cierto punto, yo diría que hasta poético.

    A mi me ha parecido que tu relato podría llevar también
    el título de “Reflexiones”.

    Felicidades y,si quieres admitir un consejo, te diría que visites y comentes a otros compañeros, que su vez ellos te visitarán y aumentarás tu circulo de lectores.

    Escrito el 1 septiembre 2018 a las 22:30

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